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Botana, la académica de arte Ruth. Corcuera, el sacerdote Facundo Or- ... Eduardo Ellis; el doctor Juan Carlos. Cassagne
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Sociedad

| Viernes 23 de agosto de 2013

sociedad Edición de hoy a cargo de Javier Navia | www.lanacion.com/sociedad

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Marihuana. Crecen los locales que venden accesorios para cultivarla con vidriera a la calle, estos negocios conocidos como grow shop no comercializan derivados de la planta, sino invernaderos, lámparas, macetas y sustratos especiales Viene de tapa

“Yo vendo lo que sería un Mercedes Benz o un Lamborghini y considero que hay un público que se merece un lugar distinto al del estereotipo del fumón; hoy se parece más al usuario de Apple...”, agrega. Esto es parte de una tendencia donde la percepción social respecto de esta sustancia psicoactiva ilegal ha mutado en los últimos años. Con polémicas y sospechas de grandes intereses por detrás, el marketing de la “marca marihuana” ha revertido a simple vista muchas advertencias y dilemas morales, barreras legales y serias recomendaciones médicas. Al punto de que actualmente se discute su liberación en Uruguay, donde un proyecto de ley ya cuenta con la sanción de la Cámara de Diputados. Apenas cruzando el río, el Estado se haría cargo de la comercialización del producto: algo impensado un par de años atrás. En Estados Unidos, principal país productor y consumidor de esta sustancia, dos estados ya la han legalizado y en otros 16 se comercializa de manera medicinal. Atención: en la Argentina la tenencia y el cultivo de marihuana es ilegal y está penado con entre 4 y 15 años de prisión. Pero en los hechos, tras un fallo de la Corte Suprema, el 60 por ciento de los 12.000 procesos iniciados anualmente por tenencia de marihuana son desestimados al final del proceso judicial. “Somos una industria y, si Moreno [el secretario de Comercio Interior] me dejara laburar más, sin las trabas a la importaciones de los materiales que necesito para fabricar los indoors [invernaderos], ya tendría cinco locales más abiertos”, reclama Go-

yret, que se considera un pionero de un negocio que, a juzgar por la cantidad de clientes que ingresan en el lugar, resulta bastante promisorio. Un indoor grande con todos los implementos para cultivar las plantas cuesta 18.500 pesos: ya no le queda stock. “El tipo que pasa por la calle y ve el local se engancha con el diseño y las curiosidades; a mí este negocio me parece increíble porque ayuda a despejar los estigmas”, explicó Esteban Vicubiviell, un joven de 28 años que justo ingresaba en Basta de Lobby para comprar algunas cosas. Gustavo, arquitecto y de muy buena posición económica, decidió contarle a su hijo de 13 años que él y su mujer fuman marihuana. Al contrario de lo que ocurría antes, cuando eventualmente los hijos admitían el uso a sus padres, la confesión de Gustavo, de 43 años, puede sonar irresponsable para algunos o una cuestión lógica para otros. Su reflexión, según comentó a la nacion mientras observaba la vidriera de Cannabis Club –otro grow shop en la galería Bond Street–, surgió de la necesidad de que ya no quería esconderse y de que su hijo supiera de qué se trata esta droga que no es de venta legal como ocurre con el tabaco o el alcohol. “Hace tiempo que entre amigos hablamos de si está bien contarles a nuestros hijos más grandes que fumamos; para nosotros es algo social y nos pareció importante que él supiera con información certera sus efectos y también los riesgos”, cuenta Gustavo. En esta familia porteña nadie fuma tabaco y son cuidadosos con el alcohol. Si uno presta atención en la calle, en las reuniones sociales y en ciertos

grupos de personas adultas, notará una ambigua naturalización de la marihuana. Incluso con una tolerancia mayor que al cigarrillo. Mientras que el tabaquismo es un hábito en retroceso, con mayores normativas y campañas para desalentar el consumo, la marihuana parecería ubicarse en la fase contraria. “Está de moda el cultivo, porque los chetos la comparten después de una comida como si fuera un buen vino y les gusta hablar de sus plantas. Si se legaliza, me rompen el negocio porque esa gente directamente compraría y dejaría de demandar insumos para cultivarla”, afirma Goyret. En todos los grow shops también están a la venta las dos revistas (THC y Haze) dedicadas al tema. “Hay una tendencia a la normalización, especialmente en ciertos sectores sociales más informados, donde se evalúan los riesgos, porque la marihuana no es inocua, y se despejan patrones, como el de ser un delincuente”, expresó Sebastián Basualdo, editor de THC. En la conversación, Goyret, dueño del grow shop, expone su punto de vista respecto de los beneficios para el Estado por el cobro de más impuestos sobre la actividad. A medida que avanza en su relato, la pregunta se plantea sola: ¿y las semillas prohibidas para el cultivo de dónde salen? “Bueno, en la Argentina está prohibido el comercio de todos los derivados de la marihuana, incluida la semilla. Pero en Europa, la semilla no fue incorporada a la prohibición de los derivados, entonces se hacen grandes producciones...”, responde Goyret, aunque aclara que ese tema no tiene nada que ver con su negocio.ß

