El pecado es desobedecer a Dios

Detente y reflexiona; no podrás menos que quedarte maravillado. ¡Cuán bello cantan los pájaros por la mañana! ¡Cuán maje
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Publicadora Lámpara y Luz Farmington, New Mexico, EE.UU.

ISBN-13: 978-1-61778-332-6 ISBN-10: 1-61778-332-3

Publicado en ruso por “Khristianin”. Traducido del ruso al inglés por Grace Press, Inc. What Every Person Needs to Know © 2016 Grace Press, Inc. 2175 Division Highway Ephrata, PA 17522 EE.UU. Publicadora Lámpara y Luz 26 Road 5577 Farmington, NM 87401 EE.UU. Tel.: 505-632-3521 © 2019 Publicadora Lámpara y Luz Traducido de What Every Person Needs to Know con permiso de Grace Press, Inc. Todos los derechos reservados Primera impresión 2019 Impreso en los Estados Unidos de América A no ser que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas fueron tomadas de la Versión Reina-Valera. © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Usado con permiso.

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Contenido Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 ¿Quién es Dios? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 Dios es el Creador. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 Dios es el dador de la vida . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 Dios es luz. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 Dios es juez justo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 Dios es amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 Dios es eterno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 ¿Qué es la Biblia? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 La Biblia fue escrita por Dios . . . . . . . . . . . . . . . 22 La Biblia es verdadera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 La Biblia informa sobre el que puede cambiar tu vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 ¿Qué es el pecado? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 El pecado es desobedecer a Dios . . . . . . . . . . . . 30 El pecado es una enfermedad hereditaria mortal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 El pecado es una carga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 El pecado es un tirano muy exigente . . . . . . . . . 36 El pecado es nuestro acusador. . . . . . . . . . . . . . 38

¿Quién es Jesucristo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 Jesucristo es el Hijo de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . 42 Jesucristo es el Hijo del Hombre . . . . . . . . . . . . 44 Jesucristo es el Cordero de Dios. . . . . . . . . . . . . 46 Jesucristo es la resurrección y la vida . . . . . . . . 48 Jesucristo es el único Salvador. . . . . . . . . . . . . . 50 Jesucristo es el único mediador . . . . . . . . . . . . . 52 Jesucristo es el Buen Pastor . . . . . . . . . . . . . . . . 54 ¿Qué tienes que hacer para ser salvo? . . . . . 56 Creer en Jesucristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58 Arrepentirte de tus pecados . . . . . . . . . . . . . . . . 60 Mantenerte apartado del pecado . . . . . . . . . . . . 62 Seguir teniendo fe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 Seguir obedeciendo a Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 Si eres un creyente nuevo . . . . . . . . . . . . . . . 68

Introducción Por muchos años se ha escuchado la noticia en toda la tierra de que hay un Dios invisible, omnipresente, todopoderoso y omnisciente. Estamos rodeados de cosas que nos hablan de la existencia de un Dios todopoderoso: la hierba que crece en el rincón más oscuro del jardín; el encino más grande en la ladera de la cordillera; el pequeño grano de arena en la playa; las gigantescas estrellas en el espacio. Dios vive en los cielos, pero a la vez está cerca de los seres humanos aquí en la tierra. Él quiere que todos seamos salvos de la destrucción eterna; quiere que todos estemos con él en los cielos. Hoy Dios nos invita: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11.28). ¿Quién es Dios? ¿Cómo podemos venir a él y recibir el descanso que tanto deseamos como personas trabajadas y cargadas? La Biblia da respuestas a estas preguntas cruciales, y este libro, Lo que toda persona debe saber, te ayudará a entenderlas.

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¿Quién es Dios?

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la gran mayoría de la gente se le ocurre, en algún momento de su vida, las siguientes preguntas: ¿Existe un Dios? ¿Cómo es? ¿Dónde vive? Miramos a nuestro alrededor y nos preguntamos, ¿De dónde vino todo esto? ¿Quién lo hizo? Si vemos que hay huellas en el lodo o en la arena, decimos, “Alguien o algo ha caminado por aquí”. Aunque no sabemos quién era, podemos saber por las huellas si era un animal o una persona, un adulto o un niño. De igual manera, podemos ver las “huellas” de un Dios poderoso y sabio en todo lo que nos rodea. A Dios nadie lo ha visto nunca. Él no es visible al ojo humano. Vive en luz inaccesible. No podemos dibujar a Dios o describir cómo es con palabras, porque nadie sabe las palabras tan altas y maravillosas que se requieren para describir la gloria, la omnisciencia y la belleza de Dios. Sin embargo, Dios sí ha hecho todo lo posible por hacer que el hombre le conozca y que tenga compañerismo con él. [Él es] el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén (1 Timoteo 6.16). No tienes que viajar a ninguna parte para saber quién es Dios. Lo único que tienes que hacer es mirarte a ti mismo y examinar el mundo que te rodea. Detente y reflexiona; no podrás menos que quedarte maravillado. ¡Cuán bello cantan los pájaros por la mañana! ¡Cuán majestuoso el alba y el sol naciente! La naturaleza nos anuncia la sabiduría y la grandeza de Dios. ¿Quién es este Dios grande y potente? 7

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Dios es el Creador

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Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él (Colosenses 1.16). Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise (Jeremías 27.5). ¿Te has preguntado alguna vez cómo y cuándo llegaron a existir la tierra, el sol, la luna y las estrellas, los océanos y los ríos, los peces en el agua, los pájaros en el cielo y los animales en el bosque? ¿Por qué siempre llega la primavera antes del verano? ¿Por qué migran los pájaros a lugares más cálidos en el otoño? ¿Por qué hibernan los osos justo antes de que haga mucho frío? ¿Por qué está en órbita la tierra alrededor del sol? ¿Quién estableció tal orden en todo el universo? ¿Quién puso en vigor las leyes tan exactas de la naturaleza? Y, ¿qué de los seres humanos? ¿Quién nos hizo? La Biblia nos dice que Dios es el Creador de todas las cosas visibles e invisibles. ¿Sabes cómo Dios creó todo? La Biblia nos dice: “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. (…) Porque él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió” (Salmo 33.6, 9). Solo unas palabras de la boca del Dios todopoderoso bastaron para crear la tierra, los ríos, los mares, los animales, los pájaros y los peces. Del polvo de la tierra creó Dios al hombre, y soplo en él aliento de vida. Dios colocó al hombre en un lugar maravilloso, en el Huerto de Edén. Solo Dios puede crear algo de la nada. 1. ¿Qué creó Dios? 2. ¿Cómo creó Dios todas las cosas?

