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espectáculos
| Lunes 15 de octubre de 2012
estimular la capacidad y la destreza de aprendizaje de los participantes y de los espectadores más chicos. Mariano relata emocionado que entre su audiencia se encuentran chicos con discapacidades mentales y que padecen autismo. “Hace poco pude conocer a Malena. Su mamá nos había escrito contándonos que notó un cambio importante en ella a partir de ver Velozmente. No sabés la cara y la sonrisa de esa nena cuando me vio. No me voy a olvidar nunca.” Este ciclo también creó el Comando Velozmente, un programa a través del cual Mariano se hará presente a través de una pantalla gigante en colegios de la ciudad y el Gran Buenos Aires, con desafíos de preguntas y respuestas.
“Antes de cada programa hablo mucho con los chicos e interactuamos para que se suelten”
Mariano Chiesa, ídolo de los chicos que siguen Discovery Kids las caras dEl cablE. El actor de Casi normales y Avenida Q y la voz del dinosaurio Barney y Gaturro, estrena hoy la segunda temporada de Velozmente, el ciclo que conduce Laura Ventura PArA LA NACIoN
Para su sobrina, es el tío loco; para los amantes del musical, el psiquiatra de Casi normales y uno de los losers de Avenida Q; para los de agudo oído, la voz del dinosaurio Barney y de Gaturro, y para los chicos de América latina, Mariano, a secas, el conductor de Velozmente (Discovery Kids), que hoy regresa con su segunda temporada, de lunes a viernes, a las 15.30. Mariano Chiesa es uno de los artistas más completos de nuestra escena: canta, actúa, es uno de los lo-
cutores más requeridos y además de conmover a los adultos con su trabajo, tiene un carisma y un magnetismo único con los chicos. “Siento una enorme responsabilidad por este trabajo”, dice sobre Velozmente, un producto sumamente cuidado, realizado en la Argentina para todo el continente, donde trabaja junto con un amplio equipo de psicólogos. Este ciclo, inspirado en la serie norteamericana Brain Surge, tiene como objetivo desafiar la memoria y la concentración de niños de 6 a 8 años. En esta segunda temporada,
los participantes son argentinos, mexicanos y brasileños, seleccionados a través de castings, que viajaron a Buenos Aires, acompañados por sus padres. “Imaginate la experiencia de estos chicos: estar en la tele, jugar y ganar premios, viajar en avión, hospedarse en un hotel. Todo está pensado aquí, no hay un detalle librado al azar”, dice Mariano, saboreando una porción de chocotorta, con su tono bien porteño, lejos del acento neutro que utiliza para conducir. “Trabajamos mucho el concepto de juego. Aquí nadie pierde. No usamos ese verbo. Un chico puede
no pasar de nivel, pero nadie pierde”, explica. Incluso aquel que no se alza con el premio mayor recibe otro trofeo: su paso por la lavadora de ideas, donde los chicos se divierten enchastrándose en un carrito. “Hay un guión, pero los chicos son espontáneos. A veces me tiento en serio y tengo que hacer fuerza para no reírme con sus repuestas. Una hora y media antes de la grabación hablo con ellos, interactuamos, para que después se suelten”, cuenta Mariano. Cinco participantes atraviesan tres rondas de juegos de memoria a través de un sistema que permite
El hombre y la voz Mariano se dio cuenta de que su camino era la expresión en su último año del colegio secundario cuando escribió y dirigió una obra de teatro que representaron sus compañeros y que logró recaudar fondos para poder pagar el viaje de egresados. “Fui a un colegio católico y las monjas me levantaban el pulgar felices cada vez que arengaba al coro durante la misa”, recuerda. Locutor nacional, Mariano trabajó tres años en radio, junto con el recordado Fernando Peña y luego fue la voz artística de Elizabeth Vernaci. El año pasado, produjo y condujo su propio ciclo, Es muy temprano, por radio TKM. Además de prestarle su voz al pajarito de Twistos, de los insectos de raid y de las cucarachas de CQC, se lo puede escuchar en las películas Patoruzito, El arca, El ratón Pérez e Isidoro, por nombrar algunas. En el teatro fue logrando un lugar gracias a su trabajo en Avenida Q, que le valió el ACE a la revelación masculina y un Premio Hugo como actor protagónico. Este año se lo puede ver en Casi normales (El Nacional), obra ganadora del premio Pulitzer. Ambos musicales se alzaron con el Premio Hugo de oro, que reconoce las mejores producciones musicales del país. Además, Mariano integra el elenco de Quitapenas, la próxima ficción de Telefé. “Siempre hice cosas que tienen que ver con el humor y con crear personajes. Disfruto mucho de lo que hago y de poder trabajar para distintos públicos.”ß
Malick filma a la vista de todos cinE. Realizó escenas con Rooney Mara en un festival musical A Terrence Malick le gusta mantener el misterio y el secreto alrededor de sus películas. Poco y nada se sabe de sus proyectos mientras el director, que tampoco gusta de mostrarse en público, jamás da entrevistas ni asiste a entregas de premios, está trabajando en ellos. Por eso llama tanto la atención que su más reciente rodaje se lleve a cabo a la vista de miles de personas. Eso es exactamente lo que está pasando con su último film, que transcurre –único detalle que se conoce del guión– en la escena musical de la ciudad de Austin Texas. Y fue allí, durante el festival
