Nazareno Casero.“Soy un burgués culposo, pero sincero”

26 abr. 2014 - La París de la Belle Époque vuelve a deslumbrar ... de la capital francesa revive la cultura de la Ciudad
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SÁBADO

| Sábado 26 de abril de 2014

mesa para dos

Top 5

Su vida siempre fue la actuación, pero el niño que comenzó en Cha Cha Cha ya tiene 27 años; le apasiona la música y quiere cantar rap

Inspiradores de la semana

Nazareno Casero. “Soy un burgués culposo, pero sincero”

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L

–¿Qué significan hoy para vos, después de casi 21 años, las palabras “vitrola envenenada”? –La gente todavía me sigue hablando de eso, y me cruzo con pibes más chicos que yo que me gritan: “¡Che, loco, vitrola envenenada!”. Nació como un juego de improvisación en Cha Cha Cha. Yo era un alumno que no había estudiado y tenía que mentirles a sus profesores para que lo aprobaran. Entonces mi viejo me dijo: “Vos decí que toda tu familia murió por una vitrola envenenada”. “¿Una qué?”, le preguntaba yo. “Vitro-la en-ve-ne-na-da”, me repetía. Y quedó. Hoy es el único latiguillo

que tengo en mi vida, creo que no hay otra cosa más fuerte que me identifique. –Te gusta mucho la música. ¿Es cierto que querés cantar rap? –Hace mucho que estoy con la música, me gusta mucho. Pero es cierto que también estoy entrando por una ventana. Debería mejorar la técnica y ponerme a estudiar, pero si aún no me largo no es sólo por eso. Lo que de verdad me frena es la timidez. –¿Timidez? –Aunque no parezca sí lo soy. Es que para mí te exponés mucho más cantando que actuando. Pero me resulta tanto más interesante que la actuación que ahora estoy absorbiendo toda la data que puedo para poder largarme. Me apasiona. Y una de las cosas que más me gustan es el rap. Lo que pasa es que cuando rapeo todos me odian porque no puedo evitar decir las cosas más monstruosas que se me ocurren, que son en contra de todos los que me caen mal y no me gusta lo que hacen. Me voy a quedar solo. –Está claro que lo de hablar sin filtro viene de herencia. ¿Creés que, como parte de ese legado, la gente también siempre espera que la hagas reír? –Cuando me doy cuenta de que pasa eso trato, intencionalmente, de no hacerlos reír. Y cuando ya no esperan nada me suelto y por ahí se ríen. Pero claro que existe un prejuicio muy interesante sobre eso: a ver cómo el hijo del Gordo Casero me va a hacer reír. Y cuando salgo siempre hay un boludo que dice: “Mirá que acá no tenés que hacer reír a nadie, eh”. –¿Y qué les decís? –[La respuesta es irreproducible para este suplemento, pero él asegura que funciona y todos terminan riéndose.] Porque un insulto dicho tan amablemente descoloca al otro, lo toma por sorpresa. Si algo no te causa sorpresa para mí no es gracioso. Cuando ya sabés lo que va a pasar... Todo el humor argentino de la actualidad me aburre. Además, después de De la cabeza y Cha Cha Cha, y de haber tenido a un tipo como mi padre viviendo en mi casa es difícil que otra cosa te haga reír. –¿Cómo era tu infancia rodeado de adultos tan poco convencionales? –Era muy divertido. Capusotto cada

escritor

^ El autor de La trilogía de Nueva York está en Buenos Aires, donde mañana se presentará en la Feria del Libro junto al Nobel sudafricano J.M. Coetzee

Texto Soledad Vallejos | Foto Ignacio Coló

a charla mantuvo el mismo ritmo durante los 55 minutos: un orden acompasado que saltaba armoniosamente de la risa más impetuosa a un semblante impoluto de seriedad. A veces, todo en una misma oración. Nazareno Casero llegó puntual. Camisa negra, pantalón negro, anteojos oscuros, pelo a la gomina. Pide un jugo de naranja. “Es natural, ¿no?”, le pregunta al mozo, y en esa breve pero rotunda entonación, decididamente, es casi imposible no recordar al Gordo Casero, su padre. Porque aunque él está sentado allí para hablar de su trabajo, de sus nuevos proyectos, de su vida, sabe [siempre es así], que hay un 99% de probabilidades de que buena parte de la charla gire en torno a su progenitor. No le pesa, con 27 años, y desde su participación en el desopilante Cha Cha Cha, cuando apenas tenía siete, su destino fue lanzado a la actuación. Ya no importan los prejuicios sobre la portación de apellido. Es consciente de que no sólo heredó algunos gestos y el tono de voz del histriónico Casero grande. También su talento. Hoy se lo puede ver en la ficción Embarcados, que se emite por Canal 7. El mes próximo se estrena la serie El legado, por la pantalla de Canal 9, que lo tiene como uno de los protagonistas. Y por estos días fue convocado para una participación en Señores Papis, la comedia en el prime time de Telefé. Casero hijo es inquieto, y dice que si no fuera por la... ¿timidez? estaría cantando rap y “haciendo papelones por cualquier lado”.

