El dengue, más cerca de Buenos Aires

11 abr. 2009 - infectólogo en el Hospital Muñiz, la epidemia de dengue “se está yendo de las manos porque no hubo una po
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INFORMACION GENERAL

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Sábado 11 de abril de 2009

ALERTA SANITARIA Y ESTUDIAN POSIBLES CASOS AUTOCTONOS

El dengue, más cerca de Buenos Aires “Hay 23 millones de personas que están en riesgo”

Continuación de la Pág. 1, Col. 2 distritos. Las cifras oficiales, no obstante, son disímiles si se compara las de la Nación con las de los ministerios de Salud provinciales. Estos últimos suman todos los casos en que se atendió a personas con los síntomas de la enfermedad, se haya confirmado que la padecen o no. De allí que las cifras extraoficiales hablen de cerca de 14.000 casos, entre confirmados y dudosos. “Si se comprueba que los casos en estudio [de la provincia de Buenos Aires] son positivos y autóctonos, eso significa que el escenario epidemiológico ha cambiado y que vamos a tener que ajustar las actuales políticas sanitarias al nuevo escenario”, dijo el director del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación, Juan Carlos Bossio, ante la consulta de este diario. El director de Epidemiología bonaerense, Mario Masana Wilson, dijo que sólo el miércoles próximo se sabrá si es positivo el caso de Méndez, entre la docena en estudios. Lo cierto es que ninguna prueba de laboratorio puede confirmar si se trata de un dengue autóctono. Esas muestras sólo dan crédito de la existencia de la enfermedad. Si fue contraída en el lugar de residencia de la persona depende de lo que la misma persona cuente respecto de dónde estuvo en los últimos tiempos. En este punto se inscriben muchas de las peleas políticas por estas horas para evitar tener que reconocer que la infección fue autóctona y no importada. El Ministerio de Salud bonaerense informó que hay, en el territorio provincial, 42 infectados por dengue importado, ninguno propio de la provincia, y 107 denuncias aún no confirmadas. Entre estas últimas están los posibles casos autóctonos –que no viajaron a ninguna zona afectada– como el de Méndez, al que le diagnosticaron dengue de tipo 1 en el hospital porteño Ricardo Gutiérrez. Dos determinaciones de laboratorio realizadas por el departamento de Virología del Gutiérrez ratificaron que se trataba del virus transmitido por el mosquito Aades aegypti.

Sin confirmación “El resultado del primer estudio de sangre no confirmó todavía que el hombre esté afectado por el virus que transmite el Aedes aegypti”, aclaró el funcionario provincial. El Instituto Maiztegui, que depende del Ministerio de Salud de la Nación, se ocupa de detectar la circulación del virus del dengue a través de la vigilancia serológica y el procedimiento del diagnóstico dura entre 24 y 48 horas, más el tiempo que lleve la confirmación. Además de la muestra de Méndez,

Lo dijo el jefe de Zoonosis del Hospital Muñiz al destacar que el mosquito “no considera fronteras” PAULA SOLER LA NACION

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Los operativos de fumigación continuaron ayer en el partido de Tigre ayer fueron analizadas las de otras personas con síntomas similares, tanto de quienes viajaron a las zonas epidémicas como de quienes no lo hicieron, y ninguno arrojó un resultado positivo de dengue, según relató Masana Wilson. El especialista advirtió que, desde la cartera sanitaria de la provincia, ya están trabajando con la hipótesis de que el dengue llegue al territorio bonaerense “porque es muy posible que así suceda”. Al confirmar que en la provincia hay una docena de casos que podrían ser autóctonos, el ministro de Salud bonaerense, Claudio Zin, consideró que “sobre 15 millones de habitantes no parece un impacto epidemiológico muy serio”. Y agregó que el gobierno provincial “está haciendo un despliegue interesante” para tratar de controlar la enfermedad. Debido a que el huevo del mosquito tiene una vida de un año, Masana Wilson destacó la importancia de realizar “estrictas limpiezas” en las piscinas y, especialmente, en sus bordes que es el lugar donde quedan depositadas las larvas.

