Marvin Harris

[PDF]Marvin Harrisecaths1.s3.amazonaws.com/.../257719496.Marvin%20Harris%20Cap.%209.pdfEn cachéSimilarespaleontología a
3MB Größe 81 Downloads 593 Ansichten
El estudio de la evolución cultural se inicia con los hechos e inferencias de la arqueología prehistórica. La arqueología es a la antropología lo que la paleontología a la biología. Sin la arqueología, los antropólogos no pueden ni describir ni explicar el curso de la evolución cultural. Debido a la gran extensión en el tiempo y el espacio estudiado por los arqueólogos, la antropología goza de una posición única entre las ciencias sociales, porque los antropólogos pueden observar tendencias de largo alcance, y formular y contrastar teorías causales de la evolución cultural. Este capítulo traza la evolución de las culturas del Viejo Mundo (europea, asiática y africana) desde los artefactos más antiguos que se conocen, indicativos de modos de producción basados en la recolección, la caza y recogida de desechos, hasta el umbral de la domesticación de plantas y animales.

Períodos prehistóricos Los instrumentos de piedra proporcionan la mayor parte de los datos sobre las fases más antiguas de la evolución cultural. De ahí que los arqueólogos dividan -todo el período de la antigua prehistoria en edades líticas (esto es, «edades de piedra»). Se reconocen tres de estas edades en la evolución cultural de Europa: Paleolítico (edad de piedra antigua), Mesolítico (edad de piedra media) y Neolítico (edad de piedra nueva). Estas edades fueron de duraciones drásticamente diferentes: el Paleolítico duró más de 2 millones de años (más en Africa y Asia) mientras que el Mesolítico y el Neolítico juntos no duraron más de 10.000 años. Las culturas del Paleolítico se basaban en la caza, pesca y recolección más que en la agricultura o ganadería. Los grupos eran pequeños, la población total del mundo ascendía tan sólo a unos pocos millones de habitantes y los grupos estaban muy dispersos. Para 185

utilizar con eficiencia los recursos de plantas y animales disponibles, los grupos de cazadores y recolectores recorrían extensos territorios y, probablemente, no se establecían en ningún campamento, cueva o abrigo durante más de unas cuantas semanas o meses. Én general se reconocen tres subdivisiones: 1) el largo Paleolítico inferior, dominado por sencillos útiles olduvaienses, bifaces sobre nycleo y útiles sencillos sobre lasca; 2) el breve Paleolítico medio, caracterizado por un repertorio amplio y refinado de útiles sobre núcleo, punta sobre lasca y otros útiles sobre lasca; 3) el aún más breve Paleolítico superior, caracterizado por un repertorio amplio y refinado de útiles sobre hoja (véase pág. 190) y por numerosos instrumentos y artefactos especializados de marfil, hueso y asta. En la misma perspectiva general, se puede caracterizar al Neolítico como la edad de los sistemas culturales basados en la domesticación de plantas y animales. El

186

Arqueología y prehistoria

tamaño del grupo y la población total eran más grandes y el asentamiento más nucleado. Para explotar con eficiencia las plantas domesticadas, los asentamientos permanentes o poblados reemplazaron a los campamentos temporales de los cazadores y recolectores del Paleolítico. La transición a las comunidades agrícolas del Neolítico tuvo lugar bajo una variedad de condiciones en diversas partes del Viejo y Nuevo Mundo. El Mesolítico representa esta edad transicional en Europa. Las edades transicionales entre las estructuras de caza y recolección y las estructuras agrícolas en otras partes del mundo tienen nombres locales o regionales.