Paul auster

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mariano cohn director

^ Su film Living Stars, realizado junto a Gastón Duprat, fue seleccionado para el Rooftop Summer Films de Nueva York, que proyecta filmes independientes en azoteas de la ciudad

3 Mineral o de la canilla: agua ^b^b^ “Hasta que llega a tu vaso hace un recorrido que ni siquiera imaginás, y todo el mundo la toma como si fuera inagotable. Yo creo que es una bebida a la que hay que canonizar, porque llegará el momento en que muchos se mueran sin agua”, arremete Nazareno Casero (27), quien reconoce no cumplir con la ingesta de los dos litros diarios recomendados por los médicos. “Tampoco para tanto, che.”

vez que me veía me hacía “el gorgojo” [tuerce la cabeza, se pone bizco y deforma las facciones de la cara con los dedos tapándole la boca]. Y Fabio [Alberti] siempre venía serio y me decía las cosas más delirantes que podés imaginar. Me hacían reír todo el tiempo. Pero aunque era un niño yo entendía cuál era mi lugar. No se jodía todo el tiempo. Mi viejo me decía: “Nazareno, ante la duda, no rompas las bolas”. Con ese pragmatismo casi militar de que las cosas se hacen así, y punto. –¿Fue un padre muy estricto con los límites? –Imaginate esto. A los cuatro años estás parado frente al ventilador y viene tu viejo, mete una zanahoria y mientras vuelan miles de pedazos naranjas por el aire, te dice: “Eso te pasa si metés los dedos ahí”. Te tenía que retar y lo hacía de una manera graciosa. Pero también es un hombre muy intenso, indescifrable. En medio de una situación amena de golpe se raya y todo se vuelve tenso. Pero él me enseñó que está bien rebelarse y decir lo que uno piensa. –¿Lo de ser vegetariano fue una rebeldía o seguís sin comer carne? –No, dejé por una cuestión de practicidad. Me duró seis meses. Además,

viviendo en una ciudad donde vos no producís tus alimentos me resulta violento estar discriminando qué comer y qué no. Yo había dejado de comer carne roja por la manera nazi en que matan al animal. No estoy en contra de comer carne, pero sí de la forma en que se los mata. En el campo de mi viejo, en San Luis, los chanchos viven bien y tienen espacio para hacer sus chanchadas. Viven bien. Cuando se los mata para comerlos, ni se dan cuenta. Estoy en contra del sufrimiento industrial, pero reconozco que compro carne en Coto. –Suena muy contradictorio. –Y sí, soy un burgués culposo, pero trato de ser sincero. Lo digo, me hago cargo. Entiendo la posición cómoda que tengo de poder vivir donde quiero, de tener un auto, de ir donde quiero con mi auto y mis anteojos de carey. Pero no hago el símbolo de la revolución y digo “Viva Fidel”, como hacen ahora muchos de los que en los 90 se fueron a recorrer el mundo. –A vos también te gusta viajar. Te regalan un pasaje en avión para salir mañana. ¿A dónde vas? –Al volcán Krakatoa, entre Java y Sumatra. Cuanto más alejado de mi realidad, mejor.ß

luPita nyong’o actriz

^ La coprotagonista de 12 años de esclavitud selló su estatus de superestrella al ser nombrada el miércoles pasado “la mujer más bella” por parte de la revista People

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tito vilanova director técnico

^ A los 45 años, y víctima de un cáncer, falleció ayer el ex entrenador del Barcelona, quien supo suceder a Pep Guardiola al frente del equipo más exitoso del mundo

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candelaria tinelli diseñadora

^ Esta semana se convirtió en una “chica de tapa”, y pese a ser la hija del conductor más exitoso de la TV, afirmó con personalidad: “No me gusta hacer lo mismo que todo el mundo”

Estudios culturales

La París de la Belle Époque vuelve a deslumbrar Una gran exhibición en el Petit Palais de la capital francesa revive la cultura de la Ciudad Luz a comienzos del siglo XX Nathalie Kantt PARA LA NACION