Informe de Valeria Musse Foro. ¿Qué precauciones está tomando para evitar el contagio del dengue? www.lanacion.com.ar

     

      

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Reportan una nueva muerte en el Chaco RESISTENCIA.– El gobierno provincial admitió que sólo uno de los tres fallecidos sospechosos de padecer dengue murió como consecuencia del brote de ese virus en el Chaco. En tanto, ayer falleció un jornalero que se encontraba internado en un hospital de Presidencia Roque Sáenz Peña, en el centro de la provincia. El médico de guardia del establecimiento Cristian Delera informó que el paciente, que había ingresado el pasado jueves con síntomas de dengue, falleció como consecuencia de una infección generalizada, producto de una inyección automedicada que le provocó una necrosis.

“Yo soy el primer caso autóctono, me dijeron los médicos” LA NACION “Nunca creí que podía llegar a tener dengue. Yo soy el primer caso autóctono de la provincia de Buenos Aires, me dijeron los médicos”, relató ayer a LA NACION Jorge Osvaldo Méndez, de 64 años, sentado en el patio de su casa, en Ciudadela. En su vivienda de dos pisos, situada en la avenida Díaz Vélez al 500, explicó que no sabía cómo y cuándo lo había picado un mosquito presumiblemente infectado, ya que falta una contraprueba para confirmar su caso. “Lo más curioso es que no viajé al exterior ni tampoco a ninguna provincia del norte argentino, donde allí hubiera tenido más probabilidades de contraer la enfermedad”, contó con la mirada cansina. Según Méndez, todo comenzó el 12 del mes pasado, cuando fue operado de apendicitis en la Clínica de la Ciudad, en Parque Centenario. “Al cabo de unos días, el 27 de marzo, comencé a sentir dolores musculares, fuertes cefaleas, fiebre y me dolía muchísimo la espalda”, recordó. Por este motivo, los médicos lo derivaron al hospital Ricardo Gutiérrez para realizarle diversos estudios. Fue precisamente el Departamento de Virología de ese centro de salud el que le diagnosticó la enfermedad. “En aquel momento pensé cualquier cosa, menos que tenía dengue…”, dijo Méndez al tiempo que mostraba apesadumbrado la confirmación por escrito del Hospital Gutiérrez. “Me imaginé que tenía las síntomas típicos como consecuencia de la apendicitis. Pero no fue así”, agregó.

La doctora Alicia Mitchenko, jefa de Virología del Gutiérrez, indicó a este diario que se le realizó al paciente, antes del quinto día de evolución de la enfermedad, un análisis conocido como PCR (reacción en cadena polimerasa). Luego del séptimo día se le hizo una prueba serológica IGM para determinar la presencia de anticuerpos por infección. “Los dos resultados dieron positivos”, comentó la experta durante un diálogo telefónico con LA NACION. En tanto, se espera una tercera evaluación del Instituto Maiztegui (centro de referencia nacional), que certifique el caso. Al respecto, Méndez comentó que sentía mucha confianza en los profesionales que le informaron acerca de su enfermedad. “Estoy tranquilo y no tengo miedo porque estoy en buenas manos. Y tengo la seguridad de que no se equivocaron con el diagnóstico”, dijo.

Malestar La casa de Méndez tiene un jardín y un patio con una decena de macetas bien cuidadas. Está situada a unas siete cuadras de la avenida General Paz. Méndez tiene seis hijos y diez nietos. Está casado desde hace 25 años con Liliana, de 45 años, y allí vive el matrimonio junto a su hija, de 24. Además, comentó orgulloso que en julio próximo se recibiría de abogado. “Desde que me operaron de apendicitis pedí una licencia en mi trabajo. Por eso tampoco creo que me haya contagiado en el microcentro, donde está mi oficina, en Córdoba y Rodríguez Peña”, relató.

