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eDITORIALeS | CARTAS

| Viernes 14 de marzo de 2014

Fundado por Bartolomé Mitre el 4 de enero de 1870 Número 1, Año 1 “la nacion será una tribuna de doctrina” Director: Bartolomé Mitre

Otra vez, el juez Oyarbide No puede continuar en su cargo un magistrado que interrumpe un allanamiento al recibir una llamada del Poder Ejecutivo

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l juez federal más cuestionado por su descarado oficialismo con el gobierno de turno y el más denunciado ante el Consejo de la Magistratura, Norberto Oyarbide, ha vuelto a protagonizar otro escándalo, rutina que repite dos o tres veces por año. Ahora, el magistrado asombró al admitir que decidió interrumpir un allanamiento que había ordenado porque recibió una llamada de un alto funcionario del Poder Ejecutivo. En un descargo que presentó por escrito ante su superior, la Cámara Federal, el magistrado sostuvo que decidió el cese inmediato del allanamiento a la mutual Propyme, que en diciembre último realizaban efectivos de la Policía Federal, cuando el subsecretario de Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación, Carlos Liuzzi, el segundo de Carlos Zannini, lo llamó para informarle que los policías exigían coimas durante el procedimiento para frenarlo. Al recibir “tamaña información” de “tan confiable fuente”, explicó luego Oyarbide sin el menor pudor, ordenó el cese del allanamiento de Propyme, donde se cambiaban cheques. Sólo al día siguiente, tras hablar con el presidente de la mutual, Oyarbide habría decidido realizar la denuncia. Pero junto con el allanamiento, el magistrado habría cancelado también, sin razones, otros operativos. Lo que primero salta a la vista, porque así lo exhibe con impudicia este vergonzoso juez, es su inusitado sometimiento al Poder Ejecutivo. Una simple llamada telefónica del Gobierno se traduce en sus oídos en una orden. ¿Cómo sabía que la información que le proporcionaba el funcionario era verdadera y no una treta para frustrar una orden judicial? Oyarbide no adoptó ninguna providencia y dio por cierto lo que le decían. Como planteó el senador radical por Chubut e integrante del Consejo de la Magistratura Mario Cimadevilla: “¿Qué vínculo tiene Oyarbide con Liuzzi? Qué vínculo tiene el Gobierno con esa financiera? Se levantan un montón de suspicacias”. Dado su nutrido historial de escándalos, todo cuanto hace o deja de hacer este juez levanta suspicacias. En este caso, una de las hipótesis que se barajan es que al mencionar con nombre y apellido al brazo derecho de Zannini, el magistrado ha enviado un mensaje –tal vez una amenaza– al Poder Ejecutivo, al sentirse abandonado por aquellos a quienes tanto y con tanta devoción ha servido. Cabe recordar que

fue el juez que sobreseyó de manera arbitraria al matrimonio Kirchner en la causa por enriquecimiento ilícito debido al exorbitante incremento patrimonial de Cristina y Néstor Kirchner en 2008, que ascendió a 28 millones de pesos. A cambio, el Gobierno ha jugado los votos de los integrantes del Consejo de la Magistratura que le responden para salvar a alguien que, de otro modo, hace mucho que debería haber sido expulsado de una Justicia donde su apellido es sinónimo de trampa y connivencia con el poder político. Su sociedad con el Gobierno obliga a preguntarse si no volverá a operar el salvataje por parte del oficialismo. Alejandro Fargosi, también integrante del Consejo de la Magistratura, a cargo de la investigación de Oyarbide por el allanamiento frustrado, sostiene que es pesimista respecto del progreso de ninguna denuncia contra el juez, “ya que sistemáticamente es protegido por el gobierno a través de los votos K en el Consejo”. Fargosi agregó algo muy cierto: resulta incomprensible que Oyarbide haya suspendido el allanamiento, haciéndolo fracasar, en vez de haber enviado otros policías para continuarlo y, a la vez, detener a quienes estarían delinquiendo. En efecto, como en otras investigaciones, Oyarbide contribuyó a la pérdida de posibles pruebas judiciales y, probablemente, al naufragio de la investigación. El año pasado, la Cámara Federal le anuló una causa que investigaba un presunto lavado de dinero mediante transferencias de futbolistas. Las graves irregularidades del juez obligaron a la Cámara a sobreseer a todos los imputados, pues sus procesamientos eran un compendio de datos inconexos y afirmaciones genéricas. Entre los favorecidos se encontraban directivos de una financiera y dos empleados del Banco Central. Tres meses antes, la misma cámara lo apartó de la causa por el desvío de fondos públicos en la Fundación Madres de Plaza de Mayo y anuló las declaraciones indagatorias de decenas de acusados y los 44 procesamientos que había dispuesto, incluidos los de los hermanos Sergio y Pablo Schoklender, ex apoderados de la fundación. La continuidad de este personaje en un juzgado federal constituye una afrenta a la Justicia y torna sospechoso cuanto resuelve, pues ¿qué valor y confiabilidad puede haber en una resolución que lleve la firma de alguien que tanto ha bastardeado el ejercicio de la magistratura?

