Espectáculos
Página 2/Sección 4/LA NACION
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Jueves 27 de marzo de 2008
CINE
MUSICA POPULAR Antonio Carmona, ex líder de Ketama, actúa hoy en La Trastienda
El gitano de la generación flamenco pop El cantante andaluz viene con su disco solista Vengo venenoso, producido por Santaolalla, donde participan Alejandro Sanz y Juanes Por Gabriel Plaza De la Redacción de LA NACION La historia de Antonio Carmona hay que rastrearla bien atrás en la historia de su familia, heredera de un linaje flamenco conocido como Los Habichuela de Cádiz, que tienen tanta tradición en Andalucía como los sabios griots del Africa. En ese ambiente gitano de costumbres tradicionales, Antonio aprendió a tocar el cajón y se transformó en un percusionista diestro capaz de incursionar en todos los palos flamencos y subirse a un escenario con Paco de Lucía y el legendario Camarón de la Isla. Como a otros jóvenes de su generación, la revolución flamenca de los setenta inspiró a los integrantes de la familia Habichuela y los Sordera, que armaron en 1984 el grupo Ketama –banda que inauguró la era del nuevo flamenco–, por donde pasarían José Soto “Sorderita”, Ray Heredia y que quedaría definitivamente formado por Juan, Josemi y Antonio Carmona. Tras ocho discos, dos millones de placas vendidas, varios hits mundiales –“No estamos lokos”, “Se dejaba llevar” o “Vente pa’ Madrid”–, y agotando las posibilidades de fusión pop y flamenco, el grupo Ketama decidió tomar un descanso en 2004. “Le hemos dado el descanso del guerrero al grupo. Creo que nos lo merecíamos, porque ya teníamos inquietudes musicales diferentes. Mi hermano Juan está haciendo algo muy bonito con flamenco y gospel que le va muy bien, y Josemi, mi primo, está haciendo su disquito solista. Yo, por fin, me decidí a hacer mi álbum e intentar todo lo que quería hacer todos estos años. Si me equivoco es mi culpa. Tengo vía libre para hacerlo a mi gustito”, dice Antonio Carmona, con esa tonada andaluza y esa forma de aspirar las vocales que les ponen alegría a sus comentarios. Antonio emprendió un camino solitario, y en su primer trabajo, Vengo venenoso (un término que parece un guiño cómplice a Kiko Veneno, otro padre rebelde del mestizaje flamenco de su generación), el cantante escribió y compuso todos los temas acompañado por amigos como Juanes, Alejandro Sanz, la Mala Rodríguez y Gustavo Santao-
lalla, productor artístico del disco. El flamenquito, que viene a presentar este nuevo material a La Trastienda, no pierde las mañas, y fiel a su generación del mestizaje cruza en sus nuevas canciones ritmos centroamericanos, aires flamencos, pop, rumbitas y baladas con naturalidad. “Soy percusionista antes que cantante y tengo veinte discos grabados con flamencos como Camarón, Pata Negra y Paco de Lucía. He tocado flamenco y sé lo que esa palabra significa. Por eso me atrevo a fusionarla con otras etnias y con otra música. Aunque en este disco no he pensando tanto en mezclar sonidos, sino que he pensando más en las canciones. Es un disco muy autobiográfico.” –¿En qué sentido? –Hablo sobre mi familia y cómo es esa convivencia a la antigua con cinco mujeres: mi suegra, mi madre, mi mujer y mis dos hijas. El tema “Se amarra el pelo” va dedicado pa’ ellas. No
“Todos los días vemos africanos que mueren en el mar por cruzar a España. Es una barbaridad” necesito irme muy lejos de mi familia, mi barrio y mi gente para contar mis historias. Vivo en Madrid y todo el tiempo me pasan cosas. La otra vez vino Lenny Kravitz, de pasó por Madrid, y me llamó. Le dije que se venga para el estudio; le hice un poco de tortilla, le serví un poco de jamón y nos quedamos tocando toda la tarde. –Más allá de tu vida cotidiana, en el disco también aparece la problemática de los inmigrantes –Hace poquito he recibido un premio de la inmigración por el tema “Para que tú no llores”, que habla sobre la avalancha de africanos que llegan a España escapando de la miseria. Es angustiante ver cada día cientos de muertos en el mar, así que trata de hacer una
canción que hable de la esperanza. –¿Qué opinas del tema? –Lo vivo muy de cerca, porque tengo una casa en Cádiz y veo Africa desde mi ventana. Todos los días se ve cómo llegan africanos a la playa después de cruzar el mar a nado. Muchas veces atendí gente que paraba en la calle, les di ropa y comida. Ellos no saben ni
dónde están, sólo quieren trabajar y mandar dinero para sus familias, que están literalmente muertas de hambre. Es una barbaridad muy grande que siga pasando eso. En mi familia pasó en la época de las guerras. Mi padre y mi abuelo pasaron hambre en grande y por eso esta situación me hace jirones el alma.
