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Texto clave: “he visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé”. Isaías 57:18. El Señor me regaló una hija maravill
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METAMORFOSIS ESPIRITUAL Por Arlina Cantú Lectura bíblica: Isaías 58:11-14 Texto clave: “he visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé”. Isaías 57:18 El Señor me regaló una hija maravillosa. Nació, creció y se educó en un hogar cristiano, pero un buen día, en su incipiente juventud, decidió pasar por encima de los principios y preceptos aprendidos y vivir su vida como le pareció mejor. Se casó y fracasó. Tuvo dos hijos y ha tenido que criarlos sola. Ha caminado durante 12 años por la senda escabrosa de la soledad, y en el grandioso esfuerzo por alcanzar la felicidad, se ha estrellado contra ficticios muros de amores falsos, de placeres, de amistades y de diversiones que sólo le fueron dejando vacío espiritual. Lo que conservó por todo ese tiempo fue la costumbre de conversar largas horas conmigo. Algunas veces demandaba sólo que la escuchara y en otras buscaba consejo para las diferentes situaciones por las que iba pasando. Dios nos ha permitido disfrutar de una verdadera amistad y ello me ha dado oportunidad de llamarle la atención cuando me parece necesario, o simplemente de hacerle ver los peligros que la rodean. Pero, por encima de todo lo que mi amor de madre haya podido hacer en su vida, me maravilla el infinito amor de Dios que se ha manifestado día tras día en su existencia. Dice la Palabra que él nos llama con lazos de amor y fue el amor a sus hijos lo que la llevó a una verdadera práctica religiosa. La sorpresa, principalmente para ella, fue descubrir toda la enseñanza que iba recibiendo y que la hacía sentir la firme transformación que el Espíritu Santo ha ido trabajando en su alma. Es maravilloso para mí como madre, verla ahora cómo sabe levantar clamor delante de Dios ante alguna de sus necesidades. Que sabe ir en busca de la dirección de Dios escudriñando las Escrituras. Que le preocupa su testimonio. Que ocupa mucho de su tiempo en atender las enseñanzas que se transmiten por los medios de comunicación y eso le ha hecho crecer grandemente. Alguna vez oré al Señor diciéndole que no me dejara morir hasta que mis dos hijos fueran restaurados espiritual y materialmente. Hoy, puedo decir para la gloria de Dios, que ya se me ha concedido la mitad de mi ruego. OREMOS: Por los hijos cristianos que se enfrían espiritualmente. -

Señor, te ruego en el nombre poderoso de Jesús, que atraigas a ti a todos los hijos que se apartan del camino, para que no se pierdan en el mundo. Amén.

Usado con permiso

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