RELATO HOT | 1

RELATO HOT | 1. Facebook: http://bit.ly/2q3dhgv. YouTube: http://bit.ly/2a5Vblz. 3. –¡Levántate, muñeco. Anda, vamos a l
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RELATO HOT | 1 Wallace´s experiences

Título original: Relato Hot | 1 Primera edición: 2017 D.R. © 2017, José Gabriel Zavala Casarreal Esta obra no debiera reproducirse total ni parcialmente –incluido el diseño tipográfico y de portada– sea cual fuere el medio, electrónico o mecánico, sin el consentimiento por escrito del Autor. Editado en México/Edited in Mexico

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–¡Levántate, muñeco. Anda, vamos a la regadera! –dijo Olimpia luego de darme una nalgada lo suficientemente ruidosa como para traspasar las paredes. El tono de su voz era imponente y hasta cierto punto, dominante. Aunque en la normalidad, Olimpia tiene una voz bastante femenina; en un primer plano acogedora, en el fondo, diría que melódica. Giré mi cuello para mirarla, y mi mirada entreabierta se encontró con unos ojos insidiosos que recorrían mi cuerpo a detalle. Sus ojos escaneaban con exactitud cada parte de mí. No lo había notado, el acogedor edredón oscuro que me cubría estaba arrebujado en el suelo, a un costado de la cama. Mi cuerpo expuesto estaba a su total disfrute, no sabía bien lo que vendría enseguida. –¿Qué hora es, mujer? –musité entredormido. –Necesito repetir lo de anoche, ahora, ¡ya! –murmuró reinante mientras se recostaba sobre mi cuerpo y sus palabras aterrizaban como un desfile en mi oído. Su tono era tremendamente apetitoso. –Puede mejorarse, ¿no crees? –susurré, pendiente de su reacción. Acabábamos de conocernos y, sinceramente, hacía tiempo que no encontraba una mujer con tanta energía y con tal flexibilidad. Después me enteraría a lo que se dedicaba, de ahí las maravillas que me enseñó. Lo de anoche había sido estrepitosamente intenso, hubiese sido irrespetuoso no repetirlo e insensato no mejorarlo. –Mmm, qué bien suena eso –bisbiseó con deseo, a medida que su mano se abría hueco entre mi abdomen y el colchón. La palma de su mano tenía la temperatura perfecta para darme cariño. Su respiración claramente se intensificaba y eso me ponía a tope; me excitaba excitarla , sentir y escuchar su excitación era arrebatador. –¿Qué quieres hacerme? –inferí con dificultad, sus labios discurrían sedientos por mi cuello. El fragor de sus besos comenzaba a surtir efecto en mi respiración, sólo cerré los ojos y disfruté su magistral recorrido. Ahora que lo recuerdo, la noche anterior no me había besado de tal forma; sus labios eran tímidos, deseosos pero introvertidos. Y suena ligeramente ridículo pero hace tiempo que no era tan dominante con una

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mujer. Prácticamente la seduje “a la mala” y ella simplemente se dejó arrastrar. –Todo, sabes. Quiero que sepas que quiero cumplir todas tus fantasías, tooodas –sentenció sin reparo. Su boca apretujaba con precisión el lóbulo de mi oreja de tal manera que deseaba girarme y devorarla allí, justo allí. En ese punto mi excitación era tanta, que llevé su mano hasta mi pene e hice que se aferrara con firmeza a él. Alcancé a escuchar un ligero gemido cuando envolvió mi erección, me encantó–. Me encanta tenerte así Gabriel, expuesto y acorralado. ¡Eres mío, todo mío! –balbuceó mientras devoraba mi oreja. Su tono aceleró definitivamente mi pulso. –Deja de decir eso o voy a tener que ponerme duro contigo, mujer – advertí con un tono grueso y ronco, propio de mis mañanas. –¿Más? –comenzó a reír sin dejar de acariciar mi miembro. Cada contoneo de su muñeca me excitaba más y más. Moría por girarme, arrancarle la tanga negra que llevaba y penetrarla sin compasión. Pero me evapora excitar a una mujer hasta la locura, hacerle perder la razón, así que dejé que siguiera incrementándose la expectativa, alimentar su éxtasis–. ¡Vamos a la regadera, bebé! –insistió suplicante, no me inmuté. Su boca comenzó a besar lentamente mi nuca, dejé que me consintiera. Sentir sus delgados labios recorriéndome fue simplemente exquisito. –Con una condición –propuse, ella dejó de acariciarme y se sentó sobre mis glúteos. Colocó sus manos sobre mi espalda y sus uñas comenzaron a dibujar pequeños círculos sobre mi piel. –A ver, dime. ¿Cuál es tu condición? –dijo curiosa. Sus dedos continuaban haciendo bocetos sobre mí. Podía sentir su humedad soplando en mis nalgas. –Ven, acércate –ofrecí con voz baja. Pude notar que le gustó mi ofrecimiento. Bajó lentamente y restregó sus senos contra mi dorso. Lo hacía a posta, pero disfruté inquietantemente sentir sus consistentes pezones pintándome. –Dime –murmuró con tono travieso. Intentó darme un beso en la boca, pero sólo logró rozar parte de mis labios. Se reincorporó y me pellizcó la nalga–. ¡Ya, dime! –insistió inquieta. Ciertamente sentí un impulso, me giré un tanto brusco y ella salió disparada hacia su lado de la cama. Dio un ligero grito y comenzó a reír a carcajadas sin parar. Me incorporé, le clavé mi mirada hasta el infinito y dispuse mi brazo derecho alrededor de su cintura para jalarla hacia mí. Su mirada era nítidamente provocadora, su sonrisa ambiciosa me devoraba y me hacía sentir poderoso. ¿Acaso debo decir lo exótico que es sentirse poderoso? Pues lo es. La cargué, un brazo rodeándola y el otro abrazando sus pompis, firmes y generosas. La posición era bastante sugerente, lo único que impedía que la penetrase era la tanga oscura que aún permanecía protegiéndola. Ella

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rodeó mi cuello con sus brazos e inmediatamente comenzó a comerme la boca, su rostro se sonrojó en un chasquido y la llevé a la regadera. Su ligera figura permitió que la pudiese sostener con un solo brazo, abrí el cristal hacia la regadera y giré la manija de agua fría. –¡Santa madre de Dios! –gritó mientras perdía el aliento, su respiración era intermitente. Sentí cómo sus pezones se contrajeron por la temperatura y deseé morderlos con ansias. No dije absolutamente nada, inmediatamente continué a besarla y abrí la llave de agua caliente. La temperatura comenzó a equilibrarse, sus piernas se aferraban a mi cuerpo en un secuestro bien intencionado. Me las arreglé para desgarrar su tanga sin lastimarla–. ¡Penétrame! –bisbiseó con voz frágil y femenina. Adoré que se entregara de tal forma. La penetré…

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