La Venezuela violenta

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as calles de las principales ciudades de Venezuela han sido testigo de un mes de protestas sociales continuas, a las que el gobierno de Nicolás Maduro ha preferido contestar con una represión violenta, en lugar de encontrar soluciones para los graves problemas de su lastimado pueblo. Además de las fuerzas de seguridad del Estado, Maduro ha utilizado a grupos de choque que, coordinadamente, se desplazan en motocicletas y armados, a los que se denomina “colectivos”. La utilización de esos grupos violentos permite a Nicolás Maduro pretender que las 24 muertes acumuladas, el largo centenar de heridos y los más de mil prisioneros políticos encarcelados no son su responsabilidad. No obstante, claramente lo son, porque la represión ha estado llena de violaciones de derechos humanos, incluido el uso de gases tóxicos, prohibido por la Constitución. Hay que agregar las gravísimas torturas comprobadas, infligidas a casi dos decenas de estudiantes detenidos. El ensañamiento de Maduro contra los jóvenes venezolanos es patético. Dos de ellos han sido asesinados por integrantes de los “colectivos”: uno, con un disparo en el pecho; el otro, con un balazo en la cabeza. La marea de desgracias acumulada sobre Venezuela es diversa y profunda. El pueblo vive en la escasez de alimentos y privado de bienes y servicios esenciales, y sumergido en la ola de asesinatos e inseguridad personal más grande de su historia. Sus libertades civiles y políticas están gravemente cercenadas. Y la legitimidad de su presidente, cuestionada. El Poder Judicial ha dejado de ser imparcial e independiente, y es un agente sumiso del Poder Ejecutivo. El Poder Legislativo es poco más que un sello de goma. Advierten quienes protestan que en Venezuela se ha instaurado una dictadura, mal disimulada, con lazos estrechos con la única tiranía de la región: Cuba. Tienen claro que de la noche a la mañana se les han quitado la protección de sus derechos humanos y que ya no viven en un Estado de Derecho, que el gobierno controla los medios de comunicación y cer-

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cena constantemente la libertad de expresión, para así instalar su “discurso único” y pervertir todo desde la mentira y el engaño. Leopoldo López, uno de los líderes de la oposición, está preso en condiciones infrahumanas por el aberrante “delito de opinión”. Es decir, por disentir y animarse a hacerlo públicamente, mientras es objeto de una parodia de justicia. Frente a esto, asisten atónitos a la acusación que les hace Nicolás Maduro de que están intentando un “golpe de Estado”. Cuando es el oficialismo el que ha vulnerado groseramente la legitimidad de las instituciones centrales de la democracia, deformándolas y destruyendo sus límites y equilibrios. Hasta ahora Nicolás Maduro ha evitado que la Organización de Estados Americanos tercie en el conflicto venezolano. Logró también que sea la Unasur, entidad claramente parcial, la que envíe una comisión de cancilleres que presuntamente “acompañará” el diálogo entre los venezolanos. Se trata del “diálogo” convocado por el gobierno dictatorial, al que la castigada oposición ha rehuido por falta de condiciones para que sea productivo, un disfraz más de Nicolás Maduro para eludir sus responsabilidades y continuar en su tarea de destrucción de la democracia y restricción de las libertades civiles y políticas de su pueblo. Cabe esperar que la Comisión de Cancilleres que designe la Unasur no esté dominada por funcionarios de países ideológicamente afines a Maduro, sino por representantes de Estados independientes, que todavía son efectivamente democracias, respetan los derechos humanos y aseguran las libertades de sus pueblos. Sólo así el esfuerzo solidario de la región puede tener posibilidades de éxito. Si el diálogo es exitoso, Venezuela encontrará el camino de regreso a la democracia real que ha extraviado ante el silencio cómplice de parte de los países de la región. Es hora de que los líderes de América latina no quieran seguir ignorando que los derechos humanos de los venezolanos están siendo flagrantemente violados ante los ojos del mundo.

