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políticos. Para el autor, Occidente existe dondequiera que los nombres de Tales,. Hipócrates, Euclides, Arquímedes, Cice
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FLACSO - Área de Relaciones Internacionales

Jornadas de Relaciones Internacionales 2009

Una Aproximacion Al Estado Actual De La Teoria De Las Relaciones Internacionales.

Rosa María Pérez Lárez

[email protected] [email protected]

Ponencia presentada en las Jornadas del Área de Relaciones Internacionales de FLACSO Argentina Las Relaciones Internacionales: una disciplina en constante movimiento. (1, 2 y 3 de octubre de 2009).

Resumen Este artículo tiene como objetivo analizar los nuevos enfoques de carácter teóricoepistemológico en el campo de la Teoría de las Relaciones Internacionales que recientemente han irrumpido en esta área y que están agrupados dentro del llamado Quinto Debate. Se van a exponer las principales tendencias en esta etapa de la disciplina, destacándose la imposición de la democracia como idea dominante, la tesis de loa paz democrática, el multiculturalismo, el gobierno mundial, entre otros. Todas ellos muestran algunos elementos que no deben ser desestimados a la hora de abordar la complejidad internacional. Al mismo tiempo, expone la vigencia del realismo político como la contraparte más fértil para proveer herramientas de acceso al mundo político y a otros sistemas en términos de su capacidad, para responder a los actuales problemas globales.

Palabras claves: Quinto debate, Multiculturalismo, democracia, realismo político.

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Contexto internacional

Los ataques del 11 de septiembre constituyeron un crimen contra la humanidad que lesionó valores fundamentales. Inmediatamente después de dichos ataques, la administración Bush -junto a una amplia coalición de naciones- se comprometió a adoptar acciones coordinadas destinadas a hacer comparecer ante la justicia a los responsables de los ataques terroristas. Sin embargo, en muchos aspectos la campaña contra el terrorismo se vio acompañada por un constante desgaste e incumplimiento de las leyes internacionales. Se socavó el respeto y la vigencia de los derechos humanos precisamente en el momento en el cual resultaba clave su fortalecimiento. Tras numerosos esfuerzos se logró desmantelar el dominio de Al-Qaida y de los Talibán sobre Afganistán y, tras la firma de los Acuerdos de Bonn, se prometió al pueblo Afgano un futuro más promisorio. Sin embargo, los Estados Unidos y sus aliados se mostraron incapaces de proporcionar los niveles de seguridad necesarios para facilitar la reconstrucción de Afganistán. La miope estrategia norteamericana permitió que los jefes militares locales consolidaran su poder y debilitaran al nuevo gobierno, permitiendo la continuación de los abusos contra los derechos humanos Adicionalmente, un conjunto de nuevas iniciativas elaboradas por el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Grupo G8 de países industrializados, y muchas otras agrupaciones regionales, ayudaron a intensificar los controles sobre el financiamiento y las actividades de los grupos terroristas. Setenta y seis gobiernos colaboraron en los esfuerzos para establecer la primera Corte Penal Internacional, un organismo con poderes para investigar y procesar crímenes como los cometidos el 11 de septiembre. Se asumieron nuevos compromisos para abordar y tratar de dar solución a temas tales como la pobreza, la deuda externa, las migraciones y la eliminación de las medidas represivas que generan alineación y alientan las posiciones extremistas y violentas. Sin embargo, entre 2004 y 2006, se adoptaron medidas antiterroristas de carácter general y desproporcionado, que en numerosas ocasiones estuvieron dirigidas contra grupos extranjeros, especialmente hombres de origen árabe y musulmán. Estas medidas

