Reapareció el cometa Zubin

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Espectáculos

Sábado 2 de octubre de 2010

LA NACION/Página 7

CLASICA David et Jonathas

Gran concierto en el Obelisco

Reapareció el cometa Zubin El director dirigió anoche a la Filarmónica de Munich en el Colón; hoy repite por dos

VICTORIA CONCI

López Puccio y el más portentoso coro de cámara dedicado a la música contemporánea

Bellos resplandores de la música sacra Volvió a brillar el Estudio Coral de Buenos Aires Excelente ((((( Concierto del Estudio Coral de Buenos Aires. Dirigido por Carlos López Puccio. Programa: Salmos 2 y 22, para solistas y doble coro a 8 voces del op. 78, de Felix Mendelssohn; Motete Nº 1 Mi aliento es débil, de los tres Cantos espirituales op. 110, de Max Reger; motete Nada temas, estoy cerca de ti, BWV 228, de Johann Sebastian Bach; Gloria (tercero de los Tres cantos sacros) a 8 voces, de Giacinto Scelsi, y Lamentaciones de Jeremías profeta (los tres motetes), de Alberto Ginastera. En el marco del Ciclo Concierto del Mediodía, organizado por el Mozarteum Argentino. Teatro Gran Rex.

Carlos López Puccio puede darse el gusto –lujo de músicos superdotados– de esparcir alegría desde la música o de penetrar en sus más recónditos secretos. Les Luthiers y el Estudio Coral son las dos fascinantes comarcas del arte en las que brilla su versatilidad como creador-comediante y su genialidad como director del más portentoso coro de cámara consagrado a la música contemporánea. El con sus aliados del Estudio Coral llegan para ofrecer uno de sus raros conciertos masivos. Porque son legión quienes se dan cita para escuchar música sacra (!). Desde Bach hasta Scelsi, atravesando 232 años. La cautivante música coral de Mendelssohn habita estos dos salmos-motetes: el número 2, Por qué se agitan los paganos, con su carga ya exultante ya dramática, expresada en inquieto ritmo, contrastes y vaivenes, que pintan minuciosamente las voces del Estudio Coral para entregarse, sin interrupción, al número 22 Dios mío, ¿por qué me has abandonado?, impregnado de unción espiritual

y de intensa devoción, pero exento de la carga dramática que brota de aquellas sobrecogedoras palabras de Jesús en la cruz. El momento culminante se instala con el motete tomado del libro de Job: Mi aliento es débil, de Max Reger, tras la encantadora clase magistral de López Puccio (que nos redime de los soporíferos “conciertos didácticos”) sobre su contenido y forma. En ellos asoma, entre desconsuelos y raptos enfáticos de cromatismos, contrapuntos y una doble fuga final, el Brahms y el Bach que Reger admiró (y desde donde se echó a volar en alas de vanguardia), transfigurado por la admirable ductilidad de estos geniales coreutas. Y como si López Puccio y su Estudio Coral, tras los inquietantes diálogos corales del motete Nada temas, estoy cerca de ti, de Bach, precisaran instalarse en los precipicios de la experimentación en la música contemporánea, esta vez recurren a las delirantes exploraciones sonoras y pinturas tonales del Gloria in excelsis Deo, del italiano Giacinto Scelsi (1905-1988). Con pasmosa naturalidad y maestría, desliza el inspirado coro cuartos de tonos y otros microintervalos, sutiles vibratos y trémolos como en estado de éxtasis. Finalmente, regresa Alberto Ginastera con sus tres conocidas lamentaciones jeremíacas, que inicia el crispado O vos omnes, antes del recogimiento. El regalo del bis serán dos canciones de Carlos Guastavino, quien se nos fue hace 10 años. En los surcos del amor y Se equivocó la paloma se hacen inefables, de antología.

