El peso de los intendentes se impuso en la nueva

La jerarquía eclesiástica intervino en muchas de las reuniones, sobre ... de la provincia romana de Carin- thia. Al lado
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POLÍTICA

| Jueves 14 de noviembre de 2013

El peso de los intendentes se impuso en la nueva conducción del PJ renovación. Los jefes territoriales fueron los grandes beneficiados en el reparto de cargos en

las listas partidarias; La Cámpora tuvo una dura pulseada para colocar candidatos propios

Jesica Bossi

Difícil negociación de madrugada

“Volvió la gimnasia partidaria”, festejaba a la madrugada, con aire de revancha, un intendente que venía de forcejear, mano a mano, el armado de listas de su sección con dirigentes de La Cámpora. El tercer piso de Matheu 130, sede del PJ nacional, se convirtió en un impensado epicentro de encendidas negociaciones para dirimir la nueva cúpula del peronismo bonaerense, clave en el camino hacia 2015. Apenas elegido candidato a presidir el partido, Fernando Espinoza comenzó, a sus anchas, a ejercer por anticipado su misión. El mandamás de La Matanza, el distrito más poderoso del territorio provincial, se encerró en un salón con Cristina Álvarez Rodríguez, a cargo interinamente del sello; Hugo Curto, jefe comunal de Tres de Febrero y presidente de la Junta Electoral; y el camporista José Ottavis. Repitió hasta las dos de anteanoche la misma rutina: hacía pasar a referentes por orden de sección y arbitró entre afiladísimos dirigentes que defendían su cuota de poder. Ayer, ese mismo grupo terminó de delinear las listas para competir el 15 de diciembre en las elecciones partidarias, en las que sólo se anotó como contrincante el ex intendente de José C. Paz Mario Ishii, ahora crítico del Gobierno. El trabajo de la mesa chica no fue menor: revisar nóminas para elegir 47 consejeros, más de 900 congresales y presidentes de cada uno de los 135 municipios. Después de dos semanas de idas y venidas, se cerró un esquema partidario con fuerte anclaje territorial, con más de una veintena de intendentes –casi la mitad de las butacas en juego– postulados como consejeros, más otro puñado de cargos capturados a través de tropa propia. Traducido: fue un triunfo de los caciques. El largo tironeo previo al cierre tuvo como contrapunto central los pedidos que La Cámpora elevó en el PJ. La agrupación juvenil creada por Máximo Kirchner ganó algunas batallas, pero perdió otras. En el balance, cosechó al menos trece puestos, entre titulares y suplentes. Obtuvieron la tira completa de la rama de la juventud –en la que se incluyó, por caso, a Juan Ottavis, hermano de uno de los jefes– y otros en los tramos seccionales, como Marina Moretti, Fernanda Raverta, Fabiana Bertino, Nicolás Barbier, César Valicenti y Martín Alanís. Uno de los duelos más picantes se batió en la primera sección electoral. Mariano West, intendente de Moreno, caminaba de un lado a otro, celular en mano, en el tercer piso. A esa hora, cerca de las 23, estaba en riesgo su nombre en la boleta. Otta-

Intendentes y dirigentes K discutieron poder territorial

LA NACION

Comienza el debate en el Congreso El Congreso definirá a partir de hoy el futuro del proyecto de reforma y unificación de los códigos Civil y Comercial de la Nación. Esta tarde se reunirá la Comisión Bicameral, que tiene a su cargo el análisis de los más de 2700 artículos que contiene el texto, y decidirá si lo aprueba en diciembre o postergará su debate, una vez más, hasta el año próximo. El oficialismo desea que el nuevo código sea sancionado antes de fin de año; sin embargo, la oposición entiende que hay varios aspectos muy polémicos de la iniciativa que deberían modificarse. Si bien el kirchnerismo cuenta con mayoría en ambas cámaras para imponer su criterio, esta vez, y por tratarse de un tema tan vasto y complejo como el Código Civil, buscará el mayor consenso posible. En lo político hay dos temas que generan gran controversia. Uno de es la responsabilidad que debería asumir el Estado ante un hecho que cause daños a un tercero. En el texto original de la propuesta, elaborado por una comisión que presidió el titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, se señalaba que estas causas deben zanjarse en el fuero civil. Sin embargo, el Gobierno pretende que se salden por vía administrativa (más contemplativa hacia el Estado) y modificó en el proyecto. La oposición rechaza esta postura. Otra cuestión controvertida es la preeminencia que se pretende dar a los derechos colectivos por sobre los individuales en el nuevo código. La oposición cree que los derechos individuales quedarían sujetos al arbitrio del Estado.ß