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trajeron aparejada la adopción de políticas discriminatorias, el uso de detenciones y deportaciones arbitrarias y el incumplimiento del debido proceso. Algunos gobiernos emplearon la campaña contra el terrorismo de manera oportunista, justificando los ataques y abusos contra sus adversarios. En la India, por ejemplo, el gobierno introdujo la llamada `Ordenanza para la Prevención del Terrorismo´, una versión modificada de una antigua ley de seguridad que posibilitaba la tortura y las detenciones arbitrarias de miembros `pertenecientes a minorías y de opositores políticos. En Pakistán, el General Musharraf adoptó medidas severas contra aquellas personas sospechadas de participar en actividades militantes, mientras paralelamente consolidaba el dominio de los militares en el país y extendía unilateralmente su mandato presidencial por cinco años. China también aprovechó la agenda internacional contra el terrorismo para justificar la represión generalizada de los miembros de la etnia Uighurs en Xianjiang, incluyendo a activistas pacíficos y a grupos religiosos de origen musulmán. Otros gobiernos, especialmente en el hemisferio occidental, adoptaron medidas de carácter punitivo y restrictivo contra los buscadores de asilo y los inmigrantes. En Australia, por ejemplo, el gobierno exacerbó la xenofobia desatada después de los ataques del 11 de septiembre con la finalidad de justificar la expulsión sumaria de un grupo de buscadores de asilo que se había aproximado a las fronteras del país. Este hecho constituyó una clara violación de las leyes internacionales sobre refugiados. En el Reino Unido se promulgó una nueva ley que autorizó la detención prolongada y arbitraria de los extranjeros sospechados de estar involucrados en actividades terroristas. Los esfuerzos multilaterales también erosionaron los derechos de los refugiados al asociarlos con el terrorismo. En los Estados Unidos, la administración Bush empleó las leyes de inmigración --junto a una injustificablemente amplia definición de la categoría de "combatientes enemigos"- para sortear el sistema penal de justicia y denegar las salvaguardas del debido proceso a aquellas personas interrogadas y detenidas en el marco de las investigaciones del 11 de septiembre. El poder ejecutivo incrementó sus poderes de vigilancia, investigación y detención, y al mismo tiempo intentó bloquear las demandas públicas de información, la supervisión del Congreso y la realización de una revisión judicial satisfactoria. _______________________________________________________________________________________________ 1, 2 y 3 de Octubre, Área de Relaciones Internacionales – FLACSO/Argentina

Las acciones adoptadas por los Estados Unidos sentaron un precedente peligroso y dieron luz verde a los demás países del globo para ignorar las salvaguardas judiciales y para aprobar medidas antiterroristas contradictorias con los estándares internacionales en materia de derechos humanos. Muchos aliados de los Estados Unidos --desde Uzbekistán hasta Israel y desde Rusia hasta Egipto-- aprovecharon la guerra contra el terrorismo para justificar las violaciones de los derechos humanos y tomando ventaja de la actitud pasiva del gobierno norteamericano. Hasta cierto punto la administración Bush reconoció que la lucha contra el terrorismo es socavada por la adopción y puesta en práctica de medidas de carácter represivo que eliminan las vías pacíficas para canalizar el desacuerdo y la disconformidad en las sociedades. Estados Unidos se comprometió, de manera retórica, a promover el respeto de los derechos humanos como parte del esfuerzo de largo plazo contra el terrorismo. En unos pocos casos cumplió con este compromiso: condicionó el incremento de los niveles de ayuda a Egipto a la liberación de un líder de la oposición, y no puso trabas a los intentos del Congreso de atar la ayuda futura a Uzbekistán a los progresos alcanzados en el campo de la democracia y de los derechos humanos. Lo mismo que durante la Guerra Fría, se permitió que las alianzas creadas en el marco de la campaña contra el terrorismo pasaran por alto otro tipo de intereses y diluyeran los niveles de crítica y la presión sobre los gobiernos abusivos. En países tales como Indonesia y Uzbekistán se restauró o expandió el entrenamiento y la cooperación militar, aún sin haber logrado progresos significativos en los históricos y recurrentes abusos contra los derechos humanos. En otros países, tales como Pakistán y Malasia, Estados Unidos mejoró las relaciones políticas como consecuencia de la guerra contra el terrorismo, y minimizó sus preocupaciones sobre la calidad de las prácticas democráticas y el respeto de los derechos humanos. Los Estados Unidos y la Unión Europea alcanzaron un nuevo entendimiento con Rusia y, en gran medida, abandonaron sus críticas a los abusos cometidos en Chechenia. Una nueva administración para Estados Unidos se estrenó a principios de 2009,

lo cual genera expectativas con

relación a las transformaciones que pudieran implementarse.

