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ejemplo: de pronto viste una cosa que no es tuya, y algo por dentro te dice que te la lleves… total a nadie le va a impo
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EL NIÑO SABIO

Propósito: Entusiasmar al aprendizaje de la palabra de Dios Personajes: Beto, Pastor José, tía, Martín “Copete” Situación: En alguna parte de la iglesia, mientras se produce un concurso de memorización (música) Entra Martín “Copete”: Muy buenas tardes, les habla su presentador oficial Martín “Copete”, directamente desde el teatro de títeres. El tema de hoy tiene que ver con un chico como ustedes, esto que van a ver estará ocurriendo ahora mismo y en este lugar, pero vamos a guardar silencio, ¡shshshshshshshsh! Entra Beto: ¡Uy! qué lío hay allá arriba, está lleno de padres y no sé qué me voy a sacar en las preguntas del examen, yo las recuerdo, pero me pongo nervioso y me dan ganas de hacer del baño, pero no importa, Dios me va a ayudar a tener memoria, el asunto es si me ayudará a aguantarme las ganas. Hablando de ganas, será mejor que me vaya al baño ahora (se da vuelta y se encuentra con el pastor) Entra el pastor: ¡Hola Beto! ¿En qué andas, qué te pasa que no estás arriba con los demás? Beto: No, lo que pasa es que estoy un poco nervioso por el examen y quería memorizar todos los versículos en voz alta Pastor: ¡Ah, ya sé, te quieres ganar la bicicleta! Beto: Pues no estaría mal porque se la daría a mi hermana, pero de todas formas no es lo que más me importa Pastor: ¡Ah, ya sé, la beca, te gustaría la beca del campamento! Beto: También estaría bien, pero mi papá puede pagarme el campamento y además mi tía me dijo que me iba a ayudar, no es eso. Además hay un chico en la iglesia que no puede pagar el campamento, y si se la gana él no hay problema, ¡y él sí que sabe! Pastor: ¿Y entonces por qué te pones nervioso? Beto: Bueno, mire, es medio difícil de explicar, no sé, ¿usted no está ocupado? Pastor: No hijo, ¿cómo voy a estar ocupado? ¡Son los negocios de mi Padre, cómo no voy a estar en ellos! Beto: ¿Los qué? ¿Los negocios de su Padre? ¿No entiendo qué tiene que ver su papá en esto? Pastor: Estoy hablando de mi Papá del cielo, Dios, esto es lo que quiere que esté haciendo, anda explícame

Beto: Es que yo a veces pienso que estudio versículos y los estudio porque me dicen que es bueno, pero ¿cuándo voy a usar todo esto que estoy aprendiendo? y además ¿cómo voy a saber usarlos? Pastor: Dime Beto ¿te enseñó alguien cómo amarrarte los zapatos? Beto: Sí, mi papá, hace mucho ¿y…? Pastor: ¿Y cuántas veces te amarras los zapatos en el día? Beto: Contando los zapatos deportivos y los otros zapatos, mmmmh unas cuatro veces más o menos, ¿por…? Pastor: Bueno, calcula unas dos veces y teniendo en cuenta que lo haces todos los días, piensa cuántas veces al año lo haces. Es fácil, un año tiene 365 días, por dos, serían más o menos... 730. Sí, 730 veces te amarras los zapatos en un año Beto: ¡Uy! ¡Es una barbaridad, nunca lo había pensado! Pastor: Y no te digo las veces que vas al baño, o que abres una puerta, o tantas cosas que haces en tu vida todos los días Beto: ¡Ah, ya sé! Quiere decir que lo que yo aprendo acá lo voy a usar todos los días Pastor: No sólo lo vas a usar, vas a necesitar usarlo, va a ser necesario que lo uses, si no, perdiste. “Toda la Palabra de Dios es útil…” Beto: Sí, sí, ese versículo me lo sé, dice “para enseñar, para...” Pastor: Para usar, es una herramienta útil, sin ella estamos muertos, a ver, ya que estudiaste, dime un versículo que se pueda utilizar en el momento que tengas una tentación cualquiera, como por ejemplo: de pronto viste una cosa que no es tuya, y algo por dentro te dice que te la lleves… total a nadie le va a importar y el dueño no la cuida, ¿cuál es el versículo que puedes usar en ese momento? Beto: ¿Qué, me está tomando examen? Pastor: No, es una pregunta nada más, ¿sabes o no? Beto: Es fácil, Santiago 4:7. “Someteos a Dios, resistid al Diablo y huirá de vosotros” Pastor: Bien, entonces “si sabéis estas cosas, y las hiciereis bienaventurados seréis”, te das cuenta, él te avisa que vas a tener problemas, te enseña cómo salir y te asegura el éxito Beto: Pero ¿es tan fácil? Pastor: No, no es tan fácil, pero es posible Beto: “Porque nada es imposible para Dios”, don José, ¿así se hace uno sabio?

Pastor: ¡Podría decirse que eres un niño sabio! Beto: ¿Yo? ¿Y por qué? Pastor: En la Biblia, Dios nos dice que lo contrario de sabio es necio y un necio es aquel que niega la verdad, por lo tanto un sabio es aquel que la encuentra, la reconoce y la usa bien Beto: Ahora entiendo mejor, todo es cuestión de tiempo Pastor: Y hablando de tiempo, a mí se me hace tarde ¡Adiós Beto! ¡Saludos a tus padres! (sale) Beto: Es cierto, no me di cuenta con la charla, ¡mi papá me va a matar! Entra la tía: ¡Beto! ¿Pero dónde te metiste? Beto: ¡Tía! Estaba en los negocios de mi Padre Tía: ¡Qué padre, ni qué padre! Hace media hora que te estoy buscando Beto: No tía, ven, te voy a explicar (salen) Entra Martín “Copete”: Y es así como este sabio niño, le explica a su tía y a su papá lo importante de estar en los negocios de Dios. Y ustedes, que seguramente van a crecer en estatura y muy pronto, con la comida de su mama, serán los grandes hombres y mujeres de Dios, tienen que crecer también comiendo la palabra de Dios. Les habló su reportero Martín “Copete” para “Radio Biblia”, diciéndoles: “adiós amiguitos, adiós” (música). Fin Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.