GOBIERNO DE FERNANDO DE LA RÚA 1991-2001 Las elecciones ...

Aires, la ciudad de Mar del Plata y en las provincias de Salta y de Jujuy. 19 de diciembre ... Parque Chacabuco, Villa C
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GOBIERNO DE FERNANDO DE LA RÚA 1991-2001 Las elecciones llevadas a cabo en Octubre de 1999 para la elección de presidente, vicepresidente, varios gobernadores y legisladores nacionales y provinciales, resultaron en la victoria contundente del candidato de la Alianza, el Dr. Fernando De la Rúa como presidente de la nación. La Alianza estaba formada por el Partido Radical y el Frepaso. El primero es un partido tradicional con más de 100 años de existencia, el segundo fue formado por la escisión de un grupo del partido Peronista de inclinación izquierdista. El Dr. De la Rúa provenía del partido Radical y el vicepresidente, Carlos Álvarez, del Frepaso. Hay que tener en cuenta que la U.C.R. estaba dividida entre los seguidores del ex presidente Alfonsín (ideológicamente muy cercanos al Frepaso) y los que apoyaban al Presidente De la Rúa. Como resultado, la Alianza representaba dos ideologías políticas diferentes: los miembros del Frepaso y los seguidores del Dr. Alfonsín de tendencia de izquierda y el resto de la UCR de centro. PRIMEROS MESES DE GOBIERNO Cuando el gobierno del Presidente De la Rúa asumió, en diciembre de 1999, se enfrentó con un déficit fiscal mayor al esperado, una importante deuda externa y la necesidad de obtener durante el año 2000 por lo menos U$S 17.000 millones en los mercados de capitales internacionales. El diagnóstico realizado fue que de no mostrarse señales claras de control sobre el déficit fiscal no habría posibilidad de acceder a los mercados de capitales. En consecuencia, el gobierno implementó sus primeras medidas, que consistieron en aumentar los impuestos, aprobar una moratoria y acelerar la agenda para el cobro de los anticipos de impuestos. En el contexto político de la Alianza una propuesta ortodoxa para reducir el déficit fiscal no hubiera sido aceptada; en realidad el apoyo al gobierno del Dr. De la Rúa estaba basada en que no habría necesidad de reducir el gasto público (en especial, los privilegios políticos). Es más, según la visión de estos sectores el gasto público debería incrementarse aún más para ayudar a los sectores más

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desfavorecidos. Estas medidas tuvieron una influencia negativa en la economía y pararon la recuperación que había comenzado a fines de 1999. El gobierno fue duramente criticado por optar por aumentar los impuestos en lugar de reducir sus gastos. Durante la campaña electoral, la Alianza había prometido que cualquier ajuste necesario, se haría reduciendo el costo de la política y no aumentando los impuestos. Como consecuencia de ello, los indicadores económicos del consumo interno comenzaron a mostrar signos negativos, y la economía en lugar de mostrar claras señales de mejoría empezó a deteriorarse. La recaudación de impuestos no alcanzó los niveles estimados y el déficit mensual

excedió al previsto. Esta situación forzó al gobierno en los meses

sucesivos a intentar disminuir los gastos fiscales planeados, pero sin obtener en la práctica los objetivos buscados. CRISIS POLÍTICA En octubre de 2000 renunció el vicepresidente Carlos Álvarez, en apariencia por la falta de acción del gobierno ante las denuncias de corrupción en el Senado para la aprobación de la ley de reforma laboral. Sin embargo muchos analistas la atribuyeron a una retirada política del ex presidente ante el convencimiento de que la situación económica no daría margen para cumplir con las promesas electorales. La Alianza recibió un duro golpe y de ahí en más se le hizo muy difícil para el presidente obtener apoyo político para sus decisiones. Por un lado el Frepaso sin su jefe el ex presidente Álvarez, por el otro el peso del ex presidente Alfonsín dentro del partido Radical, ambos con ideas populistas opuestas a las del presidente. CAÍDA DEL GOBIERNO El estallido social que ha tenido lugar en la Argentina en la tercera semana de diciembre, muestra la complejidad de la sociedad argentina. En un primer momento, se producen los saqueos en el Gran Buenos Aires y varias provincias del interior. Los sectores marginados, con carencias alimentarias acentuadas por la restricción al uso de dinero en efectivo,

