Conflicto en Nazareth (6,1-6)

Marcos nos ha mostrado a Jesús manifestando el Reino a través de signos ... c) La pureza del corazón y la nueva mentalid
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CONFLICTO EN NAZARETH (6,1-6)

Marcos nos ha mostrado a Jesús manifestando el Reino a través de signos, cambiando la mentalidad de la gente, invitándolos a dejar una mentalidad llena de temores y prejuicios, y a tomar una nueva forma de pensar, basada en la fe y el compromiso. La gente ha comprendido un poco más esta nueva mentalidad y es lo que ha quedado claro con las curaciones. Una mentalidad abierta a la esperanza, incluso cuando las probabilidades son nulas, logra liberar al pueblo del mal en cualquiera de sus formas, de todo lo que limite la vida, incluso la muerte. La fe y el compromiso con la propuesta de Jesús lo han hecho posible.

Ahora Marcos nos mostrará lo que sucede en el caso contrario, cuando el pueblo se cierra a la propuesta de Jesús y se niega a abrirse a la novedad del Reino. Esto lo veremos a través de la visita de Jesús a Nazareth y la respuesta de sus parientes y vecinos.

1Saliendo

de allí, se dirigió a su ciudad acompañado de sus discípulos. 2Un sábado se puso a enseñar en la sinagoga. Muchos al escucharlo comentaban asombrados: —¿De dónde saca éste todo eso? ¿Qué clase de sabiduría se le ha dado? Y, ¿qué hay de los grandes milagros que realiza con sus manos? 3¿No es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago y José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas? Y esto era para ellos un obstáculo. 4Jesús les decía: —A un profeta sólo lo desprecian en su tierra, entre sus parientes y en su casa. 5Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo sanar a unos pocos enfermos a quienes impuso las manos. 6Y se asombraba de su incredulidad. Después recorría los pueblos vecinos enseñando.

LA SECCIÓN DEL PAN (6,6B-8,26)

a) El testimonio de los Doce y el de Juan (6,6b-31) •La misión de los Doce (6,6B-13). •Las preguntas de Herodes (7, 14-16). •Martirio del Bautista (6,17-29). •Regreso de los Doce (6, 30-34) b) El signo del pan y la incomprensión de los discípulos (6,32-56) •Pan para todos (6, 32-44). •Camino sobre las aguas (6,45-52). •Curaciones en Genesareth (6,53-56). c) La pureza del corazón y la nueva mentalidad del Reino (7,1-37) •Las tradiciones y el mandato de Dios (7,1-13). •Lo puro y lo impuro, un nuevo criterio (7,14.-23). •El pan es también para los perritos (7,24-30). •Los sordos oyen y los mudos hablan (7,31-37). d) De la incomprensión a la visión (8,1-26) •Una mesa abierta al mundo (8,1-10). •Una señal para los ciegos (8,11-13). •La levadura que contamina (8,14-21). Comenzando a ver (8,22-26).

24Desde

allí se puso en camino y se dirigió a la región de Tiro. Entró en una casa con intención de pasar inadvertido pero no lo logró. 25Una mujer que tenía a su hija poseída por un espíritu inmundo se enteró de su llegada, acudió y se postró a sus pies. 26La mujer era pagana, natural de la Fenicia siria. Le pedía que expulsase de su hija al demonio. 27Jesús le respondió: —Deja que primero se sacien los hijos. No está bien quitar el pan a los hijos para echárselo a los perritos. 28Ella replicó: —Señor, también los perritos, debajo de la mesa, comen de las migas que dejan caer los niños. 29Le dijo: —Por eso que has dicho, puedes irte, que el demonio ha salido de tu hija. 30Se volvió a casa y encontró a su hija acostada en la cama; el demonio había salido.

31Después

salió de la región de Tiro, pasó de nuevo por Sidón y se dirigió al lago de Galilea atravesando la región de la Decápolis. 32Le llevaron un hombre sordo y tartamudo y le suplicaban que impusiera las manos sobre él. 33Lo tomó, lo apartó de la gente y, a solas, le metió los dedos en los oídos; después le tocó la lengua con saliva; 34levantó la vista al cielo, suspiró y le dijo: Effatá, que significa ábrete. 35[Al momento] se le abrieron los oídos, se le soltó el impedimento de la lengua y hablaba normalmente. 36Les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más insistía, más lo pregonaban. 37Llenos de asombro comentaban: Todo lo ha hecho bien, hace oír a los sordos y hablar a los mudos.

27Jesús

emprendió el viaje con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Felipe. Por el camino preguntó a los discípulos: —¿Quién dice la gente que soy yo? 28Le respondieron: —Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que uno de los profetas. 29Él les preguntó a ellos: —Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Respondió Pedro: —Tú eres el Mesías. 30Entonces les ordenó que a nadie hablaran de esto.