Algo más acerca del despegue cultural C o m o hemos visto (cap. 5), existe una correlación global entre la aparición de nuevas especies de homínidos en el registro fósil, y la aparición de nuevos repertorios de útiles en el registro arqueológico. De este modo, si bien los autralopitecinos de pequeño cráneo fueron probablemente rudimentarios fabricantes de útiles (pág. 87), hasta la época del Homo habilis y del Homo erectus no comienzan a. encontrarse grandes concentraciones de instrumentos de piedra de buena factura. Estas primeras tradiciones de instrumentos líricos (esto es, útiles que se hacen según un modelo definido), la olduvaiense y la achelense, ya han sido descritas, y también se ha hablado de su ritmo de cambio extraordinariamente lento (cap. 5). Nuevas tradiciones líricas importantes aparecen sólo después de un intervalo de unos 1,3 i i n i i. coincidiendo con la transición del Homm erectus al Homo sapiens arcaico. F í n a i a n s e , como veremos en este capítulo, con la aparición del Homo sapiens el ritmo de cmmtmo de los útiles y otros artefactos c y f c w ü o se dispara y ex-

perimenta una continua aceleración hasta alcanzar la velocidad vertiginosa del cambio cultural de los tiempos modernos. La interpretación más plausible para comprender este patrón es que durante millones de años la evolución de la cultura se vio estrechamente limitada por las contradicciones biológicas del cuerpo y el cerebro del homínido. Pero en algún momento entre la emergencia del Homo sapiens arcaico y la del Homo sapiens sapiens, la base genética para el aprendizaje rápido y la comunicación simbólica alcanzó un punto crítico de «despegue». Desde entonces, la abrumadora pluralidad de cambios culturales surgió como un hecho enteramente independiente de cambios en las frecuencias de los genes, y el ritmo del cambio cultural excedió con creces el ritmo del cambio genético. Así, por ejemplo, durante los últimos 25.000 años el tamaño del cerebro humano ha permanecido más o menos idéntico, mientras que se han desarrollado enormes cambios en

¡Caramba, parece como si cada verano hubiera más cosas de éstas por aquí!

El Paleolítico del Viejo Mundo

los aspectos infraestructurales, estructurales y superestructurales de la vida social. Es evidente que la capacidad para el despegue cultural fue un resultado de la evolución biológica. Pero si queremos comprender el período que va de los últimos 50.000 a 100.000 años de evolución cultural, debemos recurrir a los procesos distintivos de la selección cultural antes que a los de la selección natural. Resumiremos nuestra relación de los datos arqueológicos disponibles para dar cuenta de la evolución de la cultura sirviéndonos de los cambios en los tipos de útiles que comienzan a aparecer al final del Paleolítico inferior. En esta época, hace aproximadamente 125.000 años, los repertorios de útiles achelenses en Europa y Africa empezaron a ser completados por útiles hechos a base de lascas producidos por medio de un ingenioso método conocido como (técnica de Levallois (fig. 9.1). Se preparaba un núcleo de sílex én forma de tortuga como para producir una gruesa hacha de mano (bifaz) tallada a mano, salvo que el tallado se aplicaba sólo en una cara del núcleo. Después se aplicaba un golpe transversal en un extremo del mismo, produciendo un saliente o plano de rercusión. Se descargaba entonces un golDe longitudinal al plano de percusión, desprendiendo una lasca alargada y delgada c on bordes rectos y afilados. Se han encon ntrado núcleos y lascas levalloisienses a lo largo y ancho de Africa y Europa y, generalmente, marcan la transición a las -rustrías del Paleolítico medio. El utillaje del Paleolítico medio euroafricano también comprende diferentes porcentajes de bifac es (hachas de mano) y otros instrumentos de tipo achelense. Hacen su aparición puntas que tal vez se fijaran a lanzas. Están talladas a partir de lascas levalloisienses y de otros tipos de lascas y eran lo ba stante ligeras y afiladas como para Haber servido de eficaces proyectiles.

187

FlG. 9.1 Técnica del núcleo de tortuga levalloisiense Izquierda: lasca levalloisiense. Derecha (de arriba abajo): preparación del plano; extracción de la lasca por percusión; vista desde arriba del núcleo tras el desprendimiento de la lasca.

