El golf, una manía que atrapa cada vez a más argentinos

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Información general

Página 26/LA NACION

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Tendencia: el deporte que rompió los prejuicios

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Sábado 1º de marzo de 2008

Finalizó ayer, en la Rural

BAFWeek cerró una semana con la mejor moda Por el ciclo pasaron 55.000 personas Por Delia Piña De la Redacción de LA NACION

PABLO BARRERA

En el Ituzaingó Golf Club, los chicos hacen propias las canchas

El golf, una manía que atrapa cada vez a más argentinos Los chicos suelen comenzar a los cuatro años; las mujeres, más protagonistas Por Agustín F. Cronenbold De la Redacción de LA NACION Aunque en la cancha llueve, Francisco Apestey quiere, a toda costa, salir a jugar al golf. “¿Podemos ir? Dale, ¿podemos?”, ruega revelando en su insistencia que hace pocos meses cumplió cuatro años. Francisco forma parte del creciente grupo de adeptos a un fenómeno que rompió fronteras y prejuicios, para convertirse en uno de los deportes más practicados en el país. Según la Asociación Argentina de Golf (AAG), que agrupa a 279 clubes en los que se practica este deporte, la cantidad de jugadores con handicap viene creciendo año tras año. Entre 2005 y 2007, la cantidad de jugadores creció más del 18%. Las razones que justifican este aumento, coinciden jugadores, instructores y dirigentes, tienen que ver con la visibilidad mediática que adquirió el deporte a partir de Tiger Woods, el

éxito de los deportistas argentinos en el exterior (ver aparte) y la reducción de algunos costos para quien quiere practicarlo por primera vez. En la AAG, la palabra clave es accesibilidad. “El golf ha quebrado muchas barreras, para convertirse en un deporte al que cualquiera puede llegar”, festeja Mark Lawrie, presidente de la Asociación. Un primer golpe a una pelota de golf puede costar 14 pesos en un driving range, lugares específicamente diseñados para que cientos puedan tirar a la misma vez. En el Costa Salguero Golf Center, por donde pasan 5000 personas por semana, el alquiler de un palo tiene un valor de cuatro pesos, mientras que un balde con 50 pelotas cuesta otros diez pesos. En todo el país, el fenómeno se siente en las canchas. En el tradicional Ituzaingó Golf Club, que ya festejó sus 89 años, el mapa demográfico de sus socios cambió radicalmente. A principios de la década del noventa, casi todos venían desde la

Capital. Hoy, el 50% proviene desde la más humilde localidad bonaerense de San Antonio de Padua. En ese club práctica Francisco, que con sus cuatro años es el menor en una clase de 30 chicos. El y sus compañeros son en parte protagonistas del crecimiento del golf en la Argentina. Según la AAG, los menores y juveniles hoy representan el 11% del total de jugadores, un número, que, dicen, está en aumento. En general, los golfistas del mañana comienzan entre los cuatro y los seis años. Alejo Bole, de 16 años, empezó hace nueve y este año recibió una beca de la AAG para hacer un entrenamiento especial por su alto rendimiento. El comienzo en este deporte de Alejo tiene un origen que Henry Smith, el escocés que fuera el primero en desembarcar con una bolsa de golf en la Argentina en 1879, probablemente no entendería. “Empecé a los siete años, cuando me enganché con un jueguito de Ti-

Cabrera, un compatriota en la elite El 17 de junio de 2007 la historia reciente del golf en la Argentina cambió. El artífice de esa transformación fue Angel “El Pato” Cabrera que, ese día, consiguió el US Open, uno de los cuatro torneos más importantes del mundo e ingresó definitivamente en la elite del golf mundial. Desde Miami, en donde participa del torneo Honda Classic, el golfista número uno de la Argentina habló con LA NACION sobre este auge del golf: “Creo que sí, que cada vez más gente juega a este deporte. Lo veo mucho también en mi tierra, Córdoba, donde se ven muchísimos chicos pegando por primera vez en una cancha”. Si parte del crecimiento del golf en

la Argentina está relacionado con el éxito de los profesionales argentinos en el exterior, Cabrera tiene mucho que ver con ello. “Por suerte, lo que hicimos con otros compatriotas profesionales ayudó a que se jugara más al golf ”, dijo con humildad el cordobés. Cabrera comenzó como caddie, un camino que toman muchos de los profesionales de este deporte, a los 10 años. Ocho años después, terminó sexto en el Abierto del Centro de Córdoba. Esa posición relativamente intrascendente lo impulsó a dedicarse profesionalmente al golf. “Para los que recién empiezan y para los que juegan como profesio-

