Untitled - Recursos Escuela Sabática

Alejo Aguilar Gómez. ASOCIACIÓN CASA EDITORA SUDAMERICANA. Av. San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste. Buenos Aires, Re
171KB Größe 7 Downloads 103 Ansichten
Recursos Escuela Sabática ©

Santiago Un hermano de Jesús nos enseña a vivir la fe

Alejo Aguilar Gómez

ASOCIACIÓN CASA EDITORA SUDAMERICANA Av. San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste Buenos Aires, República Argentina www.escuela-sabatica.com

Santiago Un hermano de Jesús nos enseña a vivir la fe Alejo Aguilar Gómez Dirección: Daniel Bosch (APIA-GEMA) Diseño del interior: Andrea Olmedo Nissen Ilustración de la tapa: Lars Justinen Libro de edición argentina IMPRESO EN LA ARGENTINA - Printed in Argentina Primera edición MMXIV - 8M Es propiedad. Copyright de la edición en español © 2014 Asociación Publicadora Interamericana y GEMA editores ©2014 Asociación Casa Editora Sudamericana. Publicado con permiso de los dueños del Copyright Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723. ISBN 978-987-701-208-8 Aguilar Gómez, Alejo Santiago: un hermano de Jesús nos enseña a vivir la fe / Alejo Aguilar Gómez / Dirigido por Daniel Bosch / Ilustrado por Lars Justinen – 1ª ed. - Florida: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2014. 155 p.; 14 x 20 cm. ISBN 978-987-701-171-5 1. Epístola de Santiago. I. Bosch, Daniel, dir. II. Justinen, Lars, ilus. III. Título CDD 227.91

Se terminó de imprimir el 31 de julio de 2014 en talleres propios (Av. San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

-106649-

Recursos Escuela Sabática ©

Contenido Introducción ....................................................................................5 1. Santiago: ¿«hermano» o «siervo» de Jesús? ..................................7 2. El propósito de las pruebas ..........................................................19 3. ¡Bienaventurados los que no se confunden! ..............................31 4. Cuando oír significa hacer ...........................................................43 5. Vivir como reyes............................................................................55 6. La evidencia de que estamos vivos .............................................67 7. «En palabras de Jesús» ..................................................................77 8. Un antídoto procedente del cielo ...............................................89 9. Ni hablar ni actuar como ellos ..................................................101 10. Lástima que haya tan pocos.......................................................111 11. Los pacientes no juran ................................................................123 12. Santiago, el pastor .......................................................................135 13. El evangelio de Santiago, según Isaías ......................................147

www.escuela-sabatica.com

Recursos Escuela Sabática ©

Introducción Hace poco, compartí con uno de mis primeros profesores de Teología el manuscrito del libro que usted tiene en sus manos. Consciente de su profundo conocimiento bíblico y de su vasta experiencia editorial, sabía que la opinión de mi exprofesor me sería de gran utilidad en la revisión final del manuscrito. Su reacción consistió en una pregunta: «¿Y si la Epístola de Santiago no estuviera en la Biblia?» Me quedó claro que, antes de darme su opinión sobre el manuscrito, mi profesor esperaba que yo fuera capaz de responder con claridad una pregunta tan significativa como esa. Tras reflexionar en la pregunta comprendí que si esta singular Epístola no hubiera estado en la Biblia, el mensaje cristiano definitivamente habría sufrido una gran pérdida, y nuestra comprensión del evangelio habría quedado empobrecida. Me explico. Dado que la intención de Santiago es aclarar cómo se vive el cristianismo auténtico, así como destacar el carácter práctico del evangelio, es evidente que su Epístola no está en la Biblia por ser un tratado teológico rayano en lo abstracto. Por el contrario, siendo que Santiago muestra haber estado en contacto con la vida cotidiana de la iglesia y que le preocupaba ver cómo algunos estaban tomando la fe como un simple asentimiento intelectual (Santiago 2:19), dicha preocupación le hizo plantear a sus lectores interrogantes como estas: «¿De qué sirve [...] si alguno dice que tiene fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa fe salvarlo?» (2:14, BLA). En otras palabras, ¿puede esa clase de fe, una fe que carece de vitalidad y que no conduce a una vida transformada, salvar a alguien? O esta otra: «Si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?» (2:15-17). La respuesta obvia es que no aprovecha de nada, ya que una «fe» que no nos lleva a hacer buenas obras, tal como el mismo Santiago lo afirma a continuación, es una fe que está «muerta en sí misma» (2:17). www.escuela-sabatica.com

Por cuanto en nuestros días todavía existe el peligro de ver el evangelio como una teoría o como una simple propuesta social, y por cuanto rehuir la responsabilidad nada agradable de hacer cambios reales en nuestra vida y conducta pareciera seguir siendo más atractivo, es evidente que exhortaciones como las de Santiago no solo son necesarias, sino que continúan siendo relevantes para nuestros tiempos. En efecto, siendo que Santiago anhelaba que en la vida de todos sus lectores se viera el fruto de las buenas obras producidas por la fe, y por cuanto no olvidó decirnos cómo esto puede ser posible, el hecho de que la Biblia no cuente con su libro indudablemente habría sido una gran pérdida. ¡Cuán acertada resultó la pregunta de mi profesor! Así que, ya que pasaremos todo un trimestre tratando de entenderlo y aplicarlo mejor, agradezcamos a Dios por el mensaje de Santiago y por la forma tan gráfica y práctica con la que él fue capaz de plasmar y transmitir sus enseñanzas. Sí, en mi caso, agradezco a Dios por ello, pero también por haberme invitado a través de IADPA a escribir este comentario sobre Santiago. Hacerlo, ciertamente, me llevó a reevaluar mi propia experiencia espiritual, pero sobre todo la ha enriquecido. Quiera el Cielo bendecir a cada lector mucho más que a mí, y que al dedicarnos al estudio de esta singular Epístola también permitamos que el Espíritu Santo siga produciendo en nuestra vida una fe práctica y genuina, una fe como la que transformó al propio Santiago. ALEJO AGUILAR

Recursos Escuela Sabática ©