Plaza San Martín, tierra de nadie

10 feb. 2012 - San Martín no son nuevas. La ONG. Defendamos Buenos Aires hizo una presentación hace dos años, por los ar
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SEGURIDAD

Viernes 10 de febrero de 2012

I

INSEGURIDAD EN RETIRO s COMO VIVEN LOS VECINOS DONDE MATARON AL FOTOGRAFO FRANCES

13

TRAGEDIA EN EL RIO

Plaza San Martín, tierra de nadie Continuación de la Pág. 1, Col. 2 SEBASTIAN RODEIRO

La lancha de Eduardo Cantón

Murió la niña por el accidente en el Delta Su madre falleció hace una semana

En Libertador y Suipacha, los asaltantes tiraron abajo el alambrado perimetral para escapar

Ayer hubo más controles en plaza San Martín SANTIAGO FILIPUZZI

   

  

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GUSTAVO CARABAJAL

  





  

LA NACION    



 



 











  

El acusado que no paraba de robar

                 

 

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trullero. Como para que no se diga que no pasaron”, dijo. “Podemos decir que no hay tantos robos de autos”, ironizó Julio, de 40 años, funcionario judicial, quien hizo esa afirmación a partir de la cantidad y variedad de delitos que se registran ahora en el barrio. “Roban a la gente que sale del Banco Francés, de Arroyo y Pellegrini; del Santander Río, de Juncal y Esmeralda. Les sacan la cartera cuando vuelven caminando, entran en las casas, hay de todo”, relató indignada Alicia. Según la mujer, los arrebatadores no necesariamente se movilizan en motos. “Esperan a la gente en la esquina y la siguen. A una cuadra le muestran un arma, le piden el dinero y luego escapan corriendo”, dijo. “El problema está en las calles que desembocan en Libertador”, dijo Marcelo, encargado de un edificio en Juncal y Esmeralda. “Allí los delincuentes escapan rápidamente a través de los alambrados agujereados y se van por las vías o se esconden en la Villa 31,” señaló. En ese barrio los vecinos también fueron víctimas de la inseguridad. Durante la última semana, los habitantes de la Villa 31 cortaron el tránsito en inmediaciones de la Terminal de Omnibus de Retiro para reclamar seguridad y por el esclarecimiento del homicidio de una adolescente de 13 años, ocurrido durante un robo. Las denuncias por falta de seguridad en las adyacencias de la plaza San Martín no son nuevas. La ONG Defendamos Buenos Aires hizo una presentación hace dos años, por los arrebatos que había sobre Libertador. “La situación no cambió, sigue siendo la misma. Los delincuentes roban sobre Libertador o una de las calles que desembocan en la avenida, cruzan el semáforo en rojo y luego se escabullen por agujeros en los alambrados”, explicó a LA NACION el abogado Javier Miglino, titular de la organización. Las roturas en el cerco que separa a la Avenida del Libertador de los terrenos de la Organización Nacional de Bienes del Estado (Onabe), se pueden apreciar desde Montevideo hasta Suipacha. “Son hechos por los mismos delincuentes que los usan para escapar por los terrenos de la Onabe o para esconderse en los pasillos de la Villa 31”, dijo Miglino. Susana Varsi, vecina de un edificio de la calle Arroyo, entre Suipacha y Esmeralda, dijo que “la inseguridad está en todos lados, pero llama la atención que en un barrio con bancos, galerías de arte y residencias tan tradicionales no haya presencia policial. Todos nos merecemos poder vivir seguros por igual, pero quisiera saber qué se hace con la cantidad de dinero que pagamos de impuestos, que es muchísima”. La zona comprendida por las plazas San Martín, Fuerza Aérea Argentina y Cañada fue históricamente señalada como peligrosa. “Hace más de diez años que cruzo esta zona todos los días y siempre fue peligroso. Ni hablar de noche. La peor son las plazas San Martín y Fuerza Aérea. Siempre fue tierra de nadie”, dijo Miguel Giorgi, empleado de comercio, de 36 años. “El trayecto desde Alem y San