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Es en este contexto que se plantea que el proceso evolutivo en el estudio teórico de las relaciones internacionales ha sufrido diversas modificaciones, las cuales se reflejan en los distintos debates que se han dado hasta ahora. Pero la superación de cada uno de ellos, pareciera, que sigue dejando sin respuesta la complejidad existente. Se asume con preocupación, los esfuerzos que cada una de las corrientes teóricas invierte, sobre todo las que se encuentran en el cuarto debate y quinto debate, en tratar de construir enfoques que respondan de manera eficiente a la comprensión del actual sistema internacional.

Los cambios no sólo se perciben en el crecimiento del número de actores y de relaciones que se dan entre ellos, en un mismo espacio de tiempo y lugar, ni en la diversidad de consecuencias que cada una de esas acciones genera, como producto de una alta interdependencia, sino en la imposibilidad de construir una herramienta teórica capaz de explicar qué es lo que ocurre en esa realidad cambiante y cómo poder superarla. De allí que la búsqueda sigue latente.

De manera que el desarrollo teórico en la disciplina sigue siendo un elemento de gran importancia. En tal sentido, Esther Barbé, (2003) sostiene que:

El desarrollo teórico y, con él, de la disciplina de las relaciones internacionales ha estado (…), dominado desde sus orígenes, por tres factores: primero, por los debates dominantes en la propia disciplina que guían el estudio; segundo, por la evolución de las ciencias sociales y su impacto en la relaciones internacionales y, tercero, por las propias transformaciones de la realidad internacional y su incidencia en el enfoque teórico. Sin embargo, el desarrollo teórico en la disciplina sigue siendo un elemento de gran importancia, los cambios en el entorno, en el campo de los hechos, constituye uno de los factores que han de ser tomados en cuenta. La política mundial, en época de globalización, es muy compleja y, por ello, se debería trabajar con aquellas teorías que mejor explican los fenómenos que nos interesan y que mejor reflejen nuestras propias

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premisas. Una cosa es segura: hay suficientes teorías para escoger y cada una de ellas dibuja una política mundial diferente.

La multiplicidad de visiones de la realidad internacional es amplia y diversa, por lo que sin ser pesimistas, encontramos que la evolución de la teoría de las relaciones internacionales se encuentra en estos momentos en su propia búsqueda. A pesar, de que sigue viviendo bajo la sombra de los presupuestos teóricos del realismo político, para Sodupe (2003) la proliferación de enfoques críticos, la ausencia de un discurso homogéneo en cada uno de ellos y la diversidad de fuentes filosóficas en las que se han inspirado, han provocado un clima de fragmentación, y para algunos, de confusión total en la disciplina.

La preocupación por los métodos y las teorías no es ajena a la disciplina de las relaciones internacionales. Desde su nacimiento, se ha tenido un profundo interés al respecto, de allí que como Hoffmann (1979) sostiene, “(...) las teorías constituyen el núcleo o principio de orden de una disciplina y, por tanto, la columna vertebral de la forma de reconstruir su desarrollo y evolución. Se asume que la teorización presenta numerosos problemas en las relaciones internacionales y que, en muchos casos, las situaciones transcurren con mayor velocidad que los argumentos, por lo que coincidimos con Grasa (1996) en que:

Las imágenes o visiones del mundo pueden ser incompatibles o percibirse como irreconciliables; pero no sucede lo mismo, necesariamente, con las teorías. Los enunciados teóricos ni son necesariamente irreconciliables ni intraducibles, puesto que tienen como referente el eje fenoménico. (...) Que coexistan diversas teorías, que ninguna de ellas pueda ser verdadera en sentido absoluto no significa renunciar a contrastarlas, a que una acabe siendo más verosímil que otra.

