Unos 50 intendentes se juegan su poder como

nacional. El kirchnerismo aspira a obtener el 35% de los votos en el país; el 20 o el .... plebiscito. Si pierdo me voy.
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POLITICA

Domingo 28 de junio de 2009

ELECCIONES 2009

El Gobierno, frente al desafío del día después Se acelerarían cambios en el gabinete nacional

Lo que se juega en la provincia de Buenos Aires

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CORRESPONSAL EN LA PLATA







PABLO MOROSI

 

 

  

    

 

 

 

LA NACION

  



 



   



    

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Unos 50 intendentes se juegan su poder como testimoniales Son jefes comunales kirchneristas, la mayoría, de poderosos municipios del conurbano MARIA JOSE LUCESOLE CORRESPONSALIA LA PLATA LA PLATA.– Unos 50 intendentes de la provincia de Buenos Aires arriesgarán todo su capital político en las elecciones legislativas de hoy. En el Frente Justicialista para la Victoria (FPV) 46 intendentes se postulan como candidatos testimoniales. De ellos, 24 se inscribieron como candidatos a concejales en sus municipios; 17 designaron en el primer lugar de estas nóminas a familiares directos y 5 se postularon como candidatos a senadores o diputados. La mayoría no asumirá las bancas en caso de ser elegida: seguirá en el Poder Ejecutivo, con mayor fortaleza o debilidad. Sólo dos intendentes prometen asumir el cargo legislativo para el que se postulan (ver infografía). Otros dos dije-

ron que renunciarán si no ganan. En el Acuerdo Cívico y Social hay 6 intendentes que se postulan como legisladores provinciales o diputados nacionales. Todos prometen asumir. Un caso diferente es el candidato a diputado nacional por Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella, intendente en licencia de Morón, que ya renunció en forma anticipada a su puesto a partir del 10 de diciembre próximo. El resultado de las urnas no sólo pondrá en juego la constitución de nuevas mayorías en los Concejos Deliberantes de los municipios. También definirá una eventual renuncia o destitución de algunos jefes comunales que ven en estas elecciones un plebiscito de gestión. El jefe comunal de Berazategui, Juan José Mussi, prometió, meses atrás, que dejará el cargo en

caso de sufrir un revés electoral: “Si pierdo, renuncio”, anticipó. El intendente de Trenque Lauquen, Jorge Barracchia (FPV), aseguró que dejará su cargo en caso de perder las elecciones: “Yo hago un plebiscito. Si pierdo me voy... Si no tengo respaldo popular, listo, que gobiernen ellos”. Esta no es una postura unánime en el oficialismo. Por caso, el intendente de José C. Paz, Mario Ishii, dijo que la decisión de renunciar al puesto en caso de perder “no es un criterio unánime” en el oficialismo. En similar sentido, el intendente de Avellaneda, Baldomero Alvarez de Olivera, expresó: “Si pierdo quedaré en minoría. El peronismo nunca abandona el gobierno”. En caso de quedar en situación de debilidad, otros jefes comunales temen el inicio de procesos destituyentes en sus distritos. Es el caso del

de San Vicente, Daniel Di Sabatino: “Yo necesito reforzar la gobernabilidad para subsistir. En el supuesto de que perdiera las elecciones, el 29 de junio, si no renuncio, me van a voltear”, especuló al lanzar su candidatura testimonial. En la oposición también hay intendentes que buscan salir de una situación de debilidad. Por caso, en el Concejo Deliberante de Chascomús, la intendenta Liliana Denot (UCR) enfrenta una situación compleja. El radicalismo cuenta con sólo 4 de 14 concejales. El cuerpo está integrado por 4 vecinalistas, 2 ediles del Frente para la Victoria, 2 de la Coalición Cívica, uno del Partido Justicialista y uno del Partido para la Victoria. Pero a diferencia del FPV, la mayoría de los intendentes opositores no competirá personalmente como candidatos para definir esta elección.

LA PLATA.– Enfrentado a un escenario con riesgo cierto de perder el control en la Legislatura bonaerense, el gobernador Daniel Scioli no sólo pone en juego en estas elecciones la suerte de la gestión provincial en su etapa final, sino que, el resultado de hoy también comprometerá su futuro político de cara a 2011. Scioli llegó al fin de la campaña como candidato “eventual”, logrando mantener la incógnita pública sobre su destino, aunque en privado tanto él como todos sus colaboradores porfían que no se moverá de La Plata, al menos por los próximos dos años. No obstante, aún no terminan de acallarse los rumores de que un resultado esquivo pueda depositarlo, a partir de diciembre próximo, en una banca del Congreso Nacional, lo que desencadenaría un azaroso proceso de reemplazos por acefalía y la convocatoria a una nueva elección. En función de su aspiración presidencial, Scioli mirará de reojo los resultados de los candidatos del PJ en otros distritos. Además, con su ya declamada intención de intervenir fuertemente en el PJ, observará con atención los resultados municipio por municipio, sobre todo en aquellos donde los intendentes se presentan como candidatos testimoniales. El debilitamiento de la representación parlamentaria del Frente Justicialista para la Victoria (FpV) bonaerense es un hecho: es la fuerza que más legisladores recambia y, por ende, la que más tiene para perder: arriesga 46 de los 69 puestos en juego. En la Cámara de baja provincial hay 92 diputados y se renueva la mitad (46 legisladores), de los cuales 26 son del FJpV. Los pronósticos más optimistas en el kirchnerismo hablan de renovar