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Dios es el dador de la vida

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El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida (Job 33.4). ¿Alguna vez has visto a una persona muerta? A primera vista parece igual a cualquier otra persona. Tiene cabeza, manos y pies. Puede estar incluso vestida de ropa de moda. Pero algo anda mal. No hay vida. Una persona muerta no puede ver aunque tiene ojos, no puede oír aunque tiene oídos, y no respira aunque sus pulmones estén en su lugar en el cuerpo. Cuando muere una persona, muchas veces comentamos que ha salido de esta vida, o que ya no tiene vida. ¿Qué es la vida? ¿De dónde viene la vida? La gente se ha interesado en esta pregunta desde tiempos antiguos. Los científicos han estudiado varios organismos y han tratado de crear la vida, pero sin resultado alguno. El hombre no puede dar vida ni a la araña o al insecto más pequeño. La vida es un enigma imposible de resolver, un misterio que queda fuera del alcance de los científicos. ¿Has visto cómo salen las plantas y las flores, prácticamente de la noche a la mañana, cuando cae la lluvia de verano después de una sequía de varias semanas? De seguro te has fijado como el pequeño brote flexible de hierba alcanza romper el asfalto. ¿Qué es esto? Es el insondable poder de la vida. La Biblia dice que Dios es el único dador de vida. Si él dejara de dar vida a las plantas, los animales y al ser humano, el mundo se convertiría en un planeta silencioso y sepulcral. Dios no solo da vida temporal en esta tierra, sino que da vida eterna a los que creen en Jesucristo. Si tú quieres vivir para siempre, ven a Dios y recibe de él la vida eterna. Mientras sigues leyendo este libro aprenderás cómo llegar a Dios para recibir la vida eterna. Pero por lo pronto, recuerda que no hay vida sin Dios. 1. ¿Quién da vida a las plantas, los animales y al ser humano? 2. Sin Dios, ¿será posible la vida?

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Dios es luz

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Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él (1 Juan 1.5). ¡Cuán agradable es la luz! Sería difícil vivir sin luz. La oscuridad no es placentera. Solo los ladrones y las personas que no quieren que otros vean sus hechos pecaminosos aman la oscuridad. Dios no quiso que la humanidad viviera en la oscuridad, y por tanto hizo el sol y la luna para brillar sobre la tierra. Dotó la luz de una calidad maravillosa, ¡la capacidad para ayuntar la oscuridad! La Biblia dice que Dios no solo es el Creador de la luz visible, sino que él es luz. Ante su presencia todo es claro, abierto y visible. Todos nuestros pensamientos y deseos secretos que, podemos esconder de la gente, están al descubierto, expuestos a los ojos de Dios. Dios revela esta verdad aun a los niños. Cuando eras niño, posiblemente fuiste tentado a robar alguna cosita. Te la llevaste secretamente. Nadie vio lo que hiciste. ¿Te acuerdas de cómo te sentiste? Tu conciencia te dijo, “¡Eres malo! ¡No es bueno robar!” La luz de Dios te estaba alumbrando el entendimiento, haciéndote saber que se prohíbe llevar lo que pertenece a otro. Así obra Dios con todos. Dios es luz, y da a la gente un entendimiento de lo que es bueno y lo que es malo. Desafortunadamente, la gente suele amar las tinieblas más que la luz. No aman la luz porque quieren esconder sus hechos malos. Pero Dios ve y sabe todo. Llegará el día cuando Dios juzgará a todas las personas que no aman la luz. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas (Juan 3.19). 1. Dios es

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2. ¿Por qué ama la gente las tinieblas más que la luz?

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Dios es juez justo

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Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días (Salmo 7.11). Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala (Eclesiastés 12.14). Hay mucha delincuencia en el mundo: robos, homicidios, violaciones y otros pecados horribles. El trabajo de los jueces consiste en juzgar a los criminales y castigarles para mantener el orden en el país y para proteger a los ciudadanos decentes. A veces hay jueces injustos que condenan a los inocentes y absuelven a los culpables. Dios es un juez justo. Es santo y sin pecado. Los jueces mundanos a veces juzgan sin justicia, pero Dios siempre juzga con justicia. Nunca hace nada injusto. Dios juzgará a todos, y recompensará a cada persona de acuerdo con sus hechos. No creas que Dios te absolverá solo porque no has matado a nadie ni has asaltado a un banco. Ante Dios, toda injusticia (el enojo, la mentira, el engaño) es pecado. La Biblia dice: “Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Eclesiastés 12.14). Dios juzgará el pecado duramente y sin parcialidad. Dios da a todos la oportunidad de arrepentirse para que no tengan que ser condenados a muerte por sus pecados. Él quiere que todos vivan una vida recta; quiere que todos sean absueltos en el día de juicio. Si quieres que Dios te absuelva en el día de juicio, tienes que conocer su ley ahora y vivir conforme a ella. 1. Dios es juez

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2. ¿Cómo podemos lograr que Dios nos absuelva en el día de juicio?