Carmona sabe que su suerte fue bien distinta. Su ascendente carrera artística lo llevó de los tablaos gitanos a ser telonero de Prince y los Rolling Stones, y recientemente le permitió subirse al escenario del Madison Square Garden. “Sigo recibiendo un millón de regalos. Esto de tocar en el Madison; hacer un tema por flamenco junto a Willie Nelson, o cenar en la casa de Nick Nolte es increíble para mí. Con 43 años, todavía no me creo todo lo que me está pasando. Es como sacarse la lotería.” Entre su lista de amigos ilustres y anónimos con los que sale de tapeo por las noches de Lavapiés, menciona con admiración a Santaolalla. “Es una prolongación mía –exagera al estilo andaluz Carmona–. Es impresionante todo lo que tenemos en común. En mayo empezamos a trabajar juntos en el nuevo disco y ahora armó mi grupo para girar por acá. Yo me traje alguien de la familia, porque son muchos meses fuera de casa y siempre es bueno anPARA AGENDAR dar con familia fuera Antonio de tu lugar.” Carmona –¿La dinastía presenta su Habichuela sigue disco Vengo dando músicos? venenoso –¡Un montón! La TrastienEstá el Juanillo, da. Balcarce tremendo percu460. Hoy, a sionista con sólo las 23.30. En20 años, que vino tradas, desde conmigo; mi sobri$ 35. no Lucas es también otro capo de la música, con 12 años, y mi hija Lucía Fernanda, que toca piano, percusión y es una rapera impresionante, al estilo la Mala Rodríguez. –¿Qué pasó en España después de la irrupción del nuevo flamenco? –Desde que se murió Camarón y después de nosotros y Pata Negra no ha vuelto a pasar gran cosa entre los artistas gitanos. Había muchas más cosas interesantes cuando estábamos nosotros. Hoy hay gente, pero les falta conocer bien el flamenco pa’ mezclarlo y ser más inquietos culturalmente. Si yo me atrevo a fusionar con reggae, pop o country es porque sé lo que es una soleá o una bulería. Sé lo que es la ortodoxia del flamenco y la música que escucha mi generación.
CINE La múltiple Julie Delpy juega, seduce y hace reír 2 días en París, una comedia de humor agridulce Todas las prevenciones que puedan tenerse frente a un film escrito, dirigido, interpretado, editado y musicalizado por la misma persona pueden descartarse. Julie Delpy se hace cargo de todas esas funciones (y más, compromete en la empresa a uno de sus ex novios, IMPACTO a sus padres, a su hermana y hasta a su gato) sin que la sobrecarga Delpy y Adam Goldberg de tareas vulnere el resultado final: 2 días en excéntricos “suegros”, desconfía de los gérmeParís es una comedia Buena de humor más agrines y de los posibles ★★★ dulce que sentimenataques terroristas y 2 días en París (Two tal, que divierte con mucho más de los ex Days in Paris, Fransus irónicas y a veces amantes de Marion, cia-Alemania/2007, color; hablada en cáusticas observaciocon los que se cruza a inglés y francés). nes sobre la pareja, las cada rato; ella tropieza Dirección, guión, diferencias culturales con una París que ya edición y música: no parece sentir propia y otros asuntos no meJulie Delpy. Con nos comprometidos. Es y está llena de taxistas Julie Delpy, Adam cierto que el film evoirascibles e intoleranGoldberg, Daniel ca tanto a Woody Allen tes. Todo es motivo de Brühl, Marie Pillet, Albert Delpy, Alexia como a los dos clásicos discusión: la hipoconLandau. Fotografía: de Richard Linklater dría de él, la obstacuLubomir Bakchev. que ella misma coeslizada vida sexual, las Presentada por cribió con el director diferencias de opinión Impacto Cine. 99 y su coprotagonista, respecto de casi todo minutos. Sólo apta Ethan Hawke (Antes ahora que la confronpara mayores de del amanecer y Antes tación de culturas es 16 años. del atardecer), pero no inevitable. El desgaste de la relación y la le faltan rasgos persorutina los pone irritanales y le sobran diálogos afilados y chispeantes. bles, y a eso se suman los celos y Con tales referencias, se sabe la desconfianza. que la charla será incesante, si Delpy juega a ironizar e invita bien el tono, el ambiente, el color a reír sobre temas serios, como la y hasta el personaje de Delpy remi- naturaleza del amor, la precarieten a uno y las réplicas ingeniosas, dad de las relaciones afectivas o el el humor neurótico y la vocación desencuentro cultural y sus estepor el autorretrato crítico, al otro. reotipos (los norteamericanos son La realizadora impone vértigo, ya reprimidos e ignorantes; los franpor el uso de la cámara en mano, ceses, racistas y snobs), y lo hace ya por un diálogo que se dispara con agudeza y cierto dejo de descon la velocidad de la metralla y encanto. Hay mucho chisporroteo que de a ratos abruma un poco o en los diálogos y tanto ella como suena algo forzado en su propósito Adam Goldberg saben sacarles el de ser siempre gracioso. Un ritmo jugo, aunque la química entre ellos acelerado también exige pausas, no