Rooney Mara
aRcHiVo/aFP
Austin City Limits, que se vio a la actriz rooney Mara (La chica del dragón tatuado) tocando la guitarra para las cámaras de Malick como parte del grupo Black Lips. Mirando toda la escena estaba también ryan Gosling, uno de los muchos integrantes del elenco, que incluye a Natalie Portman, Michael Fassbender, Cate Blanchett y Holly Hunter. Ya el año pasado el director de El árbol de la vida había filmado a Christian Bale, el supuesto protagonista de la película aún sin título, recorriendo los diferentes escenarios de este mismo festival aire libre.ß
Noticias llegadas de la corte El notificador. Llega a los cines el primer largo de Blas Eloy Martínez, que se nutre de vivencias personales y familiares A las propuestas de cine local estrenadas en las últimas semanas, se suma este jueves El notificador, primer largometraje de ficción de Blas Eloy Martínez. Pero antes de cualquier otra cosa, puede que sea conveniente caminar hacia atrás en la historia de este director. Entonces, en 2005 aparece La oficina, documental que registra la actividad de notificadores en su lugar de trabajo y, yendo aún más atrás, nos encontramos con un joven casi recién salido del secundario que, a partir de ese momento y durante nueve años, se desempeñó en ese puesto de trabajo hasta que, en el año 1999 ganó una beca para estudiar fuera del país. Trabas, rebusques y formatos establecidos e inalienables. Situaciones con las que se encuentra el protagonista del film, pero que, fuera de la pantalla, también se hicieron presentes en el origen del proyecto. Cuando Martínez intentó realizar La oficina, una idea que comenzó a pensar en la Universidad del Cine, se encontró impedido por la justicia y, dice, aún tiene el documento firmado por los entonces nueve jueces de la Corte Suprema que detuvieron el rodaje. Más tarde, eligió la ficción. Eloy Cruz Díaz, su personaje tocayo y ex colega interpretado por Ignacio Toselli, cumple al pie de la letra las reglas y máximas de su tarea. Prolijo, obsesivo, es el encargado de informar a una centena de personas por día el estado de casos judiciales de lo más diversos: desalojos, sucesiones o enredos familiares. Mientras corre para cumplir con ese objetivo, enmarañado en las circunstancias más absurdas con las que se pueda encontrar puertas adentro de domicilios ajenos, su vida personal se le escapa de las manos. “No es una película sobre mí, quería retratar qué le pasa a alguien con un trabajo que pone a prueba su visión de justicia todo el tiempo, como miembro y mensajero de la justicia y cumpliendo su rol. Qué dilemas éticos crea y cuál es la relación que tenemos como seres humanos con el trabajo, con la necesidad y la dependencia del trabajo. Y, además, ver que esa alienación puede terminar en la pérdida de muchas otras cosas más básicas. Por supuesto me sujeté a mis propios recuerdos y experiencias, pero las usé como un instrumento de trabajo y no pa-
Una escena de El notificador ra hacer mis memorias”, explica. El director recuerda: “Muchísimas veces me planteaba: «¿Qué estoy haciendo? ¿Qué rol cumplo? ¿Soy la justicia?». Para el tipo al que le entregás la cédula judicial lo sos y, entonces, ¿estoy imponiendo justicia? ¿Está bien que desaloje a una familia que no puede pagar un domicilio? Esos dilemas morales se te presentan continuamente”. Señalando el absurdo, pero alejándose de la denuncia y de la autobiografía, su experiencia aparece como la materia prima que da lugar a su oficio cinematográfico. Hijo de Blanca Gonçalves, una ex notificadora y actual oficial de justicia, y de Tomás Eloy Martínez, el talentoso periodista y escritor fallecido en 2010, reconoce en su película detalles que pertenecen a su historia y a su universo familiar. Y, en sintonía con ese recorrido familiar a través de sus ojos, cuenta otro de sus proyectos. “El documental, que estará listo el año que viene, de las grabaciones de mi viejo con Perón. Se están editando en este momento partes de las grabaciones de esos encuentros en Puerta de Hierro [Madrid] en 1970.
Foto: domenica Films
Es una entrevista mítica que nunca se escuchó, pero todo el mundo sabe que existe. Aparezco como una suerte de personaje del documental tratando de entender qué pasó en esas cuatro tardes entre mi papá y Perón para que cambiara tan radicalmente su vida”. Pero ahora su foco está puesto en este estreno. En los laberintos del papeleo y en la visibilidad de una figura que, a pesar de estar presente permanentemente en las calles de Buenos Aires, puede que sea desconocida para muchos espectadores. Después de presentarse en festivales de ciudades como La Habana, Toulouse, Vancouver o Nueva York, el film va a enfrentarse a la mirada y al terreno local. “Siento que hay un tema con la distribución y exhibición que necesita ser mejorado en nuestro país, pero también me parece que el cine argentino está viviendo unos años fantásticos, con excelentes trabajos y es bueno que se estrenen tantas películas. Compiten entre sí, pero es inevitable, cuando una cinematografía crece, tenemos que competir entre nosotros. Me parece que hay espectadores para todos.”ß Sol Santoro