Efectos que no se tienen en cuenta el escenario Daniel Gallo LA NACION

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ntre los mitos construidos alrededor del consumo de marihuana aparece en lugar destacado sus efectos “inofensivos”. Su propagación crea la comercial idea sobre una droga de recreación. Las cifras en estudios nacionales desmienten esa percepción: el 10 por ciento de los pacientes en tratamiento buscó asistencia por problemas causados por la marihuana. Y no se trató en esos casos de personas judicializadas, sino de aquellos que se volvieron adictos. El dato –que generalmente permanece oculto en los debates sobre la liberación del mercado– surge de

la evaluación de 21.252 pacientes, realizada por el Observatorio de Drogas de la Sedronar. La mayoría de esas personas (el 30%) llegaron a los centros de tratamiento después de problemas en la familia y en el trabajo a consecuencia del consumo exclusivo de marihuana. El marketing alrededor del consumo de cannabis carece de datos oficiales –estudios realizados por estados y no por ONG–, pero su relato tiene suficiente peso como para aumentar la tolerancia social a esa droga. Los datos de los estudios de la Sedronar entre estudiantes de nivel medio –muestra de 90.450 casos– indican que para el 41% no existe ningún riesgo en el consumo frecuente de marihuana. En el sondeo a nivel nacional de personas de

entre 12 y 65 años, la idea de la “marihuana inofensiva” alcanza al 30 por ciento. En esa encuesta nacional, apoyada en las respuestas de 12.589 personas, se determinó que el consumo anual de marihuana alcanza al 3,2% de la población representada, unas 590.000 personas. En el 40% se detectaron síntomas de dependencia y, en el 20%, la adicción a la marihuana. Los porcentajes de consumo y abuso crecen en la región metropolitana. Ahora bien, la marihuana es la droga ilegal más consumida en la prevalencia anual, pero queda lejos del volumen de tabaco (30%) y alcohol (57%). Según especialistas, sin una barrera legal el mercado tenderá a acercarse a las drogas legales. Y el negocio crecerá.ß

Basta de Lobby comercializa productos para cultivar cannabis, en el pasaje Santa Rosa, Palermo

Esteban Vicubiviell elige algunos elementos en la vitrina interna

Un destape desigual en todo el país opinión Luis Osler

PARA LA NACION

H

ace cuatro años, la Corte Suprema declaró inconstitucional la penalización de la tenencia de cannabis (y otras sustancias ilegales) para consumo personal. Ese histórico fallo (más por sus consecuencias sociales que por su contenido jurídico) disparó diversas situaciones entre los ciudadanos y las instituciones. En los grandes centros urbanos, en especial en la ciudad de Buenos Aires, motivó una largamente anunciada “salida del clóset” de los usuarios de cannabis, que tiró por el aire el estereotipo prohibicionista del fumador lumpen o delincuente. El

Recordaron a monseñor Eugenio Guasta cUlTUra. Lo organizaron las fundaciones Sur y La nacion en el Museo Mitre “[Monseñor Eugenio Guasta] ha sido un hombre de la iglesia al que tanto bien le ha hecho a la iglesia”, sostuvo el papa Francisco, en la misiva que envió para agradecer la invitación al homenaje que anoche las fundaciones Sur y la nacion brindaron al polifacético sacerdote que murió en junio último y supo combinar su calidad de pastor con su amor por la cultura. En el auditorio del Museo Mitre, ambas instituciones compartieron el primer encuentro para recordar la figura de monseñor Guasta. El próximo se realizará el 24 de septiembre y disertará el periodista Carlos Pagni. Párroco de la Basílica de Nuestra Señora de la Merced, entre 1992 y 2012, monseñor Guasta también fue consultor de la Comisión Episcopal de Fe y Cultura (2002-2005).