A juicio de corrientes como la española, la teoría de las relaciones internacionales aun debe ser ubicada en un cuarto debate. Más allá de esto, hay una suerte de consenso que _______________________________________________________________________________________________ 1, 2 y 3 de Octubre, Área de Relaciones Internacionales – FLACSO/Argentina

considera la existencia de una especie de desorden metodológico, por lo que el ejercicio de introspección, resulta un paso necesario. El cuarto debate es un fiel reflejo de este tiempo transitorio, donde no se distingue bien el camino, mucho menos luego del 11/S donde se vuelve a sufrir un cambio. Simultáneamente, se desempolvaron antiguas propuestas y variadas doctrinas, que, pretendían ofrecer certeza a todos los que se movían en las oscuridades de la inseguridad.

Las corrientes racionalistas, los enfoques reflectivistas, las teorías puente, son enfoques comprendidos dentro de este cuarto debate. Incluso, la vuelta a los postulados normativos, es un elemento importante, en un mundo donde se hace necesario plantear la necesidad de acuerdos éticos mínimos

Aunque no se da por agotado el cuarto debate, existen ideas que se están gestando más allá de sus fronteras, y a pesar de haber sido tildadas como “complejas”, constituyen un punto válido para la reflexión. Por otra parte, en este contexto de aproximación teórica al quinto debate, destaca el Multiculturalismo. El interés que la noción de multiculturalismo ha suscitado en el mundo contemporáneo no es nada desdeñable, no tanto porque a partir de la llamada crisis de la modernidad, se haya conformado progresivamente, un movimiento de pensamiento que aboga por la pluralidad de discursos, sino por los cuestionamientos y debates que se han generado alrededor de la necesidad del respeto y tolerancia de las diferencias culturales. Se trata de una propuesta que cada vez mas esta presente en los discursos políticos, en la gestión de las sociedades llamadas democráticas.

El multiculturalismo debe entenderse como un signo de época, que designa las nuevas dinámicas, tanto identitarias como políticas, que se erigen con fuerza en el mundo de hoy. Desde las reivindicaciones religiosas, étnicas, hasta la consolidación de los derechos interculturales, la fuerza del multiculturalismo se encuentra en la comprensión del tiempo-espacio que los procesos de globalización han marcado. Es así como a la clásica búsqueda de conformar una identidad única y unitaria, de aglutinar semejanzas e igualdades, se ha pasado a la búsqueda de conciliación y cohabitación de diferencias. _______________________________________________________________________________________________ 1, 2 y 3 de Octubre, Área de Relaciones Internacionales – FLACSO/Argentina

Esta vertiente encuentra expresión en autores como Seyla Benhabib (2004) quien en su trabajo titulado El Derecho de los Otros, examina las fronteras de la comunidad política centrándose en la pertenencia a una determinada membrecía política: esto es, los principios y prácticas para la incorporación de extranjeros, forasteros, inmigrantes y recién

venidos,

refugiados

y

asilados,

a

los

cuerpos

políticos

existentes.

Tradicionalmente, las fronteras políticas han definido a algunos como miembros y a otros como extranjeros. Pero hoy, cuando la soberanía de los Estados se resquebraja y la ciudadanía nacional tiende a descomponerse, las definiciones de la pertenencia política se vuelven menos claras. Haciéndose eco de Emmanuel Kant y de Hannah Arendt,

lanza un poderoso

llamamiento a favor de un universalismo moral y un federalismo cosmopolita, declarándose partidaria de establecer fronteras no abiertas sino porosas que reconozcan no sólo los derechos de admisión de los refugiados y solicitantes de asilo -esto es, el derecho de todo ser humano a ser una persona legal, sin importar cuál sea su condición. Dicha autora estima que su propuesta está profundamente inspirada por las reflexiones de Arendt sobre la tragedia de la condición apátrida y la incapacidad de todas las doctrinas de derechos humanos para hacer algo para cambiarlo. Sin embargo, disiente de Arendt en el análisis del sistema internacional, quien veía los grandes peligros del nacionalismo del sistema de nación-estado, pero su opinión sobre la condición apátrida también revelaba que sólo los Estados pueden proteger al individuo. Sólo vio paradojas, pero tampoco pudo ofrecer ninguna perspectiva profunda sobre el discurso emergente de la ley internacional, los derechos humanos y las instituciones multilaterales. Para Benhabib su propósito ha sido pensar con Arendt y contra Arendt. Como contra tendencia, autores como el francés Louis Rougier (2001), quien en su libro, El Genio de Occidente filósofo, se presenta como epistemólogo e historiador de las religiones. Tuvo a lo largo de su extensa vida dos pasiones: averiguar el lazo que une pensamiento con ciencia y defender el conocimiento como expresión máxima de la condición humana. Este autor ha estimado, que la forma más compleja, rica y profunda de civilización que ha conocido hasta hoy el género humano no ha nacido en otro lugar sino en el espacio de la cultura occidental. _______________________________________________________________________________________________ 1, 2 y 3 de Octubre, Área de Relaciones Internacionales – FLACSO/Argentina