PARÍS.– La filmación en blanco y negro de los hermanos Lumière muestra a hombres con sombreros y mujeres con vestidos largos y sombrillas, para protegerse del sol, que suben y bajan las escalinatas de un Petit Palais recién inaugurado. Es el año 1900 y París es el teatro de una monumental Exposición Universal –esas citas creadas a partir de 1851 en donde las naciones exhiben su desarrollo industrial y tecnológico–. Las imágenes en movimiento rememoran uno de los períodos fastuosos de la capital francesa, ese en el que nace un París mitológico que perdura hasta hoy en el imaginario colectivo. Prueba de ello es la larga fila que todos los días se forma en la entrada del Petit Palais, donde se expone desde principios de este mes “Paris 1900, la Ville spectacle”. A través de 600 piezas (pinturas, objetos de arte, vestidos, afiches, litografías, películas, joyas y esculturas), la exposición recorre ese París de la llamada Belle Époque –previa a la guerra de 1914– que el francés quiere ver y que el turista viene a buscar: las entradas del metro de París, molduras fundidas de inspiración vegetal, símbolo del Art Nouveau, creadas por Hector Guimard –muchas de ellas destruidas

y luego protegidas a partir de 1965–; la vida nocturna de los cafés-concert y de los cabarets de Montmartre como el Chat noir, donde iban artistas como Toulouse-Lautrec; los típicos afiches eróticos del pintor de origen checo Alfons Mucha; la elegancia de la mujer parisiense, cuyos modelos de vestidos las ricas estadounidenses venían a comprar, y esas imágenes de una sociedad cosmopolita que se reunía en la ópera, en los teatros y en los restaurantes como Le Pré-Catelan, y que disfrutaba de una ciudad festiva y en plena ebullición. Es una exposición sólida, rica en información y en objetos, de esas que pocas ciudades en el mundo se pueden dar el lujo de tener. Organizado en seis salas temáticas en las que se evocan momentos o eventos representativos de la Belle Époque, y unidas por pasillos cinematográficos que proyectan películas o filmaciones urbanas de la época, el recorrido intenta entender y explicar cómo esta capital se convirtió en una atracción mundial. “Es una época en la cual la voluntad política, económica y artística es construir una imagen de París que la convierta en capital del mundo. Y esa mitología de la ciudad perdura en el imaginario colectivo. Ese mito de la edad de oro persiste incluso hoy, por ejemplo en las produccio-

La muestra es un éxito de público en el Petit Palais nes publicitarias”, dice a la nacion una de los cuatro curadores de la muestra, Gaëlle Rio. Montada en un año, tiempo récord para este tipo de exposiciones, es una ocasión para “valorizar colecciones municipales poco conocidas por el público”. “Queríamos ofrecer una exposición popular, que interese al público especializado pero también al mainstream. Generarle placer,

contándole la historia de la ciudad y en particular ese momento festivo”, agrega Rio. Las largas filas de visitantes recuerdan la retrospectiva de Yves Saint Laurent en 2010 y auguran una victoria. El punto de partida del recorrido es la emblemática exposición universal de 1900, cita ineludible en aquella época y para la cual la ciudad construye los dos palacios

NAThALiE kANTT

(el Grand y el Petit Palais) y el puente Alexandre III, que está a pocos metros. Por medio de mapas, fotos, videos y planos se redescubre esta vidriera de las naciones, que atrajo a 51 millones de visitantes y que ocupó 112 hectáreas, desde la Place de la Concorde hasta el Champ-deMars (donde está la torre Eiffel) y el Trocadero. Las culturas son reducidas a estereotipos: las naciones

son representadas por pabellones que bordean ambos lados del Sena y que durarán el tiempo de la exposición. Le siguen las salas dedicadas al Art Nouveau, que evidencian cómo esta forma artística se aplica en los muebles, las joyas de René Lalique, los objetos decorativos, la tapicería y la cristalería, y aquellas que mediante obras de arte ilustran la variedad de las corrientes artísticas en ese entonces presentes en París: Henri Gervex, que pinta el París mundano de la época; René François Xavier Prinet; Jean Béraud; Giovanni Boldini y Albert Besnard, entre otros. Los artistas convergen en esta ciudad para formarse en ateliers, exponer en los salones y vender gracias a los contactos de las galerías de arte. La moda también tiene su lugar, con la exhibición de vestidos que atraen a una clientela internacional y con recortes de diarios y afiches que evidencian el nacimiento del mito de la parisiense, “con esa cosa indefinible, mezcla de allure y de modernismo y que llamamos le chic” escribe un periodista de la época. Las últimas salas se zambullen en el París de la diversión, con afiches, fotos y grabaciones sonoras de personajes como Sarah Bernhardt o Coquelin, de grandes restaurantes, burdeles de lujo y de lugares míticos como el Moulin Rouge o el Chat noir, temas favoritos de artistas como Toulouse-Lautrec. Dan ganas de quedarse en este París. Un paseo por el jardín interno del Petit Palais permite prolongar el momento por unos minutos más.ß