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protagonizaron centenares de saqueos inicialmente espontáneos, en los cuales actuaron algunos grupos de delincuentes. Fue una protesta de la Argentina informal, que trabaja en negro o está desempleada. En la noche del 19 de diciembre, la clase media porteña se moviliza espontáneamente hacia la Casa de Gobierno, el Congreso, la residencia presidencial de Olivos y el domicilio de Cavallo. Esta es una segunda argentina, que representa la frustración de los sectores medios, que a partir del 30 de noviembre vieron restringidos sus depósitos y salarios. Fue la protesta más sorpresiva, que precipitó la caída del Ministro de Economía. Fue el reclamo de la Argentina formal, que tiene cuentas en los bancos y tarjetas de crédito. La Plaza de Mayo y el centro de Buenos Aires fueron escenario de protestas durante el 20 de diciembre, en las cuales participaron grupos sociales militantes, con convicciones políticas e ideológicas más definidas. Esta tercera argentina, tiene ingredientes sociales más diversos y en los incidentes la violencia fue mayor. Fue una protesta de la Argentina militante. En la noche de ese día y la madrugada del 21, robos y saqueos de delincuentes comunes en diversos lugares del país incluido la propia Capital, mostraron el colapso total de la seguridad pública. Fue la dinámica de la crisis social, la que aceleró esta semana los tiempos de la crisis política y económica, con la inexorabilidad del default y la devaluación, la salida del Ministro de Economía y la caída del Presidente. De la Rúa deja el gobierno con sólo 4% de imagen positiva en su gestión, con la recesión más larga de la historia, el récord de desempleo y el mayor estallido social desde 1919. En lo que hace al nuevo gobierno del PJ, sin que la Argentina reconstituya un liderazgo político, no hay posibilidad de salir de la crisis. La recomposición de un liderazgo no

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implica sólo reemplazar al Presidente, sino también un cambio de actitud en la clase política en su conjunto. Es que sin reconstituir un liderazgo genuino, que logre vincular lo político y lo social, no hay posibilidad de que el país supere la crisis económica, política y social que lo afecta. EL CORRALITO Argentina se denominó corralito a la restricción de la libre disposición de dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorros impuesta por el gobierno de Fernando de la Rúa en el mes de diciembre de 2001, y se prolongó por casi un año cuando se anunció oficialmente el 2 de diciembre de 2002 la liberación de los depósitos retenidos. Posteriormente este término trascendió a todos los países de habla castellana. El objetivo que se perseguía con estas restricciones era evitar la salida de dinero del sistema bancario, intentando evitar así una ola de pánico bancario y el colapso del sistema. Según Domingo Cavallo, a cargo del Ministerio de Economía, esta medida era positiva de cara a lograr un mayor uso de los medios de pago electrónico, evitando así la evasión impositiva y provocando la bancarización de la población. El término fue acuñado por el periodista económico argentino Antonio Laje en el año 2001, cuando tenía una columna económica en el programa de Daniel Hadad. Al restringir bruscamente la liquidez monetaria estas medidas ahogaron todo movimiento económico, paralizando el comercio y el crédito, rompiendo las cadenas de pago y asfixiando a la “economía informal o no formal” de la cual depende la subsistencia cotidiana de una porción significativa de la población. La tensión social se incrementó con la medida, que resultó ser sumamente impopular para los ciudadanos, sobre todo los pertenecientes a la clase media. EL CACEROLAZO

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Los cacerolazos argentinos de fines de 2001 formaron parte de un estallido popular que causó, entre otros efectos, la renuncia del presidente Fernando de la Rúa debido a la profundización de la enorme recesión económica existente. Argentina había sido elogiada durante los años 1990 como la mejor alumna del Fondo Monetario Internacional, luego de haber aplicado fielmente durante más de una década las políticas neoliberales del Consenso de Washington. El índice de pobreza alcanzó entre 2001 y 2002 cifras récord (53%) como así también el de desocupación (superior al 20%), produciéndose así, la Crisis de diciembre de 2001 en Argentina. 12 de diciembre Durante el mes diciembre de 2001, a raíz de las fuertes restricciones a las transacciones bancarias impuestas a partir del 1 de diciembre por el ministro de economía Domingo Cavallo, se produjo una serie de cacerolazos. El primero de esta etapa tuvo lugar el 12 de diciembre, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) convocó a un cacerolazo a las 12:00 y a un apagón de 15 minutos a las 20:30. La protesta del mediodía tuvo escaso apoyo; el diario Clarín reportó que en Buenos Aires "una docena de taxis, un puñado de motos y algunos autos particulares partieron en caravana desde Diagonal Norte y Maipú, y se instalaron frente al Cabildo. Al anochecer la reacción fue distinta. El diario El Tribuno indicaba que "las calles y avenidas del centro y algunos barrios de Buenos Aires quedaron semi-oscuras"; Clarín, por su parte, afirmaba que "fue en los barrios donde se sumó mayor cantidad de gente a la medida en forma espontánea", reportándose cacerolazos en los barrios de Almagro, Belgrano, Congreso y Núñez, así como también en la localidad de Lanús en el Gran Buenos Aires, la ciudad de Mar del Plata y en las provincias de Salta y de Jujuy. 19 de diciembre

