Esquilo en el siglo XXI

22 jun. 2013 - Se trata de Graf Story, una cena show que combina alta gastronomía con ... nista ucraniano Evgeniy Voroni
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espectáculos

| Sábado 22 de junio de 2013

Los actores, en una puesta que juega con la tragedia y el humor

teatro

Esquilo en el siglo XXI a mamá, segunda parte de una orestíada vernácula. ★★★★★

excelente . dirección:

Guillermo Cacace. elenco: Paula Fernández,

Clarisa Korovsky, Aldo Alessandrini, IrideMockert, Gabriel Urbani. escenografía: Verónica Segal. vestuario: Magdalena Barbero. luces: Leandro Croc-

co. diseño de sonido: Gustavo Cornillón. sala: Apacheta, Pasco 623, 4941-5669. funciones: viernes a las 23, a $ 60 y $ 45. duración: 60 minutos.

C

umplir en plena forma 10 años de integridad ética y estética en el mundo teatral es todo un acontecimiento digno de ser celebrado. La renovada versión de A mamá, proyecto fundacional del Colectivo Apacheta, siempre con la guía de Guillermo Cacace, cumple con creces ese objetivo brindando una obra perturbadora que el público se llevará impresa en el cuerpo. Descubierto tardíamente por los jurados que deciden premios (en 2008, por su memorable puesta de Stéfano), algunos trabajos notables de Cacace pasaron casi inadvertidos, en particular, la deslumbrante

creación escénica de Todo cuanto hace es viento(2009), de Angélica Liddell. Vale recordar que la última propuesta de este director con sello de autor fue un gran grotesco con tratamiento expresionista, Mateo, de Discépolo, presentado en el Cervantes. Para quienes han apreciado la continuidad de la obra de Cacace, sin duda significará una emoción muy alta asistir a la representación de A mamá, versión libre y actualizada de “Las coéforas”, episodio de La Orestíada de Esquilo. Pero también puede resultar un revulsivo shock para aquellos que se encuentran por primera vez con

la impronta del hacedor de Sangra, nuevas babilonias. Ya de movida se entra a la sala pisando una zona del escenario, sorteando algún foco en el suelo, camino de los asientos. Todo está a la vista bajo la implacable luz blanca: la gran mesa puesta para festejar la Navidad, el arbolito encendido que no para de hacer sonar su cargante musiquita alusiva, los personajes que empiezan a circular rezumando tensiones, chabacanería en algunos casos, profundo malestar en otros. De la estirpe maldita de los Átridas apenas quedan esos nombres que suenan impropios en algún lugar de nuestro conurbano. Y algunas situaciones básicas del original: el regreso de Orestes, alentado por Electra, para vengar el asesinato de su padre Agamenón, perpetrado por su madre Clitemnestra y Egisto, el amante; la indecisión temerosa de Crisótemis. Una familia que se está desmoronando; una madre

que es la quintaesencia de las frases hechas, la hipocresía y el abuso de poder, con los ojos sombreados de verde a tono con el pantalón de brilloso lamé. Casi 2500 años después de haberse estrenado la obra de Esquilo, otro grupo familiar la remeda, reproduce el esquema central de la tragedia. Pero ahora ya no está en juego el peso de la voluntad de los dioses (que exigieron el sacrificio de Ifigenia, consentido por su padre, que se evoca vagamente), el cadáver de Agamenón fue visto por Electra flotando en una Pelopincho, y las Erinias (antiguas divinidades vengadoras que castigaban con sus látigos) han quedado reducidas a molestos mosquitos. Cacace encuentra un punto exacto entre la gravedad de la tragedia inexorable y esos toques de humor asordinado pero desopilante, guiños inspirados que ironizan mitigando las diversas formas de violencia que se agitan en la atmósfera de este obligado ritual familiar, tan proclive al estallido de crisis. Las dos clásicas máscaras del teatro griego se fusionan por momentos. El director y su extraordinario grupo de actrices y actores se han arriesgado a una puesta extremadamente física, donde no sólo los cuerpos entran en trance y los choques son brutales: las luces subrayan despiadadamente lo que sucede en escena, sobre todo esos primeros planos muy cerca de la primera fila; los sonidos estridentes, hirientes de sirenas y cohetería puntúan este relato que preserva la unidad de lugar, tiempo y acción. Y por su lado, los temas musicales que se escuchan, traen su aporte narrativo, descriptivo. En el tremendo final, Palito Ortega haciendo “La sonrisa de mama” (“Esa flor que está naciendo,/ ese sol que brilla más, /todo eso se parece, / se parece a mí mamá”) provoca un contrapunto de feroz humor negro, pleno de connotaciones.ß Moira Soto