Formado en el empirismo lógico del Círculo de Viena y en la gran tradición liberal europea, sus aportaciones al mundo del pensamiento han sido muchas, pero hay una que le valió muchos admiradores y, a la vez, innumerables censuras: debelar el carácter propiamente supersticioso de las utopías políticas y científicas, y especialmente del marxismo. Inversamente, Rougier se hizo paladín de la tradición cultural europea de cuño grecorromano, y en esa fuente basa su obra “El genio de Occidente”, en la cual expone de manera sistemática y diacrónica los grandes hitos que han ido dando forma a nuestra civilización: el racionalismo griego, el inicio de la ciencia teórica, el nacimiento de la democracia clásica, la aparición de la ciencia ética, el orden romano, el papel de la esclavitud en las civilizaciones antiguas, la revolución social del cristianismo, el renacimiento, las sucesivas revoluciones científica, económica, industrial y política, la idea de progreso, el despegue de Occidente Para este autor, el mundo occidental no puede dejar de suscitar admiración. La civilización occidental es el resultado de una mentalidad que insiste en liberarse de tabúes, interdictos y costumbres ancestrales carentes de utilidad social; que se obliga a sí misma a comprender el mundo circundante a fin de poder dominarlo mediante la acción de sus propias leyes; que se esfuerza incesantemente por mejorar las condiciones de vida para que la existencia valga la pena para el mayor número posible de personas; pero que siempre insiste en que el progreso sólo puede darse mediante procesos que respeten la dignidad del individuo. Pasa a comparar la civilización occidental y las orientales: la china, la hindú y la del islam, dedicando un capitulo a los riesgos del progreso. En la conclusión indica que del mismo modo que no hay un determinismo histórico, que conduce el progreso, tampoco existe una certeza de que lo logrado permanezca sin lucha. Es un texto que llega en su momento, hoy que se habla de sociedades multiculturales. Rougier plantea que esta civilización no se limita a determinados grupos geográficos o políticos. Para el autor, Occidente existe dondequiera que los nombres de Tales, Hipócrates, Euclides, Arquímedes, Cicerón, Gayo, Leonardo, Bacon, Galileo, Descartes, Locke, Montesquieu, Voltaire, Beccaria, Adam Smith, Hamilton y Jefferson sean conocidos y sus mensajes sean comprendidos. Dondequiera que prevalezcan los derechos del hombre y los procedimientos que los garantizan, dondequiera que se _______________________________________________________________________________________________ 1, 2 y 3 de Octubre, Área de Relaciones Internacionales – FLACSO/Argentina

respeten las reglas de la investigación científica, dondequiera que se respeten las libertades de pensamiento y expresión, allí está Occidente. Un estado podría haber pertenecido alguna vez a Occidente, pero si no se mantiene fiel a sus principios, ya sea por un tiempo o bien permanentemente, pierde el derecho a describirse como occidental. En esta línea, destaca la Tesis de la Paz Democrática, aquella que sostiene que las democracias no se hacen la guerra entre ellas, está adquiriendo una importancia creciente en la literatura de relaciones internacionales.Sus puntos fuertes son su conexión con las ideas kantianas y, de este modo, con la teoría normativa, su supuesta base histórica y su capacidad de explicación del comportamiento de los Estados. Se ha dicho que quizás, el principal atractivo de la tesis de la paz democrática reside en su extrema simplicidad. Es comprensible que la posibilidad de que un único factor (el tipo de régimen político) pudiera tener efectos tan decisivos en las relaciones internacionales haya provocado semejante entusiasmo. Hay un sector que considera, que las pruebas contra la «ley» de la paz democrática son abrumadoras. Se fundamentan en que los intentos de explicarla son contradictorios y poco convincentes, los datos estadísticos en que se apoya pueden ser interpretados de muy diversas maneras y los estudios de caso muestran que sus supuestos y predicciones parecieran no coincidir con la realidad. Las pautas que regulan las interacciones que se dan en la sociedad internacional son sin duda mucho más complejas que lo que la tesis de la paz democrática supone.

