Pablo: antecedentes y llamado - Recursos Escuela Sabática

12 sept. 2015 - conocer la esperanza que la muerte y la resurrección del Salvador les traerían. .... de la superioridad
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COMENTARIOS DE LA LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA III Trimestre de 2015

Misioneros

Lección 11 12 de septiembre de 2015

Pablo: antecedentes y llamado Prof. Sikberto Renaldo Marks Versículo para Memorizar: “El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para levar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” (Hechos 9:15, 16).

Introducción Saulo fue uno de los privilegiados entre los israelitas, por acceder a una educación completa. Había tres niveles de educación, casi en forma similar a la de hoy. Sólo los estudiantes más promisorios eran invitados por un rabino para estudiar con él, y completar el tercer nivel de educación. Saulo tuvo el privilegio de estudiar con el rabino Gamaliel. Por lo que Saulo –después Pablo– era un hombre muy inteligente y capaz, con una formación académica completa. El nivel de estudio hace una gran diferencia, y Pablo –por ejemplo– se convirtió en el mayor misionero entre los evangelistas de aquellos tiempos. Algunos hasta llegan a decir que el libro de los Hechos de los Apóstoles debería llamarse Hechos de Pablo. Él llegó a debatir con los griegos y ellos lo respetaron por el poder de sus argumentos y la elocuencia de su oratoria. El gran hecho en la vida de Saulo es que él estaba engañado. Estaba combatiendo a la nueva iglesia pensando que hacía lo correcto. Muchos de los líderes de aquellos días sabían bien que Jesús era el Mesías, pero por celos lo combatieron. Pero Saulo era sincero, además de elocuente y poderoso en sus argumentos. Dios, que no necesita de las calificaciones humanas, pues puede transformar pecadores poco cultos en poderosos evangelistas, por otro lado, no deja que una persona, como Saulo, se pierda. El gran Maestro no necesitaba de Saulo, pero éste necesitaba de Jesús, y recibió la oportunidad de redireccionar su energía y cualidades hacia el rumbo correcto. Así, si estamos involucrados sinceramente haciendo algo equivocado, Dios nos mostrará el error. Así, millones de personas, hacia el fin de los tiempos, cambiarán de postura, saldrán de Babilonia, y –al ser líderes– traerán consigo a multitudes hacia el pueblo de Dios.

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“La luz admirable dada a Pablo en esta ocasión lo asombró y confundió. Estaba completamente subyugado. Esa parte de la obra no podía hacerla algún hombre en favor de Pablo; pero quedaba todavía una obra que cumplir que los siervos de Cristo podían hacer. Jesús le indica a Pablo que recurra a sus agentes de la iglesia para conocer mejor su deber. Así autoriza y sanciona su iglesia organizada. Cristo había hecho la obra de la revelación y convicción, y ahora Pablo estaba en condición de aprender de aquellos a quienes Dios había ordenado que enseñasen la verdad. Cristo envió a Pablo a sus siervos escogidos, y en esta forma lo puso en relación con su iglesia. Los mismos a quienes se proponía matar debían instruirlo en la religión que él había despreciado y perseguido…” (Dios nos cuida, p. 219).

