Mikel y Mami dan un paseo

Ana Morris

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© 2011 Ana Morris. All rights reserved. No part of this book may be reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted by any means without the written permission of the author. First published by AuthorHouse

9/21/2011

ISBN: 978-1-4670-4203-1 (sc)

Printed in the United States of America Certain stock imagery © Thinkstock. This book is printed on acid-free paper.

Una mañana bonita Mami le preguntó a Mikel (pronunciado MÍ-kel) a ver si quería dar un paseo. -¡Sí, Mami!- contestó. Mikel y Mami no podían hacer cosas juntos a menudo, porque Mami trabajaba casi todos los días. -Entonces, nos preparamos!- sonrió Mami. –Hace fresquito hoy, así que ponte los jeans y lleva la chaqueta contigo.

-¡No necesito mi chaqueta, Mami!- dijo Mikel. -No hace frío. -Fíate de mí- le contestó Mami. –y ponte calcetines con las playeras. -¡Por favor, mami!- gritó Mikel. -¡Se me van a quemar los pies!

-Fíate de mí, Mikel- le contestó Mami. -Estarás contento de tenerlas puestas- le respondió Mami. -Pero…- Mikel empezó a lloriquear. -Si quieres dar un paseo conmigo hay que hacer lo que yo te pida- dijo Mami. -Bien- dijo Mikel. No estaba muy contento, pero quería dar un paseo con Mami. Mikel y Mami pasaron por el parque. Mikel hizo muchas preguntas. -¡Mira, Mami!-gritó. -Mira el pájaro amarillo en ese árbol! ¿Qué tipo de pájaro es?

Mami miró. –Es una cardelina, como un canario salvaje- le contestó. -¿Ves las alas negras? Ese es el pájaro que representa el estado de Iowa. -¿De verdad?- le preguntó Mikel. -Fíate de mí- le contestó Mami. Mikel se fió de Mami. Ella sabía muchas cosas. -¡Mira esas flores blancas tan bonitas!- gritó Mikel. -Son margaritas- dijo Mami.

-Las margaritas son mis flores favoritas. Parecen estar muy felices. -¿Cómo puede estar una flor feliz?- preguntó Mikel. -Tal vez porque me hace sonreír solo al verlas- contestó Mami. -Me encantan. -Ah- contestó Mikel. No lo entendía, pero estaba contento de estar con Mami. -¿Qué son estas hojas tan bonitas cerca del bosque?- preguntó Mikel. Mami miró y vio una planta con hojas en grupos de tres. -¡No toques eso!- Mami gritó.

-¿Por qué no?- preguntó Mikel al extenderse la mano a las hojas. Paró justamente antes de tocarlas. ¡-Esa es la hiedra venenosa!- explicó Mami. -Te picará mucho y tendrás que ir al médico porque se te aparecerán en la piel ampollas. ¡Pica muchísimo! ¿Estás segura?- le preguntó Mikel. -Fíate de mí- le contestó Mami. Ella parecía estar muy segura, así que Mikel no tocó la planta. Mikel y Mami siguieron un sendero en el bosque. -¿Mami?- preguntó Mikel al entrar más lejos en el bosque. -Sí, Mikel- le contestó Mami. -Me estoy enfriando- Mikel se quejó. Mami sonrió. - ¿No recuerdas? Llevaste una chaqueta que no pensabas que te haría falta. ¿Estás contento ya que la tienes? -Ah. Se me olvidó- contestó Mikel. Se puso la chaqueta y le sonrió a Mami. Pasearon más y pausaron donde se bifurcaba el sendero. Mami le preguntó a Mikel - Mikel, ¿en qué dirección quieres ir?

-¿Yo?- Preguntó Mikel. Tenía las mejillas rosaditas del aire fresquito. -Sí- dijo Mami. - Elige tú. -¡Vamos a ir por aquí!- Mikel se puso emocionado. Había elegido el sendero que pasaba cerca del río. Mikel y Mami pasaron por el río y miraron el agua que corría rápidamente al lado suyo.

