comentario de texto 3

que ésta es muda [12]: Un tiem-po ho-lla-ba por al-fom-bra ro-sas [11]. Lo antinatural es el reemplazarla por el hiato.
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3. APÉNDICE: LA MÉTRICA Las diversas concepciones del ritmo, así como las distintas peculiaridades de cada lengua, han dado lugar a diferentes sistemas de versificación. La expresión del pensamiento es susceptible de distribución simétrica en secuencias que se correspondan. Así surgen multitud de formas de correlación y reiteración que se dan tanto en prosa como en verso. Estas reiteraciones suelen tener como fin esencial el remarcar el significado de lo que se expresa. Son especialmente interesantes los distintos tipos de paralelismo (sinonímico y antitético) que observamos en las literaturas más antiguas y en las formas más tradicionales del saber popular (sentencias, refranes...). A estos fenómenos de reiteración se unen aquellos que proceden de la música —origen del verso—, como son el cómputo silábico, la disposición acentual, las pausas y la rima.

3.1. El Verso 3.1.1. El Cómputo Silábico La versificación cuantitativa, que distinguía sílabas largas y breves, era el principio fundamental de la poesía griega y latina. Por esto, en estas lenguas, los versos no eran medidos por el número de sílabas, sino que éstas se agrupaban en pies métricos, conjuntos de sílabas que tenían la misma duración. Así, el pie llamado espondeo (formado por dos sílabas largas: — —) tenía el mismo valor rítmico en cuanto al cómputo métrico que el llamado dáctilo (una sílaba larga y dos breves: — ∪ ∪). Al desaparecer en la lengua romance la distinción entre sílabas largas y breves, los versos fueron tendiendo a regularizar el número de sílabas. Ahora bien, en la pronunciación real las sílabas fonéticas no coinciden exactamente con las sílabas gramaticales, ya que las palabras no se pronuncian marcadamente separadas y se tiende a unir las vocales en diptongos. Así, al medir un verso se han de tener en cuenta todos aquellos fenómenos fonéticos que son característicos de una dicción natural. Las llamadas “licencias métricas” son muchas veces una forma de acercarse a dicha pronunciación. La sinalefa —unión en una sola sílaba de la[-s] última[-s] vocal[-es] de una palabra con la[-s] primera[-s] de la siguiente— no constituye nunca una libertad poética, sino que se da en el verso con la misma espontaneidad que en la lengua hablada: Cuan-do en a-ques-te va-lle al fres-co vien-to [11] Y o-ro de su ca-be-llo dio a tu fren-te [11] No es obstáculo para la sinalefa el que entre las vocales se interponga una h, ya que ésta es muda [12]: Un tiem-po ho-lla-ba por al-fom-bra ro-sas [11] Lo antinatural es el reemplazarla por el hiato. Esto sucede, por ejemplo, en los poetas del mester de clerecía, que tenían a gala escribir “a sílabas contadas”, es decir, conforme a las reglas de la gramática, para diferenciarse de la poesía popular de tradición oral. De todas formas, los poetas acuden a veces al hiato para regularizar el verso. Se dice que hay sinéresis cuando dos vocales contiguas en una palabra que forman hiato se unen en un diptongo: Aé-rea co-mo do-ra-da ma-ri-po-sa [11] La diéresis consiste en escindir las vocales de un diptongo, pronunciándolas como sílabas distintas:

En su can-ci-ón con-ta-ba [8] Además, hay que tener en cuenta la posición del último acento en el verso. Si éste recae en la penúltima sílaba —acentuación llana o grave—, no afecta al cómputo silábico. Si actúa en la antepenúltima —acentuación esdrújula— se cuenta una sílaba menos, ya que las dos últimas sílabas se pronuncian muy seguidamente. Por fin, si el último acento coincide con la última sílaba —acentuación aguda—, ésta se alarga, por lo que se cuenta una sílaba más. En castellano, los versos se agrupan en dos grandes grupos, según su número de sílabas métricas: versos de arte menor (de dos a ocho sílabas) y versos de arte menor (de nueve en adelante). Véase el siguiente esquema: NÚMERO DE SÍLABAS

VERSO

ARTE MENOR

2 3 4 5 6 7 8

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BISÍLABO TRISÍLABO TETRASÍLABO PENTASÍLABO HEXASÍLABO HEPTASÍLABO OCTOSÍLABO

ARTE MAYOR

9 10 11 12 14 16

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ENEASÍLABO DECASÍLABO ENDECASÍLABO DODECASÍLABO ALEJANDRINO HEXADECASÍLABO