René Vargas Vera

Los cometas son cuerpos celestes que orbitan al Sol y que, por lo tanto, cumpliendo lapsos puntuales, retornan para iluminar los cielos terrestres. El más célebre de los cometas es el Halley, que en 1910, rodeado de presagios cataclísmicos, implicó desasosiegos y suicidios. Más prevenidos y conocedores de los aconteceres que rodean a los cometas, su regreso, en 1986, sólo fue de interés para los astrónomos. No exactamente un cuerpo de hielo y rocas, sino más bien humano y, ciertamente, muy talentoso, el cometa Zubin regresa casi todos los años hasta el Río de la Plata, y el público, lejos de vivirlo como un agüero apocalíptico, lo recibe con bienvenidas calurosas y ovaciones prolongadas. En la versión 2010, Zubin Mehta, nuestro cometa musical, sin larga cola, pero con batuta, vino con la Filarmónica de Munich para ofrecer tres conciertos (el primero fue PARA AGENDAR anoche), que, coFilarmónica mo todos los que de Munich, dirigió hasta el con la direcpresente, sobre ción de Zubin seguro, son meMehta. morables. Teatro CoAnte sus conlón, Libertad suetudinarias 621. Hoy, a vueltas a nueslas 20.30 tro país, es casi (para Nuova inevitable no Harmonia), y antes, a las caer en las mis13, en el Obemas frases, los lisco. Gratis. mismos elogios. Así, el año pasado, cuando llegó con la Filarmónica de Israel –tal vez para demostrar que el Gran Rex, aun con su pésima acústica, también puede ser un buen lugar para la música clásica si quienes tocan y quien dirige son de una calidad diferente– hablábamos de Zubin Mehta considerándolo el director de orquesta más popular del mundo, el más conocido por el gran público. Para abonar esa afirmación, recordábamos el estrellato mundial que había alcanzado cuando fue el director de los conciertos inaugurales de los tres tenores, insistíamos en el hecho de haber nacido en la India, un toque de indudable exotismo y, por supuesto, no ahorrábamos adjetivos para alabar y celebrar su capacidad para dirigir orquestas en repertorios muy vastos, siempre con una probidad y un arte decididamente superiores. En esta oportunidad, habría que añadir algo que es la consecuencia de esos conciertos de 2009. El año pasado, Mehta lució distinto. A diferencia de aquel director potente, fogoso e impetuoso tan admirado y fascinante, Zubin, a los setenta y tres, se mostró más pausado y sabio. Su lectura de la Novena

Ana Moraitis interpreta a Jonathas

La Compañía de las Luces y una ópera del siglo XVII Marcelo Birman dirige la obra de Charpentier

El director indio ayer, en la conferencia de prensa que realizó en Buenos Aires DYN

sinfonía de Mahler fue profunda y definitivamente magistral. En la reaparición 2010, el cometa Zubin viene con la Orquesta de Munich, un organismo con el que tiene una historia frondosa y con el cual ofrecerá, en total, tres conciertos. El primero de ellos –anoche–, estuvo dentro del marco del Abono del Bicentenario, que organiza el Teatro Colón. El de hoy, también

Carmina Burana N Entusiasmado por los resultados de los encuentros culturales al aire libre, el Ministro de Cultura Hernán Lombardi anunció que antes de fin de año se realizará otra función en el Obelisco pero esta vez con la danza como atractivo principal. Allí subirá a escena la magnífica puesta de Carmina Burana de Carl Off, en la que Mauricio Wainrot dirigió al Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín. Están avanzadas las tratativas con la Filarmónica de Buenos Aires, para que sea ella la que ponga la música en vivo y en directo.

en el Colón, a las 20.30, pero para Nuova Harmonia, la Filarmónica de Munich interpretará la obertura de La forza del destino, de Verdi; Passacaglia para orquesta, de Anton Webern; el Concierto para violín y orquesta Nº 1, de Max Bruch –con la muy joven violinista japonesa Mayuko Kamio–, y la Sinfonía Nº 4, de Tchaikovsky.

Para todos Pero hay un extra. Hoy, a las 13, frente a la cara sur del Obelisco, Mehta dirigirá un concierto al aire libre en el que también tomará parte Kamio y su violín solista. El programa, apto para todo público, estará conformado, sucesivamente, por obras de Johann Strauss hijo, Kreisler, Bruch, Dvorák, Brahms, Sarasate y Tchaikovsky. Para unos y otros, en el Colón o al aire libre, Zubin Mehta, pasional y minucioso, enérgico y pausado, y ya mítico y glorioso por donde se lo mire, iluminará los aires de Buenos Aires. Después de su paso, seguramente, habrá almas tan satisfechas como ansiosas preguntándose cuándo será el próximo regreso.

Pablo Kohan

En el marco del Programa de Revaloración de Operas Francesas de los Siglos XVII y XVIII del Museo de Arte Decorativo, la Compañía de las Luces, que dirige Marcelo Birman, presenta hoy y mañana, a las 20, en versión semiescénica, David et Jonathas la opera de Marc-Antoine Charpentier (1688) con textos basados en el antiguo testamento. Con dirección del propio Birman y puesta en escena de Bea Odoriz, Pablo Pollitzer y Ana Moraitis interpretarán los roles protagónicos de este espectáculo de teatro lírico en el que la orquesta utilizará instrumentos de época. Hace siete años, el Museo de Arte Decorativo inició un programa de revaloración de las óperas francesas barrocas y clásicas que siempre estuvo a cargo de solistas, coro y orquesta de la Compañía de las Luces, un ensamble que reúne a casi cincuenta músicos. Hasta ahora se interpretó El burgués gentilhombre y Armida, de Lully; Les Danaïdes, de Salieri; Iphigénie en Tauride, de Gluck, y Castor et Pollux, de Rameau. Este año, Birman eligió David et Jonathas, una ópera de Charpentier con libro del jesuita François Bretonneau, que se basa en los textos del Antiguo Testamento que relatan la amistad entrañable entre el joven David y el hijo del rey Saúl, y las alternativas que acaban con el asesinato de este último. Esta trágedie en musique se estrenó en París en 1688 y tuvo tal éxito –cosa muy poco frecuente en esa época– que se siguió representando varios años después de la muerte del compositor.