El lujo rústico y el sueño del vino propio al pie de la Cordillera

12 ene. 2014 - de bolero (Sólo Tú y Sólo Contigo), unos cuantos que surgen de la com- binación de nombres (Ferroga es la
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4 | TURISMO

| Domingo 12 De enero De 2014

El lujo rústico y el sueño del vino propio al pie de la Cordillera mendoza. En el ascendente Valle de Uco, The Vines es un millonario proyecto vinícola, inmobiliario y turístico

Teresa Bausili LA NACiON

MENDOZA.– Si el demócrata John Kerry hubiera ganado la presidencia de Estados Unidos en lugar de George Bush, allá por 2004, las cosas habrían sido definitivamente diferentes para Michael Evans. Básicamente, porque como asesor de campaña de Kerry, el empresario norteamericano no habría necesitado retirarse a algún rincón lejano como la Argentina, más no sea para reponerse de la dura derrota electoral. Pero lo que iban a ser unas vacaciones de tres semanas terminaron convirtiéndose en nueve años de vida al pie de la Cordillera. Fue precisamente en Mendoza donde Evans conoció a Pablo Giménez Riili, bodeguero de toda la vida. Uno chapoteaba algo de inglés, el otro de español, pero se entendieron tan bien –asados en familia, cabalgatas y hasta una noche de boliche mediante–, que no sólo forjaron una amistad inquebrantable, sino que se asociaron en uno de los proyectos más comentados del mundo vitivinícola: The Vines of Mendoza. Podría tratarse de un wine country más, uno de esos modelos de negocios que se han puesto de moda en ciertas regiones productivas de la provincia. Una suerte de barrio privado donde el propietario compra unas hectáreas y cumple el sueño del viñedo propio. Pero la apuesta de The Vines va por más. Es de hecho una de las más exigentes y ambiciosas del mercado, con 60 millones de dólares de inversión y 600 hectáreas de terreno, de las cuales 400 ya están plantadas. Claro que el emprendimiento arrancó con mucho menos: 40 hectáreas en una zona de mucha piedra y poca agua, en el corazón del ahora aclamado Valle de Uco, una hora y media al sur de Mendoza capital y a 1100 metros de altura. “Hace 20 años ésta no era una zona rentable por la baja producción; el foco no estaba en los vinos de alta gama. Además, acá arriba no se podía regar porque no había riego por goteo”, explica Giménez Riili. En 2007 se plantaron los primeros viñedos. En 2010 se construyó la bodega y ahora, casi cuatro años después, se estrenan las 22 villas que ya

forman parte de The Leading Hotels of the World. Son cabañas de uno y dos dormitorios sin nada que envidiar al mejor cinco estrellas de Napa Valley o la Toscana. Distribuidas en dos líneas con vistas a un lago artificial, a la Cordillera y a las viñas, las “casitas” de hasta 253 m2, madera, piedra y lujo rústico están en venta (ya hay nueve que tienen dueño; los precios van de los 350.000 a los 900.000 dólares y se pueden alquilar cuando no se usan), pero también funcionan como hotel (de 500 a 1200 dólares la noche). Completan la oferta hotelera una pileta que se funde con el horizonte, el dúo bar & cava, un spa de 570 m2 y un gimnasio construido por encima de los viñedos (eso sí: la idea es que los huéspedes puedan aprovechar de otras actividades al aire libre, desde yoga y cabalgatas hasta clases de cocina y enología). Se suma además el restaurante Siete Fuegos, de Francis Mallmann, un espacio abierto y a la sombra, con preparaciones como ojo de bife nueve horas, infiernillo de salmón, chivo al curanto, pollo al hilo y otros platos de la cocina del chef patagónico. También en 2015 se espera otra inauguración: la Villa de Bodegas, un cluster que agrupará doce bodegas boutique para que los visitantes no tengan que ir de acá para allá para sorber unas copas de vino (hoy por hoy, los vecinos más famosos de The Vines son Clos de los Siete, Salentein y Lurton).

Es esto o una amante Hubo, claro, algunos momentos de incertidumbre propias de los vaivenes de la economía argentina, cuando Giménez Riili y Evans se replantearon si valía la pena dedicarle alma y vida al proyecto. Pero siguieron, sí, y a fondo, y hoy cuentan con 130 propietarios de viñedos, la mayoría consumidores de alto poder adquisitivo, en particular extranjeros (estadounidenses, brasileños y europeos varios). El mínimo para comprar aquí es de 3 acres (1,2 hectáreas), y hay que pensar en unos 250.000 dólares la parcela, además de unos 9000 al año de mantenimiento. Y aunque el 80% de los propietarios han invertido por puro placer (y, por qué no, para poder decir “Tengo

Una hora y media al sur de Mendoza capital, hectáreas de viñedos, villas cinco estrellas y spa

Los fuegos a la Mallmann y la gran sala de degustación

mi propio viñedo en la Argentina”), hay quienes comercializan sus vinos en restaurantes y cadenas de distribución. “Hemos creado una marca muy fuerte y cada año se valoriza más la inversión”, señala Giménez Riili, al tiempo que asegura que su objetivo es convertir a The Vines en el mejor proyecto de Sudamérica en su tipo. Por ahora, los orgullosos propietarios viajan hasta aquí para meter las manos en la tierra, plantar, podar, hacer pisoneos, seleccionar la variedad de uva (Malbec es la estrella, pero también hay plantaciones de Petit Verdot, Pinot Gris o Grigio) y hacer un corte propio. Detrás de la elaboración de cada vino, hay un trabajo muy personalizado de seguimiento y asesoramiento, y el cliente puede producir desde una barrica con vino ultrapremium hasta un tanque de 10.000 litros. Además de definir el estilo de vino de su preferencia (la bodega tiene tanto tanques como lotes de viñedos, divididos por dueño y por varietal), el propietario diseña su propia etiqueta y el nombre de su botella. Hay algunos nombres que no dicen mucho, como 3 Cóndores o Solsticio, otros que parecen salir de una letra de bolero (Sólo Tú y Sólo Contigo), unos cuantos que surgen de la combinación de nombres (Ferroga es la conjunción de Fernanda, Rodolfo y Gabriela, o Serca, de Sergio y Carolina), un par con sentido del humor y gratitud (como Gran Nariz o Gracias

fotos gentileza the vines

a la Vida) y también están, por último, los que tienen su historia. Como la del norteamericano que, ante la pataleta de su mujer, cuando se enteró de que su marido quería hacerse el bodeguero en Mendoza, le contestó, tajante: “Es esto o una amante”. Y como no podía ser de otra manera, el vino se llama La Amante.ß MENDOZA

Mendoza SAN LUIS CHILE

Valle de Uco

LA PAMPA 150 km

daTos úTiles Cómo llegar ◗ LAN vuela a Mendoza con cuatro frecuencias diarias de lunes a sábados y tres los domingos. Pasajes, desde $ 1510. www.lan.com.

The Vines of mendoza ◗ Informes y reservas: (261) 461 3900; 261 461 3851; info@ vinesresortandspa.com

Premio a la mejor cava mendoza. Wine Spectator’s 2013 Best of Award of Excellence. Ésa fue la distinción con la que se alzó el Bistro M, el restaurante insignia de Park Hyatt Mendoza Hotel, Casino & Spa, por su importante carta de vinos, confeccionada en 2012 en el concurso Wine Challenge. La cava del restó tiene 300 etiquetas y más de 3000 botellas. Los representantes de la revista encargada del concurso realizan cada año catas a ciegas a más de 15.000 vinos de todo el mundo.ß