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Dios es amor

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Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él (1 Juan 4.16). En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados (1 Juan 4.9–10). Dios es amor, además de ser un juez justo. El amor de Dios combinado con su justicia es bello. Él nos ama y no quiere que suframos el castigo. Efectivamente, Dios ha hecho todo lo posible por salvarnos en lugar de condenarnos. Dios ama a todos, los que hacen lo bueno y los que hacen lo malo. Él hace que el sol salga todos los días sobre malos y buenos porque los ama a todos. Él da vida a todos porque ama a todos. Pero la expresión más inefable de su amor es su Hijo Jesucristo que dio su vida por nuestros pecados para rescatarnos de este mundo malvado. No hay amor más grande que esto, ¡es un amor indescriptible! Entre los seres humanos el amor de una madre por sus hijos se considera la expresión de amor más sublime que hay. ¿Por qué? Porque una madre cuida a sus hijos con ternura incluso cuando son muy traviesos. Ella haría cualquier cosa por protegerles. Sin embargo, el amor de Dios por el mundo es aún más grande. A veces una madre rechaza a su hijo y le abandona a su suerte. Pero Dios nunca abandona a sus hijos. Su amor para con nosotros es mucho más grande que el amor de una madre por sus hijos. Es imposible describir el amor de Dios, pero podemos experimentarlo. ¡Dios te ama! Y él desea que tú le ames de todo corazón y que algún día vivas con él para siempre. 1. ¿Acaso Dios ama a los muy malos? 2. ¿Cuál es la expresión más inefable de Dios por el mundo?

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Dios es eterno

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¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance (Isaías 40.28). Todo lo creado comenzó algún día. Las personas, los animales, las plantas, la tierra, las estrellas, el sol… todo tiene principio. Pero Dios no tiene principio. Él es eterno. Piensa en el círculo, que no tiene principio ni fin. Del mismo modo Dios no tiene principio ni fin. Dios siempre ha existido, y siempre existirá. Nadie le creó. Él no nació, y nunca va a morir. Dios vive eternamente. La mente humana no puede comprender esto. Solo podemos creerlo porque él mismo lo dijo en la Biblia. Ya hemos visto hasta aquí que Dios es el Creador, es el dador de la vida, es luz, es juez justo, es amor… y es eterno. Este gran Dios quiere que tú vivas con él para siempre. ¿Cómo puedes vivir con Dios para siempre? Para poder vivir eternamente con Dios, tú tienes que arrepentirte, permitir que Jesús sea tu Salvador, y dejar que él gobierne como Señor de tu vida. Tienes que permitir que él te limpie del pecado. ¿Cómo sabemos lo que tenemos que hacer para estar con Dios por la eternidad? Lo sabemos por medio de lo que él mismo nos dice en la Biblia. 1. ¿En qué se parecen Dios y un círculo? 2. ¿Qué tienes que hacer para vivir con Dios eternamente?

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¿Qué es la Biblia?

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i alguna vez has entrado en una biblioteca es probable que hayas notado que hay una gran cantidad de libros de todo tipo. Los libros son muy importantes. Usamos los libros de texto en la escuela. Por medio de libros aprendemos muchas cosas acerca de nuestro trabajo diario. La persona que quiere saber más lee más libros. Hay tantos libros buenos en el mundo que nadie podría leerlos todos aunque viviera por cientos de años. No todos los libros nos ayudan. Hay muchos libros que envenenan el corazón y la mente de los que los leen. Tales libros despiertan deseos malignos y apartan a los lectores de Dios. Debemos leer solo los libros que edifican. Existe un libro único en el mar de libros buenos que hay en este mundo. Este libro único es el más importante y precioso de todos los libros en todas las bibliotecas del mundo. No existe otro libro comparable a este libro único. Este libro se llama “la Biblia”. Toda persona debe saber lo que dice la Biblia. Si todavía no has leído este libro único, por favor, haz un esfuerzo por leerla lo más pronto posible. Este libro es superior a todos los demás libros que existen en el mundo. Ahora, hijo mío, a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne. El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre (Eclesiastés 12.12–13). ¿Por qué la Biblia es un libro único y superior a todos los demás libros? 21

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La Biblia fue escrita por Dios

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Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Timoteo 3.16–17). La Biblia es un libro único porque su autor es Dios mismo. Por esta razón decimos que las palabras en la Biblia son las palabras de Dios. A veces la llamamos “las sagradas escrituras”. Por medio de la Biblia aprendemos muchas cosas importantes. Aprendemos que Dios nos ha dado todas las cosas que necesitamos para vivir como él manda. Aprendemos que Dios creó los cielos y la tierra, y que hizo al ser humano. Aprendemos que el ser humano pecó, y que Dios, por causa de su amor por nosotros, tuvo un plan para poder salvarnos por medio de su Hijo Jesucristo. La Biblia es una colección de sesenta y seis libros, y cada libro tiene su propio nombre, por ejemplo: “Génesis”, “1 Reyes”, “Job”, “Juan”, “Romanos”, etc. Dios no escribió la Biblia con su mano y su letra, sino que usó a seres humanos para escribirla. Entre los escritores de la Biblia había hombres ignorantes y hombres instruidos. Había reyes, pastores, un doctor griego, pescadores incultos, y sacerdotes. Todos estos hombres escribieron el mensaje que Dios les dio. La Biblia fue escrita en más de un idioma y en distintos países. Se divide en dos partes; el Antiguo Testamento, y el Nuevo Testamento. Los primeros libros del Antiguo Testamento fueron escritos hace aproximadamente 3.500 años, y el Nuevo Testamento fue escrito hace como 2.000 años. La Biblia es un libro antiguo, pero su mensaje sigue siendo muy importante para nuestro tiempo. La Biblia perdura porque procede de Dios mismo. 1. ¿Por qué la Biblia es un libro único? 2. ¿Cómo escribió Dios la Biblia?