Saulo de Tarso Pablo, de nacimiento, se llamaba Saulo, como judío, Shaul o Saul en hebreo, y Saulus en griego. Pablo fue su nombre latino, que él adoptó más adelante. Perteneciente a la tribu de Benjamín, nació entre los años 5 y 10 d.C. en la ciudad de Tarso, que queda en la región central de la actual Turquía. Su familia era de la dispersión, o sea, de las muchas diásporas (judíos expulsados de su patria) y que, viviendo fuera de su país, aún se mantenía fiel a la fe judía. En Tarso había una sinagoga y una escuela para los hijos de los judíos. Fue circuncidado al octavo día: “Circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de benjamín, hebreo de hebreos. En cuanto a la Ley, fariseo” (Filipenses 3:5). De parte de su padre heredó la ciudadanía romana, condición que contribuyó en algunas circunstancias en las persecuciones de los romanos, y en algunos momentos de su prisión en Roma. Algo que los judíos jamás dejaron en segundo plano es la educación formal de sus hijos, así como jamás dejaron de santificar el sábado. Saulo fue educado en la escuela hasta los doce años, habiendo comenzado a leer a los cinco. Al llegar a los diez años comenzó a estudiar la Mishná (forma escrita de la tradición oral judaica) y sus enmarañadas interpretaciones de la Ley. Luego, en Jerusalén, se convirtió en discípulo de Gamaliel, un famoso rabino, donde se especializó en el conocimiento de su religión. Se volvió fariseo, o sea, un especialista riguroso e irreprensible en el cumplimiento de la Ley y sus pormenores. Este Gamaliel no incentivaba la persecución a los cristianos, y en eso Pablo no fue fiel a su maestro humano. Este rabino era considerado uno de los mayores maestros en los anales de Jerusalén (ver Hechos 5:34-39). Fue este Gamaliel el que dijo, acerca de la persecución a los cristianos: “Os digo: desatendeos de esos hombres, y dejadlos en paz; porque si este plan o esta obra es de los hombres, se desvanecerá. Pero si es de Dios, no la podréis deshacer. No seáis tal vez hallados resistiendo a Dios” (Hechos 5:38, 39). Este fue un consejo equilibrado, que Pablo no aceptó, por lo menos hasta cuando el propio Cristo lo derribó en el suelo. Estudioso, conocía bien el griego y el método retórico. Parece que luego de haber concluido sus estudios en Jerusalén, volvió a Tarso por algunos años, hasta que se convirtió en perseguidor de los cristianos, poco antes del año 34 d.C. No se han encontrado referencias históricas de la época en la que Pablo fue a estudiar a Jerusalén, pero es muy posible que haya ido hacia allí antes de que Jesús comenzara a predicar, pues tres años y medio después de la muerte de Jesús, cuando Esteban fue apedreado, Pablo ya había concluido sus estudios y era un hombre adulto e independiente de Gamaliel. Podría haber tenido alguna clase de contacto con Jesús, pero curiosamente parece que eso no sucedió sino hasta cuando cayó del animal en el que iba monRecursos Escuela Sabática ©