En muchas regiones, las tradiciones de útiles sobre lasca del Paleolítico medio se ajustan al tipo de industria conocido como musteriense. Estos útiles consisten en pequeñas lascas extraídas de núcleos levalloisienses y de otros tipos de núcleos de forma discoidal. Eran sometidos a un lascado secundario por medio de golpes ejecutados con materiales blandos, como el hueso o el asta, o presiones ejercidas alrededor de sus bordes (fig. 9.2). Así, el utillaje del Paleolítico medio normalmente comprendía algunos bifaces (hachas de mano) y numerosos útiles sobre lasca, tales como diversas variedades de puntas, raederas, lascas denticuladas para desbastar madera, buriles y perforadores. Se había logrado un alto grado de dominio en el lascado secundario o retoque de los bordes, y se han hallado instrumentos especiales de hueso que se creen fueron empleados para este fin en numerosos yacimientos del Paleolítico medio. Se ha demostrado que también se puede lograr un

188

Arqueología y prehistoria

ARQUEOLOGICOS DEL VIEJO MUNDO

;

•/ • 34. 5. 6.

Samt-Aéheul Valionet Le Moustier¡ Terra Amala

ESPAÑA 7

Tan-alba y Ambrona

A8lem ania Lahnngen

5 •ogeftefd

. f TURQUIA 15. Qatai Hüyük 16. Cayonu iSBAE!— '7. Monté Carme 18. Mailaha 19. Mahaf Oren i 20. A/nud 1 MARGEN IZQUIERDA OCUPADA 21. Jericó

22- TeJ^ureybat JRAQ ""~fr '23. ZawiChemi A n i d a r 24. Karirñ Shabir / 25. Jarrno 26. Urük 27. Eridu / 28. Ubaid / IRAN 29¿ Ali Kosh/

MAURITANIA 31. Dar T,chite ETIOPIA 32. Cuenca del Orno TANZANIA 33. Desfiladero de OkJuvai ZAMBIA 34: Cataratas

TAILANDIA 39. -Cueva Spirít 40. Barí Cfttang 41. Non Nok Tha CHINA • 42. Ordos 43. Pan-p'o

35. Fauresmith / PAKISTAN ^ /36. Valle deKÍndo INDIA / 37. Estado de Bihar/ 38. E.?"|»J. T ^

rTaha - ™ el cuerpo, danzar, cantar, gritar y sonidos de percustón.

El Paleolítico del Viejo Mundo

que los animales más grandes fascinaban tanto a los cazadores como a los artistas. ¿Un calendario en el Paleolítico superior? En todas sus formas, el arte del Paleolítico superior sugiere que se alcanzó una nueva fase en el proceso de despegue cultural. Con anterioridad, nunca los hombres habían llegado a estar tan profunda e inextricablemente atrapados en un mundo de símbolos culturalmente creados. El tipo de símbolos compartidos que entrañan las representaciones rupestres, las líneas grabadas o las figurillas es diferente del simbolismo implícito en la manufactura de un hacha de mano. Un joven del Paleolítico superior podía aprender cuál era el significado de un hacha de mano observando cómo se fabricaba y usaba. Pero el significado de una línea en zigzag, una representación rupestre o una venus era algo que necesitaba una explicación. Se han realizado varios intentos de interpretar ciertos dibujos e incisiones de tipo geométrico —rayas, cuadrículas, arañazos, líneas— que aparecen en las paredes de las cuevas y en los instrumentos de asta y hueso del Paleolítico superior. Recientemente, se ha propuesto la teoría de que los agujeros y líneas hallados en ciertas placas y «bastones» (fig. 9.16) de asta y hueso eran registros del paso de los días y de las fases de la luna (Marshack, 1985). Aunque estas marcas pueden interpretarse de otra manera, no hay razón alguna para dudar de que los artistas responsables de las escenas sorprendentemente realistas en las paredes de las cuevas también tuvieran la capacidad de observar y registrar las fases de la luna y otros acontecimientos celestes, preparan-