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La Biblia es verdadera

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Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad (2 Samuel 7.28). Desde la niñez comprendemos que la verdad es buena y la mentira es mala. Sabemos que tenemos que creer la verdad pero tenemos que rechazar la mentira. La Biblia es verdadera porque las palabras que hay en ella son las palabras de Dios, y Dios no puede mentir. La Biblia nos dice la verdad acerca de nosotros, el pecado, Dios, la eternidad, la salvación y el Salvador. Todos debemos reconocer que la Biblia es verdadera, y debemos creer lo que está escrito en ella. Por ejemplo, en Mateo 11.28 queda escrito que Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Quizás tú eres precisamente esa persona que está cansada y trabajada bajo la carga de la culpa del pecado. Jesús te invita a venir a él para que él quite la carga de pecado y te dé descanso. Dios da descanso a toda persona que cree estas palabras suyas escritas en la Biblia y las obedece. Cualquiera que no cree sus palabras está condenado por no haber creído la verdad. Tal persona sigue llevando la carga pesada del pecado, y sigue vagando sin propósito en la vida. La Biblia fue escrita a mano muchos siglos antes de la invención de la imprenta. Los que copiaron la Biblia se esforzaron mucho por no cambiar ni una palabra o letra. No querían añadir o restar de las palabras inspiradas por Dios. La Biblia ha sido traducida a muchos idiomas. En todos los idiomas la Biblia sigue comunicándonos las palabras y los pensamientos de Dios; esto le da a la Biblia su importancia duradera y su inestimable valor. Tanto si lo crees como si no, la Biblia es verdadera. Dios no puede mentir, y lo que él dice se cumplirá. 1. ¿Por qué la Biblia es verdadera? 2. ¿Por qué están condenados los que no creen las palabras de Dios?

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La Biblia informa sobre el que puede cambiar tu vida

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La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (Hebreos 4.12). ¿Quién es “la palabra de Dios” que es viva y eficaz, y que puede cambiar tu vida? El siguiente versículo bíblico (Hebreos 4.13) lo aclara: “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”. ¿A quién tenemos que dar cuenta? A Jesucristo. La “palabra de Dios” que puede cambiar nuestras vidas es Jesucristo. ¡Y Dios ha hecho una obra poderosa al darnos la Biblia para informarnos sobre Jesucristo, el que puede cambiar al ser humano! Hay pecadores endurecidos que se arrepienten de sus transgresiones y llegan a ser santos por medio de obedecer el mensaje de Jesucristo escrito en la Biblia. Hay homicidas que cambian y llegan a ser mansos porque entregan sus vidas a Jesús al leer la Biblia. Hay mentirosos que cambian y hablan la verdad, y hay ladrones que dejan de robar porque leen la Biblia. Dios consuela a los creyentes que leen la Biblia cuando están en las circunstancias más difíciles de la vida, incluso cuando están en su lecho de muerte. Dios es al autor de la Biblia. Si queremos hacer la voluntad de Dios, él abre nuestro entendimiento para que entendamos su voluntad cuando leemos la Biblia. ¿Deseas que Dios cambie tu vida? ¡Lee la Biblia! Pídele a Dios que te ayude a entender lo que lees, y pídele que te ayude a creer y obedecer sus palabras. Las personas que leen la Biblia, que creen en Dios, y que obedecen sus palabras tienen mucho gozo en sus vidas. ¿Por qué? ¡Porque conocen a Dios y él les conoce a ellos! Dios les guía por un camino recto y justo en esta vida, y ellos saben que les espera la vida eterna en el porvenir. 1. ¿Quién puede cambiar tu vida? 2. ¿Cómo nos informamos sobre Jesucristo?

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¿Qué es el pecado?

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ios creó el mundo y fue maravilloso. Había solo paz y tranquilidad en la tierra. Las flores despedían su suave fragancia. Los árboles daban sus frutos, las aves cantaban, y todos los animales y los seres humanos vivían contentos sin matarse el uno al otro. Adán y Eva vivían en un paraíso maravilloso, el Huerto de Edén. No había maldad alguna en todo el mundo. Adán y Eva andaban recorriendo el Huerto de Edén con Dios. Pero un día todo cambió porque Adán y Eva desobedecieron a Dios. Es decir, pecaron. Ya no había paz y tranquilidad en la tierra. El pecado de Adán y Eva hizo que las flores, los árboles y los animales empezaran a sufrir y morir. Toda injusticia es pecado (1 Juan 5.17). El pecado es infracción de la ley (1 Juan 3.4). Dios es santo, lleno de justicia y amor; por eso él castiga al pecador. Dios echó a Adán y Eva del paraíso maravilloso. El pecado del hombre trajo maldición tanto al hombre como al mundo entero. Dios le informó a Adán sobre esto al decirle: “Maldita será la tierra por tu causa”. El pecado del hombre hizo que espinos y cardos empezaran a crecer en la tierra. Los gusanos empezaron a comer los árboles y los frutos, y muchos animales se hicieron depredadores. Adán y Eva murieron. El pecado del hombre trajo separación entre Dios y la humanidad, e introdujo al mundo la destrucción, el sufrimiento y la muerte. El pecado siempre destruye la felicidad y trae desorden. 29

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El pecado es desobedecer a Dios

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Por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores (Romanos 5.19). Dios colocó a Adán y Eva en un paraíso maravilloso. Les permitió comer el fruto de todos los árboles del Huerto de Edén, menos el árbol de la ciencia del bien y del mal. Dios advirtió a Adán que moriría si comiera del fruto de ese árbol. Satanás habló a Eva por medio de una serpiente, el animal más astuto de todos los animales del campo. Satanás sembró la duda en la mente de Eva, y ella empezó a dudar si en verdad moriría si comiera el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Comió el fruto prohibido, y le dio también a su esposo. Desobedecieron lo que Dios les había mandado. Este primer pecado apartó a Adán y Eva de Dios. Dios les expulsó del Huerto de Edén por causa de su desobediencia. ¿Obedeces tú los mandamientos de Dios? Dios te manda, en Efesios 6.2: “Honra a tu padre y a tu madre”. Así que si no obedeces a tus padres, estás pecando. Dios también dice, en Efesios 4.28, “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno”. Si te llevas cosas que no son tuyas, estás pecando contra Dios. Mira otro mandamiento de Dios: “No mintáis los unos a los otros” (Colosenses 3.9). ¿Habrás dicho una mentira alguna vez? Desobedecer este mandamiento de Dios es pecado. Cualquier desobediencia a Dios es pecado. 1. ¿Cuál fue el primer pecado de Adán y Eva? 2. ¿Obedeces tú los mandamientos de Dios?