Piden levantar la caducidad ^b^b^ El fiscal ante la Cámara Nacional Electoral, Jorge Di Lello, recomendó revocar la declaración de caducidad que el juez Manuel Blanco había dispuesto contra el PJ bonaerense, sancionado por haber incumplido la obligación de renovar sus autoridades.

mariano west Cargo: intendente de Moreno ^ Sus pares de la primera sección lo apoyaron cuando estuvo en riesgo su nominación para hacer un espacio a La Cámpora. Otros episodios de resistencia se dieron en distintos distritos, un signo de la influencia de los jefes territoriales del conurbano.

josé ottavis Cargo: diputado provincial y líder de La Cámpora. ^ Fue uno de los encargados de disputar lugares para la agrupación juvenil en la sede de Matheu 130. Tenía un listado con nombres que tenían aval de la Casa Rosada. No logró un puesto para él en la primera sección, pero metió a su hermano en las listas. La fuerza ganó y perdió peleas.

vis pedía pista para ser nominado. Eduardo “Wado” De Pedro, también de la fuerza juvenil, seguía de cerca la pulseada, según relataron a la nación testigos directos. No hubo caso. Los barones cerraron filas en favor de West. Alberto Descalzo, de Ituzaingó, y Curto, in situ, con el acompañamiento –vía telefónica– de Raúl

Othacehé, Merlo, mantuvieron en pie la lista que los incluía a los cuatro y, como suplente, a Stella Maris Giroldi, de Campana. Los chisporroteos también se dieron en la cuarta, con el intento fallido de colar como candidata a Rocío Giaccone, diputada camporista de Junín, y de armar, a nivel local, una

lista impulsada por el sello juvenil para rivalizar con el intendente de Chivilcoy, Aníbal Pitelli, hombre cercano al ministro del Interior, Florencio Randazzo. Nada prosperó. La segunda sección protagonizó la pelea más feroz, tanto que presentaron dos listas luego asimiladas en una única opción, después de una “paz forzada” dictaminada ayer. Los grandes contendientes, con enemistad radicada en San Nicolás, fueron el diputado José María Díaz Bancalari y el intendente Ismael Passaglia, cada uno cabeza de una boleta. Al final, el acuerdo de unidad se completó con Aldo Carossi (Baradero), Sergio Berni (secretario de Seguridad), Moretti (La Cámpora) y Claudia Peralta (reporta a Daniel Bolinaga, de Arrecifes). El peso de los intendentes se reflejó en el resto de los territorios. En la tercera, entraron Martín Insaurralde, Julio Pereyra y Enrique Slezack, como suplente. En la cuarta, fueron bendecidos María Celia Gianini y José María Medina; en la quinta, Juan De Jesús y Jorge Paredi; en la sexta, Néstor Álvarez, Alfredo Fisher y Patricia Cobello. Y, por último, en la séptima, se anotaron Eduardo Bucca y Juan Gasparini. En el pelotón de funcionarios, además de Berni y Randazzo, fueron designados el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; el director de la Anses, Diego Bossio, y el viceministro de Desarrollo Social, Carlos Castagnetto.ß

Varios jefes comunales se postularon para preservar el control local del partido Marcelo Veneranda LA NACION

