La última vez de Argerich-Abbado

Russian Red agent cooper: Michael P, John. Michael, Stevie J, Casper, Xabier, ... momentos recuerda a Chan. Marshall (Ca
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espectáculos | 9

| Domingo 13 De abril De 2014

Grabaciones Pablo Kohan

La última vez de Argerich-Abbado

N

unca la apreciación de la música es neutral o descontextualizada. Pero hay ocasiones en las que las cargas de subjetividad pueden superar esa plausibilidad tan anhelada. Universal Music acaba de editar un compacto grabado en vivo hace exactamente un año, en Lucerna, cuando Claudio Abbado y Martha Argerich se reunieron para hacer dos conciertos para piano y orquesta de Mozart. Y ese supuesto sencillo acto de oír, escuchar y prestar atención se ve profundamente alterado porque, a la admiración previa que ambos artistas despiertan de modo indefec-

tible, cimentada sobre la base de dos trayectorias gloriosas, se le suma la desazón que, irreparable y dolorosa, se produce al saber que ésta es una edición póstuma y tal vez última de uno de los más grandes directores del siglo XX. Si Martha Argerich seguirá deslumbrando con sus nunca previstas genialidades, Abbado, no hay más remedio, no podrá ya sorprendernos con nuevas lecturas, nuevas ideas y esa sabiduría imbatible que desplegó, generoso, frente a las mejores orquestas del planeta. Con todo, y aún bajo la más vehemente de las emociones, queda claro que este compacto es fantástico, con

tRacks

lanzaMientos

un sonido envolvente e interpretaciones de Martha que demuestran que ninguna decadencia ni ninguna rutina tienen cabida en su vida de intérprete superior. Los dos conciertos de Mozart, el K. 503 y el K.466, en ese orden, configuran una yunta contundente. El primero, mezcla extraña de dramatismos y resabios de galanuras por Mozart ya casi abandonadas, anticipa a la apabullante teatralidad en modo menor del segundo que, además, ofrece un desarrollo formal que desafiaba los reglas de aquel tiempo. En ambos, Argerich luce muy sólida y muy suelta, con licencias de tempo

The Mission Tras la gira que los reunió para festejar sus 25 años y que incluyó a la Argentina entre sus paradas, Wayne Hussey, Craig Adams y Simon Hinkler (junto al baterista Mike Kelly) entraron a estudios a registrar un nuevo CD de The Mission. Se llama The Brightest Light y sale la próxima semana. Mientras tanto, se puede escuchar y ver en video el tema “Swan Song”.

Postales borgeanas Cuentos Borgeanos ya tiene listo su primer álbum en cinco años. Se trata de Postales, un libro-disco que tendrá varias entregas, o mejor dicho capítulos. La producción estuvo a cargo de Adrián Sosa, miembro de Bajofondo.

One Love, One Rhythm Se trata del nombre del álbum oficial de la Copa Mundial de fútbol que lanzará mundialmente Sony el 13 de mayo. El disco contendrá canciones interpretadas por Sergio Mendes con Carlinhos Brown, Bebel Gilberto junto a Lang Lang y clásicos mundialistas como Shakira, Ricky Martin y Wyclef, quien registró “Dar Um Jeito” con Santana, Avicii y Alexandre Pires.

Vivaldi reconstruido Vivaldi The Four Seasons un disco que se publicará el 18 de este mes. ¿Otra versión de las cuatro estaciones? Más o menos. Es una recomposición que va del new age al remix escrita minuciosamente por Max Richter e interpretada por Daniel Hope, André de Ridder y la Konzerthaus Kammerorchester Berlin.

Doña María

Russian Red

dos:

agent cooper :

Los ejes de mi carreta-

Michael P, John

Cantata de los puentes amari-

Michael, Stevie J, Casper, Xabier,

llos-Hombre; Tu no vas a ser

Anthony, William, Alex T, Neru-

para mí-Teje y maneje-Gracias

da y Tim B. (sony music).

a Dios; Por la quebrada-Alto en el cerro, y otros. (independiente).

mestizaje. La circulación de información, las capas de sonoridades y los ritmos que atraviesan el poderoso groove eléctrico de Doña María marcan la identidad mestiza de este nuevo disco, conformado por ocho tracks intensos de folklore latinoamericano, rock y psicodelia. Así se atreven a combinar el estribillo de “Tu no eres para mí” de Damas Gratis con el carnavalito “Gracias a Dios”; crear un diálogo entre la milonga “Los ejes de mi carreta” de Yupanqui y el fraseo de “Cantata de los puentes amarillos” de Spinetta o citar a Caetano y Los Redondos. El supergrupo del Oeste copia, pega y reinventa los originales con sus letras y un sonido progresivo y experimental. Así podrían haber sonado los Beatie Boys en Ill Comunication, o Beck en Odelay si hubieran crecido en el que une el tren de Once a MorenoßGabriel Plaza

tierra prometida. Joven mimada y odiada en iguales dosis en su España natal, Lourdes Hernández –alias Russian Red– decidió radicarse en Los Angeles tras dos discos que la dispararon del indie a las portadas de revistas. El resultado es un álbum eléctrico, tamizado por un pop elegante y por una voz que por momentos recuerda a Chan Marshall (Cat Power), sobre todo en los pasajes más sufridos, menos soleados de este Agent Cooper. Como siempre, Lourdes canta en inglés. Por cierto, el título y el arte de tapa son una clara referencia a Twin Peaks, de David Lynch, y los nombres y las letras de las canciones remiten a sus hombres: su padre, sus novios españoles y norteamericanos y hasta sus amores platónicos, como el señor Alex T, que no es otro que el Arctic Monkeys Alex Turner. Un disco logrado y bien producido por Joe Chiccarelli (White Stripes), que promete un nuevo comienzo para L.H. ß Sebastián Espósito

y con un toque tan clásico y mozartiano como indudablemente personal. Pero cualquier riesgo de desbalance o de apartamiento de lo que son dos obras estrictamente clásicas y vienesas es aventado por la mano maestra de Abbado que, dueño de la escena, hace coincidir por el mejor camino a su Orquesta Mozart y a una pianista que sigue exhibiendo una personalidad musical avasallante. En la portada del álbum aparece una foto de los dos músicos tal como lucieron en la presentación de Lucerna. En la contratapa, en otra foto, se los ve jóvenes, hace casi medio siglo, cuando aunaban fuerzas y talentos para dejar registros insuperables de conciertos de Ravel y Prokofiev. Estos dos de Mozart son la conclusión de una mutua colaboración que tuvo muchas etapas intermedias, pero que, lamentablemente, no tendrá continuación. Seguramente, Martha seguirá fascinando con sus magias. Pero Abbado se ha ido y sus encantamientos sólo podrán ser disfrutados desde los infinitos registros que nos ha dejado. En esta despedida, con ese aspecto de hombre venido en años, frágil y

El director y la pianista, casi 50 años atrás un tanto demacrado, sin embargo, luce impecable, magistral. Como siempre, ni más ni menos. Por supuesto, más allá de cualquier subjetividad, este compacto es una joya. Porque los componentes no musicales agregados, en definitiva, no hacen sino añadirle más y mejores condimentos. Ajustándose a otros parámetros y otras visiones, alguien podría decir, tal vez con ra-

zón, que hay grabaciones más logradas de estas obras. Pero como en la apreciación musical intervienen otros factores tan valiosos como los del canon, la academia y las normas de interpretación, por ejemplo, las vivencias del contexto y esa punzante sensación de ausencia, podemos afirmar este disco es imprescindible. O único, un adjetivo al cual pocas veces se puede acceder. ß