Alerta roja Hoy sentencia: “Estamos en alerta roja y la situación sigue igual que hace unos años, cuando este cuadro se imaginó, pero no se hizo nada”. Y agregó: “Me pregunto si habrá presupuesto suficiente para que se haga una fumigación extensa en toda la zona de influencia del mosquito en el país y si se van a poder mantener las campañas de prevención”. Incluso, se preguntó si el presupuesto es determinante para combatir efectivamente la enfermedad. “Brasil tiene una inversión mucho mayor que la nuestra. A fines del 90, la Argentina invertía 7 millones de dólares y Brasil, 100 millones de dólares”, dijo Seijo. Dos casos que el especialista considera como exitosos son los de Chile y Cuba. En el país vecino, en los últimos años, sólo se registró un brote en la Isla de Pascua (estiman que por la gran cantidad de visitantes asiáticos). En tanto en Cuba se le da mucha importancia luego de que, en 1981, una epidemia infectó a 10.000 personas con dengue hemorrágico. “En ambos casos priorizaron la prevención y la atención primaria de la salud, algo que aquí se debe hacer no sólo en momentos críticos”, enfatizó el especialista.

Respuestas a las dudas más usuales ¿Qué es el dengue? Es una enfermedad causada por un virus que transmiten mosquitos infectados que pican a seres humanos. El Aedes aegypti es el transmisor o vector de los virus del dengue. Ese mosquito ya se encuentra en la zona metropolitana. Si no se infecta con el virus, no contagia.

Jorge Méndez fue diagnosticado en el porteño hospital Gutiérrez; esperan más contrapruebas JULIETA BRAVO

“Si hay dengue en Ciudadela, hay dengue en la ciudad de Buenos Aires”, dijo a LA NACION el jefe de Zoonosis del Hospital Muñiz, Alfredo Seijo. El especialista, que hizo así referencia al posible primer caso autóctono de esa enfermedad en esa provincia, agregó que el mosquito vector no considera fronteras. “Hay 23 millones de personas en riesgo de padecer la enfermedad si consideramos que el Aedes aegypti se encuentra en la zona templada del norte y centro del país, que abarca provincias como las de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe, donde vive la mayoría de la población de la Argentina”, dijo Seijo, preocupado. El centro de Zoonosis del Hospital Muñiz se especializa en las llamadas enfermedades de la pobreza o del viajero, que son las transmitidas por animales o insectos. Según Seijo, que cuenta con más de 30 años de experiencia como infectólogo en el Hospital Muñiz, la epidemia de dengue “se está yendo de las manos porque no hubo una política de prevención seria antes del primer brote”. No obstante, antes que cargar tintas en repartir culpas, opinó que es necesario pensar la enfermedad a futuro. “No podemos perder el tiempo en repartir culpas, es necesario establecer un diálogo entre todos los especialistas y centros de infectología y epidemiología para analizar qué pasos se deben seguir porque, evidentemente, el gobierno no tiene asesores muy idóneos o jamás se le ocurrió consultar a quienes saben”. El especialista estimó que, para los epidemiólogos, “la General Paz no es una barrera cuando hay tránsito fluido de personas” y destacó que “no hay que ir detrás de la enfermedad, sino adelante”. Por eso, y haciendo énfasis en utilizar los recursos científicos nacionales, afirmó: “En algún momento compramos recetas económicas del FMI que no funcionaron en el país y tampoco en el exterior. Por eso no necesitamos recibir fórmulas extranjeras porque el dengue está ganando la batalla afuera y no tenemos que importar expertos en fracasos con tan buenos especialistas nacionales”.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el dengue afecta a 100 países en todo el mundo con 50 millones de casos al año informados, 500.000 personas hospitalizadas y 20.000 defunciones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 2500 millones de personas están en riesgo de infectarse con dengue en todo mundo. Aunque las situaciones más acuciantes se observan en Asia y en algunos países del Pacífico, el dengue en América latina está aumentando. Según Seijo, hay que rever las estrategias no sólo a nivel local, sino internacional. En 2003, Seijo se sorprendía de que en plena epidemia de dengue en Brasil y en Paraguay, en la Argentina se registraban pocos casos, sólo en Posadas y Formosa. Mientras por entonces bromeaba con que “Dios era argentino”, advertía: “Esa enfermedad es un peligro latente en el país, se acepta que hay riesgos, pero no se toman medidas de prevención”.

¿Cuáles son los síntomas? Los principales son fiebre alta, dolor de cabeza intenso, puntadas detrás de los ojos, dolores musculares, fatiga y decaimiento. En la forma grave de la enfermedad pueden presentarse hemorragias.