Pese a las duras advertencias de Sergio Massa, los intendentes del Frente Renovador decidieron desplegar su propio juego en la interna del PJ bonaerense y, salvo algunas excepciones, presentaron listas para mantener la presidencia del partido en sus distritos. El caso más llamativo ocurrió en Pilar. Desde temprano, fuentes del PJ provincial vinculadas al kirchnerismo y el sciolismo anunciaron que el intendente Humberto Zúccaro, aliado de Massa, no sólo había desafiado la orden del tigrense al presentar una lista para revalidar la presidencia del PJ local, sino que lo había hecho en alianza con el “enemigo”: el director de Política y Seguridad Vial de la provincia, José Molina, un sciolista. “Hicimos [con Zúccaro] una lista de unidad mediante un acuerdo que representa a ambos espacios. Es una elección exclusivamente partidaria y estamos los que queremos al peronismo”, dijo Molina al portal Infocielo, para aclarar que estaba “lejos de Massa”. Contactado por la nacion, Zúccaro se disculpó alegando que estaba de vacaciones con su familia y que desconocía las acciones de Molina. El problema es que, en ese mismo momento, en declaraciones al portal La Tecla, el presidente del Concejo Deliberante de Pilar, Marcelo Castillo, describía los detalles del “acercamiento personal” entre Zúccaro y Molina. Otro caso que despertó un sinfín de interpretaciones fue el de Tigre, a raíz de la lista que presentó Héctor “Chingolo” Lima, un veterano dirigente del PJ local que rápidamente fue señalado como el postulante “encubierto” de Massa para mantener el control del partido. Para sostener esa afirmación, el sciolismo no intentó desenterrar lazos ocultos entre Lima y Massa: simplemente señaló que quien presentó la lista de Lima en la sede del PJ de Matheu, anteayer, a las 23.30, había sido el secretario de Protección Ciudadana de Tigre, Diego Santillán, que, por su parte, negó de plano esa posibilidad. En tierra massista, Lima enfrentará a otro hombre que conoció a Juan Perón: el subsecretario de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Producción, Carlos Gianella (padre). “Al final, parece que a Massa sí le importaban «los carguitos» del PJ que tanto había denostado”, sostuvo Carlos Gianella (hijo), mano derecha del jefe de Gabinete sciolista, Alberto Pérez.

el escenario

Viene de tapa

Esta prestigiosa profesora, ex jueza de la Corte de Mendoza e hija de un histórico militante de la UCR, lidera una corriente secularizante del derecho civil. Alrededor de ella trabaja un grupo de juristas, en el que predominan las mujeres, frente al que la Iglesia siempre estuvo prevenida. La propuesta de Lorenzetti, Highton y Kemelmajer pasó a una bicameral parlamentaria que la sometió a debate en audiencias públicas celebradas en todo el país. Eso sí: nadie conoce de qué modo las observaciones que se formularon en ese road show fueron aceptadas o rechazadas. La jerarquía eclesiástica intervino en muchas de las reuniones, sobre todo a partir del 27 de abril de 2012. Ese día, la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal se pronunció en contra de varios aspectos del proyecto. Los obispos reiteraron su condena contra la fecundación artificial, pero, sobre todo, contra la negación de la condición de persona a los embriones que todavía no fueron implantados en el seno materno. Entre otras innovaciones, también reprobaron la “concepción heteróloga” –es decir, entre personas que no están casadas– y la fecundación post mórtem. Defendieron que las personas concebidas por fecundación artificial tengan derecho a conocer la identidad de sus padres. Rechazaron que se permita la maternidad subrogada, calificada como “alquiler de vientres”. Lamentaron que se promuevan vínculos distintos del matrimonio heterosexual indisoluble, que es el que auspicia la moral católica. Y que se elimine la infidelidad como agravio a la institución conyugal. Además, los prelados repudiaron que se permita el divorcio sin causa, defendido por quienes sostienen que el largo trámite actual daña a los que pretenden separarse y a sus familias. Sordo a las advertencias de la

^b^b^ Di Lello afirmó que era “incuestionable” que el partido había incurrido en una causal de caducidad, pero aconsejó levantar la sanción ante la proximidad de las elecciones internas que adeudan. No obstante, recomendó a los camaristas advertirle al PJ que, si no cumple finalmente con los comicios tal como lo anunció, la caducidad será “inequívoca”.