199

do así el camino para el desarrollo de los primeros calendarios. El Paleolítico en otras regiones Series de industrias paleolíticas similares a las de Europa se han dado también en Asia y Africa. Por ejemplo, las técnicas levalloisienses y las industrias musterienses sucedieron a las tradiciones achelenses en todo el territorio africano. Incluso existe una industria de lascas parecida a la musteriense en el norte de China. Alrededor del 30.000 al 40.000 B.P., útiles de hueso, lasca y hoja se hacían en todos los continentes (excepto el antártico). Durante el período del 20.000 al 10.000 B.P. es imposible decir que cualquier región en particular hubiera logrado ventajas tecnológicas decisivas sobre las demás. Para ser exactos, había mucho de variación en el contenido específico del conjunto de útiles de los cazadores de mamuts euroasiáticos, de los habitantes de los bosques del sudeste de Asia y de los cazadores australianos de marsupiales, pero esta variación probablemente refleja una adaptación local más que diferentes niveles de progreso tecnológico (Bricker, 1976). En el terreno de los logros artísticos, el arte figurativo comenzó probablemente al mismo tiempo tanto en Africa como en Europa. Se ha localizado en Namibia arte de este tipo que data de hace 27.000 años. Puede que algunas pinturas rupestres de Tanzania sean incluso anteriores (Anati, 1986).

El fin del Paleolítico Pese a los numerosos logros tecnológicos del Paleolítico, el modo básico de subsistencia siguió siendo, esencialmente, el mismo que en la época achelense. Todos

Fig. 9.16 Anotaciones paleolíticas (a) Asta de ciervo encontrada en La Marche, Francia, (b) Dibujo del asta, aplanado para mostrar dos conjuntos de anotaciones y caballos repetidamente grabados. Se piensa que las anotaciones eran un registro del paso de siete meses y medio lunares.

los grupos humanos continuaron practicando alguna variedad de caza, recolección y pesca. Por supuesto, ni las oportunidades ambientales para la caza y recolección ni el inventario tecnológico disponible para explotar el medio ambiente permanecieron inalterados. A lo largo de los cientos de miles de años de avances y retrocesos glaciales, las zonas climáticas experimentaron cambios drásticos. A su vez, estas alteraciones acarrearon una sucesión de cambios incesantes en la fauna y flora. Con cada avance de los glaciares,

las especies animales de clima cálido se veían obligadas a emigrar hacia el sur, las tundras sustituían a las praderas, las praderas reemplazaban a los bosques, los bosques se convertían en desiertos, que también proliferaron por otras regiones. La calidad y valor nutritivo de la dieta del Paleolítico estaban determinados tanto por la abundancia local de plantas y animales como por la tecnología. Una tecnología ineficiente producía un alto nivel de vida cuando había una gran abundancia de plantas y animales, mientras que las

El Paleolítico del Viejo Mundo 201

tecnologías y técnicas de caza y recolección más eficientes no evitaban el hambre y la extinción cuando escaseaban los recursos cinegéticos y vegetales. Así pues, el bienestar humano estaba directamente relacionado con la respuesta de los animales y plantas a las condiciones naturales. Los grupos del Paleolítico pudieron influir en estas condiciones quemando bosques para incrementar las áreas de pasto. Pero, las más de las veces, la única influencia que podían ejercer era de carácter negativo, a través de la sobredepredación y la recolección incontrolada.

co superior contribuyeron a esta catástrofe ecológica, de la misma manera que los cazadores del Nuevo Mundo probablemente desempeñaron un importante papel en la extinción de la megafauna del Hemisferio Occidental (véase pág. 237). Los elefantes, los rinocerontes y otros géneros habían sobrevivido a los numerosos avances y retrocesos de las praderas y los bosques que se produjeron durante todo el Pleistoceno. El factor nuevo en esta situación pudo haber sido la eficiencia sin precedentes de la tecnología del Paleolítico superior (Martin, 1985).

Las limitaciones del modo de producción basado en la caza y la recolección quedan bien ilustradas en la transmisión de las culturas del Paleolítico superior a las culturas terminales del Pleistoceno en la Europa septentrional y occidental. Hacia finales de la última glaciación, la región situada al sur de los glaciares recibió torrentes de agua procedentes del deshielo que favorecieron el crecimiento de praderas en las que pastaban enormes manadas de caballos, bisontes, mamuts y renos. A medida que se retiraban los glaciares, se formaron exuberantes praderas vírgenes que fueron invadidas por estos animales y por los depredadores humanos que los perseguían. En ellas prosperaron sendas poblaciones de animales y humanos; pero, sin que ellos lo supieran, su mutuo estilo de vida estaba condenado. Las praderas eurasiáticas eran simplemente una fase ecológica temporal. Hace unos 12.000 años, los árboles empezaron a invadir las praderas. Bajo el dosel frondoso de los bosques, no podía crecer la hierba. Hacia 10.000 B.P. gran parte de la llamada megafauna pleistocénica europa se había extinguido. El rinoceronte y el mamut lanudos, el bisonte de las estepas, el alce gigante y el asno salvaje desaparecieron (fig. 9.17). Sin duda alguna, los cazadores, extraordinariamente hábiles, del Paleolíti-