tado, camino a Damasco. Posiblemente, Pablo estudió en Jerusalén antes de que Jesús comenzara su predicación en el año 31 d.C. Cuando Esteban fue apedreado, Pablo debió tener entre 24 y 29 años. En sus escritos, Pablo es, en ocasiones, bastante blando; en otras, bastante severo. “Antes, fuimos blandos entre vosotros como la que cuida a sus hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestra propia vida; porque habéis llegado a sernos muy queridos” (1 Tesalonicenses 2:7, 8). No abandonó sus ideas fundamentales en la Biblia de entonces, ni la fidelidad a los principios del Antiguo Testamento, ni la tradición de los rabinos. Su estado civil, si era soltero o casado, es una incógnita. En ocasiones, parece ser soltero: “Quisiera más bien que todos los hombres fueron como yo. Pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno de una manera, y otro de otra. Digo, pues a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedar como yo” (1 Corintios 7:7, 8). En otras, parece estar casado: “¿No tenemos derecho de traer con nosotros una esposa creyente, como los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?” (1 Corintios 6:9). Pablo poseía un estilo de escribir bastante intrincado, profundo, pero poco didáctico. Es necesaria mucha atención pasa saber bien lo que se quiere exponer. Era un hombre muy preparado, además de conocer muy bien su religión (lo que puede ser comprobado por las muchas citas del Antiguo Testamento de las que se vale en sus escritos), tenía muchas nociones de filosofía y de las religión griega de su tiempo. En su primera misión apostólica, entre los años 45 y 49 d.C., anunció el evangelio en Chipre, Panfilia, Pisidia y Licaonia (Hechos 13 y 14), y pasó a utilizar el nombre Pablo, en preferencia a su nombre judaico Saulo. 1 Elena G. de White revela la dificultad inicial de Pablo para predicar con los otros primeros líderes cristianos. “Después de haber huido de Damasco, fue Pablo a Jerusalén a los tres años de su conversión, con el principal objeto de ‘ver a Pedro’, según él mismo declaró después. Al llegar a la ciudad donde tan conocido fuera un tiempo como Saulo el perseguidor, ‘tentaba de juntarse con los discípulos; mas todos tenían miedo de él, no creyendo que era discípulo’. Era difícil para ellos creer que ese fanático fariseo, que tanto había hecho para destruir la iglesia, pudiese llegar a ser un sincero seguidor de Jesús. ‘Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y contóles cómo había visto al Señor en el camino, y que le había hablado, y cómo en Damasco había hablado confiadamente en el nombre de Jesús’". (Los hechos de los apóstoles, p. 105). “El solemne cometido que se dio a Pablo en ocasión de su entrevista con Ananías pesaba de modo creciente sobre su corazón. Cuando, en respuesta a las palabras: ‘Hermano Saulo, recibe la vista’, Pablo había mirado por primera vez el rostro de este hombre devoto, Ananías, bajo la inspiración del Espíritu Santo, le dijo: ‘El Dios de nuestros padres te ha predestinado para que conocieses su voluntad, y vieses a aquel Justo, y oyeses la voz de su boca. Porque has de ser testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora pues, ¿por qué te detienes? Levántate, y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre’ (Hechos 22:14-16).”

1 Puede leerse más acerca de Pablo en http://curiosolinks.com.br/biografia-de-paulo-de-tarso/ También en http://www.abiblia.org/ver.php?id=2686 Recursos Escuela Sabática ©

“Estas palabras estaban en armonía con las de Jesús mismo, quien, cuando detuvo a Saulo en el camino a Damasco, declaró: ‘Para esto te he aparecido, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que apareceré a ti: librándote del pueblo y de los Gentiles, a los cuales ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, remisión de pecados y suerte entre los santificados’ (Hechos 26:16-18)”, (Ibíd., pp. 103, 104).

Pablo, el hombre Pablo poseía dos cualidades esenciales: era celoso y humilde. Una persona con celo, pero humilde, si está equivocada, cuando se le muestra que está equivocada, lo acepta y cambia de inmediato. Él pensaba que estaba haciendo algo correcto al combatir al cristianismo naciente. Pensaba que ese movimiento era un grave error dentro del judaísmo, así como habían aceptado algunos otros errores y el pueblo de dios había pagado un alto precio por ellos. Pablo –Saulo en aquellos tiempos– no quería que el pueblo de Dios sufriera, una vez más, a causa de ese movimiento. Pero en esta ocasión el hombre celoso estaba combatiendo al lado equivocado. Muchos enemigos de Jesucristo y su iglesia sabían que estaban combatiendo al propio Dios, tal como Satanás –por envidia– permanecieron en su error. A éstos Dios jamás los llamaría como lo hizo con Saulo. Saulo, o Pablo, era también humilde. Quería hacer lo correcto, y del modo correcto. Jesucristo, que lee las mentes, lo sabía. Por ello, interrumpió drásticamente la intención de perseguir de este hombre celoso, y lo convirtió en un poderoso aliado, volviéndolo un instrumento de salvación. Pablo lo aceptó, porque era humilde, así como celoso. Me habría gustado saber qué hicieron los otros hombres que acompañaban a Saulo hacia Damasco, luego de la caída del perseguidor. ¿Continuaron como hasta ese momento, o cambiaron como lo hizo su jefe? Es una curiosidad, pero lo sabremos algún día, si permitimos ser salvados. Mi hermano y hermana: mantente firme en tus convicciones bien basadas en el conocimiento de la verdad. En estos últimos días, nuestra iglesia está siendo liberal, y tiene que ser así para ser, al mismo tiempo, tibia. Pero Dios acabará con esta situación. Eso sucederá a través del zarandeo, luego del decreto dominical. En esa ocasión, sólo los celosos y humildes subsistirán. Los otros, liberales o radicales, serán zarandeados hacia afuera, para que colaboren con el enemigo, y así llegue más rápidamente el profetizado colapso final definitivo.