Integrante de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, director de la Comisión Arquidiocesana para la Cultura y consultor del Consejo Pontificio de Cultura. “Monseñor Guasta venía a muchos eventos al Museo Mitre. Recuerdo cuando nos acompañó en los 140 años de la fundación de la nacion y nos dio la bendición”, contó la directora de la institución, licenciada María Gowland, al trazar un paralelismo entre el sacerdote y el fundador del diario: “Tuvo un inmenso amor y dedicación por la cultura, en eso tuvo un fuerte parentesco con el dueño de esta casa, cuyo amor a la cultura ha sido reconocido a lo largo del tiempo”. El presidente de la Fundación Sur anunció la decisión de “mantener el recuerdo de Eugenio con algo así

como «conferencias Guasta», que hubiera merecido su más enérgico rechazo”. El auditorio, que conocía bien al sacerdote, compartió la risa suave. “Mantengamos viva su pasión por lo bello, lo bueno y lo justo. Era nuestro amigo y debe seguir siéndolo”, añadió Negri. El presidente de SA la nacion y de la Fundación la nacion, Julio César Saguier, sorprendió a todos al leer el mensaje del papa Francisco. Es que él mismo le había enviado una carta para contarle que iba a recordarse con un acto la figura de Guasta. Durante el acto, hablaron varias personalidades que tuvieron contacto directo y extenso con el sacerdote: el artista plástico Blas Castagña, el analista político Natalio Botana, la académica de arte Ruth Corcuera, el sacerdote Facundo Or-

fotos de Mariana araujo

tega; el director de la revista Criterio, José María Poirier; el arquitecto Eduardo Ellis; el doctor Juan Carlos Cassagne, y la presidenta de la Fundación El Arca, María Garciarena de Saguier. El director de Relaciones Institucionales de la nacion, Norberto Frigerio, recordó a Jeannette Arata de Erize, recientemente fallecida. porque “era una entusiasta de hacer este homenaje” y leyó algunas cartas de adhesión al acto. Entre el público estuvieron el ex ministro de Educación de la Nación Antonio Salonia, el académico Alfredo van Gelderen, el ex senador Juan Ramón Aguirre Lanari, la destacada fotógrafa Sara Facio, Rafael Oliveira César, Miguel Canale, Hugo Beccacece, Teresa Borthagaray (viuda de Clorindo Testa) y el embajador Vicente Espeche Gil.ß

destape vino con un aluvión de tiendas temáticas a lo largo del país. Sin embargo, existe una contracara inocultable que parte de la deuda legislativa por mantener vigente una ley que el máximo órgano judicial declaró contraria a nuestra Constitución o, dicho de otro modo, violatoria de nuestras garantías. La aparente tranquilidad emanada desde el fallo choca cotidianamente (sobre todo en el interior y Gran Buenos Aires) con los embates de las fuerzas de seguridad, que detienen a 7000 personas al año por consumir o cultivar, fiscales que impulsan esas detenciones y jueces que imponen penas o tratamientos que, en el caso del cannabis, no son más que intervenciones hipócritas del poder y, en el de otras sustancias, exponen la criminalización del

usuario problemático bajo el manto del “cuidado” de su salud. Mientras tanto las sentencias por narcotráfico son prácticamente inexistentes y escasean las tareas “reales” de prevención frente a esta actividad. Según el Ministerio de Justicia, cada causa por consumo o tenencia simple cuesta al Estado $ 5000 por mes y esta cifra asciende a $ 15.000 en el caso de una persona detenida. Mientras el mundo avanza hacia la regulación del cannabis, en la Argentina no sólo no hay despenalización, sino que desde hace años rige una ley que permite la continuación del avasallamiento a los derechos y que sólo profundiza los males que se propone perseguir.ß El autor es abogado especialista en garantías y derecho penal

Biografía de un cura villero religión. Multifacético, intelectual, transparente y, fundamentalmente, incansable. Así, la autora del libro Pepe, el cura de la villa (Sudamericana) describió al sacerdote José María Di Paola en la presentación de su segunda investigación sobre el trabajo de los curas villeros. Frente a un auditorio colmado en la tradicional librería El Ateneo, a metros de la avenida Corrientes y Florida, la periodista Silvina Premat, de la nacion, compartió los resultados de cuatro años de investigación de la obra del padre Pepe y un centenar de entrevistas. “Cuando se tuvo que ir de la villa 21-24 de Barracas, en 2010, por las segundas amenazas, a una realidad como la del campo de Santiago del Estero, pensé que iba a tener más tiempo para un libro sobre su historia y el método educativo que usó en la villa para ayudar a la gente –dijo Premat–. No imaginé que iba a aprender a manejar y que iba

a usar la camioneta vieja [del sacerdote anterior] para salir a trabajar de un lugar a otro.” En la presentación la acompañaron el obispo emérito de San Isidro, Jorge Casaretto; el periodista José Ignacio López, y el titular de Red Solidaria, Juan Carr, que elogiaron la obra.ß