En Europa este período se llama Mesolítico. Fue un tiempo de intenso cambio ecológico local. Bosques de abedules y pinos se extendieron por la tierra, y los cazadores instalaron sus campamentos en calveros junto a las márgenes de los ríos, a orillas de lagos y estuarios y en las costas. En los bosques se refugiaron animales de caza como el alce, el ciervo rojo, el corzo, los bóvidos (uros) y los cerdos salvajes. Pero para localizar a estos animales, se necesitaban nuevas técnicas de rastreo. Los animales que poblaban el bosque desaparecían de la vista, salvo que el cobro de la pieza fuera rápido y silenciso. Así, no constituye ninguna casualidad que los arqueólogos hayan encontrado en un yacimiento mesolítico, Star Carr, Inglaterra, la prueba más antigua (circa 9.500 B.P.) de las halladas en Europa de la larga y afortunada simbiosis entre hombres y perros (Champion et al., 1984: 96). (Puede que en Oriente Medio se domesticara a los perros incluso antes que al resto de los animales, véase pág. 213). En el bosque, el olfato del perro dirigía los pasos del cazador poniendo la evasiva presa al alcance de su flecha. Pero la caza en hábitats boscosos, incluso con arcos perfeccionados y podencos, no podía proporcionar las cantidades de carne que antes se obtenían siguiendo a las manadas de

202

Arqueología y prehistoria

FlG. 9.17 Mamuts lanudos Recreación artística de una de las especies de caza mayor que se extinguieron en Europa a finales de la última glaciación.

bisontes y renos. Debido a ello, los pueblos mesolíticos tuvieron que recurrir cada vez más a una dieta de espectro amplio compuesta de alimentos vegetales, pescado, moluscos y otras fuentes fluviales y marítimas. A lo largo de la costa, los restos del consumo mesolítico de mariscos, acumulados curante siglos, formaron los montículos llamados concheros. Aunque las almeas . ;¿s -tras y los mejillones son fuentes valiosas de proteínas, hace falta ingerirlos en glandes cantidades para que puedan saciar a ana persona hambrienta.

período consistió en diseños geométricos y símbolos incisos sobre útiles y armas, y guijarros pintados (fig. 9.18). Es evidente que este cambio en las preocupaciones estéticas refleja la desaparición de los animales de caza mayor que habían sido la base de la subsistencia durante el Paleolítico.

El Mesolítico undñin marca el final de las grandes p o t a r a s rupestres. La forma distintiva de a n e corropondiente a este

Hay considerables evidencias de que el Mesolítico europeo fue una manifestación regional de una orientación cultural y eco-

El fin del Paleolítico en la perspectiva mundial

El Paleolítico del Viejo Mundo

203

FIG. 9.18 Guijarros pintados Artefactos típicamente mesolíticos cuya función y significado son aún un misterio.

lógica mundial conducente a modos de producción de espectro amplio que tuvo lugar en épocas algo distintas pero dentro de un período de unos 6.000 años de duración (entre el 15.000 y el 7.000 B.P.). Esta orientación está marcada por la ex'plotación de moluscos, mamíferos marinos, peces, pájaros, semillas, nueces y otras fuentes alimenticias dispersas y costosas desde el punto de vista energético. En el Cercano Oriente, por ejemplo, el pueblo llamado los natufienses, que vivió cerca del 10.500 B.P., completaba su caza de animales como gacelas y ciervos con la recogida de grano silvestre mientras pescaba con redes, arpones y anzuelos (para más información sobre los natufienses, ver el siguiente capítulo). Un ejemplo similar puede ser encontrado en Nubia y el Alto Egipto a lo largo de las márgenes del valle