De Saulo a Pablo Dios cambió el nombre de Abram a Abrahán; el de Sarai, por Sara. Pero el cambio de Saulo por Pablo no fue un acto de Dios, sino que el que lo hizo fue el propio Pablo. Pablo era su nombre romano, y fue muy interesante usarlo para poder alcanzar a las personas extranjeras de aquél tiempo, cuando el imperio que dominaba era el romano. Además, Pablo era ciudadano romano de nacimiento, por parte de su padre. ¿Cuál fue la razón para el cambio de nombre? Lo cambió porque Saulo iría a los gentiles, y también porque hora ya no era un simple ayudante de Bernabé, sino un líder en misión.

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Pablo cambió de ejército. Abandonó las filas de Satanás, aunque no sabía que estaba en esa situación, y se pasó a las filas del Señor Jesucristo. “Un general muerto en la batalla es una pérdida para su ejército, pero su muerte no da fuerza adicional al enemigo. Más cuando un hombre eminente se une al adversario, no solamente se pierden sus servicios, sino que aquellos a quienes él se une obtienen una decidida ventaja. Saulo de Tarso, en el camino a Damasco, podría fácilmente haber sido muerto por el Señor, y se hubiera restado mucha fuerza al poder perseguidor. Pero Dios en su providencia no sólo le perdonó la vida, sino que lo convirtió, transfiriendo así un campeón del bando del enemigo al bando de Cristo. Como elocuente orador y crítico severo, Pablo, con su firme propósito y denodado valor, poseía precisamente las cualidades que se necesitaban en la iglesia primitiva”. (Los hechos de los apóstoles, p. 102). El propio Jesucristo lo llamó para que llevara el evangelio a los gentiles. Los ojos de ellos les serían abiertos, para entender la inutilidad de la adoración a imágenes e ídolos, y conocer la esperanza que la muerte y la resurrección del Salvador les traerían.

Pablo en el campo misionero Pablo hizo un viraje de ciento ochenta grados a la dirección y al sentido de sus esfuerzos. Antes, había combatido a Jesucristo; luego, enseñó sobre Jesucristo. Enseñó acerca de la vida, la muerte y la resurrección de Jesús así como presentarlo como Salvador del mundo. Aquél que antes odiaba, ahora amaba y persuadía a otros a hacer lo mismo. Los esfuerzos de Pablo se dirigieron al generar en los hombres y las mujeres, a través de la enseñanza, el alcance de la perfección en Cristo, volviéndose discípulos fieles, completos en toda sabiduría y conocimiento. Tenemos que aprender con él, pues uno de los énfasis de hoy es enseñar poco, realizar un llamado, bautizar, y luego abandonar a la criatura recién nacida espiritualmente. Antes de bautizar debemos enseñar más, mucho más. Porque luego, esas personas tendrán que enfrentar la necesidad de convivir con otra cultura, otros hábitos, otras amistades. El cambio en la vida es demasiado radical como para lograrse mantenerse en él sin el apoyo de otras personas. Nuestro énfasis es la cantidad de personas bautizadas, y no la calidad de la espiritualidad de ellas y, mucho menos, si están o no salvándose. Elena G. de White escribió sobre esto: “La salvación no está en el bautismo, no se recibe con tener los nombres inscriptos en los libros de la iglesia, no se obtiene predicando la verdad. La salvación se consigue mediante una unión vivificante con Cristo que renueva el corazón, y al hacer las obras de Cristo con fe y al trabajar con amor, paciencia, humildad y esperanza. Cada alma unida con Cristo será un misionero viviente para todos los que la rodean”. “No han obtenido experiencia espiritual mediante la comunión personal con Dios, ni un verdadero conocimiento de lo que constituye el carácter cristiano; por lo tanto muchas personas son bautizadas sin estar en condición de recibir este rito sagrado, porque aún están unidas al yo y al mundo. No han visto a Cristo ni lo han recibido por fe” (Carta 55, 1886; Review and Herald, 4 de febrero, 1890; citados en El evangelismo, pp. 234, 235). Pablo enseñaba completamente el evangelio de Jesús, luego organizaba una iglesia y su liderazgo, después enviaba cartas, algunas de las cuales están en la Biblia, y cuando podía, volvía a visitar estas iglesias para fortalecerlas, especialmente a sus líderes. Se interesaba por la vida profesional de las personas para así ayudarlas en su vida espiritual. Hacía enormes esfuerzos para acercarse a las personas donde ellas vivían, pasa saber cómo vivían y cuáles eran sus problemas. Con su inteligencia, y con oración, con Recursos Escuela Sabática ©