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El pecado es una enfermedad hereditaria mortal

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Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron (Romanos 5.12). Por causa del pecado de Adán y Eva, todas las personas han nacido con una naturaleza pecaminosa. La gente se ha alejado más y más de Dios, engañando, odiando y matando el uno al otro. La tendencia de pecar se transmite de los padres a los hijos. Observa a un niño pequeño. Aunque el niño todavía no puede hablar ni caminar, se enoja y pega gritos si no se le da lo que quiere. A un niño le es necesario enseñarle a obedecer a sus papás y hacer lo correcto. Pero nadie tiene que enseñarle a causar problemas, a pelear o mentir. ¡Ya sabe hacer lo malo! ¿Por qué? Porque heredó de sus padres la enfermedad mortal del pecado. ¿Alguna vez has intentado dejar de pecar? No es posible sin arrepentirte y aprovechar las provisiones de Dios para cambiar nuestra naturaleza. Los hechos malos que hacemos son el resultado de nuestra naturaleza mala y manchada. Nuestra tendencia a pecar nos lleva invariablemente a pecar si no nos arrepentimos y dejamos que Dios cambie nuestra naturaleza. El pecado nos quita la paz, y también quita la posibilidad de vivir eternamente con Dios a menos que nos arrepintamos. 1. ¿Por qué todas las personas han nacido con una naturaleza pecaminosa? 2. ¿Por qué es imposible dejar de pecar a menos que nos arrepintamos?

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El pecado es una carga

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Mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; como carga pesada se han agravado sobre mí (Salmo 38.4). El pecado tiene una capacidad asombrosa para multiplicarse y hacerse cada vez más pesada. Un pecado nos lleva a cometer otro pecado, y otro, y otro... Cuando eras niño de seguro te advirtieron a que no tomaras dinero de la cartera de tu mamá sin permiso. Pero quisiste comprar algo que tus padres te prohibieron, y sacaste un poco de dinero de la cartera de tu mamá. Cuando tus padres preguntaron si alguien había sacado dinero de la cartera, tú lo negaste. En primer lugar robaste, y eso te llevó a comprar lo prohibido; y, por fin mentiste para encubrir los primeros dos pecados. La historia ha sido testigo de repetidos esfuerzos para curar el problema del pecado. Deseamos tener una sociedad libre de ladrones y otros maleantes. Pero no hemos podido deshacernos del gran problema del pecado en la sociedad. No hay menos pecado hoy día de lo que había hace mil años. Más bien, el pecado va en aumento. El pecado es una gran carga… La carga del pecado se podría comparar con un hombre que recoge piedras brillantes y las pone en un saco que se echa al hombro. Cada pecado cometido es otra piedra en el saco. Pasan las semanas, los meses y los años, y la carga del pecado llega a ser más y más pesada. Por más que quiera salir libre, el pobre coleccionista de piedras brillantes no puede deshacerse de la carga. Adondequiera que vaya, la pesada carga lo oprime y lo ahoga. 1. ¿Qué capacidad asombrosa tiene el pecado? 2. ¿Habrá tenido éxito el ser humano a la hora de esforzarse por deshacerse del gran problema del pecado en la sociedad?

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El pecado es un tirano muy exigente

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¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? (Romanos 6.16). El pecado jamás trae felicidad duradera. Al principio el pecado parece muy atractivo e inofensivo, pero al final trae sufrimiento, amargura, y la muerte. Si tú practicas el pecado, no sirve para nada prometerte a ti mismo, “¡Basta con esto! ¡Ya no voy a pecar más!” El pecado es un tirano muy exigente. Tú no puedes dejar de ser esclavo del pecado, a menos que Dios te ayude, porque el pecado exige que peques, y es más fuerte que tú. El pecado se apodera del lugar que Dios debe ocupar en el corazón del hombre, y por consiguiente el hombre se convierte en un esclavo del pecado. ¿Alguna vez te encontraste envuelto en hacer cosas que no quisiste hacer? No quieres engañar, pero tu lengua cuenta mentiras, y te parece imposible cambiar. No quieres enojarte, pero vez tras vez te encuentras gritándoles a tus hijos, a tu esposa, o a los compañeros de trabajo. Te haces la promesa de que ya no vas a fumar o maldecir, pero dentro de poco faltas a tu promesa. Sabes que es malo, pero no puedes dejar de hacerlo; el pecado te domina. El pecado domina la vida del ser humano y demanda que haga cosas que son contrarias a la voluntad de Dios. Y el ser humano no tiene fuerzas para vencer el tirano. 1. ¿Por qué no puede el ser humano dejar de ser el esclavo del pecado, a menos que Dios le ayude? 2. El pecado se apodera del lugar que ocupar en el corazón del hombre.

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El pecado es nuestro acusador

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Nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros están nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados (Isaías 59.12). Dios nos hizo de tal manera que sentimos culpa cuando hacemos algo malo. El pecado que hemos cometido nos acusa y llena nuestra alma de pena y miedo. Esto puede llevarnos incluso a la depresión y la autodestrucción. Por ejemplo, las personas que cometen adulterio, por mucho que intenten borrar este pecado de su memoria, o justificarse, siguen sufriendo los dolores de la culpa; el pecado que cometieron les acusa día y noche. La única manera de liberarse de su acusador es por medio de arrepentirse ante Dios y su cónyuge. El pecado siempre nos acusa si no nos arrepentimos, y no podemos evadir nuestras responsabilidades por lo que hemos hecho. Según las leyes de Dios, el pecado tiene que ser castigado, y el castigo por el pecado es la muerte. Todas las cosas están abiertas y desnudas ante Dios, y él sabe lo que hemos hecho. No podemos engañarle. El pecado no desaparece con el tiempo. Podemos endurecer nuestra consciencia y olvidarnos de nuestros pecados, pero en el día de juicio cuando Dios requiere que demos cuenta de todo lo que hemos hecho, nuestros pecados estarán allí culpándonos de la rebelión contra Dios. La condena del pecado ya ha sido establecida. Dios dijo que la paga del pecado es la muerte. 1. ¿Por qué sentimos culpa cuando hacemos algo malo? 2. ¿Cuál es el castigo por el pecado?

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¿Quién es Jesucristo?