Rebeliones y sorpresas entre los intendentes del Frente Renovador

El nuevo Código Civil, a merced de las urgencias kirchneristas Carlos Pagni —LA NACIoN—

curia, el kirchnerismo siguió barrenando su ola de “ampliación de derechos”, sobre todo en la Secretaría de Justicia, una fortaleza de La Cámpora, a cargo de Julián Álvarez. Este abogado hizo sus propios agregados al escrito del “comité de sabios”. Álvarez es un ahijado de Eduardo “Wado” De Pedro, el más sagaz y preparado de los amigos de Máximo Kirchner. A fines del año pasado, sin embargo, el impulso al nuevo Código registró una abrupta interrupción. Como el 7 de diciembre la Corte no anuló la cautelar que protegía a Clarín de la ley de medios, la señora de Kirchner puso en penitencia a Lorenzetti y a Highton: Álvarez envió el proyecto al freezer. Esta sanción intelectual se extendió también a Kemelmajer, a pesar de que estaba libre de culpa. Mientras la reforma estaba “en pausa”, desde Roma llegó una noticia que conmovió la escena nacional: Jorge Bergoglio fue encumbrado a la jefatura de la Iglesia universal. Cristina Kirchner, que tardó dos días en asimilar la novedad, inició una espectacular vuelta de carnero que la depositó meses después en Río de Janeiro, donde, emocionada, recibió los escarpines vaticanos de Néstor Iván. Sensibles, como corresponde, a las mutaciones de su jefa, los jóvenes de La Cámpora comenzaron a ir a misa, conducidos por el “Cuervo” Larroque, que se hincó en el reclinatorio de una villa de emergencia.

Con la señora de Kirchner comenzó a girar también su Código. Los borradores cambiaron de manos, de un Julián a otro. El 10 de junio pasado, la Presidenta recibió a Víctor Manuel Fernández, rector de la UCA, a quien Francisco acababa de promover como arzobispo de Tiburnia, una diócesis extinguida de la provincia romana de Carinthia. Al lado de ella estaba el devoto Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados. Desde ese día, el arzobispo Fernández y el pío Domínguez comenzaron a reescribir los textos de Lorenzetti, Highton, Kemelmajer, la bicame-

El texto del proyecto es un misterio aun para muchos de sus auspiciantes El rector de la UCA y Domínguez comenzaron a reescribir el texto

ral, los asambleístas y La Cámpora. Minutos después de que la Corte se pronunció en contra de Clarín, el Código comenzó a descongelarse. Elisa Carrió, de fiesta. Sin embargo, Lorenzetti comentó ayer a sus íntimos que desconoce hasta dónde habrá llegado Domínguez con su contrarreforma. Un inconveniente para la editorial Rubinzal Culzoni, que está por lanzar una edición de la nueva legislación, comentada por un grupo de juristas bajo la dirección del presidente de la Corte. Aun cuando se ignoran los detalles, comenzaron a llover las críticas de la oposición. La más frecuente es que el nuevo texto, para no entrar en polémicas ideológicas, remite cuestiones espinosas al dictado de leyes especiales. Los radicales, con Ernesto Sanz a la cabeza, se quejaban ayer: “La intención del código queda desvirtuada porque lo que se pretendía era reunir en un solo cuerpo la legislación particular”. Graciela Camaño, en nombre de Sergio Massa, presentará un dictamen propio. Ella también prepara un libro. El kirchnerismo hervía anoche de inquietud. Para una laicista a ultranza como Juliana Di Tullio, jefa del bloque de diputados y auspiciante de la despenalización del aborto, el comentario de Domínguez, “con Francisco no habrá ninguna controversia”, no es motivo de festejo. A Daniel Filmus le ocurre algo parecido: en el último debate senatorial