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Los piquetes No puede sorprender Hasta ahora los piquetes se dedicaron a complicar el tránsito. Lo ocurrido anteayer muestra que empezaron a ponerse más violentos, arrojando gente desde un puente. Mañana matarán a alguien. ¿Cuál es la sorpresa? La Presidenta en su cruzada por destruir todo y construir un país a su medida propuso regular los piquetes en una supuesta ley de imposible aplicación que nadie respetará ni hará respetar. Una Argentina de orden y paz se ha convertido en una utopía. Gustavo Gil

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Responsabilidad El responsable de haber arrojado a un ciudadano al vacío desde el Puente Avellaneda es el gobierno nacional, que alentó los cortes, piquetes y bloqueos, e instruyó siempre a la policía para que no reprimiera nunca estas acciones, basándose en la ideología de “no criminalizar la protesta social”. Nefasto. Juan C. Paludi

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Papa Francisco El premio mayor Recientemente se informó sobre la postulación del papa Francisco al premio Nobel de la Paz. Esto debe considerarse con la profundidad de lo espiritual, sin menosprecio de galardones que son de otra esfera. Sabemos con qué sencillez el Papa se ha dirigido a nosotros, para que los fieles encaminen esa espiritualidad hacia la oración, que es meditación; al amor al prójimo, que es la paz, y la ayuda al que la necesita, que es la justicia. Todo ello contiene y despliega la ley de Dios. No es premio lo que esta prédica pastoral busca, sino la acción que le toca al Papa de unir la conducta individual con Dios. Él es el intermediario. El reconocer esto y cumplirlo con profundidad espiritual rebasa toda ostentación y aún el aplauso personal. La recompensa del Nobel está en un escalón inferior, porque es una humana distinción. Mucho más gratificaría al papa Francisco que, desde ya, ningún ser humano apriete un gatillo. Augusto Weigel Muñoz

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Falta de respeto Los hombres y mujeres de bien en este país sabemos que se deben “respetar las investiduras”. El vicepresidente de la Nación volvió a incumplir esta premisa republicana jugando en su tablet mientras presidía una sesión del Senado nacional. Al defender su actitud, el Gobierno alega que es muy difícil estar ahí 12 horas. Nos vuelven a faltar el respeto a millones de argentinos que trabajamos no sólo 12 horas un día, sino todos los días del año. Patricio Carli

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La clave para mejorar Respecto del editorial publicado el lunes pasado, “El poder de las víctimas”, en el que se destaca el valor de la tarea social liderada por el dirigente Héctor “Toty” Flores, quiero resaltar que en dicha experiencia singular, acontecida en un barrio pobre de La Matanza, se encuentra la clave de una Argentina mejor, equitativa y próspera. “La Juanita” despierta la atención de expertos en distintas partes del mundo, al tiempo que llena de esperanza al ciudadano que se acerca a conocer y formar parte del cambio paradigmático. Lo que evidencia el ejemplo de “Toty” y sus compañeros del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD), es que aun en las peores situaciones de marginalidad, la dignidad vence al Estado clientelar enquistado en nuestro país. En un plano de igualdad, frente a un Estado que buscaba someterlos, apelaron a la integración social con ciudadanos de distintas clases sociales y demostraron que es posible el desarrollo humano en libertad, que es la base de todo progreso. Mariano Álvarez

DNI 25. 177.373

Reincidencia “La sanción es la aplicación de algún tipo de pena o castigo a un individuo, ante determinado comportamiento considerado inapropiado, peligroso o ilegal.” Nunca una sanción hizo a nadie bueno. La razón de ser de una sanción es evitar la repetición del hecho. Si hay reincidencia, quiere decir que el hecho se repite y que la sanción no tuvo el efecto esperado. Aplicar la misma sanción inicial, en caso de reincidencia, sin considerar que la anterior sanción no tuvo éxito, asegura el mismo resultado y, por lo tanto, devaluaría la sanción, creando impunidad. Si la sanción

DNI 0.437.129

Literatura y realidad Hace más de 150 años, Víctor Hugo publicó Los miserables. Releyendo la obra descubro que en sus primeros catorce capítulos describe a Francisco (nuestro Jorge Bergoglio) personificado en la figura del obispo Monseñor Bienvenido. La literatura universal crea un arquetipo de ficción y un siglo y medio después este se encarna en un pastor universal cuyo cometido es guiar al rebaño de los humildes y, al igual que ellos, “oler a oveja”. ¿Hay algún inextricable nexo entre la construcción literaria del siglo XIX y esta realidad tangible que asombra por ser un calco exacto de aquel, en humildad y misericordia? ¡Portentosa casualidad! Héctor A. Fasce