 

Martín hasta las terminales de trenes es muy complicado. Los ladrones caminan a la par tuya y si no les das algo de plata, te amenazan y te meten la mano en la mochila”, agregó. Alejandro, quien atiende un puesto de diarios situado en la esquina del hotel Sheraton, en San Martín y Alem, coincidió con Giorgi y dijo que “lo peor es a partir de las 18, cuando la mayoría vuelve a sus casas”. Los comercios también son blanco

“¿Cómo pudo morir en Buenos Aires?” “Por su trabajo estuvo cerca de tiburones y de lobos, lo mandaron a lugares tan peligrosos como Libia o Siria... ¿Cómo es que pudo morir en Buenos Aires? ¿Por qué tuvo que ir allí esta vez?”, se preguntó ayer ante la prensa Christine Schwebel, hermana menor del fotógrafo francés asesinado.

de los asaltantes. La semana pasada, un grupo de delincuentes intentó ingresar en el local de Maru Botana, en Suipacha al 1300. Lograron romper uno de los vidrios, pero se activó la alarma, se asustaron y huyeron. “Todos los días viene gente a pedir. Por lo general los convidamos con algo, pero a veces quieren dinero y empiezan a molestar a los clientes”, contó un empleado del citado local gastronómico. “A fin de año entraron en una perfumería y una farmacia, situadas sobre Arenales al 800, luego cruzaron y robaron un supermercado que está sobre la cuadra siguiente”, relató Virginia, encargada de un edificio en Arenales y Suipacha. Para evitar los asaltos, muchos comercios optaron por cerrar las puertas con llave durante la tarde. Tal es el caso, según los vecinos, de un supermercado que está en Arroyo y Esmeralda. El temor les llegó a todos.

Mariano Gaik Aldrovandi

Síntesis EL JUICIO POR LA DESAPARICION DE MARITA VERON

SE HABIAN LLEVADO $200.000

Rechazaron las nulidades de los acusados

Robo y tiros en Lanús

SAN MIGUEL DE TUCUMAN.– No hubo marcha atrás. El intento de dilatar el juicio por parte de los acusados de haber privado de la libertad y de haber promovido a la prostitución a María de los Angeles Verón, conocida como Marita, ayer quedó en la nada. La Sala II de la Cámara Penal de Tucumán, a cargo del juicio oral y público por el emblemático caso que puede revelar cómo funciona la mafia de las organizaciones de la trata de personas en la Argentina, rechazó ayer todos los planteos de nulidad que habían sido presentados por los defensores de los 13 imputados.

Cuatro sospechosos, entre ellos una mujer, que escapaban con más de 200.000 pesos y chequeras que habían sido robados en una fábrica, fueron detenidos ayer en la ciudad bonaerense de Lanús, luego de una persecución y tiroteo, informaron fuentes policiales a la agencia Télam.

Ramón Víctor Giménez, el acusado de asesinar en la plaza San Martín al fotógrafo francés Laurent Schwebel, había sido detenido en diez oportunidades en distintas seccionales de la Policía Federal. Desde septiembre de 2006, cuando fue apresado por cometer un robo a mano armada y estuvo a disposición de un tribunal de Menores, Giménez no paró de robar. Aunque también lo detuvieron por infracción a la ley de drogas y por tentativa de robo y atentado, y resistencia a la autoridad. Giménez, que ayer se negó a declarar por su presunta responsabilidad en el homicidio del fotógrafo francés, es un viejo conocido de los policías de la comisaría 46a., la seccional que tiene jurisdicción en la Villa 31, en las adyacencias de las terminales de trenes y de ómnibus de Retiro y en la plaza Fuerza Aérea Argentina, el lugar donde fue apresado luego de que algunos testigos lo corrieron y señalaran con el supuesto autor de la puñalada que mató a Schwebel. Según informaron fuentes judiciales, el imputado no aceptó ser interrogado por el juez de Instrucción Fernando Caunedo. Entre las pruebas halladas por investigadores y que vincularían al imputado con el homicidio del fotógrafo francés, figuran los videos de las cámaras de seguridad de las plazas San Martín y Fuerza Aérea Argentina, que grabaron una parte del ataque, la fuga del sospechoso y su posterior detención.