nales el consejo es el mismo: practiquen mucho, que así se disfruta más este deporte”, aconsejó. Con el éxito conseguido en el US Open, “El Pato” se subió al podio de los mejores golfistas del mundo. En su jornada de gloria, en la cancha de Oakmont Club de Oakmont, se dio el lujo de vencer al mejor golfista del mundo y a uno de los mejores jugadores de la historia: Tiger Woods. Hay que ir hasta 1967 para recordar un hazaña parecida. Ese año Roberto De Vicenzo conquistó el Abierto Británico, la única otra vez que un argentino se alzó con un major, como se llama a los cuatro torneos más importantes.

ger Woods en la computadora. Ahora me encanta, porque jugando te olvidás de todo”, describe. Marco Jandula, de 28 años, es de los que comenzaron hace menos de un año y también destaca la posibilidad que le da el golf de “escaparle” a la realidad. Igualmente, reconoce que, cuando lo invitaron por primera vez a una cancha, no se sintió muy atraído. “El que era mi jefe me llevó a un driving. Fui sin muchas ganas, pero de ahí en más me enganché y ahora estoy por sacar handicap”, relata Marco.

Un programa más Para él, “tirar pelotitas”, como se le dice a golpear pelotas en el driving, es una actividad más para compartir con amigos. “Hasta traje a una chica durante una salida”, cuenta con picardía. Probablemente, ella haya estado muy acompañada por otras mujeres ese día. Es que ellas, las antes llamadas “viudas del golf ” por las horas de soledad en horarios de partido, hoy pelean con los hombres minuto a minuto el tiempo de permanencia en las canchas. Según la AAG, en la Argentina las mujeres hoy representan el 14% del total de jugadores de golf, pero en el mundo su representación crece exponencialmente. “Al igual que con los chicos, que ahora tienen indumentaria como para su tamaño, hoy las mujeres tienen accesorios y ropa diseñadas especialmente. El golf se ha acercado a las mujeres, y los resultados son espectaculares”, destaca Lawrie. A Romina Primerano, de 28 años, el golf se le acercó geográficamente, cuando empezó a trabajar cerca de un driving range. “Veía a esa gente en invierno con el palo de golf y no entendía –admite–. Pero hace un año me acerqué y me encantó.”

La Argentina, destino para fanáticos En cinco años se cuadruplicó la cantidad de extranjeros que vienen a jugar La variedad de climas, los paisajes espectaculares, la inmensidad de la Patagonia, las magníficas cataratas del Iguazú y el golf. A la lista de atractivos turísticos típicos de la Argentina se agregó uno que se practica con palos de metal y pelotitas blancas. Es que el golf se ha convertido en otro de los factores por los que cada año miles de extranjeros se acercan a nuestro país. Para favorecer esta actividad, la Secretaría de Turismo de la Nación creó un área dedicada específicamente a atraer turistas que quieran practicar este deporte. Según afirman allí, la cantidad de extranjeros que visitan la Argentina cada año atraídos por la posibilidad de jugar al golf se cuadruplicó en el último lustro. El potencial de la Argentina como destino turístico para la práctica de este deporte trascendió las fronteras y recibió en 2007 el reconocimiento de la Asociación Internacional de Operadores de Golf (Iagto, según sus siglas en inglés) que premió al país como el mejor destino de golf de América latina y el Caribe. “Nos hemos convertido en un destino sumamente atrayente por la posibilidad de combinar exce-

lentes canchas de golf con muy buenos paisajes. Acá, el extranjero puede jugar con precios que aún son competitivos a nivel mundial”, explica Susan Marples, encargada del producto golf en la Secretaría de Turismo. Según Marples, el turista aprovecha para practicar el deporte y recorrer. “El que viene a jugar al golf se queda varios días y gasta, por su alto poder adquisitivo, hasta cuatro veces más que un turista regular”, continúa. Otra de las cosas que destacan los extranjeros, comenta Marples, es la posibilidad de jugar durante todo el año y en paisajes bien distintos. “En el Sur, en la cancha del hotel Llao Llao por ejemplo, se puede

jugar entre montañas. En Mar del Plata, uno está a metros de las playas y en la provincia de Buenos Aires se puede disfrutar del golf con kilómetros de llanura pampeana”, describe Marples. El negocio inmobiliario también se ve paralelamente favorecido por la llegada de los turistas. “A algunos turistas esto les gusta tanto que se hacen casas en la infinidad de countries que hay con canchas de golf ”, relata. “Queremos que esto siga creciendo y estamos seguros de que así será. Estamos trabajando en todo el país para que esto pase”, dice Hace dos años, Sebastián Prado, fanático del golf y emprendedor por naturaleza, vio la cantidad de jugadores de otros países que se acer-