DNI 5.187.292

En la Red El papa Francisco Facebook

Revisando lo sucedido en las últimas semanas podemos ver que se bajó a Colón de su estatua, el canal de la televisión pública ya ocupa otro lugar en la grilla de la televisión por cable y, finalmente, tendremos 650 barras, bien guapos, en el Mundial de fútbol de Brasil. Lástima que la necesidad de los millones de comunes mortales pasa por otra lejana dimensión. No logramos seguridad, justicia, salud, educación ni estabilidad económica. Para eso, a seguir esperando y rezando al papa Francisco, que nos entiende un poco más, para no morir en el intento. Antonio Mario Guarino

Roberto Walter Sehringer [email protected]

Mezquindad política En el programa televisivo de Morales Solá del lunes pasado fueron invitados como especialistas sobre el candente problema del narcotráfico, un socialista y un miembro de Pro. Durante el desarrollo del programa, el representante del socialismo, en forma indirecta, sugirió la responsabilidad del gobierno de la ciudad por lo que sucedía con la droga en una villa de la ciudad, pero por una situación más grave en Rosario responsabilizó al gobierno nacional. Desde esta óptica, el socialismo que gobierna Rosario desde hace veinticinco años no tiene responsabilidades en lo que está sucediendo en toda la ciudad, pero Pro, que gobierna la Capital desde hace siete años, es responsable de lo que sucede en una villa de su ejido. No esperemos soluciones de los políticos al drama que nos aqueja, porque les preocupa más cómo quedan parados ante la sociedad que trabajar en forma conjunta, sin distinción de colores políticos, para solucionar un problema que agobia a los impotentes habitantes del país. Emilio Zuccalá

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Paros docentes La ley 25.864, sancionada en 2003, establece en su artículo primero un mínimo de 180 días efectivos de clases para los establecimientos educativos de todo el país en los que se imparta educación inicial, primaria y secundaria. Iniciativa más que loable teniendo en cuenta la frondosa historia de paros docentes. Ahora, sabiendo que ése es el motivo casi excluyente por el que se suspenden las clases, es llamativo que en el artículo 6 de la misma ley se asegure que “el cumplimiento de lo dispuesto en la presente no podrá afectar los derechos y garantías laborales, individuales y colectivas, de los trabajadores de la educación…” Esta norma, en el fondo, lo que ha hecho es consagrar el derecho laboral de los docentes por sobre el derecho de recibir educación de nuestros alumnos. No creo que nadie esté en contra del derecho de huelga de los trabajadores, pero, al no ser un derecho absoluto y que en el caso de los docentes atenta directamente contra los derechos de los niños, deberían cumplimentarse determinados pasos antes de hacer un paro (diálogo o movilizaciones a contraturno) y, sólo después de agotadas esas instancias, recurrir a una medida extrema. Definitivamente, lo que se hizo este año, suspendiendo las clases antes de comenzarlas, no es un buen uso de este derecho. Alejandro De Oto Gilotaux

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Stalin y Ucrania

“Rompí en llanto cuando anunciaron habemus papam... lloré de emoción cuando dijeron quién era” Cristina Riveros

Rezo

(aplicación de algún tipo de pena o castigo) no evita la repetición del hecho, existirá impunidad.

“Lo viví con muchísima emoción y orgullo. Demostró que es un grande” Liliana C. Dommel Bobbiesi

“Lo conozco personalmente. Me llama la atención que halla cambiado tanto, para bien, se lo ve feliz” Amelia Orquera Díaz

“Es un ejemplo de humanidad, lo sigo con admiración, ya que sigue siendo como cuando no era papa” Jorgelina Bernárdez

Stalin decidió liquidar a los “kulaks” (pequeños propietarios que componían la mayoría de la población rural de Ucrania) como clase. El proceso comenzó en 1930-1931 y en virtud de él se deportó (en general a Siberia occidental) a 1.803.392 personas, disminuyendo el número de los denominados oficialmente “desplazados especiales” a 1.317.022 el 1º de enero de 1932, siendo la diferencia, según la jerga de la GPU (antecesora del NKVD y la KGB) “retirados de la circulación”. Pero la persecución llegó al máximo entre 1932 y 1933 al producirse el “Holodomor” que en ucraniano significa “matar de hambre”, cuando unos seis millones fallecieron de inanición. Las propiedades que muertos y deportados habitaron, básicamente en el este del país, fueron ocupadas por pobladores provenientes de Rusia occidental y Siberia. ¿Con qué propósito? El ensayo de S. Merl de 1995 se llama precisamente El hambre de 1932-1933 ¿Un genocidio para favorecer la política de rusificación de Ucrania? Hoy, en Crimea, no son los pueblos originarios los que piden a Putin su anexión, sino descendientes de aquellos rusos. Horacio A. Macchieraldo

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