el poder del Espíritu Santo, ayudaba a los miembros de manera integral. Así, el cristianismo se fortalecía.

Misión y multiculturalismo En esta sección nos remontamos a una historia que se encuentra en Gálatas 2:11-16. Pedro estaba en Antioquía. Esto ocurrió luego del encuentro con Cornelio y después del concilio de Jerusalén. En Antioquía, Pedro se sentaba normalmente con los gentiles, en la misma mesa, e iba a sus casas. Pero cuando llegaron unos judíos muy celosos, con la tradición de los ancianos, Pedro disimuló, y ya no comía más con los gentiles. Disimular es fingir, esconder los sentimientos, hacer de cuenta. O sea, se volvió un “cretino”, o peor, para ser más enfático, un “sinvergüenza”, por su mal carácter, mentiroso, falso. Ahora bien, estos no son rasgos de carácter compatibles con un cristiano. Me valdré para esto de un texto acerca del tema que encontré investigando por Internet, y que creo apropiado para explicar lo que sucedió. “Cuando Pablo visitó Jerusalén, Pedro, junto a Santiago y Juan, le extendieron la mano derecha en señal de comunión (Gálatas 2:1-10). Cuando Pedro visitó Antioquía, Pablo se le opuso frente a frente (Gálatas 2:11-16). “Tanto Pablo como Pedro eran cristianos, hombres de Dios, que sabían lo que era ser perdonado a través de Cristo, y que habían recibido al Espíritu Santo. Además, ambos eran apóstoles de Jesucristo, especialmente llamados, comisionados e investidos con su Autoridad. Ambos eran respetados en las iglesias por su liderazgo. Ambos habían sido poderosamente usados por Dios. En rigor de verdad, el libro de los Hechos está virtualmente dividido al medio en dos partes: la primera contando la historia de Pedro, y la segunda contando la historia de Pablo. “Pero aquí encontramos al apóstol Pablo resistiendo cara a cara al apóstol Pedro, contradiciéndolo, reprendiéndolo y condenándolo, porque se había apartado y separado de los creyentes cristianos gentiles, ya no comiendo con ellos. No es que Pedro negara el evangelio en su doctrina, pues Pablo se esmera en demostrar que él y los apóstoles de Jerusalén estaban unidos en cuanto al evangelio (Gálatas 2:1-10), y repite este hecho aquí (Gálatas 2:15, 16). La ofensa de Pedro contra el evangelio estaba en su conducta. En palabras de J. B. Phillips, ‘su conducta estaba en contradicción con la verdad del evangelio’”. 2

Resumen y aplicación del estudio I.