La tropa del gobernador calculaba ayer que había dirigentes massistas en por lo menos medio centenar de listas municipales del PJ. Fuentes del partido a nivel provincial, en cambio, reducían a “doce o trece” el total de esas listas distritales. “Si yo fuera Massa, mandaría a mi gente a votar, porque nunca se sabe cuándo vas a necesitar manos en el Congreso del PJ”, analizaba un entendido en la materia. Otro intendente massista que decidió pelear por el PJ local fue Carlos Selva, de Mercedes. “Sergio nos dio libertad de acción”, explicó ayer. Fue la misma respuesta que dio a la nacion Sandro Guzmán, de Escobar, pero para señalar lo contrario: que no había presentado una lista en su distrito, contra las versiones que difundía el kirchnerismo. Lo mismo afirmaron cerca de Joaquín de la Torre (San Miguel). Luis Acuña, de Hurlingham, prefirió permanecer otro día más en silencio. Como si la vida se les fuera en ello, massistas y sciolistas continuaban anoche desmintiéndose unos a otros, especialmente sobre la existencia de un acuerdo entre el tigrense y el ex intendente de José C. Paz Mario Ishii. Desde ambos sectores, sin embargo, parecían coincidir en un punto: más que una improbable victoria de la lista provincial de Ishii sobre el kirchnerismo, lo más beneficioso para Massa sería que el hombre del poncho lograra su “otro” objetivo: suspender la interna.ß

Paro y marcha de estatales Contra el presupuesto A los reclamos de la oposición por el proyecto del presupuesto bonaerense se sumará hoy un paro provincial en hospitales y oficinas públicas y una marcha a la Legislatura, impulsada por gremios estatales que responden a la CTA. “Con este presupuesto se perjudican áreas vitales, como la asistencia social y la salud”, dijo Oscar de Isasi, secretario general de ATE bonaerense. La movilización, prevista para el mediodía, es organizada por la Asociación de Trabajadores Estatales (ATE), los médicos de la Cicop, la Asociación Judicial Bonaerense y maestros que reclaman el pago de salarios adeudados desde agosto.

prometió una “ley de interrupción voluntaria del embarazo”. Por suerte perdió la banca: podrá alegar que no le dieron tiempo. Diana Conti y Carlos Heller preferirían, como dijo la Iglesia antes de la visita de monseñor Fernández a la Presidenta, que “estos asuntos trascendentes no se traten con urgencia”. Muchos analistas señalarán la nueva versión del Código Civil como un nuevo fracaso del “relato”. Más profundo que el contrato con Chevron o el polémico pago al fondo Gramercy por los arbitrajes del Ciadi. Sin embargo, desde una mayor perspectiva temporal, reaparece la fascinante obstinación de los peronistas con su propia identidad. En su ensayo El peronismo y la Iglesia Católica, Lila Caimari señaló que ese movimiento “fue el más católico de la historia contemporánea argentina y también el que más conflictos tuvo con la Iglesia y los católicos”. La peripecia del Código de Cristina Kirchner condensa esa doble condición. Aun el proyecto que los obispos denunciaron por sus desviaciones de la “ley natural” mantenía en el artículo 142 la índole de “persona jurídica pública” para la Iglesia Católica. Perspicaz, el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, reclamó que se conceda el mismo estatus a las demás confesiones. El debate sobre el Código, o la obturación de ese debate, es un aporte exquisito a la historia de las afinidades y conflictos entre la Iglesia y el peronismo, en la que la biografía del padre Bergoglio podría inspirar algún capítulo. Pero esta polémica ofrece, además, una exhibición de otra contradicción atávica: la que arrastra el peronismo con, por usar la fórmula de Carlos Altamirano, la “cultura de izquierda”. Es casi inevitable que Conti, Filmus y Heller terminen aprobando un texto expurgado por la mano invisible de Francisco, mientras Victorio Codovilla se revuelve en su tumba moscovita.ß