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El cacerolazo más importante de esta etapa tuvo lugar el 19 de diciembre, y fue uno de los factores desencadenantes de la renuncia al día siguiente del presidente Fernando de la Rúa. El diario Página/12 decía el 20 de diciembre: "La madrugada empezó con saqueos en supermercados medianos y pequeños en todo el país, sobre todo en busca de comida. Por primera vez los saqueos llegaron a la Capital Federal. Ese mismo día De la Rúa anunció “el estado de sitio” por cadena nacional. Página/12 reportó el 20 de diciembre que, "justo después del discurso de De la Rúa la irritación se concentró en el Presidente. Miles de personas salieron a la calle con cacerolas, sartenes, espumaderas y tapas, en un fenómeno que se verificó en Belgrano, Caballito, Palermo, Parque Chacabuco, Villa Crespo y Almagro. El cacerolazo fue incluso mayor que el de la semana pasada, aunque esta vez ninguna cámara de comerciantes lo hubiera convocado y a pesar de que por la noche reinara el temor a nuevos saqueos. El tono era hasta festivo, ganador. Mucha gente salió de sus casas a la calle, y en Independencia y Entre Ríos una fogata en la calle acompañó el ruido de los metales. Todo el país había tomado las calles. En Rosario, mil personas marchaban cerca de las 24 hs, al Monumento a la Bandera. En Plaza de Mayo se concentraba San Telmo. En Parque Chacabuco los vecinos eligieron el gran árbol de Navidad para protestar juntos, y cuando se sumaron vecinos de la villa 1114 se juntaron miles decidieron marchar hasta José María Moreno y Rivadavia. En Salta y Juan B. Justo los vecinos cortaron la calle, y lo mismo en Boedo. Del pánico se había pasado al repudio, incluso cuando muchos habían interpretado absurdamente el estado de sitio, que restringe las libertades, como un toque de queda, que impide caminar de noche. El estado de sitio, y el discurso anunciándolo, habían pasado a la historia, cada vez más patéticos a medida que avanzaba la noche". El 20 de diciembre, tras la presión ejercida por el cacerolazo, se difundía la renuncia de Domingo Cavallo al ministerio de economía. Tiempo después Cavallo declararía que él se enteró de su renuncia por la prensa. Página/12 comenta que "a esa hora, como si

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estuviera calculado, la Policía Federal llenó la plaza de un gas lacrimógeno que descomponía, sin respetar viejos, mujeres embarazadas o chicos." El cacerolazo duró toda la noche. Tras los disturbios y la represión policial y los heridos se calmó la situación y un grupo de personas permaneció en Plaza de Mayo. Al mismo tiempo, otro grupo de personas se concentró frente al Congreso Nacional, donde ocurrieron fuertes incidentes con las fuerzas de seguridad, registrándose varios heridos. Según el diario La Nación "uno de los heridos estuvo tirado sobre las escalinatas del frente del Parlamento, mientras las cámaras de televisión mostraban que gran cantidad de sangre salía de una herida en su bajo vientre" (posteriormente fallecido). A las 6:21 la edición online del mismo periódico informaba que "tras la represión policial y los heridos, se calmó la situación y un grupo de personas permanece en Plaza de Mayo". Paralelamente, se desarrolló durante toda la noche un cacerolazo en la residencia presidencial de Olivos. La prensa reportó la presencia de hasta 5.000 personas que llegaron con cacerolas a la zona desde distintas barrios del norte de la ciudad y de la provincia. Un grupo de manifestantes comenzó a tirar piedras a la residencia, por lo que la Policía Bonaerense montó un operativo de seguridad. Más tarde arribaron las Madres de Plaza de Mayo, que, junto a los otros manifestantes, fueron reprimidos y desalojados de la plaza. Cuando volvieron, sobre el mediodía, se les sumaron empleados del microcentro que salían para su hora del almuerzo. Mientras la Plaza de Mayo era un campo de batalla, De la Rúa pronunció a las 4 de la tarde un discurso por televisión, en donde convocó a la "unidad nacional" ofreciendo al justicialismo a cogobernar. Argentina siguió sumida en un caos social, económico y político. Los peronistas del Partido Justicialista rechazaron el último llamamiento de De la Rúa para formar un Gobierno de unidad nacional, ante lo que el Presidente respondió con su dimisión. Antes de su renuncia formal, De la Rúa decidió derogar el estado de sitio que había declarado con anterioridad.