De repente paró Mikel. -¿Mami? -Sí, Mikel? -¿Qué es ESO? Ahora Mikel indicaba con el dedo un animal en el agua. Nadaba cerca del tronco de un árbol caído.

El animal fue del color café oscuro. No lo veo muy bien- contestó Mami. -Vamos a mirarlo. -¡SÍ!- contestó Mikel. Le gustaba mirar animales, y éste le era nuevo. ¡Hasta Mami no sabía lo que era! -Es marrón oscuro- se fijó Mami- y parece alargado. No puede ser castor porque los castores pesan más y éste no tiene la cola amplia- Mami pensaba en voz alta. -No creo que las nutrias vivan por aquí.- continuó.

-¿Me pregunto si puede ser un visón? ¿Vamos a saber?-¡Sí! ¡Sí! - contestó Mikel y dio un paso hacia la ribera. -¡Para!- gritó Mami. Mikel paró allí mismo. -¡Podrías resbalarte y caer al río! ¡El agua corre rápidamente! ¡No quiero que te hagas daño! ¡Estaría muy triste si te hicieras daño!

Mikel miró a Mami y vio que parecía tener miedo y estar triste. -¿Cómo vamos a saber lo que es?- Mikel le preguntó. -Vamos a ir a la biblioteca- dijo Mami. -Tienen libros y fotos de animals allí. -¿Estás segura?- Mikel no estaba muy seguro. -Fíate de mí- dijo Mami y sonrió.

Mami y Mikel volvieron a casa andando. Entonces subieron al auto. Cuando Mami y Mikel llegaron a la biblioteca, Mikel bajó del auto y empezó a correr hacia la puerta.

-¡Para!- gritó Mami. -Necesitas esperarme. Puede haber autos en el parking ¿te acuerdas? Tienes que tener cuidado. Espérame. -¡Ay, Mami!- se quejó Mikel. -Está bien- contestó Mami.- Entiendo que estás emocionado. Pero hay que tener cuidado primero. Para entonces, Mami ya había llegado donde estaba Mikel al lado del auto y él la acompañó a la biblioteca. ¡Mami sabía justamente adonde ir! Pasó a los libros de animales, pero había demasiados que mirar.

¡Mikel quería saber ahora mismo! Mami pasó al diccionario. Buscó la palabra visón. Había un dibujo de un animal que se parecía algo al animal en el río. -Tal vez- murmuró Mami. Luego Mami pasó a otro grupo de libros. Dijo que eran en-ci-clo-pe-dias.

Fue una palabra larga para Mikel, pero Mami explicó que tenían más información que los diccionarios, así que Mikel esperaba mientras ella buscaba. -¡Mira, Mikel!- llamó en voz baja. No podía hablar alto en la biblioteca. Molestaría a la otra gente.

Los otros que estaban en la biblioteca ya le sonrían a Mikel porque era tan jovencito y emocionado sobre aprender del animal. -¿Lo buscaste?- preguntó Mikel. -¡Mira!- repitió Mami e indicó a una foto. Mikel vio la foto en la enciclopedia. -¡Mami!- ¡Ese es el animal que vimos! Se le olvidó hablar en voz baja. -¡Ch ch!- Mami le recordó. -El animal que vimos sí que fue un visón- dijo Mami. Un visón AMERICANO. -¿Un VISÓN?- Mikel repitío la palabra. -Sí- contestó Mami. Mikel estaba contento, y también lo estaba Mami. Mami le dijo que habían resuelto su misterio. -¿Qué es un misterio?- preguntó Mikel. -Es una pregunta que tiene una respuesta que es difícil encontrar.- respondió ella. -¿Estás segura?- le preguntó Mikel, inclinándose la cabeza y mirando a su mami. -Fíate de mí,- le contestó Mami y sonrió. Mikel sonrió también. Estaba contento. Mami lo estaba también.