Síntesis de los principales puntos de la lección 1. ¿Cuál es el principal enfoque? Pablo se adaptó a las diferentes culturas para comunicar y enseñar con más facilidad el conocimiento del evangelio. Esto, sin embargo, no quiere decir que se hizo pagano, o que fuera medio pagano y medio cristiano. Él no se pasó al otro lado, sino que fue al otro lado a conquistar personas, del paganismo al verdadero cristianismo. Fue muy criticado por los judíos, no por mala voluntad, sino por el celo

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http://www.ebdareiabranca.com/2011/1trimestre/licao11ajuda07.htm Recursos Escuela Sabática ©

por los rituales ceremoniales, que Jesús sí había abolido en la cruz, y pensaban que Pablo estaba tergiversando la fe judaica, no exigiendo de los gentiles la práctica de esos ritos. Sin embargo, el alcance de los rituales no era para siempre, sino hasta la muerte del Mesías. 2. ¿Cuáles son los tópicos relevantes? Debemos ser creativos para alcanzar a personas del mundo, en su contexto mundano, pero debemos sacarlas del mundo y traerlas a la cultura celestial, dentro de la iglesia. Para eso, debemos tener una iglesia con esa cultura, y debemos ser capaces de hacerla atractiva, no solo para nosotros, sino para todos. 3. ¿Has descubierto otros puntos que podrías añadir? ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ II. ¿Qué cosas importantes podemos aprender de esta lección? Como cristianos estamos viviendo en medio de la basura satánica de los últimos días. Debemos dar testimonio de la superioridad del estilo de vida de los auténticos seguidores de Cristo. 1. ¿Qué aspectos puedo agregar a partir de mi estudio? ________________________________________________________________ _________________________________________________________________ 2. ¿Qué medidas debemos tomar a partir de este estudio? Creo que debemos leer más la Biblia y los escritos de Elena G. de White para salir de la tibieza, y no ser sacudidos hacia afuera cuando el zarandeo se vuelva mucho más fuerte. Pero también debemos seguir esos principios. 3. ¿Qué es lo bueno en mi vida que me propongo a reforzar y lo malo para cambiar? _________________________________________________________________ _________________________________________________________________ 4. Comentario de Elena G. de White “Pablo contempló al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Escuchó la voz de Cristo diciendo: ‘Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí’ (Juan 14: 6). Entonces decidió valerse de los beneficios de la gracia salvadora, para morir a las transgresiones y el pecado, para ver que su culpa fuera lavada en la sangre de Cristo, para ser vestido con la justicia de Cristo, para ser una rama de la Vid viviente. Caminó con Cristo, y Jesús llegó a ser para él no sólo una parte de la salvación, mientras que sus propias buenas obras constituían la otra, sino el todo en todo, lo primero y lo último y lo mejor en todas las cosas, El poseía la fe que extrae vida de Cristo, que lo capacitó para conformar su vida con la del ejemplo divino. Esta fe no reclama nada para su poseedor apoyándose en su justicia, sino que lo reclama todo en virtud de la justicia de Cristo” (Exaltad a Jesús, p. 34). Recursos Escuela Sabática ©

5. Conclusión general Pablo es un buen ejemplo de cómo ser un misionero y maestro en nuestros días. Vivimos en medio de muchas culturas que poseen componentes inconvenientes para la iglesia. Necesitamos alcanzar a personas de todas las naciones, por lo tanto, de todas las culturas, sacarlas de allí y –con el poder del Espíritu Santo– hacerlas ciudadanas del reino de dios. Estas personas deben aceptar una nueva cultura, no terrenal. Tienen que abandonar muchas cosas de aquí para poder asumir otras de lo Alto, cosas santas y puras. Todos debemos cambiar la ciudadanía y el estilo terrenal por el estilo de vida y la ciudadanía celestial. 6. ¿Cuál es el punto más relevante al que llegué mediante este estudio? _________________________________________________________________ _________________________________________________________________

Prof. Sikberto R. Marks Traducción: Rolando Chuquimia RECURSOS ESCUELA SABÁTICA © [email protected]

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