Algo más que un deporte ■ Más allá de los beneficios físicos que la práctica de cualquier deporte genera, los que juegan al golf destacan otras cualidades. Deepak Chopra, el llamado gurú de la medicina integral, escribió el libro Las siete lecciones del golf para el juego de la vida, en el que introduce conceptos como “respete la naturaleza del swing” o “la pelota sabe todo”. A través de un título elocuente, Las claves del golf para la vida, el español Severiano Ballesteros, uno de los golfistas más reconocidos de Europa, recoge anécdotas de su carrera como profesional que dispone como enseñanzas que trascienden al deporte en sí.

caban a la Argentina y vislumbró un negocio. Hoy recibe por mes a más de 80 fanáticos del golf de países como Finlandia, Japón, China, Estados Unidos, Sudáfrica, Australia y Suiza. Con ellos juega en las mejores canchas y los hace conocer los paisajes más atractivos a través de la empresa Discover Argentina. “Los que llegan no pueden creer el estado de las canchas y todo lo que tiene para ofrecer Buenos Aires y el país en general”, explica Prado, que agrega que los que llegan a la Argentina suelen tener entre 45 y 65 años. “No sabíamos nada de turismo, pero en el momento en que empezaba el boom del turismo vimos el potencial que había en el golf ”, relata Prado. En las últimas semanas, Prado trabajó con un grupo de irlandeses que llegaron a Buenos Aires. Los hizo visitar los mejores lugares para jugar y también recorrieron partes de la ciudad. “El que viene a la Argentina por el deporte sabe jugar. En general, los que llegan traen sus equipos; tienen conocimiento del juego. También conocen el destino por el buen desempeño de los golfistas argentinos en el exterior”, dice.

Cerca de 55.000 personas pasaron esta semana por la Rural y participaron de BAFWeek, el ciclo de moda que clausuró ayer, con lo mejor del diseño de autor y las marcas comerciales más representativas del mercado. Todo, presentado y organizado por APSA Centro Comerciales, La Rural Predio Ferial de Buenos Aires y LA NACION. En cinco días y con 30 desfiles en continuado, se repasaron todas las tendencias del invierno que se aproxima. Sacos cortos de línea A, montgomeries, parkas, chupines y el modelo que parece volver para quedarse: el pantalón ancho de cintura alta con pinzas y tablas; todo en violeta, morados, verde esmeralda, gris, blanco y negro. Pero no todo pasó por la pasarela. Entre desfile y desfile, el público tuvo con qué entretenerse. Unas 400 personas pasaron por el stand de Redken y se animaron a nuevos looks. Tres equipos de peluqueros lo hicieron posible: trenzas, rulos, jopos y batidos bien ochentosos fue lo más pedido. Pero la sorpresa la dieron los hombres, que se sumaron en gran medida y se arriesgaron a peinados con ceras y geles. Otro punto de encuentro fue el espacio de L’Oréal Paris, exclusivo para mujeres. Allí, unas 200 recibieron maquillaje exprés en manos de expertos y otras 150, un diagnóstico del estado de su piel. Además, todos los días, hubo cursos abiertos de automaquillaje. Más para el ego: cerca de mil visitantes se tentaron con los flashes y se hicieron un autorretrato en el stand de LA NACION y se llevaron la foto en un portarretrato.

De etiquetas y autores Con Alegrías de a Paso, un conjunto musical en vivo, Araceli Pourcel arrancó el último día. Lo hizo con una colección rica en texturas, que incluyó muchos vestidos con detalles bordados, trabajos de cintas y volados. Más tarde, Cook apostó a un look canchero con calzas satinadas y animal print,

remerones, camperas escocesas, siempre en clave teen. A su turno, Nadine Zlotogora recreó la sastrería de manera lúdica y bien desestructurada. Su visión del traje masculino, un tizado de saco irregular con babuchas y botas. Las líneas envolventes y geométricas, los recursos de MVZ (María Vázquez) para lograr una sastrería bien moderna, de tendencia. En el cierre, Pablo Ramírez sorprendió con su colección masculina, menos retro que la de mujer, en la que predominaron sacos entallados y pantalones pitillos. Como siempre, no faltaron famosos. Florencia Kirchner estrenó banca en el desfile de Prüne.

