Lo que es el Señor para nosotros sus hijos Salmo 118:1-29 “Mi fortaleza y mi cántico es Jehová, Y él me ha sido por salvación” (Salmo 118:14). Eliseo Hernández Echegoyén Usado con permiso Introducción: En la Biblia encontramos mucho de lo que Dios es para los que en él confían: “Dios es nuestro amparo y fortaleza...” (Sal. 46:1). “Jehová es mi pastor...” (Sal. 23:1). “Bueno es Jehová para fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían” (Nahúm 1:7). La Biblia expresa en un lenguaje hermoso verdades y sublimes experiencias, relacionadas con fieles siervos de Dios, que ha puesto su confianza en él. “Nuestras cartas sois vosotros...conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo...escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo...Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto...” (2ª Corintios 3:2-6). ¡Elocuentes palabras del Pablo apóstol! Hay en la Biblia tantos y variados testimonios como éste que encontramos en el Salmo 118:14 y otros muy hermosos: Salmo 23; 121; 90; 91, etc. “Mi fortaleza y mi cántico es Jehová, y él me ha sido por salvación” (Salmo 118:14). I.
Dios es salvación: “Me ha sido por salvación”. El mundo debe saberlo. A. La salvación implica seguridad, liberación del poder de los pecados y una vida de victoria sobre el mal. “La salvación pertenece al Señor que está sentado en el trono, y al Cordero” (Apocalipsis 7:10). 1. “La salvación es de Jehová; Sobre tu pueblo sea tu bendición” (Salmo 3:8). Anunciémoslo; las gentes necesitan saberlo. 2. No hay otro quien pueda salvar a las almas: “Mirad a mí y sed salvos todos los términos de la tierra” (Isaías 45:22). Sólo Cristo salva. 3. “Y no hay más Dios que yo; Dios justo y salvador; ningún otro fuera de mí” (Isaías 45:21). B. Es salvación—“Me ha sido por salvación” 1. “Una experiencia gloriosa y sobrenatural que todo lo colorea: a. A la vida le da significado—ya tiene sentido y propósito. b. Al hogar: Lo embellece y lo transforma. c. Al trabajo: Lo toma como una bendición. d. La naturaleza: La destaca, el salvo la ve mejor, contemplando sus bellezas. Todo lo ve bello, y le habla del Señor: el mar, el campo, los amaneceres y atardeceres, las nubes, las montañas, los pájaros, las auroras boreales, el arco iris, etc. 2. Ilustración: El joven que nació ciego y que lo hicieron ver.
II. Dios es fortaleza: “Lo es”—El Todopoderoso—omnipotente A. “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:25). B. Dios es: “Mi fortaleza”, “mi vigor, “Dios es nuestro amparo y fortaleza” (Salmo 46:1). 1. “Me fortaleciste con vigor en mi alma” (Salmo 138:3). 2. “En ti, oh Jehová, me he refugiado;...Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tu has dado mandamiento para salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza” (Salmo 71:1-3). C. Es el resultado, no el origen de la salvación: 1. “El gozo de Jehová es vuestra fortaleza” (Nehemías 8:10). 2. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
3. La salud es la causa; la fortaleza es el efecto: Salvación—Poder. D. Es un don que debe ser utilizado ó desaparecerá: 1. Los dones aumentan a medida que se usan. 2. Un miembro que no se ejercita se atrofia. 3. ¿Qué está haciendo con sus dones espirituales? ¿Está enterrando sus talentos naturales? E. La “fortaleza”, a diferencia de la fuerza física, es dócil: 1. Es espiritual, no animal 2. Obra la razón, no la fuerza, no la bestia. 3. Construye, no destruye, edifica. 4. Levanta, no rebaja. 5. Sublimiza, no envilece. 6. “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz” (Santiago 3:17,18). F. Es poder que se adquiere cada día, así como el maná en el desierto: Una procura constante: “Sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18). Y no es incondicional. 1. Se adquiere por el contacto con la fuente de todo poder, el Dios trino y santo: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Corintios 3:18). 