3.1.2. La Acentuación Uno de los elementos que contribuyen al ritmo del poema es la disposición regular de los acentos en los versos. Los aspectos que vamos a tratar en relación con el acento, y que pueden ser tenidos en cuenta en el comentario de textos si aportan efectos rítmicos relevantes son: acento estrófico (ritmo de intensidad); posición de los acentos en los versos (rítmicos, extrarrítmicos, antirrítmicos); periodo rítmico por la posición de los acentos; y, por último, estudiaremos el caso especial de la acentuación del verso endecasílabo. 3.1.2.1. Acento Estrófico Recordemos que a efectos de cómputo silábico todo verso tiene siempre un acento en la penúltima sílaba, ya que si el verso acaba en acentuación aguda, la sílaba se alarga, añadiéndose una sílaba más, y si acaba en palabra esdrújula, las dos últimas sílabas se acortan, equivaliendo a una sola. Este acento fijo en la penúltima sílaba recibe el nombre de acento estrófico. 3.1.2.2. Posición de los Acentos del Verso Todos los acentos del verso que coinciden con el acento estrófico en situarse en sílaba par o impar son acentos rítmicos. Por ejemplo, si el acento estrófico va en sílaba par, todos los acentos del verso que vayan en sílaba par son acentos rítmicos; de la misma forma, si el acento estrófico va en sílaba impar, todos los acentos del verso que vayan en sílaba impar son acentos rítmicos.

Los acentos del verso que no coinciden con el signo, par o impar, del acento estrófico, son acentos extrarrítmicos. Por fin, puede darse el caso de que junto a una sílaba que lleva acento rítmico aparezca otra sílaba acentuada; el acento de esta sílaba es acento antirrítmico. 3.1.2.3. Periodo Rítmico por la Posición de los Acentos Apoyándose en los pies métricos de la métrica latina, que era de naturaleza cuantitativa y no de intensidad, Tomás Navarro Tomás [13] ha señalado varios tipos de ritmos en el verso castellano, equiparando la sílaba acentuada con la sílaba larga y la sílaba átona con la sílaba breve. Los fundamentales pies métricos de la versificación latina son: yambo [∪ —], troqueo [— ∪], dáctilo [— ∪ ∪], anfíbraco [∪ — ∪] y anapesto [∪ ∪ —]. Sin embargo, en nuestra opinión [14], esta equiparación es arbitraria y supone violentar la base métrica del castellano que no se basa en la cantidad (sílaba larga y sílaba breve), sino de intensidad (sílaba tónica y sílaba átona). Por este motivo no creemos necesario profundizar en este aspecto, al menos al nivel de los estudios de Bachillerato. Baste decir que, según esta teoría, “la parte del verso comprendida desde la sílaba que recibe el apoyo [primer acento del verso] hasta la que precede al último constituye el período rítmico interior [...] Dentro del período las palabras se organizan en cláusulas o núcleos de dos o tres sílabas.” “En la sucesión de los versos, los períodos interiores y los de enlace [...] se suceden regularmente a la manera de los compases de una composición musical” y la forma de la cláusula corresponde generalmente al tipo trocaico [ó o] o al tipo dactílico [ó o o]. Así, por las características de sus cláusulas, el período rítmico puede ser de ritmo trocaico, dactílico o mixto. Las sílabas anteriores al primer acento (anacrusis) y las sílabas correspondientes a la rima (que junto al anacrusis del verso siguiente formarían el período de enlace) no se tienen en cuenta a efectos rítmicos. En líneas generales, sí puede decirse que el ritmo dactílico ofrece intensidad y rapidez, el trocaico es lento y grave, mientras que el mixto no ofrece una especial inflexión. En la poesía española, solamente durante el Modernismo se han tenido en cuenta estos aspectos de la métrica latina, adaptándolos a nuestro idioma. Véase, por ejemplo, este verso de Rubén Darío, de ritmo dactílico muy marcado: Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda, ó o o ó o o ó o o

ó

o

o

ó o o [ó o

3.1.2.4. La Acentuación del Endecasílabo En el caso de este verso, por razones en que no nos vamos a detener, su ritmo es claramente identificable por la posición del primer acento en el verso. Así, se han distinguido cuatro tipos fundamentales: o Enfático: Primer acento en la primera sílaba del verso. Ritmo muy marcado, intenso. ⇑+ Intensidad ⇓—

o Heroico: Primer acento en la segunda sílaba. Ritmo llano, equilibrado y uniforme. o Melódico: Primer acento en la tercera sílaba. Ritmo suave y apacible. o Sáfico: Primer acento en la cuarta sílaba. Ritmo lento y sosegado.