La tesis de la paz democrática invita a reflexionar sobre las condiciones necesarias para lograr un sistema internacional pacífico. Los defensores de la paz democrática sugieren que promover la democratización de las unidades del sistema (según el modelo de democracia estadounidense) traerá la paz universal Aquellos gobiernos que realmente se proponen contribuir a la creación de un orden internacional en el que reine la paz deberían, pues, contribuir a desarrolla el tejido institucional existente.

Se cuestiona el estatuto de la tesis de la paz democrática como teoría, es decir, como explicación de la relación causal entre una variable independiente -el carácter liberal de los regímenes políticos-y una variable dependiente -la ausencia de conflicto armado _______________________________________________________________________________________________ 1, 2 y 3 de Octubre, Área de Relaciones Internacionales – FLACSO/Argentina

internacional entre los Estados con esos regímenes. Adicionalmente, las relaciones internacionales no son el reino de la repetición y de la recurrencia, sino' un ámbito como, por otra parte, lo son todos los ámbitos sociales, en continuo cambio y transformación, en el cual deben considerarse los factores que intervienen en la política mundial, incluyendo las instituciones, valores y prácticas económicas, sociales y civilizatorias

Kenneth Waltz (2000) resalta el carácter de tesis en lugar de teoría para la “paz democrática” dado que hasta el momento se sustenta en la evidencia empírica resultante de categorizaciones no muy definidas. Es así que lo que para unos es una democracia para otros no, y por tanto señalar que los estados democráticos serían pacifistas en su relación con otros estados democráticos llevaría a la definición de un solo tipo de democracia, la democracia liberal. La paz democrática implicaría el fin de las “teorías realistas” del equilibrio de fuerzas como elemento regulador del orden internacional. Sin embargo, como señala Waltz, en el proceso de construcción de la llamada “paz democrática” hay muchos elementos de comportamiento realista. Diversos críticos de la tesis señalan que la voluntad pacifista de las democracias no sería tal y que el comportamiento dependería de restricciones de procedimientos que hacen difícil, que las democracias emprendan una guerra frente a otra democracia. Por otro lado, se señala que las democracias no inician guerras, sin embargo sí pueden verse involucradas en guerras no iniciadas por ellas. De hecho, aún cuando no inicien guerras, las democracias pueden constituir serias amenazas para otros países, amenaza que podría desencadenar en un conflicto. Es decir, aún cuando las democracias tuviesen una voluntad pacifista, deben mantener el principio del equilibrio de poder entre los países para evitar precisamente las guerras.

Asimismo, las democracias, aún teniendo un comportamiento exterior pacífico, no tienen necesariamente un contexto interno pacífico. Estos conflictos internos (muy presentes en las incipientes democracias liberales nacidas a partir de la caída del bloque soviético) llevan a los países a preocuparse mas por la estabilidad interna que en perseguir ideales expansionistas. En este sentido habría otra coincidencia con las teorías _______________________________________________________________________________________________ 1, 2 y 3 de Octubre, Área de Relaciones Internacionales – FLACSO/Argentina

neorrealistas de Waltz dado que, aun existiendo guerras y conflictos por la anexión de territorios, el sistema internacional no permitirá la desaparición de países enteros.

El neorrealismo también ha sido llamado “realismo defensivo” y en este sentido coincide con la tesis de la paz democrática cuando los países democráticos buscan evitar guerras para no debilitarse frente a amenazas de terceros países (democráticos o no), como ha sido el caso de Inglaterra y Francia, democracias históricamente antagónicas que evitaron la guerra para no debilitarse frente a la amenaza de Alemania.

