Hamlet, en el cuerpo de una actriz estupenda

28 nov. 2010 - escena en Osaka, Japón. El curioso caso de la familia Murray, sobre la dinámica de un reality show, en el
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Espectáculos

Domingo 28 de noviembre de 2010

LA NACION/Página 5

TEATRO

Hamlet, en el cuerpo de una actriz estupenda Gabriela Toscano realiza un trabajo conmovedor Buena ((( Hamlet, la metamorfosis. Versión a partir del clásico de Shakespeare. Intérpretes: Gabriela Toscano, Mercedes Spangenberg, Catherine Biquard, Adriana Marqués, Cecilia Dellatorre, Pablo Mariuzi, Pablo Rinaldi, Jorge Lifschitz, Andrés Portaluppi, Michael Shonron, Silvio Shuberoff y Carlos Rivas. Escenografía: Carlos Rivas y Facundo Necchi. Iluminación: Fernando Dopazo. Vestuario: Mercedes Spangenberg. Dirección: Carlos Rivas. En Arriba de Rivas, Estados Unidos 308 (4361-5539). Duración: 195 minutos, con un intervalo.

Quien crea que por haber visto una versión de Hamlet ha visto todas comete un error de apreciación. Esto lo demuestra Carlos Rivas, con una puesta que parece contener la totalidad del texto original, con una mirada particular sobre la tragedia shakespeariana. Aunque Hamlet, Horacio, el relator y el sepulturero son interpretados por mujeres, este recurso no empaña la verosimilitud de los personajes, de la misma manera que en el teatro isabelino no entorpecía la comprensión del texto la participación de actores para los papeles femeninos. Es decir, este travestimo no modifica en nada la esencia de la obra. Claro que cuenta con una precisa exégesis del texto que también pone de relieve, como muy pocas versiones, las intenciones bélicas e invasoras de Fortimbras, el príncipe de Noruega, que tomará la responsabilidad de regir los destinos de Dinamarca después de la muerte de Hamlet. Otro de los aliados de esta puesta son las características de la sala, que, por la limitación del espacio escénico, impone la cercanía de los espectadores y que, además, al estar prácticamente despojado de ornamentos, permite una mayor concentración en el texto. Y de esta versión se destacan los parlamentos, geniales como siempre, pero que se pueden apreciar con total nitidez

por la carga de intensidad, emoción y sensualidad. También jugó Rivas con la creación de imágenes que se arman sutilmente en escena, como la barca de los actores, el fantasma del rey muerto, la representación de los actores. Lo que no está logrado es la escena de la muerte de Polonio, resuelta con poca imaginación. También demuestra el director que no teme a los anacronismos, que permitirían una interpretación aparte, y logra que no desentone que Hamlet toque el piano ni que en la banda sonora se escuche el tema “Candilejas”. Todo se transforma en una atractiva hechura estética que se completa con la propuesta del vestuario, atípico, pero efectivo, que combina pieles y diseños modernos. La iluminación es otro factor preponderante para el juego de contrastes. El resto es la actuación y en este rubro hay desniveles, sobre todo porque hay que enfrentarse a la conmovedora y potente interpretación de Gabriela Toscano, como Hamlet, brillante por la amplia variedad de matices y cargas emotivas que pone en sus parlamentos; una de las más logradas escenas fue la del famoso monólogo “Ser o no ser”. También se lucen Mercedes Spangenberg en su doble papel de Ofelia y Horacio, composiciones totalmente convincentes; Catherine Biquard, como el relator de la historia y el sepulturero, y Pablo Mariuzi, también desdoblado en Laertes y Ricardo. (No se entiende por qué rebautizó a Rosencrantz con este nombre, de la misma manera que a Guildenstern, que pasa a ser Guillermo.) Una propuesta muy jugada y, al mismo tiempo, exigente en cuanto a la concentración que hace olvidar el transcurrir del tiempo (más de tres horas) y que puede llegar a afianzarse y enriquecerse con el baquetear de las funciones.

Susana Freire

(En el mundo )

Rent es uno de los musicales de culto que nacieron en Broadway; bajó de cartel hace dos años, pero volverá en 2011, aunque en un escenario alternativo

N Vuelve Rent. A muchísimos fanáticos

se les “piantó” un lagrimón cuando, el 7 de septiembre de 2008, bajó el telón definitivamente Rent, obra de culto de Jonathan Larson. Pero no pasó demasiado tiempo para que se anuncie el reestreno de este musical que retrata arquetipos de la vida bohemia en Nueva York, en épocas de la epidemia de sida. El New York Post afirmó que la obra volverá, pero al escenario del New World Stages, en el Off Broadway, en junio del año que viene. Ese teatro, a su vez, captó a Avenida Q y 39 escalones, cuando estas obras dejaron sus salas en Broadway. Rent tuvo su origen en el Off, en el New York Theatre Workshop, el 26 de enero de 1996; hasta que pasó al Nederlander, en Broadway, en abril de ese mismo año. El director del nuevo Rent será el mismo de su versión original: Michael Greif, aunque todavía no se conoce al elenco.