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ace casi dos mil años vivía en este mundo un hombre de lo más excepcional. Su nombre era Jesucristo. Era Dios, y a la vez era hombre. El nacimiento de Jesucristo introdujo una nueva era. Jesucristo era una persona maravillosa. Nadie jamás nació como él; nadie ha vivido como él; nadie ha muerto como él; y nadie ha resucitado de entre los muertos como él. Jesucristo, el grande y poderoso, era muy humilde y se llevaba bien con la gente de la calle. Hasta los niños podían comunicarse con él. Multitudes de gente siguieron a Jesucristo para escuchar sus palabras. Jesucristo podía calmar las olas del mar con una sola palabra. Alimentó a más de cinco mil personas con apenas cinco panes y dos pececillos. Sanó a los enfermos. Enseñó a la gente, perdonó sus pecados, y les mostró cómo vivir para agradar a Dios. Perdonó pecados. La gente se maravillaba y se preguntaba quién era este hombre que vivía entre ellos. Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen? (Marcos 4.41). Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados? (Lucas 7.49).

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Jesucristo es el Hijo de Dios

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Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3.16). Jesucristo tiene poder, sabiduría y autoridad sobrenatural porque es el Hijo de Dios. Fue Dios en carne humana. La llegada de Jesucristo al mundo no fue por casualidad. Hacía muchos años Dios les había prometido a su pueblo que iba a nacer alguien que salvaría al mundo. Tal como ya hemos visto en este libro, el pecado había hecho una separación entre la humanidad y Dios. Dios observó con tristeza mientras la gente se multiplicaba sobre la tierra y seguían en el pecado. Vio cómo sufrían y cómo eran acongojados por el pecado. Había un sima infranqueable entre Dios santo y la humanidad impía. Dios amaba mucho a la humanidad impía; anhelaba salvar al mundo entero. Deseaba tender un puente sobre la sima entre él y la humanidad para que el pecador pudiera acercarse a Dios y hacerse santo como él. Entonces Dios envió a su Hijo unigénito al mundo. Un día el Hijo le dijo a su Padre: “Vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad” (Hebreos 10.7). Dejó su gloria celestial y bajó al mundo para reconciliar a la humanidad pecaminosa con Dios, y para salvar al mundo de la muerte eterna. 1. ¿Por qué Jesucristo tiene poder, sabiduría y autoridad sobrenatural? 2. ¿Por qué bajó Jesucristo al mundo?

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Jesucristo es el Hijo del Hombre

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El Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas (Lucas 9.56). Jesucristo no vino al mundo como un rey. Más bien nació de una humilde virgen llamada María. No tenía padre humano, sino que el poder del Altísimo le cubrió a María con su sombra. Ella se quedó encinta y dio a luz a Jesucristo. Así que Jesucristo es el Hijo de Dios, pero también es el Hijo del Hombre porque su madre era un ser humano. El Hijo del Hombre vivió una vida muy humilde. Cuando nació, su madre lo acostó en un pesebre porque no había lugar para ellos en la posada. Cuando creció, no tenía dónde recostar la cabeza. Viajaba de una ciudad a otra, sanando a la gente y hablándoles del reino de Dios. No se valió de su poder divino para vivir una vida fácil, sino que, al igual que los demás hombres, aguantó el hambre, la sed, el frío, el calor, el cansancio y el dolor. Muchas personas no entendían a Jesucristo. Se reían de él, y más de una vez quisieron matarlo a pedradas. Pero él no los amenazaba, sino que habló a la gente del amor de Dios, y les llamó al arrepentimiento para salvación. ¡El Hijo del Hombre vino para salvar al hombre! 1. ¿Quién fue la madre de Jesús? 2. ¿Quién fue el Padre de Jesús?

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Jesucristo es el Cordero de Dios

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Vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (Juan 1.29). Según la ley de Moisés, cuando los israelitas ofrecían un cordero en holocausto, el cordero que ofrecían tenía que ser sin defecto. Es decir, el cordero no podía ser ciego, cojo o enfermo. Era simbólico del Cordero perfecto y sin pecado, Jesucristo, que se ofrecería a sí mismo por nuestros pecados. La Biblia dice que “sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9.22). Pero ya que Dios no quiere “la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva” (Ezequiel 33.11), él permitía que los pecadores israelitas ofrecieran en holocausto la sangre de un cordero inocente. El cordero moría por el pecado en lugar de la persona. Lo mataban, lo ponían sobre un altar, y lo quemaban. El pecado, simbólicamente, era transferido al cordero inocente, y la persona que había traído el sacrificio era perdonada. Jesucristo se llama el Cordero de Dios porque tomó sobre sí la culpa de los pecados del mundo y murió por toda la humanidad. El Cordero inocente murió por los seres humanos culpables. ¡Esto es un gran milagro del amor y la misericordia de Dios! Ya no es necesario que los pecadores traigan un cordero como ofrenda por su pecado porque el sacrificio de la sangre de Jesús es suficiente para todas las personas para siempre. 1. ¿Por qué Jesucristo se llama el Cordero de Dios? 2. ¿Por qué ya no es necesario que los pecadores traigan un cordero como ofrenda por su pecado?

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Jesucristo es la resurrección y la vida

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Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá (Juan 11.25). Jesucristo fue crucificado en una cruz. Cuando hubo muerto, bajaron su cuerpo de la cruz y lo pusieron en un sepulcro nuevo. Rodaron una gran piedra a la entrada del sepulcro. Los principales sacerdotes sellaron la piedra y pusieron una guardia porque temían que los discípulos vendrían a robar el cuerpo de Jesús. Los parientes, amigos y discípulos de Jesús pasaron dos días muy penosos y tristes. Al amanecer del tercer día, María Magdalena y otras dos mujeres compraron especias aromáticas para ir a ungir el cuerpo de Jesús. Cuando llegaron al sepulcro supieron que había acontecido un milagro sin precedentes. ¡Dios había resucitado a Jesús de entre los muertos! La muerte no podía retener al que no conoció pecado. Las mujeres vieron que la piedra grande en la entrada del sepulcro estaba corrida. Vieron a un ángel sentado dentro del sepulcro. El ángel les dijo, “No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron” (Marcos 16.6). ¡Jesús es la resurrección y la vida! Él venció la muerte, y ahora resucita espiritualmente a los pecadores que se arrepienten, y les da la vida eterna. 1. ¿Qué milagro aconteció el tercer día después de la muerte de Jesús? 2. ¿A quiénes resucita espiritualmente Jesús ahora?