3.1.3. La Pausa Versal y la Cesura

Las pausas principales del poema son: la que ocurre en el final de un verso (pausa versal), de una estrofa (pausa estrófica) y en el interior de versos compuestos (cesura). Estas pausas rechazan cualquier sinalefa entre dos versos o hemistiquios seguidos. Es de notar que la pausa versal puede romper un sintagma, estableciendo una separación entre las palabras que lo constituyen, produciéndose entonces el llamado encabalgamiento. Éste no consiste, como se comenta a menudo, en unir dos versos eliminando la pausa versal, sino precisamente en separar elementos del sintagma que normalmente están fuertemente unidos (por ejemplo, un sustantivo y un adjetivo), manteniendo esta pausa en un lugar que no es habitual en la lengua hablada. El efecto que produce es el de subrayar el significado de las palabras que quedan separadas al final de un verso y al principio del siguiente. La cesura es la pausa que se establece en el interior de un verso [15]. Todos los versos de arte mayor necesitan de la cesura, por evidentes razones fonéticas . Las partes en que la cesura divide el verso se denominan hemistiquios. Cuanto más largos sean el grupos fónicos separados por la cesura, más bajo resultará el tono y más solemne resultará el verso. Por el contrario, numerosas pausas internas formarán grupos fónicos reducidos y el ritmo será más rápido y alegre.

3.1.4. La Rima Entendemos por rima la repetición de los mismos sonidos al final de los versos. Esta repetición ha de efectuarse a partir de la última vocal tónica y puede ser de dos tipos: Asonante: si sólo coinciden las vocales. Ej.: Esta noche ha pasado Santiago su camino de luz en el cielo. Lo comentan los niños jugando con el agua de un cauce sereno.

A B A B

Consonante: si coinciden exactamente vocales y consonantes. Ej.: Amor, amor, que estoy herido. Herido de amor huido; herido, muerto de amor. Decid a todos que ha sido el ruiseñor.

a b b b a b a

3.1.5. Clases de Versos Teniendo en cuenta el uso o no uso del cómputo silábico y de la rima, podemos distinguir los siguientes tipos de versos: Versos sueltos: son aquellos que mantienen la medida de los demás versos de la estrofa —que riman entre sí—, pero no riman con ninguno de ellos. Versos blancos: igual que en el caso anterior, pero ningún verso de la estrofa rima. Versos libres: no siguen ninguna medida, pero riman entre sí.

Versículo o línea poética: los versos no siguen ninguna medida ni riman entre sí. El criterio del poeta para establecer el ritmo no se basa en las normas tradicionales, sino que obedecen a razones como la disposición acentual, el uso de los distintos tipos de paralelismo y correspondencias semánticas [16].

3.2.

La Estrofa

Una estrofa es un conjunto de versos más o menos prefijado por la tradición literaria. En sus orígenes respondía a las líneas melódicas y rítmicas del canto acomodado a las evoluciones y variaciones simétricas de la danza. El repertorio de las distintas combinaciones estróficas fue multiplicándose desde que la poesía se fue independizando de la música y empezó a componerse principalmente para la lectura. El siguiente esquema puede resultar útil para establecer un criterio de clasificación:

PRINCIPALES ESTROFAS CASTELLANAS Nº DE VERSOS

ESTROFA

MEDIDA DE VERSOS

RIMA

ESQUEMA MÉTRICO

2

Pareado

Indiferente

Indiferente

aa

Terceto

Endecasílabos

Consonante

ABA

Tercetilla

Arte Menor

Consonante

aba

Soleá

Arte Menor

Asonante

a—a

Copla

Octosílabos

Asonante

—a—a

Redondilla

Octosílabos

Indiferente

abba

Cuarteta

Octosílabos

Indiferente

abab

Cuarteto

Endecasílabos

Consonante

ABBA

Serventesio

Endecasílabos

Consonante

ABAB

Seguidilla

Heptasílabos y Pentasílabos

Asonante

7a 5b 7a 5b

Cuaderna Vía

Alejandrinos

Consonante

AAAA

3

4

Quinteto

Arte Mayor

Consonante

Quintilla

Arte Menor

Consonante

Lira

Endecasílabos y Heptasílabos

Consonante

5

Esquema variable, aunque ajustado a condiciones: * No pueden rimar entre sí más de dos versos seguidos. * Los dos últimos no pueden formar pareado. * No puede quedar ningún verso suelto. 7a 11B 7a 7b 11B

Esquema variable, pero con las mismas condiciones que el quinteto y la quintilla.