2. Se adquiere por la lectura y meditación de la Palabra y la oración. La Palabra de Dios es el espejo que el Espíritu Santo usa para ese cambio. “No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia (suficiencia) proviene de Dios...” (2 Corintios 3:5). III. Dios es mi “CANCIÓN”: Lo es efectivamente. A. El alma redimida canta. ¿Cuál es su canción? ¿Alaba usted al Señor? B. “Hay un canto nuevo en mi ser” Himno. 1. ¿Cuál es el tema de su canción? ¿Y quién es? 2. ¿Cuál es la nota dominante en su vida? ¿Alabanza? 3. ¿Cuáles son sus cantos? ¿Qué es lo que canta usted cuando está alegre? ¿Qué escuchas en el radio? 4. “Canción”: Demostración de triunfo espiritual. a. Miriam b. Moisés c. Ana d. Débora e. María 5. Ilustración: El hombre que creyó que los bueyes también se habían convertido. Este hermano estaba contento, feliz y dichoso, por eso alababa a su salvador. 6. Sí, la salvación le da un nuevo colorido a la vida. C. La salvación es un motivo poderoso para ser humildes. No más orgullo, arrogancia ni el gloriarse, ni envanecerse, ni soberbia, pompa, lujo, grandeza, vanidades. 1. Cristo quita el alto concepto que se tiene de sí mismo; piensa con templanza de sí mismo. 2. No hay lugar para los antiguos conceptos y opiniones: a. “Allí no hay un muchacho o muchacha para mi hijo o hija”; no tienen categoría”. b. “Es un atajo de fanáticos e ignorantes; están en contra de los bailes, el cine, el tomar y el fumar—siempre criticándolo todo”. 3. Jesús dijo: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11:23, 24). a. Cristo, siendo Dios glorioso, no despreció a pobres pescadores olorosos a pescado y a sudor. b. Él no se llevó con los encumbrados y orgullosos, que despreciaban a los pobres y humildes. Ni por humilde cuna, color, posición social, dinero, etc. 4. Debe preguntarse: ¿Quién he sido y qué me dio el mundo? ¿Cómo me encontró el Señor? a. ¿Rodeado de sanguijuelas mundanas, que me consumían la vida, procurándome el mal?
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b.
¿Borracho, arrojado a la ruina y a la miseria, despreciado y abandonado por los falsos e interesados amigos calculadores? c. ¿Sufriendo de depresión y una falta de propósito en la vida, ó con miedo en cuanto a la muerte? No hay nada en que fundar el orgullo, la soberbia y la arrogancia. 5. La salvación es un comienzo indispensable para todo progreso. a. Las almas necesitan la salvación—no la religión. b. ¡Sólo Jesucristo salva! “Por la gracia de Dios soy lo que soy”. c. “La senda del justo es como la luz de la aurora que va en aumento...” (Proverbios 4:18). d. “Irán de poder en poder; verán a Dios en Sión” (Salmo 84:6). e. “Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14). f. “Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre” (Salmo 16:11). g. Progreso en la vida cristiana, es el proceso natural y divino en todo cristiano. 6. “Dios es mi canción” a. “Canción” es una manifestación y contagio del Espíritu Santo entronizado en el corazón. b. “Canción” es la expresión del alma bendecida: Excedente de felicidad y alegría. (Alfredo Colón). c. “Canción” es recomendación y exposición convencedora del evangelio. “Estos evangélicos algo tienen, y por eso tanto que cantan”. d. ¡Cuántos han venido al Señor por medio de un himno! (Guillerma Cárcamo) Oyó el himno: “Pecador ven a Cristo Jesús”. Una enferma, muy católica, de una familia enemiga del evangelio, en Concepción, Ostuma, oyó a la distancia el himno: “Me hirió el pecado”. Aceptó por la fe la salvación que es en Cristo Jesús. e. “Canción” es animación para los creyentes abatidos. (Juan Bareto—“El alma que canta”. Conclusión: 1. Mi salvación, mi fortaleza, mi canción: No son tres cosas, sino una persona: DIOS. 2. Somos salvados para servir, servir para triunfar, y triunfar para cantar. El que triunfa canta cánticos a Dios. 3. “Mi fortaleza y mi cántico es Jehová. Y él me ha sido por salvación”. 4. En el cielo cantaremos “un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación” (Apocalipsis 5:9). 5. “No hay cual Jesús otro fiel amigo” 6. Inesita Franco: ¿Verdad, pastor, que en el cielo podré cantar? 7. ¡Yo también podré cantar con ustedes, y con los millones de millones de redimidos! ¡Amén!
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