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Jesucristo es el único Salvador

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Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos (Hechos 4.11–12). Todos hemos sido contaminados por el pecado. Nuestro ser interior ha sido empapado por el pecado y hemos muerto espiritualmente. No había nadie en este mundo que pudo salvarnos. Se necesitaba a alguien sin pecado para morir por nosotros pecadores. No había nadie en este mundo que cumplía con este requisito. Entonces Dios mandó al mundo a su santo Hijo como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. Según la Biblia, Jesucristo es el único Salvador; en ningún otro hay salvación. Él es el único Salvador del mundo. Jesucristo derramó su sangre inocente por nuestros pecados. Los que se arrepienten de sus pecados pueden ser salvos gracias a Jesucristo, el único Salvador del mundo. La sangre de Jesucristo tiene poder para salvar a la gente y librarles de la esclavitud del pecado. Su sangre limpia el alma y la vida del transgresor. El pecador que anteriormente no podía vivir un solo día sin pecar llega a ser santo y cambiado. Solo Jesús tiene el poder para hacer tal milagro. Jesús es el único Salvador del mundo. 1. ¿Cuántos de nosotros hemos sido contaminados por el pecado? 2. Según la Biblia, ¿quién es el único Salvador?

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Jesucristo es el único mediador

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Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (1 Timoteo 2.5). Nuestros pecados nos apartan de Dios porque Dios es santo y no puede soportar el pecado. Nadie puede ver a Dios y seguir con vida (Éxodo 33.20). Pero Dios nos ama tanto que hizo posible una manera para que podamos ser reconciliados con él. Jesucristo, por medio de su obra en la cruz, fue capacitado para ser el único mediador entre Dios y el hombre. Jesús reconcilio el hombre con Dios por medio de su muerte y resurrección. Jesús llevó a sus discípulos hasta Betania cuarenta días después de su resurrección. Allí él levantó sus manos y los bendijo. Cuando los había bendecido, ascendió al cielo. Los discípulos lo miraron hasta que una nube lo ocultó de su vista. Hoy Jesús está en el cielo donde intercede por nosotros ante el Padre. Por eso, cualquier persona, no importa cuán grande sea su pecado, puede volver a Dios y recibir misericordia y limpieza. 1. ¿Qué es lo que nos aparta de Dios? 2. Hay un solo mediador entre Dios y los hombres. ¿Quién es?

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Jesucristo es el Buen Pastor

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Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas (Juan 10.11). Jesús dijo que él es el Buen Pastor que da su vida por las ovejas. ¿Alguna vez has visto un rebaño de ovejas? Una oveja es un animal pacífico y dócil, con lana suave y ojos serenos. Las ovejas son animales débiles. No pueden vivir solos en el bosque como lo hacen muchos animales más fuertes. No tienen la astucia de sobrevivir por sí mismos, sino que necesitan cuidado y mantenimiento. Necesitan que alguien les guíe por lugares donde hay pasto y agua. Las ovejas fácilmente se pierden o se enredan en los espinos si no hay un pastor para guiarlas y protegerlas. Si las ovejas se descarrían del redil, no pueden hallar el camino de regreso sin la ayuda del pastor. La Biblia nos dice que todas las personas en el mundo son como ovejas perdidas y sin pastor. Pero Jesucristo, el Buen Pastor, tuvo lástima de nosotros. Vino al mundo para buscarnos y salvarnos. Él es el camino de regreso a Dios. ¿Quieres tú ser una oveja obediente de Jesús? Pues entonces solo tienes que arrepentirte y seguirle fielmente. ¡Él te aceptará como oveja suya! 1. Las ovejas son animales

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2. ¿Quién es el Buen Pastor que vino al mundo para buscarnos y salvarnos?

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¿Qué tienes que hacer para ser salvo?

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l pecado separa al hombre de Dios, causando una gran sima en la relación entre Dios y el hombre. El hombre anda perdido por causa de su pecado y está necesitado de la salvación. Muchas personas intentan salvarse por medio de hacer buenas obras. Es correcto hacer lo bueno, pero las buenas obras no pueden quitar o compensar el daño hecho en nuestra alma por los pecados que hemos cometido. No es posible salvarnos a nosotros mismos por medio de hacer buenas obras. Hay mucha gente que también intenta salvarse por medio de practicar alguna religión. Creen que si llegan a ser miembros de alguna iglesia y cumplen con todas las reglas, eso es todo lo que hace falta para lograr la salvación de su alma. ¡Pero están muy equivocados! Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? (Hechos 2.37). Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? (Hechos 16.30). Hablando claro, el hombre no tiene la capacidad de salvarse a sí mismo. Existe una sola manera de ser salvo, y todos pueden hallar ese camino. ¿Qué tienes que hacer para ser salvo?

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Creer en Jesucristo

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De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna (Juan 6.47). Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa (Hechos 16.31). El que cree en Jesucristo recibe la salvación. Dios ofrece el don de la salvación a todo el que cree en Jesucristo. Los que piensan recibir la salvación por medio de ganarla ya están condenados por no haber creído en Jesucristo. El primer pecado del ser humano fue la incredulidad. Eva no creyó en Dios. Por eso tomó del fruto prohibido y lo dio también a Adán. El primer paso que debemos tomar para recibir la salvación es creer en Dios. Él nos asegura que seremos salvos si creemos en Jesucristo. Perdimos la vida eterna por causa de nuestra incredulidad; pero podemos recuperarla solo por medio de creer (tener fe). La Biblia dice: “Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11.6). ¿Cómo podemos tener fe? La Biblia dice que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Jesucristo. La palabra de Jesucristo es esto: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11.28). Si tú crees esto, y lo haces, recibirás la salvación. 1. ¿Cuál es el primer paso que debemos tomar para recibir la salvación? 2. ¿Cómo podemos tener fe?

