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| Domingo 18 De noviembre De 2012

El fErvor dE los fiElEs qUE invadió Una CiUdad Hacía semanas que todas las plazas hoteleras de Pergamino estaban tomadas, por la masiva llegada de fieles desde toda la Argentina, Chile y Uruguay.

Foto: santiago Filipuzzi/ enviado especial

sociedad Edición de hoy a cargo de Javier Navia | www.lanacion.com/sociedad

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Religión | la segunda ceremonia de este tipo en el país

Una multitud celebró en Pergamino la beatificación de la hermana Crescencia Unas 40.000 personas, muchas de ellas llegadas desde Chile y Uruguay, asistieron ayer a la ceremonia que presidió el cardenal Angelo Amato, enviado por el Papa; a la nueva beata se le atribuyó la salvación de una joven hace 17 años Viene de tapa

Desde hacía semanas que no quedaban en los hoteles de esta ciudad plazas disponibles ante la gran afluencia de fieles, muchos de ellos llegados desde Chile y Uruguay, además de desde toda la Argentina. Por eso, quienes llegaron a último momento debieron recurrir a casas de familia para alojarse. “Éste es un día muy especial. Yo pedí a Crescencia poder ver a mi hijo siendo hombre y acá estoy con mi nieta”, dijo María Sara Pane, la “milagrada”, como llama la Iglesia a la persona que es objeto de un hecho al que la ciencia no puede dar explicación. Como informó la nacion el domingo último, hace 17 años, cuando Sara tenía 23 y su hijito 2, ella estuvo al borde de la muerte y se curó luego de rezarle a la monja de la congregación de las Hermanas del Huerto, a la que, aun cuando estaba viva, todos llamaban “la Santita” o “sor Dulzura”. Ayer, Sara fue sorprendida por los periodistas antes de la misa e invitada a saludar a los fieles. “Si la Iglesia entera se alegra por esta hija suya y predilecta, la Argentina puede estar orgullosa de haber dado a la patria una gran benefactora de la humanidad”, dijo el cardenal Angelo Amato, prefecto para la Congregación de las Causas de los Santos, del Vaticano, enviado del papa Benedicto XVI, durante su homilía en la que señaló aspectos esenciales de la breve trayectoria de la religiosa. Nacida en el partido de San Martín, en 1897, y fallecida en Chile a los 35 años, María Crescencia “volvió a nacer en la tierra de forma gloriosa”, dijo a la nacion el padre Carlos Pérez, uno de los nueve sobrinos de la nueva beata que ayer asistieron con sus hijos y nietos a la ceremonia religiosa y uno de los principales impulsores, junto con la hermana Josefina Nughedu, de la causa ante el Vaticano. El enviado papal leyó fragmentos de los testimonios presentados en esos expedientes y de cartas escritas por la religiosa. “Si no me hago santa deberé dar cuenta al Señor porque pienso que otras quizá no han recibido la fortuna de tener un padre y una madre que siempre han orientado a su hijo en el camino de la virtud vivida”, fue una de las frases de la religiosa recordada por el cardenal. Acompañaban al enviado pontificio en la celebración medio centenar de obispos de distintas diócesis argentinas, uruguayas y chilenas. Entre los fieles había religiosas y delegaciones de los colegios y otras obras de las Hermanas del Huerto de Estados Unidos, Congo, Palestina, India e Italia, entre otros países. “Es que los santos no tienen fronteras”, había afirmado anteanoche durante la vigilia de la beatificación, realizada en la plaza principal de esta ciudad de cerca de 110.000 habitantes, el obispo de San Nicolás, monseñor Héctor Cardelli. “Independientemente de que sea argentina y de que haya pasado mucho tiempo, para nosotros Crescencia es un ejemplo de santidad. Es una monjita nuestra”, dijo Carolina Lara, de 26 años, ex alumna

La vidente nicoleña y el mensaje de la Virgen

del colegio del Huerto de Quillota, de Chile. La delegación de ese establecimiento fue una de las más numerosas e incluyó a la banda del colegio y a un grupo de docentes que bailaron folklore durante la vigilia. Los restos de la flamante beata, que se encontraron incorruptos después de 34 años de fallecida, descansaron en el cementerio de Quillota entre 1966 y 1982 cuando fueron trasladados al país. Ayer, luego de la misa y hasta la medianoche, los peregrinos pudieron tocar y rezar frente al ataúd de la religiosa. “Esto es un privilegio enorme”, dijo a la nacion el periodista y director de Culto de la provincia de Buenos Aires, Enrique Moltoni, cuando el viernes pudo también él rezar frente a los restos de la religiosa. Ese día también fueron expuestos, fuera de lo previsto, durante tres horas por la tarde en el atrio de la capilla del Huerto y tras una reja. “Yo estuve muy enfermo en 2008 y le recé a Crescencia”, reveló como muchos otros. Es que los testimonios de curaciones y favores recibidos por intercesión de María Crescencia se repetían entre los peregrinos. “Llegó el día, hermana Josefina, felicitaciones”, le decían desde el otro lado de la reja los vecinos a Nughedu, vicepostuladora de la causa de Crescencia ante la Santa Sede y quien siguió todos los trámites detalle por detalle durante 25 años. Vida de santa “En el Vaticano son muy precisos y muchas veces nos devolvían los informes porque faltaba algo. Me parece que es más fácil ser santo que hacer a un santo”, bromeó la simpática hermana Josefina. En la ceremonia de ayer le tocó leer la semblanza de la nueva beata. “Si bien no le faltaron pretendientes y pudiendo formar una familia, prefirió consagrarse al Señor”, recordó la religiosa. Minutos antes de la misa aterrizó aquí el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, pero sólo para saludar al cardenal Amato, a otros religiosos y al intendente de Pergamino, el racial Héctor María Gutiérrez, a quien, en un gesto de evidente agradecimiento por la ayuda prestada por el municipio, el comité organizador de la celebración dio la palabra al cierre del evento. El funcionario, que va por el cuarto mandato al frente de esta ciudad, recordó las gestiones para la beatificación que comenzaron las Hermanas del Huerto ante el Vaticano, en 1986, agradeció al Papa por haber dado al país “el mejor obsequio que se puede dar” y sentenció: “De ahora en más y para todos los tiempos, Pergamino será la ciudad de María Crescencia”.ß

del editor: por qué es importante. La hermana María Crescencia Pérez es la primera bonaerense y la séptima argentina en ser beatificada por la Iglesia Católica.