del Nilo, donde el amplio espectro incluía granos y semillas salvajes, pájaros, peces y algunos animales grandes (Krzyzaniak, 1981). Un modo de producción de amplio espectro proporcionó las bases de un «pueblo mesolítico desarrollado», localizado en la costa de un lago del estado indio de Uttar Pradesh, datado en unos 10.300 B.P. (Jacobson, 1979: 481). Se pueden distinguir desarrollos comparables en China, en la región de lagos de la provincia de Yunnan y en Japón, donde yacimientos arqueológicos de mariscos (montones de desperdicios) que recuerdan a los yacimientos arqueológicos europeos del Mesolítico han sido datados en 9.000 B.P. Finalmente, como se verá en nuestra discusión sobre la prehistoria del Nuevo Mundo (cap. 11), también se dieron modos de producción de amplio espectro al

204

Arqueología y prehistoria

final del Pleistoceno en lugares de México, la-costa peruana y en el valle del Mississippi. C o m o veremos (pág. 215), esta orientación recurrente parece ser indicativa de un desequilibrio entre la población y los modos de producción de caza mayor y recolección del Paleolítico superior. El cambio del medio ambiente, un aumento de la densidad de población, la intensificación de los patrones de caza tradicionales que condujeron al agotamiento de los recursos alimenticios tradicionales, y alguna forma de presión poblacional, parecen ser factores críticos que condujeron a adaptaciones de espectro amplio del tipo característico del Mesolítico (G. Clark, 1981; Yessner, 1987;Harris, 1987; M. Cohén, 1977, 1987). En algunos aspectos, el Mesolítico fue un período en el que se deterioró el nivel de vida. Así, por ejemplo, es probable que la esperanza de vida disminuyera (Cohén, 1987). Paradójicamente, sin embargo, el Mesolítico fue también un período de rápido cambio tecnológico, quizá como muestra de que la necesidad agudiza el ingenio (véase cuadro 9.1).

Resumen

6. Durante la mayor parte_ de] Pleistoceno, las culturas evolucionaron lentamente yo durante largos períodos de tiempo^ no lo hicieron en absoluto. Parece existir una estrecha relación entre el surgimiento del Homo sapiens y el punto de «despegue» cultural. La edad más larga y antigua de la prehistoria de los homínidos se denomina Paleolítico. Esta edad se inició hace, como mínimo, 23 millones de años, como indican los sencillos útiles líticos hallados en Hadar, y duró hasta nace unos 10.000años. El modo de producción practicado

CUADRO 9.1

LOS LOGROS DEL MESOLITICO La tecnología se desarrolla hacia una mayor eficiencia en el transporte, los útiles y el abastecimiento. T a n t o los utensilios c o m o los medios que configuran el equipamiento para la subsistencia se hacen más diversos en las formas, más especializados en las funciones y más abundantes en número. Se conoce una cantidad increíble de aparejos de pesca, que comprende redes, cañas, ganchos, anzuelos y arpones. Aparecen por primera vez artefactos de piedra fundamentales c o m o hachas, útiles para procesar los alimentos vegetales y otros instrumentos. En el norte de E u r o p a se han hallado, procedentes de este período..., canoas y trineos para desplazarse por la nieve. Las armas arrojadizas se ven dotadas de una amplia variedad de puntas hechas de hueso, madera, asta y piedra... O t r o tipo de útiles de piedra percutida empiezan a adquirir un papel secundario, llegando a convertirse en herramientas para hacer herramientas de madera, hueso y asta que se usan directamente para la obtención de alimento. L o s asentamientos crecen en tamaño y duración, y pasan a diferenciarse más tanto en su organización interna c o m o en el número y variedad de los enclaves y espacios. En diversas zonas, los asentamientos mesolíticos se caracterizan por la existencia de amplios grupos corresidentes y la ocupación permanente de los territorios. Fuente: Price, 1983: 770.

durante todo este período fue la recogida de desechos, la caza, la recolección y la pesca. No se disponía de plantas o animales domesticados, exceptuando los perroSj cuya domesticación no se produjo sino al final del período. Errante el Paleolítico inferior, se produjo una transición de las industrias m á s antiguas de choppers olduvaienses y lascas