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Arrepentirte de tus pecados

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Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados (Hechos 3.19). El segundo paso que debemos tomar para ser salvos es arrepentirnos porque somos pecadores. Nuestro corazón malo no quiere reconocer que somos pecadores. Tenemos una fuerte tendencia a intentar justificarnos: “No soy tan malo. Hay muchas personas que son peores que yo. No he matado a nadie...” Pero Dios sabe que todos hemos pecado y que por tanto andamos perdidos y necesitados de la salvación. Dios tiene misericordia de nosotros. Por eso él abre nuestros ojos por medio de la voz de su Espíritu Santo para que reconozcamos que somos pecadores, y para que nos arrepintamos. Puedes elegir hacer caso omiso de la misericordia de Dios y quedarte entre los moribundos, o puedes elegir arrepentirte y ser salvo. Jesús está llamándote, y te extiende la mano para salvarte. Cuando Jesús llamó a Saulo, “él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hechos 9.6). ¡A Jesús le gusta contestar este tipo de oración y salvar al que se arrepiente! 1. ¿Cuál es el segundo paso que debemos tomar para ser salvos? 2. ¿Quién nos abre los ojos para que reconozcamos que somos pecadores?

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Mantenerte apartado del pecado

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Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación (1 Pedro 2.1–2). Arrepentirte y recibir la salvación no es solo un acontecimiento; también implica llevar una vida diaria de arrepentimiento, manteniéndote apartado del pecado en todo momento. Esto quiere decir que ya no vas a vivir como antes, sino que a partir de hoy vas a desechar los chistes indecentes que antes contabas; ya no vas a contar mentiras; dejarás de insultar a los demás; no buscarás vengarte cuando otros te ofenden… ¡ya vas a vivir de otro modo! Para ser salvo en el día final tienes que seguir en el camino de Dios y mantenerte apartado del pecado. Si tus pecados han hecho daño a otras personas, querrás indemnizar a aquellas personas, en cuanto sea posible, por el daño que les hiciste. De esta manera tendrás la consciencia limpia ante Dios y los hombres. ¡Esto te será de gran ayuda en mantenerte apartado del pecado! Lee la Biblia para mantenerte alejado del pecado; la Biblia contiene muchos buenos consejos que sirven para orientarte en esta nueva vida que tienes en Jesucristo. Si no haces caso a los consejos de Dios en la Biblia, pronto te desviarás del buen camino y tu postrer estado espiritual resultará peor que el primero. 1. Arrepentirte y recibir la salvación no es solo un acontecimiento; también implica llevar una de . 2. ¿Qué pasará si no haces caso a los consejos de Dios en la Biblia?

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Seguir teniendo fe

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Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2.8–9). La salvación es un regalo que Dios te da cuando te arrepientes y crees en él. No puedes ganarla ni comprarla. Solo puedes recibirla como regalo. ¿Cómo puedes cuidar este precioso regalo de la salvación? Lo puedes cuidar por medio de seguir teniendo fe en Dios. Tienes que seguir creyendo de todo corazón lo que Dios te dice. Él te dice en la Biblia que perdona a los pecadores arrepentidos y les da vida eterna. No lo dudes; ¡sigue teniendo fe! Tal vez piensas que tus pecados son muy grandes y que no eres digno de recibir el regalo de la salvación. Tal vez el diablo te dice que Dios no te perdonó. Pero recuerda que Jesús llegó al mundo para salvar a los pecadores. Él mismo dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores” (Marcos 2.17). No hay nadie en el mundo que merece la salvación. Dios nos la da como regalo por su gran amor y misericordia, sin que lo merezcamos en lo más mínimo. ¡Créelo! Solo de esta manera podrás tener el valor de vivir una vida fiel y obediente al Señor. 1. ¿Cómo puedes cuidar el precioso regalo de la salvación? 2. ¿Habrá alguien en el mundo que merece la salvación?

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Seguir obedeciendo a Dios

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Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos (Juan 8.31). Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando (Juan 15.14). Si te has arrepentido de tus pecados y por la fe has recibido la salvación, entonces tu nombre está escrito en el libro de la vida. Si sigues obedeciendo a Dios, llegará el día en que entrarás en la eternidad con todos los creyentes. Verás a Dios con tus propios ojos y vivirás para siempre con él. Pero por lo pronto te toca seguir obedeciendo a Dios frente a muchas dificultades y tentaciones. Sin la ayuda de Dios no te será posible andar por este camino porque Satanás hará todo lo posible por hacerte volver a tu vida vieja para que no heredes la vida eterna. El don de la salvación es precioso, por lo cual tienes que cuidarlo con especial atención. Obedece a Dios y no eches a perder este don. Dios te ayudará si le amas de todo corazón. Lee la Biblia todos los días, especialmente el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento podrás encontrar las enseñanzas de Jesucristo y los apóstoles. Léelo atentamente y procura vivir según lo que está escrito allí. Si pecas, no te desanimes; arrepiéntete y Dios te perdonará. Acércate más a Dios para que no sigas pecando. Ora “sin cesar” (1 Tesalonicenses 5.17), pidiéndole a Dios que te ayude a obedecerle. ¡Ánimo! Jesucristo nos dijo: No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis (Juan 14.1–3).

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Si eres un creyente nuevo

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i eres un creyente nuevo, anhelas tener compañerismo con otros creyentes sinceros. La comunión con otros creyentes es muy importante para tu crecimiento y supervivencia espiritual. Busca una iglesia formada por creyentes que toman en serio seguir a Jesús y que ponen en práctica sus enseñanzas en la vida diaria. No tardes en solicitarles que te bauticen y te permitan unirte a ellos. Este es un paso muy importante porque el Señor Jesucristo nos dice: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16.16). El que se bautiza como creyente demuestra públicamente que escoge ser maltratado con el pueblo de Dios en lugar de gozar lo deleites temporales del pecado. Según 1 Pedro 3.21, el bautismo también es el compromiso de tener una buena conciencia delante Dios. Permanece fiel a Jesucristo y síguele fielmente junto con los demás hermanos de la iglesia. ¡Que Dios te bendiga en tu nuevo andar con él y su pueblo!

“Edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” —Mateo 16.18 69

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