Un clásico del animé Una realidad desconocida

25 sept. 2014 - portuñol y pertenece a la iglesia bautista. Su vida está dedicada so- bre todo al trabajo y la actividad
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espectáculos

| Jueves 25 de septiembre de 2014

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Un clásico del animé

Paranoia sin rumbo

los CaballEros dEl ZodíaCo - lEyEnda dEl santuario (sEinto sEiya: lEgEnd of sanCtuary, Japón, 2014; hablada En Japonés En El original, sE prEsEnta doblada al CastEllano). ★★★ buena. dirección: Kei’ichi Sato. guión: Chihiro Suzuki y To-

El manto dE hiEl (argEntina/2014) . ★★ regular. guión, foto-

mohiro Suzuki, basado en el manga de Masami Kurumada. voces (de la versión original):

grafía y dirección:

Kaito Ishikawa, Kenji Akabane, Kensho Ono, Nobuhiko Okamoto,

Gustavo Corrado.

edición: Miguel González Msenio. elen-

Kenji Nojima, Go Inoue, Rikiya Koyama. distribuidora: Diamond Films. dura-

co: William Prociuk, Margarita Molfino,

ción: 93 minutos. calificación: apta para todo público con leyenda.

Daniel Dibiase, Alberto Suárez, Eduardo Iácono y Miguel Terni. distribuidora: 3C Films Group. duración: 91 minutos.

E Los personajes conocidos, con un refreshing visual

E

n la avant première de Los Caballeros del Zodíaco - Leyenda del santuario, el mayor aplauso fue, en los créditos iniciales, para el autor del manga original –y aquí productor ejecutivo– Masami Kurumada. Es decir, para quien creó, ideó e imaginó a Los Caballeros del Zodíaco (Seinto Seiya o Saint Seiya). Es extraño, singular, incluso admirable el gesto: no se trata de un actor estrella de Hollywood, es el autor. El manga, y sobre todo la adaptación animé de estos personajes, creó legiones de seguidores en muchos países. Y aquí también. Esta nueva película plantea, en términos estéticos, una combinación del estilo de los episodios televisivos y las películas anteriores con algo así como un refreshing visual digital. El riesgo de embarullar la imagen gracias a las mayores posibilidades de velocidad de agregar capas y capas de animación y de exacerbar el detalle estaba al acecho, pero no ocurre: hay tal vez menos colorido -o los colores son “menos infantiles”–, pero la imagen se mantiene clara y límpida, y las peleas siguen apelando al gigantismo del gesto y de la frase –cosmos, claro, pero también la obsesión por el poder grande, absoluto– mediante planos compuestos con pocos elementos. De esta forma las peleas conservan su atractivo, su movi-

diamond

miento simple y sus repercusiones visuales (la rotura de pisos, paredes, escaleras) y sonoras. El argumento de esta película incluye la puesta en duda de la reencarnación de una diosa, caballeros jóvenes de bronce, caballeros dorados guardianes de cada casa zodiacal, traiciones, engaños, valores frecuentemente mentados como lealtad, valentía, etc. Y se nos ofrece una habitual mezcla de diversas mitologías –con fondo de cocción griego– en un paquete cósmico, temporal, atemporal y arquitectónico (en el santuario podemos apreciar algo así como un Coliseo romano más torres dignas de Notre Dame, entre muchas otras cosas). El riesgo principal de mucho animé basado en personajes ya conocidos es que dejen afuera y con la ñata contra el vidrio –por la complejidad del asunto, las traiciones y los reenvíos de la trama– a quien no esté familiarizado: en esta película afortunadamente hay bastante claridad, que comienza a averiarse, y después de la visita a la casa de Tauro (entre otros derrapes hay un salto –que después se explica–, pero así y todo deja la sensación de un error). Y sí, la pelea final se agiganta hasta un punto endemoniado, cósmico, galáctico y un poco tedioso. Cosas de obsesionarse con lo absoluto del poder. ßJavier Porta Fouz