Gladys Quiroga “recibió” la orden de hacer estampas

El intenso calor no desalentó a los 40.000 fieles

El altar de los argentinos Religiosos y laicos a los que se suma Crescencia Pérez San Héctor Valdivieso 1910-1934 Beata Laura Vicuña 1891-1904 Beata March Mesa 1889-1943 B. Ceferino Namuncurá 1886-1905 B. del Tránsito Cabanillas 1821-1885 Beato Artémides Zatti 1880-1951 Beata María De Angelis 1880-1965

Foto: santiago Filipuzzi / enviado especial

“Tratamos de explicar que es Dios quien obra” PERGAMINO (De una enviada especial).– “Ésta es una cuestión muy delicada porque Dios obra cuando cree que tiene que obrar”, dijo Carlos Pane, padre de Sara, la “milagrada”, cuya curación hizo posible que la hermana María Crescencia Pérez fuera proclamada. Pane, piloto retirado de la Fuerza Aérea que participó en la Guerra de Malvinas, fue quien recibió el consuelo de una religiosa de las Hermanas del Huerto cuando, en 1995, a su hija, que por entonces tenía 23 años, le habían dado tres días de vida. Cuando Sara se repuso misteriosamente, ni los médicos ni él y otros familiares dudaron de que se tratara de un milagro obtenido por intercesión de la hermana Crescencia.

“Pero eso no significa, como a veces cree la gente, que Sara sea una milagrera. Para ella es muy difícil porque tiene que vivir con humildad y a la vez dar testimonio de lo que le pasó”, dijo Pane, antes de la misa en la que su hija tuvo ayer un rol destacado. Acompañó a la madre generalicia de las Hermanas del Huerto, Terezinha Petry, y al padre Carlos Pérez a llevar al altar una reliquia de su intercesora (un mechón de pelo). Son muchos los devotos de María Crescencia que buscan a Sara Pane para pedirle oraciones a ella. “Cuando la gente nos pide, nosotros ponemos en oración a Crescencia todas esas intenciones y tratamos de explicarle a la gente que es Dios quien obra”, agregó su padre.ß

PERGAMINO (De una enviada especial).– El nexo entre la virgen en San Nicolás y a hermana María Crescencia, aquí, no se debe sólo a que ambas ciudades están muy cerca. Según reveló el padre Carlos Pérez, “la Virgen le dijo a Gladys Quiroga de Motta: «Hagan tantas estampas y folletos como sean necesarios como para empapelar la ciudad y, de esa forma, la gente le rezará a Crescencia y ella podrá conseguir gracias»”. Gladys Quiroga es la nicoleña que en 1983 buscó al padre Pérez, que por entonces era su párroco, para contarle que estaba siendo “visitada” por la Virgen y recibiendo mensajes suyos. Eso sucedió un año después de que el padre Carlos trajera los restos de su tía, la hermana Crescencia, desde Chile. “Quise ir a ver cómo estaba su cuerpo porque sabíamos que en 1966 lo habían encontrado incorrupto”, recordó. Y agregó: “Ya en el viaje hacia Chile comencé a sentir un extraño perfume de violetas que ya se vinculaba con la presencia misteriosa de María Crescencia. Por eso pensé que detrás de mi intención de trasladar sus restos había en el plan de Dios alguna misteriosa gracia”. “Hay una vinculación grande entre la Virgen y Crescencia”, dijo Pérez. “En esos primeros tiempos, la Virgen le habló de Crescencia a Gladys. En mensajes cortos le dijo que Crescencia fue una santa en su vida terrena; que ya ocuparía su lugar.” Pérez es autor de Soy tu madre, libro en el que relata las vicisitudes en torno a los hechos de San Nicolás y Violeta del Huerto, una biografía de su tía Crescencia. El sacerdote es hijo de uno de los once hermanos de la religiosa. Dijo también que la vidente de San Nicolás habría visto la figura de la Hermana Crescencia y “conversado” con ella. “En una de esas visiones, Crescencia le dijo que me pidiera un cuadro de Nuestra Señora del Huerto que yo había traído de Chile y que había pertenecido a Crescencia porque desde esa imagen la Virgen le hablaría. Gladys me lo pidió, se lo di, y sucedió cómo había dicho: la Virgen le habló desde la imagen del cuadro”, dijo. Como interpretación de estos hechos, el sacerdote arriesgó: “Creo que la Virgen, con los mensajes a Gladys, quiso dar una enseñanza de vida cristiana y al señalar a Crescencia propone un modelo de vida cristiana que se ajusta a esa enseñanza”. Sobre la beatificación de su tía, Pérez dijo: “Es un llamado para pensar que hay un proyecto válido en sí mismo que Dios hizo para que cada uno de nosotros pueda ser feliz” y que, de esta forma, María Crescencia “reaparece con toda la fuerza de la gloria que tiene en el cielo y a través de la Iglesia se nos permite honrarla en la tierra”.ß