sea muy visible. También hace y la historia de la pareja neoyor- su invalorable aporte el resto del quina en breve paso por la ciudad elenco, especialmente los padres natal de ella se habría beneficiado en la realidad y la ficción, Albert con ese oxígeno. Delpy y Marie Pillet. Pero el prinMarion y su pareja desde hace cipal atractivo es la propia Julie, dos años, Jack, llegan a París tras cuyo carisma y encanto alcanzan una desdichada experiencia en Ve- para superar cualquier altibajo en necia. Ahí, donde ella conserva un la eficacia cómica del guión y para estudio junto al departamento de hacer disfrutable la hora y media sus padres, las cosas no irán mu- de proyección. cho mejor: él no entiende el idioma y mucho menos los hábitos de sus Fernando López
DISTRIBUTION COMPANY
Luz Palazón, como Clara
Del rancho miserable a la ciudad y su hipocresía Notable adaptación de la pieza de Julio Chávez Muy buena
★★★★
Rancho aparte (Argentina/2007). Dirección: Edi Flehner. Guión: Edi Flehner, sobre una obra de Julio Chávez, Leandro Castello, Luz Palazón y Mercedes Scápola. Fotografía: Javier Julia, Hernán Bouza. Montaje: Juan Carlos Macías. Música: César Lerner. Dirección de arte: Mariela Ripodas. Maquillaje: Oscar Mulet. Con Leandro Castello, Luz Palazón y Mercedes Scápola. Presentada por Distribution Company. Hablada en castellano. Duración: 85 minutos. Para todo público.
Hay muchas formas de hablar de cosas muy serias haciendo uso del grotesco. El teatro en cine implica un gran riesgo: la traición. Más todavía cuando se trata de una pieza que, muy merecidamente, recibió el aplauso del público y de la crítica. Rancho aparte es el producto de un taller conducido por Julio Chávez que permite el lucimiento a pleno de sus tres protagonistas, un huis clos calmo y vertiginoso a la vez, que los muestra tal como son: unos, pobres y caprichosos; la otra, pudiente sin demasiada nobleza; parientes que no se ven hace años, todos oriundos de un lugar perdido de la geografía puntana. Sea en el campo o en la ciudad, todos desean un lugarcito a su medida donde consolarse. Tulio y Susana (Leandro Castello y Mercedes Scápola), un hombre de edad incierta (¿envejecido?), deteriorado por su circunstancia, y su sobrina llegan a Buenos Aires desde un pueblo del interior. Acaban de ser empujados del rancho en el que vivían, rodeados de gallinas y chivos. Tulio, hemipléjico, y Susana, su acompañante, reducidos a una forma de vida primitiva, elemental y grotesca, a fuerza de frutas y salamín. Así, a lomo de una camioneta ajena, llegan a una Buenos Aires desconocida, y sin pensarlo dos veces rumbean al departamento de Clara, hermana de Tulio, quien por lo visto se olvidó de los que se quedaron. Ellos, con su vida casi salvaje a cuestas, despiertan angustia en cualquiera que no esté habituado a sus costumbres prosaicas y algo de piedad por su extrema precariedad. En este encuentro forzado entre dos mundos que alguna vez fue uno solo, cada uno tendrá qué decir. Clara tratará de metabolizar esta realidad esgrimiendo, finalmente, su hipocresía; Tulio y Susana son incapaces de comprender sus limitaciones, el hecho de que sólo puedan ser aceptados por aquellos que les tienen lástima. El grupo teatral –los tres enriqueciendo minuto a minuto a sus criaturas– logró, de la mano de Chávez, un texto memorable, que provoca, en medio de reproches que llegan a lo ridículo, sentimientos contradictorios. Edi Flehner demuestra su mano para desacralizar lo teatral, introduciendo un prólogo y un epílogo que meten a los espectadores en ese particular universo provinciano del que surgen estos personajes y, sin vacilaciones, recorre las habitaciones del viejo departamento, coqueto pero con huellas de decadencia, donde tiene lugar esta comedia, por cierto dramática, casi en tiempo real. Flehner juega a abrir puertas y a traspasarlas para meterse en los mundos de sus protagonistas. Todo está perfectamente calculado. La manera en que Flehner resuelve cómo Tulio y Susana cuentan una anécdota imposible acerca de una chica del pueblo, con idas y venidas, es para sacarse el sombrero. Todo, en verdad, funciona así. Desde la fotografía, que se mueve entre el realismo, la magia y la oscuridad, hasta la música, de César Lerner, que incluye como broche de oro una versión de El rancho e’la cambicha, fondo alegre que subraya la tremenda contradicción que existe entre quienes allá lejos están de fiesta mientras estos otros, perdedores natos, no encuentran otra salida que la desolación marginal. El resultado es sorprendente: la demostración de que detrás del cineasta que hasta ahora supo hacer muy buena letra en el cine publicitario o como productor de otros hay un artista riguroso que puede –y en ese caso debe– seguir haciendo cine para el público, tan necesario en los tiempos que corren.
Claudio D. Minghetti