Además, los policías de la comisaría 15a. que tienen jurisdicción en el lugar donde ocurrió el homicidio secuestraron una faca (arma blanca de fabricación casera) que habría sido utilizada para matar a Schwebel. Ayer, el juez Caunedo ordenó realizar una serie de peritajes para confirmar si se trató del arma homicida. De confirmarse esta presunción se complicaría la situación del acusado. Un imputado que, según fuentes de la investigación, comenzó a robar cuando era menor; que al mismo tiempo se drogaba y que, en los últimos días, no tenía los 300 pesos necesarios para alquilar un revólver. Entonces salía a asaltar con lo que tenía al alcance de la mano: una faca, el arma más ordinaria del ambiente del hampa; el arma que usan los que no tienen otra cosa con la que infundir miedo, el arma que usan los presos. La Justicia no pudo sacarlo de la calle. En los últimos seis años, Giménez fue detenido en diez oportunidades en las comisarías 8a., 15a.,46a. y 51a. Pero, distintos jueces ordenaron excarcelar a Giménez. En tres ocasiones, los magistrados consideraron que los delitos por los que fue acusado, tentativa de robo y resistencia a la autoridad, no justificaban un procesamiento con prisión preventiva. Anteayer, este sospechoso volvió a salir a robar en la misma zona para conseguir algún objeto de valor que le permitiera comprar droga. Fue detenido, en el mismo lugar de siempre, pero esta vez por un homicidio.

La niña de 2 años que resultó herida gravemente en un accidente en el Delta, en Tigre, en el que perdió la vida su madre, murió ayer en el hospital zonal Petrona V. de Cordero, de San Fernando, donde estaba internada desde hacía una semana. El fallecimiento de Tatiana Mac Dougall se produjo a las 12.30 en la unidad de terapia intensiva, según confirmaron a la agencia DyN fuentes sanitarias de ese centro asistencial bonaerense. La niña estuvo en “coma no farmacológico y no respondió al tratamiento ni a estímulos exteriores”, de acuerdo con un parte médico firmado ayer por el director del hospital, Carlos Maiorano. Tatiana Mac Dougall viajaba en una canoa junto con su madre, Lorena Adaljizer Rojas, de 26 años; su hermana Daiana, de 4, y su prima Vanina, de 15, cuando fueron embestidas por una lancha en la zona del arroyo Cuatro Bocas y el Canal de la Serna. Rojas murió en el acto, mientras que su hija Tatiana sufrió heridas de gravedad y la otra niña y la adolescente resultaron ilesas. “Teníamos la esperanza de que se salvara”, dijo ayer Franco Mac Dougall, al confirmar a la prensa la muerte de su sobrina. El hombre criticó al empresario Eduardo “Pacha” Cantón, a quien se le atribuye la responsabilidad de la tragedia, al reiterar que “no asistió” a las mujeres accidentadas. “Ni siquiera nos tiraron un salvavidas”, aseguró. Cantón, en tanto, en una carta enviada a sus amigos y que llegó a la prensa, dijo que se encargó en forma personal de socorrer a la mujer y de llevar a la niña al “mejor lugar posible en Buenos Aires” para que fuera atendida. “No dudé un instante en arrojarme al agua, la agarré, nadé con ella hasta mi lancha, la subí a la misma con ayuda. Con toda mi falta de experiencia, le di asistencia como pude con respiración boca a boca, masajes”, agregó. El empresario dijo: “Sentí que la señora se murió en mis brazos antes de llegar al hospital, donde son testigos de todo esto”. La causa fue caratulada como homicidio culposo y lesiones.