MASCOTAS HUMANIZADAS: CREARON LOS COLLARES PARA HABLAR CON LOS PERROS Y GATOS

La obsesión por humanizar a las mascotas no se detiene. En los últimos años, los dueños le compran la ropa, la gorra, el colchón, se los tapa en invierno, se les corta el pelo en verano, se los baña, perfuma y peina y, como vimos hace unos meses, existen personas que tatúan a sus perros y gatos, entre otras prácticas. Todos estos comportamientos tienen como objetivo tratar a los animales como si fueran personas. Desde tiempos remotos miles de millones de personas sueñan con hacerlos hablar o por lo menos saber qué les pasa por la cabeza. Ante la gran cantidad de sugerencias, la compañía de comida para gatos, Temptations diseñó, en Nueva Zelanda y Estados Unidos, el “Catterbox”, el primer collar parlante que permite entender al felino e incluso hablar con él o ella. Es decir, ahora vas a poder comprender que te está diciendo cuando dice “miau”. ¿Cómo funciona? Fácil. El collar, realizado con una impresora 3D, tiene conectado un dispositivo que es capaz de descifrar el maullido. Una vez analizada la voz del gato se va a emitir la traducción de lo que dijo el felino a través del altavoz que tiene incluido. Además, los creadores del modelo sostienen que se puede vincular la aplicación con un celular y cambiar la voz humana que representa a tu mascota. La situación sería más o menos así: Llegás a tu casa, abrís la puerta y te recibe el gato (seguimos hablando de la mascota, obviamente, no vayan a pensar mal). Timoteo, el gato, te dice con la voz de Barry White, que tocó timbre el cartero pero no le abrió, te comenta que vio el programa Intrusos en el cual se pelearon unos gatos pero que no se parecían a él. Luego de su relato y las caricias recibidas de tu parte te pide por favor que le abras la ventana porque se quiere ir a visitar a su novia, la gata Flora. Hasta acá todo bien, el tema sería ver que cómo lo tomaríamos si nuestra mascota nos dice “sos un boludo” o “sos un fracasado”. Retomando los aspectos técnicos del collar podemos destacar que uno puede optar en qué idioma quiere que hable el felino y si uno se cansa de escuchar los reproches del cat, puede quitarle la gargantilla y colocársela cuando lo desee. Según la página oficial de Catterbox, está comprobado que los gatos maúllan sólo para comunicarse con los humanos, motivo por el cual decidieron desarrollar este

aparato que aparentemente vendría a satisfacer el deseo de los gatos y sus dueños. ¿Y con los perros qué hacemos? Tranquilos, ellos también tienen su collar. Collar que nos hace recordar la película animada “Up” en la cual los perros ladraban y se podía comprender lo que decían gracias al micrófono que tenían incorporado en el mencionado objeto. Desde enero del presente año, está siendo testeado el collar “Whatsyapp”, que tiene las mismas características del “Catterbox“ pero que no es 100% eficiente porque los canes no ladran únicamente para comunicarse con los dueños. Es decir, es muy difícil darse cuenta si el ladrido va dirigido hacia el amo, otras personas o hacia otros perros. En caso de que la experimentación del “Whatsyapp” fracase, un ingeniero japonés diseñó un dispositivo llamado “Inupathy”, pero a diferencia del primero, este es una especie de arnés que se coloca en torno al animal y en lugar de escuchar la voz del perro, lo que podemos visualizar es el estado emocional de la mascota. Por ejemplo, si está exaltado, la luz será roja, si está relajado, se mostrará azul, si se siente feliz, aparecerán los colores del arcoíris y si está concentrado, la luz que emitirá será blanca. Al igual que el “Catterbox”, se vincula a un Smartphone y allí se reciben las notificaciones sobre el estado del perro o perra. Para terminar, cabe destacar que ninguno de estos dispositivos se está comercializando en la actualidad ya que los creadores todavía están probando la eficacia de los productos. Igualmente, tarde o temprano van a salir a la venta. Si no salen las marcas mencionadas, saldrán otras. Reflexión: ¿Por qué queremos que las mascotas dejen de ser mascotas y pasen a ser “hijos” o “hermanos? ¿Si los queremos por como son, por qué los queremos cambiar? ¿Tan tontos somos que necesitamos que un dispositivo nos diga cómo está nuestra mascota? ¿Si los perros o gatos hablaran y nos dijeran todo lo bueno y lo malo que somos como amo, los seguiríamos queriendo igual? Pronto lo sabremos.