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el mundo
| Sábado 17 de mayo de 2014
Francia pone un candado a sectores clave con el “patriotismo económico” decreto. El gobierno extendió una norma que autorizaba la limitación de inversiones extranjeras en
seguridad y defensa a otras áreas de la economía, como transporte, energía, salud y comunicaciones
Luisa Corradini
CORRESPOnSAL En FRAnCiA
PARÍS.– Francia decidió arroparse en las banderas del “patriotismo económico” para tratar de defender las empresas consideradas estratégicas que podrían caer en poder de capitales extranjeros. En lenguaje militar, eso se llama “arma de disuasión masiva”, mientras que para muchos economistas es una clara medida proteccionista. “El objetivo no es impedir una operación en el área de los yogures o los pañales descartables, sino oponerse a toda operación hostil en terrenos que conciernen a la soberanía nacio-
nal y que, hasta hoy, estaban desprotegidos”, argumentó el ministro de Economía, Arnaud Montebourg, autor de la iniciativa. Con esa decisión, el gobierno de Manuel Valls extendió a cinco nuevos sectores industriales –definidos en forma bastante amplia– un decreto de 2005 del entonces primer ministro conservador Dominique de Villepin, autor del concepto “patriotismo económico”. El dispositivo, que somete ciertas inversiones extranjeras en Francia a la autorización del gobierno, se limitaba hasta la semana pasada a la defensa y la seguridad. A partir de ahora se aplicará también “al
aprovisionamiento en electricidad, gas, hidrocarburos u otra fuente de energía”, a “la explotación de redes y servicios de transporte”, al “aprovisionamiento de agua”, a “las comunicaciones electrónicas” y a la “protección de la salud pública”. En gestación desde hacía varios meses, la adopción del dispositivo
La Comisión Europea advirtió contra un proteccionismo disimulado
fue brutalmente acelerada cuando se conoció la intención de la empresa norteamericana General Electric de comprar el sector energético de Alstom, el gigante francés privado de energía y transportes. Totalmente opuesto a esa operación, que considera un desmembramiento de una de las cinco empresas más importantes del país, el gobierno llegó a la conclusión de que ese decreto podría permitirle oponerse no sólo a esa venta en particular, sino a otras igualmente sensibles. Para el gobierno, Alstom es un eslabón esencial de la independencia energética: “Ya sea en el caso de nuestras centrales nucleares, que
producen el 77% de la energía del país, o de las nuevas tecnologías para la transición energética. Con ese decreto reequilibramos la relación de fuerzas entre los intereses de las empresas multinacionales y de los Estados, que no siempre son los mismos”, explicó Montebourg. París propicia una solución europea con una alianza de Alstom y la alemana Siemens. En un período de crecimiento nulo, con más de 10% de desocupación, el gobierno teme que la irrupción de General Electric provoque una nueva ola de despidos en Alstom (18.000 empleados en Francia y 93.000 en el mundo). Si bien la medida provocó el en-
tusiasmo de la opinión pública, la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, no se dejó engañar y señaló los riesgos de que “la actual política se transforme en un proteccionismo disimulado”. “Una buena protección de la industria europea es la inversión, no el proteccionismo”, advirtió desde Bruselas el francés Michel Barnier, comisario europeo a cargo del Mercado interior. A pesar de esas críticas, Francia no hace más que ponerse al nivel de otros países industrializados, que ya disponen de instrumentos semejantes. Primer destino de las inversiones extranjeras, Estados Unidos cuenta desde 1975 con el llamado Committee on Foreign investment (Cfius), cuya función es proteger ciertas empresas del apetito externo, sobre todo en el terreno de la seguridad nacional y las “infraestructuras cruciales”. Ese órgano, compuesto por 11 miembros, puede incluso solicitar al presidente oponerse a una compra. Cerca de la mitad de las licitaciones de adquisición examinadas por el Cfius terminan siendo impugnadas. En 2008, el gobierno alemán, inquieto por la compra eventual de empresas nacionales por fondos soberanos extranjeros, se dio los medios para evitarlo mediante un decreto que, hasta el momento, nunca fue aplicado. Ese texto exige la autorización del Estado cada vez que la adquisición supera el 25% del capital. La medida concierne sobre todo a las áreas de defensa y telecomunicaciones. Por tradición uno de los países más abiertos, Gran Bretaña carece prácticamente de instrumento legislativo para impedir que una empresa extranjera tome el control de una nacional. Una ley de 2002 permite, sin embargo, realizar un test de interés público en tres sectores: seguridad nacional, mercados financieros y medios de comunicación. no obstante, el gobierno británico reformó recientemente el llamado Takeover Panel, un organismo independiente encargado de supervisar las fusiones y adquisiciones. A partir de ahora, las promesas realizadas en el momento de una compra (mantenimiento de una fábrica, respeto de los puestos de trabajo, etcétera) serán una obligación legal durante cinco años. En caso de violación, la empresa podrá ser enjuiciada ante el Tribunal Superior de Justicia.ß
Berlusconi cree que hubiera sido buen papa italia. Fue elogioso con
Francisco y dijo que él se conduciría igual
Elisabetta Piqué
CORRESPOnSAL En iTALiA
ROMA.– El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, famoso por su sentido del humor y su pasión por contar chistes, ayer volvió a sorprender con una salida sobre el Papa. Entrevistado en un programa radial de mucho rating de la mañana, a la pregunta de si le gustaba Francisco, el magnate de los medios contestó: “Sí, me gusta el papa Bergoglio, porque hace exactamente de papa como lo hubiera hecho yo”. Cuando Giovanni Minoli, el veterano periodista que lo entrevistaba por Radio 24, le hizo notar que él y el Pontífice tenían la misma edad (77 años), el Cavaliere no dudó en asentir, pero en destacar que él parecía más joven. Berlusconi, de novio con Francesca Pascale, de 28 años, cumple desde hace una semana una condena por fraude fiscal ayudando en un hogar de ancianos de las afueras de Milán, el centro Cesano Boscone. El Cavaliere se involucra de a poco en el cuidado de pacientes con Alzheimer y otras formas de demencia. En otro orden, mientras Berlusconi se comparaba con él, Francisco suspendía las audiencias de la mañana debido a un resfrío. El vocero del Vaticano, el padre Federico Lombardi, dijo que no había preocupaciones sobre su salud y que todo estaba “tranquilo”. Agregó que el Papa probablemente reanudará sus compromisos hoy, aunque no realizará una visita a un santuario fuera de Roma que había sido planificada para el domingo, para descansar también en vista de su viaje a Tierra Santa, la semana próxima. Pese al resfrío, el Papa celebró su misa matutina en la capilla de Santa Marta, en la que dijo que para conocer a Jesús es necesario abrir tres puertas en la vida de uno: “La de la oración, la de la alegría de la celebración y la de la imitación de Jesús”. Destacó, además, que la verdadera oración no es la “del papagayo”, sino la del corazón, y volvió a invitar a leer el Evangelio, que “muchas veces está lleno de polvo, porque no se abre nunca”.ß