Muy buena (((( Todo. Autor y director: Rafael Spregelburd. Con: Andrea Garrote, Mónica Raiola, Pablo Seijo, Rafael Spregelburd y Alberto Suárez. Vestuario: Julieta Alvarez. Luces y espacio: Santiago Badillo. En Beckett Teatro (Guardia Vieja 3556). Viernes a las 21, sábados a las 23, domingos a las 19. Duración: 100 minutos.

Esta nueva producción de Rafael Spregelburd tiene un origen particular. El texto fue comisionado por el teatro Schaubuhne de Berlín con motivo del Festival Digging Deep and Getting Dirty en oportunidad de conmemorarse los veinte años de la caída del Muro. La propuesta fue trabajar sobre la identidad y la ideología. El espectáculo está estructurado en tres momentos: ¿por qué el Estado deviene burocracia?; ¿por qué todo arte deviene negocio?, y ¿por qué toda religión deviene superstición? Un grupo de empleados sostiene una cadena burocrática, seguros de lograr una construcción que los tiene como protagonistas; un artista se enreda en su propio discurso mientras da cuenta de lo efímero y superficial que resulta su arte; una madre supersticiosa que no se anima a nombrar a su pequeño hijo. Los tres momentos tienen fuertes puntos de contacto. Ya sea porque se trata de los mismos personajes en dis-

* * * A clase con la Callas. Entre 1995 y 1997, estuvo en cartel en Broadway una grandiosa obra de Terrence McNally escrita para una gran actriz: Master Class. Transcurría durante una clase maestra que dictaba la gran Maria Callas, al tiempo que hacía una remembranza de las glorias y los sinsabores de su vida. La estrenó la actriz australiana Zoe Caldwell, pero también hicieron ese papel Dixie Carter y Patty LuPone. Buenos Aires tuvo una gran versión, protagonizada por Norma Aleandro, en el Maipo. Inolvidable para muchos. El Manhattan Theatre Club anunció que está en negociaciones para reestrenar Master Class, con Tyne Daly (recordada por N

NYT

El curioso caso de la familia Murray, sobre la dinámica de un reality show, en el Teatro del Puente, en Santiago de Chile

NYT

Tyne Daly, la actriz de Cagney & Lacey, será Maria Callas en la reposición de Master Class

las series Cagney & Lacey y Judging Amy), como Maria Callas. Se estrenará en junio de 2011, en el Friedman Theatre. * * * Zajac en Japón. El libro Antología de Spoon River, escrito por Edgar Lee Masters en 1915 es una colección de poemas que son, en realidad, los epitafios del cementerio de un pueblo imaginario. Son autorretratos, autobiografías condensadas, alegatos, testimonios, confesiones, autodefensas y acusacioN

La pequeñez de la sala obliga a una bienvenida cercanía con los actores

Un todo que es puro fragmento

Por Pablo Gorlero

Parte del elenco de Spoon River The Musical, que acaba de subir a escena en Osaka, Japón

nes. Spoon River es un microcosmos utilizado para describir no sólo un país, sino la vida en general. Junto a un grupo de creativos japoneses, el director y coreógrafo argentino Gustavo Zajac transformó este libro en un musical que se estrenó en Yokohama, Japón. La obra cuenta con 18 artistas y la música en vivo es ejecutada por los mismos actores. Spoon River The Musical es una producción del Theater Project Tokyo, con quienes Zajac ya había trabajado en Nine y en Bodas de sangre. Actualmente se acaba de reestrenar en Osaka. * * * N Sobre el Mapocho. El bellísimo Tea-

tro del Puente, de Santiago de Chile, lanzó una nueva programación para los últimos dos meses del año. El primer estreno fue El curioso caso de la familia Murray, sobre un pastor evangélico y sobreviviente de una familia disfuncional norteamericana, en un reality show. Es una obra de Isidora Tupper, dirigida por Hugo Castillo. A su vez, se estrenó Living Paradiso, una interesante performance con Paula Sacur, en la que el espectador observa la vida de una mujer, que al llegar del trabajo se enfrenta a sí misma, en su propio living.

Pablo Seijo y Rafael Spregelburd

tintas situaciones o porque – como en el tercero– la actividad de uno de ellos se expande en otra realidad (muy sórdida) que debe enfrentar. Son seres muy reconocibles, figuras extraídas de un cotidiano del que formamos parte y que responden, como pueden, a un mundo de ideologías maltrechas y hasta religiones a las que hoy cuesta comprender y mucho más aceptar. Cada uno construye desde ahí, pobremente, pero con una sinceridad que es innegable. Tres propuestas muy diferentes, aunque cada una propone reflexiones muy provocadoras. Personajes, temas y anécdotas se entrelazan para crear un juego que se define, fundamentalmente, a través de unas actuaciones siempre intensas, en donde las pequeñas sutilezas adquieren un fuerte valor. La sorpresa está presente, de continuo, en toda la experiencia y esto la torna, por supuesto, muy atractiva. Todo es una palabra que da idea de completud, de algo hasta inmenso. Sin embargo, Rafael Spregelburd demuestra que las pequeñas porciones que dan forma a ese todo no siempre están construidas con una buena sustancia.

Carlos Pacheco