        



   





 

 

      





   



A todo o nada



 

 

        

Gabinete Kirchner y Scioli podrían dirimir el liderazgo bonaerense, sobre todo si el primero quiere ser gobernador. Pero Scioli se propone recoger, para él, a los eventuales heridos de Pro, con asistencia de Eduardo Camaño, su ministro de Gobierno. Apuesta a que De Narváez sufrirá deserciones. Una versión sugiere que Kirchner lo induciría a Scioli a asumir su banca el 10 de diciembre. Pero el gobernador no piensa en dejar la Provincia. Los cambios en el Gabinete no serían inmediatos. Menos si hay un triunfo resonante. El jefe del Gabinete, Sergio Massa, podría regresar a la intendencia de Tigre. Pero la Presidenta y el jefe del PJ lo requieren para la gestión diaria. En caso de irse, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, o el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, podrían reemplazarlo. El ministro de Justicia, Aníbal Fernández, podría regresar a Interior, ante un traslado de Randazzo. Se llevaría consigo a las fuerzas de seguridad. Si Carlos Fernández debe abandonar el Ministerio de Economía, sus reemplazantes podrían ser Amado Boudou, titular de la Anses; Echegaray, o el presidente del Banco Central, Martín Redrado; pero éste no quiere. El jefe de la economía es Kirchner y Redrado no tendría margen de acción. Tras las elecciones, podría volver Miguel Peirano. No a Economía, sino a la cartera de Producción. Es un hombre cercano a los industriales, con quienes Débora Giorgi empeoró su vínculo en estos meses. Se da por seguro el retiro de Graciela Ocaña del Ministerio de Salud (de lo que se informa en la pág. 1). La gripe porcina será el otro gran desafío de los Kirchner. Se mencionan a Ginés González García, Graciela Rosso o Claudio Zinn para reemplazarla.

Scioli pone a prueba el control de la Legislatura El oficialismo puede perder la hegemonía

  

 



 

  



    

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MARIANO OBARRIO Las elecciones legislativas de hoy fueron abordadas por el gobierno de Cristina Kirchner como la prueba de fuego para la gobernabilidad de los futuros dos años. No debieran serlo. Pero la Casa Rosada asumió que el triunfo o la derrota definirán la capacidad para gobernar de la Presidenta con un parlamento sin mayoría propia, el futuro político de Néstor Kirchner y de Daniel Scioli, y la composición del futuro gabinete. El dramatismo se olfatea en la Casa Rosada. Los números oficiales de las encuestas de Kirchner le auguraban para hoy al candidato a diputado del Frente para la Victoria un triunfo por seis puntos en la provincia. Pero altas fuentes oficiales admitieron a LA NACION que un revés significará “el deterioro de la gobernabilidad, en lo político, pero no en lo institucional”. En ese escenario, preocupa en el Gobierno un clima de conflictividad social prolongada. Entrevén, además, una pulseada feroz en el Congreso, como reflejo de una pelea en el peronismo por el futuro liderazgo para 2011. Y una inminente acción de “los factores de poder”. “Ellos –el campo, los empresarios y los medios de comunicación, según el kirchnerismo– acelerarán el deterioro”, suele quejarse Kirchner en Olivos, según pudo saber LA NACION. “Ellos” son la obsesión del ex presidente. La otra lectura de los comicios es nacional. El kirchnerismo aspira a obtener el 35% de los votos en el país; el 20 o el 25% sería para el Acuerdo Cívico y Social, y el 15%, para Unión Pro. Con esos guarismos, en una elección presidencial, Kirchner iría a un ballottage en 2011, sin seguridad de ganarlo si no suma a otros sectores medios de la sociedad. Por ello en la Casa Rosada asumen que un triunfo de Kirchner serviría para posicionar al gobernador bonaerense Scioli como candidato a presidente. Kirchner sería diputado por cuatro años y ordenaría la retirada. “En el peronismo, luego de Menem, todos saben que deben dejar paso a los de abajo”, dijo ayer un ministro. A Kirchner ya le llegan esos mensajes. En el Congreso, Kirchner sabe que perderá la mayoría parlamentaria. Frente a eso, se abrió un debate en la Casa Rosada. Un ala dura –Guillermo Moreno y Carlos Kunkel– plantean endurecer las posturas para no perder poder. Los moderados –Sergio Massa, Florencio Randazzo, por caso– sugieren dialogar y consensuar. Desde mañana, Kirchner tomará decisiones cruciales en lo económico. Las dificultades fiscales podrían abrir la puerta a proyectos de aumento de la recaudación y de reducción del gasto. Y a la búsqueda de nuevas fuentes de financiamiento.