Sextina

Arte Mayor

Consonante

Sextilla

Arte Menor

Consonante

Copla de Pie Quebrado

Octosílabos y Tetrasílabos

Consonante

Seguidilla con bordón

Heptasílabos y Pentasílabos

Asonante

Octava Real

Endecasílabos

Consonante

ABABABCC

8

Copla de Arte Mayor

Dodecasílabos

Consonante

ABBAACCA

10

Décima

Octosílabos

Consonante

abbaaccddc

6

7

14

Series de número indeterminado de versos

8a 8b 4c 8a 8b 4c 7— 5a 7— 5a 5b

5b 7—

Soneto

Endecasílabos

Consonante

Se trata de una estrofa mixta, formada por dos cuartetos y dos tercetos.: ABBA ABBACD C DCD La disposición de los tercetos puede variar; por ejemplo: CDE DCE. En raras ocasiones se le puede añadir un estrambote, de estructura variada. El Modernismo usó una variante de procedencia francesa, con versos alejandrinos en lugar de endecasílabos y serventesios en lugar de cuartetos.

Romance

Octosílabos

Asonante

—a—a—a—a—a — a...

Endecha

Heptasílabos

Asonante

—a—a—a—a—a — a...

Romancillo

Hexasílabos

Asonante

—a—a—a—a—a — a...

Romance Heroico

Endecasílabos

Consonante

—A—A—A—A— A — A...

Tercetos Encadenados

Endecasílabos

Consonante

A B A B C B D C D... XYXY La última estrofa es un serventesio para que no quede ningún verso suelto.

Silva

Endecasílabos y Heptasílabos

Consonante

Distribución libre. Pueden quedar versos sueltos.

Silva Arromanzada

Endecasílabos y Heptasílabos

Estancia

Endecasílabos y Heptasílabos

Zéjel

Villancico

Arte Menor

Arte Menor

Asonante

Silva en la que la rima va distribuida como en el romance; por ejemplo: 7— 7a 7— 11A 7— 11A 7a...

Consonante

Como la silva. Una vez establecida la estrofa, su estructura se repite a lo largo del poema.

Asonante

Variable: consta de un estribillo y varias estrofas en las que el último verso rima con el estribillo y los restantes lo hacen entre sí:; por ejemplo: aa bbba

Asonante

Variable: estrofas de cuatro o, a veces, tres versos. Varias combinaciones posibles; por ejemplo: abba cdcd abb a e f e f...

[1] El hecho de que el autor pretenda una finalidad útil (como la denuncia de injusticias sociales, el adoctrinamiento ideológico del lector...) siempre debe estar subordinado a la finalidad estética. Si no fuera así, nos encontraríamos ante un texto perteneciente a cualquiera de las disciplinas humanísticas (Filosofía, Moral, Historia, Sociología...), no a un texto literario, en el que la función del lenguaje predominante ha de ser la función poética, mediante la cual el texto adquiere verdadera significación por el tratamiento artificial al que es sometida la lengua, para descubrir o formar nuevas significaciones que no están presentes en el lenguaje común. [2] Fernando LÁZARO CARRETER y Evaristo CORREA CALDERÓN: Cómo se comenta un texto literario. Ed. Cátedra. Col. Crítica y Estudios Literarios. Madrid (1976 y siguientes). [3] Como ayuda, podríamos simplificar la clasificación de los distintos géneros y subgéneros siguiéndole siguiente esquema: ÉPICA (verso)

ÉPICA (prosa)

LÍRICA

DRAMÁTICA

DIDÁCTICA

o o o o

Epopeya Cantar de gesta o Romance Épica culta

o o o o o

Formas extensas Novela (caballeresca, morisca, pastoril, sentimental, picaresca, psicológica, realista, naturalista...) Formas breves Novela corta Cuento Leyenda Cuadro de costumbres Cuento folclórico...

o o o o o o

o o o o o o

Formas mayores Himno Oda Canción Elegía Égloga Romance lírico... Formas menores Letrilla Villancico Zéjel Serranilla Endecha Canción...

o o o o o

o o o o o o o o o

Formas mayores Tragedia Comedia Drama

o o o o o

Tragicomedia Auto sacramental... Formas menores Entremés Paso Jácara Loa Baile Mojiganga Sainete Farsa Vodevil...

o o o o o o

En verso Epístola Fábula Sátira Apólogo Poema didácticofilosófico En prosa Diálogo doctrinal Ensayo carta literaria Fábula Sátira Apólogo