En conclusión, podría entenderse que la tesis de la paz democrática como una manifestación de la teoría neorrealista de Waltz en lo relativo a la acción defensiva de las democracias y la conformación de federaciones, sin embargo no se considera posible sostener, que la universalización de la democracia llevaría a una situación de paz universal y desconocer la importancia de la distribución de las capacidades materiales en el ordenamiento internacional.

Por otra parte, la idea de Gobierno Mundial encuentra en Eric Hobsbawm, (2004) un ferviente critico. En su artículo, “Imponer la democracia”, muestra una visión controvertida cuando se refiere a la imposición de la democracia, como idea dominante. En tal sentido estima que estamos en medio de lo que pretende ser una reordenación minuciosa del mundo por parte de los Estados más poderosos. Las guerras de Irak y Afganistán no son más que una parte de un esfuerzo supuestamente universales para crear un orden mundial mediante la difusión de la democracia. Desde su óptica, ante la ausencia de un gobierno mundial real, algunos humanitarios están dispuestos a apoyar un orden impuesto por el poder de los Estados Unidos. Pero la imposición de la democracia no sólo se ve en la actuación directa de los Estados, también está presente en las organizaciones internacionales, que buscan su difusión, como medio de asegurar mejores condiciones de convivencia, para los actores de la escena internacional y las relaciones entre ellos.

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Hobsbawm es profesor emérito del departamento de Ciencias Políticas de The New School for Social Research's en Nueva York. En su trabajo La Invención de la Tradición (2002), da cuenta de que el estudio de la invención de la tradición es interdisciplinar. Es un campo de estudio que une a historiadores, antropólogos sociales y una variedad de trabajadores de una gran variedad de campos de las ciencias humanas, que incluye el internacional.

Conviene señalar, que dentro de la apertura teórica que caracteriza este quinto debate, hay quienes se inclinan por resaltar el impacto de las llamadas “revoluciones”, orientadas a verdaderos cambios sociales. Esta concepción científica sobre la “revolución social” esta expuesta en las obras de Marx, Engels y Lennin. Para estos autores, la idea fundamental reposa en el hecho de que las revoluciones sociales están determinadas por leyes objetivas de desarrollo social, que en la contemporaneidad encuentran su origen en las contradicciones económicas, políticas y sociales del sistema capitalista. Existe una tendencia entre los teóricos actuales en la disciplina, materializada en revalorizar la filosofía de Marx para interpretar las más recientes transformaciones del mundo internacional. En palabras de Leyde Rodríguez Hernández (2006) ..Eric Hobsbawan plantea de forma clara, que el mundo capitalista globalizado que emergió en la década de los noventa del siglo XX, ha resultado en muchos aspectos, enigmáticamente parecido al que había pronosticado Marx en el Manifiesto Comunista de 1848, pero ahora sin duda, con mas complejidad, por los conflictos y problemas globales derivados de la interacción de múltiples fenómenos de carácter económico, financiero, tecnológico y transnacional que los engendra en el mismo sistema capitalista, sin posibilidad real de solución. De allí, la importancia de acudir a Marx, y el justo elogio a su inevitable regreso, en la actual coyuntura internacional…En este escenario, las revoluciones de Cuba, Venezuela y Bolivia, favorecen un genuino proceso revolucionario, cuando todavía e imperialismo sigue siendo la antesala de la revolución social, tal como advirtió Lennin, pero ahora en una proporción más globalizada del conflicto Norte Sur en las relaciones internacionales. _______________________________________________________________________________________________ 1, 2 y 3 de Octubre, Área de Relaciones Internacionales – FLACSO/Argentina