MAURO ALFIERI

Méndez, de 64 años, en el patio de su casa, en Ciudadela Respecto de los lugares donde pudo haber contraído la enfermedad, Méndez dudó: “ Durante mi convalecencia, un día me subí al auto y llevé a pasear a mi perro a la plaza, que queda a unas 20 cuadras... O puede ser alguna vez que comí en el jardín de mi casa, pero siempre me pongo repelente...” Respecto de su enfermedad, contó que no tenía que seguir un tratamiento específico. No obstante, destacó que intentaba tomar todos los recaudos posibles para no volver a ser picado por un mosquito. En cuanto a su estado de salud, dijo que no tenía miedo, a pesar de que se siente “bastante débil”. “Estoy más cansado que lo habitual. En especial hoy [por ayer] me siento muy cansado y tengo la cabeza abombada. Los médicos me pidieron que no me esforzara y que hiciera lo que tuviera ganas”, expresó mientras acariciaba a Ciro, su perro labrador.

“Tengo que ser consciente de que tengo que usar repelente …Y no tengo dudas de que mis próximas vacaciones no serán en Brasil, sino en Tierra del Fuego o en la Antártida”, comentó sonriendo. Pero su comentario trocó en preocupación: “Si me vuelve a picar otro mosquito infectado, ahí sí podría ser peligroso”, dijo en referencia a que quien ya ha sido picado por un vector infectado tiene muchas posibilidades de contraer dengue hemorrágico, la variante más grave de la enfermedad, en caso de un nuevo contagio. Según Méndez, su familia está preocupada por su situación. “Intento tomarlo lo mejor posible. Ya está..., ya me enfermé... Ahora tendré que cuidarme mejor”, dijo. Una vez que finalizó la entrevista con LA NACION, un camión que circulaba sobre la avenida Díaz Vélez fumigaba para prevenir el dengue en el barrio.

¿Cuánto tiempo de incubación tiene la enfermedad en una persona? Son alrededor de cinco días. Si durante ellos una persona es picada por un mosquito sano, éste contrae el virus y actúa como multiplicador de la enfermedad al picar a otros seres humanos. ¿Hay transmisión del dengue de persona a persona? No. Sólo se produce mediante la picadura del mosquito que haya sido infectado. Una vez infectados, los mosquitos portan el virus mientras viven. Se calcula que un mosquito vive entre cuatro y cinco semanas. ¿Qué se entiende por dengue autóctono y dengue importado? El dengue autóctono es el que padece una persona que fue infectada por el mosquito en su lugar de residencia. El importado es el de las personas que viajaron a lugares donde los mosquitos ya están infectados y portaron la enfermedad de regreso a sus lugares de residencia. ¿Por qué hoy hay tanta diferencia entre las cifras que se conocen públicamente?

Sucede que en lugares donde se ha desatado la epidemia del dengue, los casos no fueron reportados a los ministerios de Salud provinciales o bien estos no los comunicaron al nacional. El hecho de que diariamente aparezcan centenares de casos de dengue no quiere decir que se hayan contagiado en las últimas horas, sino que los datos fueron “blanqueados” a último momento. De hecho, hay casos de dengue desde comienzos del verano, pero que sólo ahora se consignan. ¿Por qué hay casos confirmados por un distrito y luego desestimados por la Nación? Porque, para que sean realmente confirmados como casos positivos, tienen que pasar por una serie de pruebas de laboratorio. En muchos casos, las primeras dieron un resultado positivo, pero las contrapruebas en institutos especializados –como el Maiztegui, en Pergamino–, determinaron que no se trataba de la enfermedad. ¿Qué no se debe hacer? No tomar aspirinas, porque eso complica el cuadro y puede tornarlo realmente grave. De hecho, se recomienda no automedicarse, como en cualquier otra dolencia. ¿Qué medidas se pueden adoptar para evitar que se críe el mosquito? Suprimir o disponer envases que acumulen agua; lavar periódicamente los bebederos de animales, y mantener limpias, cloradas o vacías las piletas de natación. ¿Qué se puede hacer para protegerse de las picaduras? Aplicar repelente –preferentemente el de frasco verde– sobre la piel y la ropa. Usar mangas largas y pantalones largos.