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a - La verdad del retorno. V. 16:22. ... aunque a veces no jugamos bien, nos caemos y aun así Dios siempre por su miseri
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En el año 1991 fuimos con cinco hermanos de La Quiaca a una conferencia que se iba a realizar en localidad de Mina Pirquitas - situada en la Puna Jujeña -.De pronto, durante el recorrido, el dueño de la camioneta nos dijo que nos bajáramos, por que estábamos en la “Cuesta de Fundición”, no entendimos muy bien esto, pero hicimos caso. Resultó ser que en esta zona - cuesta de fundición - se funden los motores de los vehículos, así que pechar la camioneta, pese a que estaba en primera, para que pueda subir. Y pensé en lo importante que es tener un buen “Motor”, para subir cuestas, así también en la vida cristiana es necesario tener 4 motores, para subir cuestas; estos motores se encuentran en el evangelio de San Juan 16:33, que dice: “Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad yo he vencido al mundo”. Empieza diciendo el texto, “Estas cosas os he hablado…” ¿Qué cosas?: a - La verdad del retorno. V. 16:22. b - La verdad de la respuesta. V. 24. c – La verdad de la renuncia. V. 22. Jesús les dice a sus discípulos, que están tristes porque se va el Maestro, muchachos voy a volver, responde sus oraciones, pero ustedes me dejarán solo, pero no olviden de tener los 4 motores, y los discípulos dicen, ¿Cuáles son?: 1. EL MOTOR DE LA TRANQUILIDAD: “... para que en mí tengáis paz… ” Cuanta necesidad de paz hay hoy en día, ¿no cierto?, La palabra paz significa: quietud, sosiego, reposo, descanso, tranquilidad del espíritu, se refiere a: A – Lo que todo creyente tiene: a - Paz para con Dios, Romanos 5:1 b – Paz de Dios, Filipenses 4:7. B – Las relaciones armónicas, entre personas, Romanos 14:19. C – A la ausencia de agresión, Lucas 11:21. Decía el dulce cantor de Israel, en uno de sus Salmos “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado”. Dios nos ayude Hnos/as, a no perder el “MOTOR DE LA TRANQUILIDAD”, en un mundo cambiante y lleno de guerras. 2. EL MOTOR DEL TALADRO: “…En el mundo tendréis aflicción…” Aquí la palabra aflicción significa: presión, angustia por circunstancias o por el antagonismo de personas, por ejemplo en 1 Tesalonicenses 1:6-7.

Muchas veces las aflicciones son como un taladro que se va introduciendo en nuestro cuerpo causando dolor y angustia, sin embargo, Dios muchas veces permite esto para que nos humillemos delante de su grandeza, y reconozcamos que sólo no podemos, además las aflicciones revelan lo que hay en el corazón, hasta que aparece un conflicto con una persona. Pasamos las siguientes aflicciones: A – Aflicciones generales por vivir en este mundo pecaminoso, Romanos 8:35-36. B – Aflicciones que Dios permite que ocurran en nuestra vida, 2 Corintios 12:7. Hno/a., oremos para que veamos a las aflicciones como oportunidades de pasar más tiempo con Dios y de limpiar aquello que está mal en nuestro corazón; triste sería que hagamos todo lo contrario quejándonos, reclamando y alejándonos de Dios. 3 – EL MOTOR DEL TEN ÁNIMO: “…Pero confiad…” En este punto la palabra “confiad”, significa: tener ánimo, tener confianza, estar alentado. Se usa en sentido imperativo (orden); por ejemplo: A – Perdón de un paralítico, Mateo 9:2. B – La resurrección de una hija muerta, Mateo 9:22. Que importante es para un jugador de fútbol que se le aliente, eso le da como más energía, no así, cuando le dicen cosas negativas como por ejemplo: ¡salte!, ¡eres de madera!, etc, esto provoca que el jugador no rinda un cien por ciento. Pero, como cristianos que jugamos el partido de la vida cristiana, Dios está en la tribuna dándonos siempre, “ÁNIMO”, que aunque a veces no jugamos bien, nos caemos y aun así Dios siempre por su misericordia y amor nos alienta, lo triste de este partido es que no todos los creyentes quieren ser jugadores titulares, sino solo de banco. 4 – EL MOTOR DEL TODO TERRENO: “…, Yo he venido al mundo.” Dice Romanos 8:37: “Antes, en todas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. Dice 1 Juan 5:4 “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. Sin lugar a dudas que los terrenos de esta vida son borrosas (inestables), polvorientos (sin versión), serruchados (molestos), como muchos baches (pozos oscuros, en lo económico, político, social, familiar, etc) y etc. Sin embargo Jesús el MOTOR DEL TODO TERRENO, siempre está presente,”…aunque fuéremos infieles, el permanece fiel…” y no hay camino que no podamos transitar, pero con él. Se cuenta que una noche un hombre tuvo un sueño. En él caminaba por la playa junto al Señor. En el cielo se veían reflejadas escenas de su vida. Ante cada escena veía en la arena dos partes de huella: las de él y las del Señor. Luego de que pasara ante él la última escena de su sueño, se volvió a mirar las huellas en la arena. Notó que en muchas ocasiones, a lo largo de su vida, sólo había un par de pisadas. Se dio cuenta de que había sucedido en los momentos más tristes y oscuros de su vida. Aquello lo turbó mucho, y le inquirió al Señor “Señor, dijiste que una ves que decidiera seguirte, caminarías conmigo hasta el final. Sin embargo he notado que en los momentos más difíciles de mi vida sólo se ve las huellas de dos pies. No entiendo por qué me abandonabas cuando más te necesitaba”. El Señor le respondió: “Hijo, mi hijito querido; yo te amo y jamás te abandonaría. En tus momentos de

prueba y sufrimiento, cuando viste que sólo había dos pisadas, era porque yo te llevaba en brazos”. Nunca olvides hermano/a que el Señor siempre, está cerca de ti en las buenas y en las malas. Creo que es tiempo de hacer un alto y reflexionar en las siguientes preguntas: ¿Está en el vehículo de mi vida, el motor de la tranquilidad, éste no anda por tener motores de inquietud, peleas con otros hermanos y agitaciones del espíritu? ¿Está en el vehículo de mi vida, el motor del taladro, o éste no funciona por tener motores de quejas contra Dios, cuando vienen las aflicciones? ¿Está en el vehículo de mi vida, el motor del ten ánimo, o éste no funciona por tener motores de desánimo y de ser suplente y no titular para Dios? ¿Está en el vehículo de mi vida, el motor del todo terreno, o éste no anda por tener motores de sentirme solo, abandonado? Ojalá que en el vehículo de nuestra vida, nunca dejen de estar estos cuatro motores, ojalá así sea. Amén. Tomado de la revista “Momento de Decisión”, www.mdedecision.com.ar Usado con permiso

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