Una obra para participar como voyeur

Los espacios tomados por la Ocupa iluminada experiencia. Propuesta teatral en

la que cada uno arma su propio recorrido Entrar a una casa, recorrer sus espacios y ser testigos de las escenas que allí suceden. Convertirse en voyeur de la intimidad de otros. Armarse un patrón propio de eventos. Esta es la experiencia que se ofrece a quien decida participar en alguno de los espectáculos que presenta el equipo de La Cantera, en coproducción con la compañía Faro Luciole. Para entender esta singular propuesta y sus orígenes, la nacion dialogó con Jorge Sánchez, director de Ocupa iluminada, el evento que se presenta actualmente en los espacios de La Casona Iluminada. “El proyecto se originó hace tres años, cuando un grupo de actores españoles, franceses y argentinos estábamos aquí en Buenos Aires haciendo teatro. Comenzamos a trabajar el tema de la extranjería, tomamos textos de autores franceses y compusimos una serie de escenas de más o menos quince minutos. Cuando las terminamos decidimos presentarlas en un espacio no convencional y que el público pudiera verlas mientras estas escenas se presentaban de manera permanente. Esto nació como un experimento y nos pareció que había funcionado bien. Con el tiempo lo hemos ido reformulando; hoy en día trabajamos con un número de escenas mayor a la cantidad que el público puede ver. Estamos explorando la idea de lo incompleto, de un espectáculo que no se termina de ver”, explicó el director. En el proyecto Ocupa trabajan Marta Cuenca (España) y Morgane Amalia (Francia), quienes junto a Sánchez y un grupo de quince actores presentan sus propuestas en espacios no convencionales. Han ocupado un galpón de mercaderías, un bar en el barrio del Abasto y también diversos lugares en Madrid. “Quisimos repetir la experiencia, pero no igual a lo que habíamos hecho aquí. Teníamos el formato del proyecto, pero en vez de llevarnos los textos, decidimos convocar a dramaturgos españoles para explorar un

poco lo que estaban viviendo allá y salió mucho el tema social, de la crisis. Nos presentamos durante marzo y abril en un lugar de coworking que está muy de moda en España. También presentamos el proyecto en la Universidad Complutense, en la Facultad de Filología, allí tomamos los salones de clases, la sala de profesores, los baños, los pasillos y tuvo mucha convocatoria”, afirmó Sánchez. Para el director, Ocupa iluminada sería la tercera fase del proyecto. “Pensamos que sería una buena idea saber qué pensaban los argentinos en este 2013, así que decidimos hacer una convocatoria para que escribieran textos y le pedimos a Maruja Bustamante que se convirtiera en curadora. Ella seleccionó siete textos que son los que estamos montando ahora. A diferencia de lo que expresaron los dramaturgos españoles, aquí salió más el tema del individuo, de su búsqueda personal y su necesidad de afecto; son temas más personales”, explicó. El público que asiste sabe obviamente que va a ver algo diferente. “Convocamos a una experiencia teatral. Quienes vienen saben que no van a sentarse en una silla y esperar a que se abra el telón. Pero igual se sorprenden, porque hay juegos que hacemos con el público. Dividimos a los asistentes en grupos de veinte personas y los vamos llevando a cada uno por diferentes recorridos, así cada quién se hace su propia historia. De las siete escenas simultáneas cada grupo ve sólo cuatro, así que cada quien es testigo de algo diferente –explicó el director–. Para octubre retomaremos Madrid nuevamente y la idea es que esto siga itinerando. Y queremos ocupar nuevas ciudades para 2014”. ßHelena Brillembourg

Ocupa iluminada Compañía Faro Luciole La Casona Iluminada, Corrientes 1979. Hoy y sábados 6 y 20 de julio, a las 21, en. $ 50.

El sello del Sarrasani graf story. Un espectáculo que combina

la alta cocina con la magia circense

Esta semana salen a la venta las entradas para un espectáculo circense de cámara que tiene la firma del gran Sarrasani. Se trata de Graf Story, una cena show que combina alta gastronomía con una historia que ayudan a narrar tres artistas del Festival Internacional de Circo de Montecarlo. “Es una historia mágica que pone en escena el triángulo amoroso entre un ilusionista, una muñeca y una cantante, y que apela a la poesía, a la magia, al humor y a la música para evocar los orígenes

mismos del circo”, dicen del espectáculos sus responsables. Son sus protagonistas el ilusionista ucraniano Evgeniy Voronin: “La combinación de su extraordinario acercamiento entre la magia y su talento para la comedia le han merecido numerosos premios en todo el mundo; entre ellos el Premio Las Vegas Magic”, la contorsionista rusa Svetlana Perkhodova y la cantante inglesa Melanie Stace. La cita será el 10 de julio, en el Tattersall de Palermo.ß