El Paleolítico del Viejo Mundo 205

a las industrias de bifaces y núcleos de la tradición achelense. Se supone que las primeras evolucionaron hacia las segundas. La característica principal del achelense es el bifaz (hacha de mano), probablemente un instrumento para varios fines. Sus funciones exactas, empero, se desconocen. La industria achelense está estrechamente asociada al Homo erectus europeo y africano. Durante el Paleolítico inferior, se perfeccionaron las técnicas de caza mayor, se construyeron refugios sencillos y se introdujo el uso controlado del fuego. Sólo en la transición del Paleolítico inferior al medio, en el 125.000 B.P. aproximadamente, se produjeron cambios fundamentales en la tecnología de útiles. La innovación mejor conocida es el método del núcleo en forma de tortuga de Levallois para la preparación de útiles sobre m lasca. El Paleolítico medio europeo se denomina a menudo período mustenense y v está estrechamente relacionado con los neandertales. En otros lugares, el Paleolítico medio se asocia a otros Homo sapiens arcaicos. Gran parte de los útiles del Paleolítico medio se fabricaron mediante técnicas de percusión suave y lascado secundario, retoque y tallado. Aparecen puntas* utilizadas para lanzas. Al final del Paleolítico medio, algunos adornos personales, grabados decorativos, así como indicios de 'rituales de enterramiento, sugieren cambios fundamentales en la capacidad de simbolización. El Paleolítico superior se inicia hace unos 30.000 años y está estrechamente vinculado al surgimiento del Homo sapiens sapiens. Hay un gran florecimiento de los instrumentos de marfil, asta y hceso. Las hojas y otros útiles líticos se vuelven sumamente especializados y muestran una bella manufactura. Las agujas aducen el uso de ropas de piel en latitudes septentrionales. Se crean otros inventos básicos. Proliferan los adornos personales, las

figurillas, las pinturas figurativas y los símbolos grabados, todo lo cual sugiere un salto cuántico • en el uso de los símbolos.

En Europa, los pueblos del Paleolítico superior practicaban la caza mayor y habitaban las praderas que se desarrollaron durante la retirada de los últimos glaciares continentales. Después del 10.000 B.P., la reforestación, ayudada en un grado sin precedentes por la caza humana, destruyó esta megafauna. De ahí que el Mesolítico europeo se caracterice por culturas costeras, fluviales y adaptadas a los bosques. El perro fue domesticado para ayudar a cazar en los bosques. Se introdujeron muchos otros inventos tecnológicos básicos adaptados a la explotación de un amplio espectro de hábitats costeros, fluviales y boscosos. Patrones similares de adaptaciones de amplio espectro se dieron mucho al final del Pleistoceno en el período de tiempo c o m p r e n d i d o entre 13.000 y 7.000 B.P. tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo. Parece probable que el final del Paleolítico representase tiempos relativamente «duros» para muchos de los descendientes de los cazadores de caza mayor del Paleolítico superior. En Europa, la nueva infraestructura tuvo también efectos drásticos para el arte de las cavernas. Tanto las manadas de animales como el arte ritual que las representaba desaparecieron más o menos en la misma época. El componente estético en los rituales mesolíticos se expresa en sí en diseños geométricos y símbolos grabados en útiles y armas y guijarros pintados. A pesar de la desaparición del arte rupestre, el Mesolítico fue una época de innovación cultural. La domesticación del perro constituyó un logro do menos itn-V portante que las pinturas rupestres. La gran abundancia de árboles llevó aparejados el reto y la oportunidad de desarroII45 nuevas técnicas para la manufactura

de útiles y guarniciones en madera. Por primera vez se produjeron hachas con técnicas de afilado más que de lascado. Anzuelos, lanzas de pesca y arpones fueron perfeccionados; también se inventaron, o bien se mejoraron, redes de pesca y balsas de cortezas, barcos y remos, trineos y es-

quís. Tan pronto como los grupos locales acamparon durante períodos de tiempo más largos cerca de recursos renovables como bancos marisqueros o lugares de pesca, se incrementó la densidad de población y se abrieron nuevas oportunidades para la evolución cultural.

>