La breve exposición precedente de sólo de algunas de las ideas que están siendo estudiadas en el ámbito internacional, pone en evidencia la complejidad existente. Además que muestran problemas que no son analizados por las corrientes teóricas del cuarto debate, por lo que se coincide con Sodupe, (2003) cuando dice que es posible que todavía requiera

cierto tiempo de maduración. Como ocurrió con el debate inter-

paradigmático. Quizás en el constructivismo, se encuentren algunas herramientas validas para entender la cambiante realidad internacional. Los constructivistas, -que forman parte de lo que para algunos es aun un debate inagotado- consideran que los debates sobre las ideas son los pilares fundamentales de la vida internacional, además que establecen categorías como Identidades e Intereses, que van transformándose de acuerdo a cada situación, además que reconstruyen y recrean la noción de anarquía Si bien se estima a esta corriente como la de mayor capacidad explicativa, se debe considera que ninguna corriente teórica tiene gran capacidad de comprender el cambio, un fallo significativo en tiempos tan turbulentos. No se puede considerar como agotado el cuarto debate, pero tampoco sus enfoques ayudan a resolver el rompecabezas internacional. Mucho más cuando la tendencia hacia la vuelta del realismo pareciera estar, siempre, presente. El realismo ha mostrado la sobre simplificación de la complejidad de las relaciones internacionales pero también ha permitido la mayoría de las propuestas alternativas. Ha sido la contraparte más fértil para proveer herramientas de acceso al mundo político y a otros sistemas en términos de su capacidad, para responder a problemas globales y para hacerlo adecuadamente. Se habla de un nuevo rediseño de la política exterior norteamericana, acorde a su papel de superpotencia, que ha retomado el pensamiento más tradicional y conservador del paradigma realista en las relaciones internacionales, aquel que plantea que:

La teoría debe brotar de la forma de actuar y pensar en el medio internacional, de la práctica de los hechos y decisiones de la política exterior. • Como principio básico, el poder es el elemento regulador que asegura un mínimo

de orden en medio de la naturaleza substancialmente anárquica del sistema internacional, cuyo fin es la supervivencia y perpetuación de los propios estados. _______________________________________________________________________________________________ 1, 2 y 3 de Octubre, Área de Relaciones Internacionales – FLACSO/Argentina

• La ambición de poder es inherente al hombre, dado el sentimiento de inseguridad

con que se mueve el mundo. Al no existir un poder superior, los estados han de velar por su seguridad nacional; pero si se está dotado de ese poder superior, es oportuno el ejercicio del mismo en aras del interés nacional. Primero fue el “poder duro”, el de los de Bush: caracterizado por la imposición y el unilateralismo. Luego vino el “poder blando”, el que formulara Joseph Nye, materializado en la diplomacia y la autoridad moral. Es ahora el propio Nye quien formula la síntesis de ambos: “Smart Power: poder inteligente”: el uso de todas las herramientas posibles de manera integral e inteligente: desde la literatura hasta la fuerza militar. El término fue acuñado en realidad en 2004 por Suzanne Nossel en Foreign Affairs. Nossel es una joven progresista, directiva de Human Rights Watch, y fundadora del blog DemocracyArsenal. El “poder inteligente” empieza a tomar forma. Lo ha defendido Hillary Clinton, la actual Secretaria de Estado de los Estados Unidos; lo ha desarrollado el Center for Strategic and International Saudíes y empieza a formar parte del lenguaje de los políticos, los diplomáticos y los expertos. La superación del realismo ha sido la meta que se establece a lo largo de los distintos debates, pero el mundo a pesar de los cambios y de los avances sigue manteniendo rasgos marcadamente realistas. De acuerdo a los párrafos antes planteados, la tarea de reforzar la proyección teórica de las relaciones internacionales como ciencia, constituye, un reto. Pero pareciera que el esfuerzo se desvanece ante el pluralismo teórico y divergente que representa el cuarto debate. De allí que, se considere que algunos de los presupuestos que abarca este complejo y amplio debate, pueden ser afinados, e incorporar los elementos antes mencionados, lo que tal vez daría pie a plantearse la definitiva conformación definitiva de un quinto debate.

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Rosa Maria Pérez Larez Profesor Agregado de la Escuela de Estudios Políticos y Administrativos, Universidad Central de Venezuela. (UCV). Doctor en Ciencias, Mención Ciencias Políticas. (UCV) Especialista en Relaciones Internacionales. (UCV) Profesor de Teoría de las Relaciones Internacionales y de Organizaciones Internacionales en la Especialización de Derecho y Política Internacionales de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, UCV. Profesor de Estructuras Internacionales y de Organizaciones Internacionales, de la Escuela de Estudios Políticos y Administrativos, UCV.

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