Ricardo Bär, un personaje desconcertante

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Una realidad desconocida riCardo bär (argEntina, 2013). ★★★★ rección :

muy buena . guión y di-

Nele Wohlatz y Gerardo Naumann. con: Ricardo Bär, Inés Bär,

Samuel Bär, Diego Littmann, Fabio Fibke. fotografía : Lucas Gaynor. edición: Felip Guerrero. sonido: José María Avilés, Francisco Pedemonte. producción: Christoph Behl, Gerardo Naumann, Nele Wohlatz. producción ejecutiva : Christoph Behl, Pablo Robert. duración: 93 minutos. calificación:

ATP

H

ay varias capas que se superponen en esta atípica película argentina, guionada y dirigida por Gerardo Naumann y la alemana Nele Wohlatz, que fue exhibida en el último Bafici. El documental sobre un joven religioso que vive y trabaja en una chacra ubicada en la frontera entre la Argentina y Brasil se va transformando de a poco en el registro de las dificultades para llevar adelante el proyecto, al mismo tiempo que se van sucediendo una serie de peripecias que operan como demostración fehaciente de que las auténticas convicciones religiosas rara vez mudan, aun cuando observadas a una módica distancia luzcan algo exóticas. El protagonista del

film es un personaje extraño y a veces desconcertante que vive en una zona de colonias alemanas, habla portuñol y pertenece a la iglesia bautista. Su vida está dedicada sobre todo al trabajo y la actividad en su comunidad religiosa. En los días de Ricardo Bär prima una disciplina que se ve alterada por la llegada de dos desconocidos que andan casi todo el tiempo con una cámara encima, toman cerveza cerca de la iglesia y usan ropa inadecuada para ingresar al templo. Con perspicacia y buen humor, Naumann y Wohlatz van configurando un mapa sociológico del lugar, que investigan a partir de detalles tan pequeños como reveladores: vehículos caros que llegan los días

de las ceremonias religiosas, reacciones adversas de anfitriones devenidos en detractores y hasta una magnífica escena donde conviven la tradición del trabajo rural y el avance tecnológico: en medio de una plantación de tabaco, Ricardo intercambia con un cultivador información sobre la capacidad de almacenamiento de un pendrive y el cine de Mel Gibson. De a poco, la película empieza a mimetizarse con los problemas encadenados que se les presentan a los realizadores para hacerla avanzar y va tomando la forma que determinan sus condiciones de producción, un asunto importante en el cine que aquí queda en primer plano, pero no opaca la pintura impresionista de un lugar y un estilo de vida que nos resultan completamente ajenos. Son los trazos irregulares de ese cuadro terminado en función de circunstancias inesperadas los que estimulan nuestra curiosidad y nos enfrentan con un cine lúdico y felizmente vivo. ß Alejandro Lingenti

ste nuevo film del aquí guionista, fotógrafo y director Gustavo Corrado arranca de manera intrigante y auspiciosa: vemos al protagonista, Julián (William Prociuk), un muchacho vestido de impecable traje oscuro, manejando un imponente BMW negro por las rutas de una zona desértica tan bella como desoladora. El auto se queda sin nafta y el joven terminará pidiendo ayuda en una casona del lugar. Claro que allí no encontrará inocentes vecinos, sino una comunidad bastante violenta y perversa. Quedará, por lo tanto, atrapado entre una falsa hospitalidad y promesas de combustible para su vehículo que nunca llega. El problema es que, tras esos primeros 10 minutos, la historia se le escurre de las manos al director de El armario y Garúa como la arena del árido lugar. Hay un misterioso maletín que funciona como McGuffin hitchcockiano, un atisbo de historia de amor con una muchacha que, junto con su hija, espera en vano desde hace años la llegada de su marido desaparecido, un terremoto, unas pesadillas en forma de flashbacks que explican algo del pasado del protagonista y –claro– las miserias y rituales de esa suerte de secta. El film no termina de encontrar nunca sus climas ni su rumbo. No llega a ser un relato de terror paranoico, no hay construcción de tensión ni suspenso, tampoco se logra un mínimo espesor psicológico dentro de ese clan, los diálogos son en muchos casos ampulosos, las actuaciones resultan en general bastante forzadas y, así, no hay manera de empatizar con los personajes ni de involucrarse en sus decisiones y acciones. Queda, por lo tanto, la posibilidad de apreciar la belleza del lugar, aunque ya estemos hablando de méritos más turísticos que cinematográficos. ß Diego Batlle