[4] Es importante diferenciar entre autor y narrador. El autor es la persona que escribe el texto; el narrador es la “voz” que nos relata los hechos sucedidos. El punto de vista o la actitud del narrador no tienen por qué coincidir con la personalidad del autor. Véase este ejemplo, tomado de La colmena de Camilo José Cela, en el que el narrador se distancia fríamente de lo narrado para causar un mayor efecto: [A Dorita, que trabaja de planchadora en un prostíbulo] “La perdió un seminarista de su pueblo, en unas vacaciones [...]. Dorita tuvo un hijo, y el seminarista, en un permiso en que volvió al pueblo, no quiso ni verla [...]. A Dorita la echaron de su casa y anduvo una temporada andando por los pueblos, con el niño colgado de los pechos [...] la criatura fue a morir, una noche, en una cueva que hay sobre el río Burejo, en la provincia de Palencia. La madre no dijo nada a nadie; le colgó unas piedras al cuello y lo tiró al río, a que se lo comieran las truchas”. [La cursiva es nuestra] [5] Naturalmente, esto sólo será posible si se trata de un texto completo (por ejemplo, un soneto) o de un fragmento que presente una unidad y una relación determinada entre distintos elementos del mismo. Si no es así, este apartado puede obviarse. [6] Recuérdese que artificial es un derivado de arte. Equivale, pues a decir habilidad, técnica, oficio por oposición a lo que es natural. [7] A estos aspectos dedicamos el Apéndice: La Métrica. [8] Véase más adelante, junto con las figuras que afectan a este plano. [9] Tanto la personificación como la animalización y la cosificación suelen realizarse mediante procedimientos metafóricos. [10] Si nos atendemos a la distinción clásica, sería metonimia la expresión de: o causa por efecto: vive de su trabajo (sueldo). o efecto por causa: respeto las canas (vejez). o instrumento por el que lo maneja: un famoso espada (torero).

o o o o

lugar de procedencia por el producto: tomó un jerez(vino). autor por la obra: leo a Calderón. lo físico por lo moral: un hombre sin corazón. ...

Del mismo modo, se considerarían sinécdoque: o la parte por el todo: un rebaño de mil cabezas (animales). o el todo por la parte. la ciudad entera (sus habitantes) se echó a la calle. o la materia por el objeto: sonaban los bronces (las campanas). o continente por contenido: tomó tres copas. o singular por plural: el perro es fiel. o ... Como podemos observar, las diferencias entre metonimia y sinécdoque son borrosas y, estilísticamente, poco pertinentes, por lo que podemos utilizar indistintamente ambos términos.

[11] Véanse las correspondencias alegóricas: R r1 r2 r3 r4 r5 r6 r7

feo libro (mal tabardo) vil correo ajenuz negro por dentro negra tapadera caña espina fea letra mala capa

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I saber no feo (Buen Amor) i1 buen dinero i2 ajenuz blanco por dentro

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i3 i4 i5 i6 i7

blanca harina lo dulce y blanco bella rosa saber de gran doctor buen bebedor

[12] Debe tenerse en cuenta que la h inicial procedente de f- latina no es muda en la lengua española hasta el siglo XVII. Por esto, es normal que, en estos casos, no se verifique la sinalefa en nuestros poetas del Siglo de Oro: Cu-bra de nie-ve la her-mo-sa cum-bre [11] Y vis-te de her-mo-su-ra y luz no u-sa-da [11] Su pronunciación como consonante aspirada aún se mantiene en algunas zonas de Andalucía occidental y Extremadura.

[13] Tomás Navarro Tomás es quien ha desarrollado esta teoría en El arte del verso, Buenos Aires (1965) y, especialmente, en Métrica española, Ed. Guadarrama, Madrid (1974 y siguientes). Las citas que siguen se refieren a este último libro.

[14] Y en la de varios críticos, como, por ejemplo, José María Díez Borque, en El comentario de textos literarios, Madrid [1977 y siguientes].

[15] Así lo señala Tomás Navarro Tomás: “Como rasgo de permanente filiación entre el verso y la fonología de la lengua destaca el hecho de que dentro del cuadro de la versificación española el metro que predomina por la frecuencia y extensión de su cultivo es el octosílabo, cuya medida coincide precisamente con la de la unidad melódica o grupo fónico en la común elocución del idioma.” (Métrica española, pág. 31).

[16] Los criterios de clasificación que adoptamos aquí pueden variar con respecto a los que utilizan otros autores y manuales, ya que no existe unanimidad de criterio. En muchas ocasiones se utiliza el término “verso libre” tanto para el caso que aquí comentamos como para aquellos versos a los que denominamos “versículos”. De todas formas, no deben confundirse nunca los términos “verso libre” (sin medida, pero con rima) y “verso suelto” (con medida, pero sin rima).