SOLEDAD AZNAREZ

Los desfiles, el punto alto

Mariano Martínez y Celeste Cid coincidieron en Levi’s. Una vez más, A.Y. not dead reunió a íconos del rock, como Gustavo Cerati y Charly Alberti. En la propuesta de Adidas se encontraron Carla Peterson, Ronie Arias y Claudia Maradona. Mientras que Ricky Sarkany convocó a personajes tan diversos como Karina Rabolini, Araceli González, Flavia Palmiero y Diego Simeone BAFWeek terminó pero el show de la moda continúa. Mañana ya se empieza a trabajar en la edición primavera-verano para agosto próximo.

Tecnología

Pistas para pasar de XP a Windows Vista Consejos para manejar la nueva versión Por Ariel Torres De la Redacción de LA NACION La adopción de Windows Vista viene lenta. A pesar de que la mayoría de los equipos nuevos de marca salen con este sistema operativo preinstalado, el usuario encuentra dos obstáculos importantes a la hora de abandonar su bien conocido Windows XP. El primero, la compatibilidad. Una cantidad de dispositivos (impresoras, celulares, escáneres) y programas (de grabación de CD y DVD, edición de video, encriptación de datos, juegos) no funcionan en el Vista, o lo hacen de forma limitada. El segundo obstáculo está en que Microsoft hizo cambios demasiado profundos en la forma de manejar Windows, por lo que muchas personas, sobre todo las que no se encuentran a gusto con la tecnología, se sienten un poco perdidas. Con el Service Pack 1, que saldrá en marzo, parte de los problemas de compatibilidad deberían resolverse. Para el otro inconveniente, el del manejo de la nueva versión de Windows, los siguientes párrafos ayudarán al lector a aplicar en el Vista lo que aprendió con Windows XP. El menú Inicio es lo más visitado de cualquier PC. El de XP no era muy confortable y crecía sin control a medida que agregábamos programas. Pero al menos ya le habíamos tomado la mano. El de Vista es más ordenado, pero tan diferente que puede costar adaptarse. La clave está en que el nuevo sistema organiza todo por categorías. Así, el menú Inicio tiene dos paneles; a la izquierda, los programas usados con mayor frecuencia, y a la derecha, una lista de carpetas y funciones más usadas (Documentos, Buscar, Equipo, Panel de Control). Si el lector no se lleva bien con este nuevo menú o no tiene tiempo de aprender sus características, puede simplemente optar por lo que se conoce como “menú Inicio Clásico”, es decir, el que se usaba en Windows 98 y Windows 2000. No es lindo, pero es claro y directo. Después está el problema del léxico. “Mi PC” dejó de existir y ahora se

llama “Equipo”. Para quien todavía encuentra difícil entenderse con las computadoras, estos cambios de nombre confunden mucho.

Panel descontrol En el Panel de Control es donde más se requiere un diccionario. Componentes vitales del sistema han cambiado de etiqueta y, con esto, de posición, ya que los iconos de esta ventana se ordenan alfabéticamente. En XP, para desinstalar un programa, usábamos el icono “Agregar o quitar programas” (nombre claro y explícito). Esto ya no existe en Vista. Ahora se llama “Programas y características”. Claro que, de forma predeterminada, el Panel de Control también viene dividido por categorías, igual que en XP. Pero tampoco en este caso las etiquetas coinciden. Lo mejor es cambiar a la vista clásica del Panel de Control. Hay algunas buenas noticias, sin embargo. Iconos que no existían en el panel de control y que siempre habían hecho falta aparecen ahora en el Vista. Por ejemplo, para ver si todas las piezas de la computadora están funcionando correctamente, se puede usar el Administrador de Dispositivos, que en XP estaba dentro del icono Sistema (éste sigue existiendo, dicho sea de paso). En cambio, ha desaparecido el icono Pantalla, que es una de las primeras cosas que configuramos en una PC (colores, fondo de escritorio, etc.). En Vista, esta función se conoce ahora como Personalización. En tiempos de Internet y redes domésticas, el icono “Conexiones de red” de XP era y sigue siendo uno de los más visitados. Pero en Vista no aparece este icono en el Panel de Control. Es que ahora se llama “Centro de redes y recursos compartidos”. La ventana que se abre es completamente ajena a XP. Util, sin duda, porque automatiza gran parte de la configuración, pero si se necesita hacer sintonía fina de una conexión de red, algo bastante común cuando llamamos al soporte técnico de Internet, es menester hacer clic en “Administrar conexiones de red”, arriba, a la izquierda, en el centro de redes ya citado.