 

 

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I

JULIO PEREYRA

ALBERTO DESCALZO

MARIO ISHII

INTENDENTE DE FLORENCIO VARELA - FPV

INTENDENTE DE ITUZAINGO - FPV

INTENDENTE JOSE C. PAZ - FPV

Fue uno de los primeros en aceptar el desafío de Néstor Kirchner. Gobierna uno de los municipios más pobres del sur del Gran Buenos Aires.

Hasta último momento se negaba a ser candidato testimonial. El ex presidente Kirchner lo presionó hasta conseguir que aceptara.

El jefe comunal se muestra como uno de los incondicionales de Kirchner, aunque ubicó candidatos en la lista de Unión Pro.

OPINION

Carta abierta al votante nostálgico DIEGO SEHINKMAN PARA LA NACION El impiadoso látigo de la desmemoria nos llevó a todos a azotar estas elecciones. Que no hubo debate; que no hubo ideas; que no hubo propuestas; que discursivamente fue la más pobre que se recuerde... Pero acá va el desafío: ¿qué gran debate político de los últimos 30 años recuerda usted, lector? Tiene 30 segundos. Y no vale preguntarle al de al lado. Tal vez en el primer subsuelo de su memoria, bastante a mano, yazca estacionado el debate del catamarqueño Vicente Leónidas Saadi con Dante Caputo por el Beagle. Y es probable que de esa memorable jornada televisiva recuerde la palabra “cháchara”, o la expresión “Las nubes de Ubeda”. No se enoje. Pero de ese debate pasaron... ¡25 años! Sí. Fue en 1984. Ahora, siempre a bordo de su memoria, baje un piso más. Segundo subsuelo. ¿Lo ve ahí? Es el debate entre Aníbal Ibarra y Mauricio Macri, en la segunda vuelta para gobernar la

ciudad de Buenos Aires. Año 2003. Un piso más abajo, donde ya hay menos claridad y cuesta distinguir, debaten Antonio Cafiero con Juan Manuel Casella, ambos candidatos a gobernar la provincia de Buenos Aires en 1987. Y al lado, con tela-

¿Qué gran debate político de los últimos 30 años recuerda usted, lector? rañas encima, el debate de Rodolfo Terragno y Domingo Cavallo sobre la convertibilidad. Año 1994. Fin. En más de dos décadas, cuatro debates. Alguno más, quizá. El fotoshop de la nostalgia nos hace creer que antes sí bullía la discusión profunda. Pero con los datos, adiós fotoshop. Eso sí: ¿por qué no mirar el lado positivo? ¿No es una buena noticia que, al menos en algo, la Argentina esté igual que hace 25 años y no peor?

RODRIGO NESPOLO

Los aliados K preparan un acto La plaza de Mayo lució muy tranquila ayer, en la víspera de los comicios. El panorama podría cambiar hoy, cerca de las 19, ya que los grupos kirchneristas comandados por Luis D’Elía y Edgardo Depetri preparan en silencio una manifestación en apoyo al Gobierno.

entre 18 y 22 bancas que se suman a las 20 que se mantienen: así reuniría, como máximo, 42 escaños y, en consecuencia, perdería la mayoría. En tanto, en la Cámara alta bonaerense, donde hay 46 senadores, se renuevan 23 escaños y el FJpV pone en juego 19 de los 32 que tiene. Aquí, según a quien se consulte, la expectativa oficial oscila de 8 a 11. En el peor de los casos, el peronismo podría llegar a resignar no sólo los dos tercios del cuerpo sino también la mayoría simple, algo que conserva casi sin interrupciones –excepto entre 1997 y 1999– desde hace dos décadas. Como sea, el cambio en la relación de fuerzas obligará al gobierno de Scioli a perfeccionar sus dotes negociadoras. En previsión de ese escenario, trabaja desde hace meses en el tejido de alianzas para anticiparse a la reconstrucción del Poder Legislativo. La tarea recayó en el ministro de Gobierno, Eduardo Camaño, y el jefe de Gabinete, Alberto Pérez. La incógnita está en el comportamiento de las fuerzas de la oposición. En el Acuerdo Cívico y Social (ACyS), nadie se anima a garantizar que en diciembre haya un bloque unificado con representantes de la Coalición Cívica (CC), la UCR y el cobismo. Por su parte, referentes de Unión Pro, aseguran que, de ganar, están dispuestos a batallar para disputar al oficialismo los cargos en la conducción de la Cámara de Diputados. Sobre todo en el sector del peronismo disidente encuadrado en Unión Pro se considera, al igual que lo que piensan en el FJpV –todos justicialistas al fin-, que el que gane provocará fisuras y emigraciones en el que pierda y esto terminará por reunificar a los peronismos y reforzar las huestes de quien resulte triunfante en el comicio. En rigor, antes que todo, los dirigentes vinculados a Francisco De Narváez y Felipe Solá reconocen que la meta también pasará por acoplar la acción de los diversos sectores que conforman la alianza y lograr encolumnar, en la provincia, todos esfuerzos a construir la postulación de De Narváez a la gobernación en 2011.