SOCIEDAD | 23
| Miércoles 1º de octubre de 2014
Después del parto, hay una “hora sagrada” para la madre y el bebe nacimiento. Afirman que hay que favorecer el contacto “piel
con piel”; los controles de rutina pueden hacerse más tarde
Nora Bär LA NACIoN
Durante décadas, los médicos lucharon por llevar el parto de la casa al hospital. Hoy, tratándose de bebes y madres sanas, están recuperando parte de lo que dejaron atrás: instan a que el nacimiento en el hospital sea cada vez más parecido al que se hacía en casa. Con menos intervención del especialista, menos procedimientos quirúrgicos, y más a gusto de la madre y la familia. Pero si hay un momento en que esta “humanización” resulta particularmente crucial, es durante los primeros sesenta a noventa minutos después del nacimiento, durante los cuales los especialistas aconsejan postergar todas las maniobras de rutina (como la higiene, la administración de vitaminas e hierro, o las mediciones) para que madre e hijo se comuniquen sin intermediarios, piel con piel. “La primera hora de vida es sagrada. Esos minutos iniciales son un período sensible durante el cual el contacto estrecho entre la madre y el recién nacido sano puede tener efectos positivos de largo plazo, como una mayor seguridad y mejor tolerancia a la angustia de la separación”, dice la doctora Constanza Soto Conti, médica de planta del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá, que participa de la campaña iniciada por la Fundación Neonatológica Miguel Larguía para preservar esa “hora sagrada”. Junto con Unicef y el Ministerio de Salud
intentan difundir esta conducta en las cien principales maternidades del país. Distintos estudios indican que, al colocar al bebe recién nacido sobre el torso de la madre, el contacto piel con piel ayuda a estabilizar su respiración y oxigenación, mantiene sus niveles de glucemia, estabiliza su presión arterial, reduce las hormonas del estrés, disminuye el llanto, promueve el inicio precoz de la lactancia materna y evita la hipotermia. “Durante nueve meses, el bebe no tiene hambre, no tiene sed, no tiene calor ni frío... no mira los noticieros –bromeó el doctor Miguel Larguía, presidente de la fundación que lleva su nombre y ex jefe de la División Neonatología de la maternidad Sardá–. La transición [al mundo de estímulos que encuentra al nacer] debería ser de manera progresiva. Respetar «la hora sagrada» es entregar el bebe sano a la mamá para que lo apoye sobre su pecho, piel con piel. Puede hacerse también en los partos por cesárea y es probable que en un futuro podamos incluir prematuros, cuando no exista riesgo de hipotermia por falta de regulación de la temperatura corporal.” Según los especialistas, si el parto no tuvo complicaciones, no es necesario bañarlo, medirlo, pesarlo, tomarle la temperatura ni vacunarlo durante esos primeros minutos. También es importante postergar el “clampeo” o pinzamiento del cordón umbilical hasta que deje de latir.
“Parte de la sangre del bebe está en la placenta –explica Larguía–. Antes se creía que para permitir que ingresara en su organismo y prevenir la anemia [bajos niveles de glóbulos rojos en la sangre] había que sostenerlo a la altura del útero de la mamá. El médico lo sostenía en el aire y el bebe estaba aterrado, porque por primera vez sentía los efectos de la gravedad, ya que dentro de la panza de la mamá estaba en la ingravidez. Hoy sabemos que, impulsada por las contracciones del útero, la sangre fluye perfectamente si lo ponemos sobre el pecho de su mamá.” Tampoco es imperioso ni recomendable higienizar al bebe inmediatamente después del parto. Según explicó Larguía, los chicos nacen recubiertos con una sustancia grasosa que les protege la piel contra las infecciones y permite que el recién nacido repte lentamente, sin ayuda materna, hasta encontrar el pecho por su cuenta. “Durante el contacto piel con piel –dijo–, el responsable de iniciar la lactancia es el recién nacido; algunos lo logran en 15 minutos y a otros les lleva 90.” Los bebes que pasaron por esa experiencia tienen más posibilidades de succionar correctamente desde el primer intento. “Estamos acostumbrados a hacer, pero en ese momento tenemos que resignarnos a «no hacer» –concluye Larguía–. Hay que devolverles a las madres los derechos que no deberíamos haberles quitado en las instituciones.”ß
Tres escuelas que se esfuerzan e innovan en la enseñanza premio comunidad. Se eligió a los ganadores de la 8a entrega del
reconocimiento de la Fundación la nacion a la Educación
Docentes que asumen un compromiso y son fieles a su vocación porque saben que del otro lado hay alumnos que necesitan que ellos den lo mejor de sí. Sumergidos en contextos desfavorecidos, y a pesar de los grandes obstáculos que enfrentan día a día, se esfuerzan por brindar una educación de calidad y buscan formas creativas para que los alumnos aprendan. Por ello, el Premio Comunidad a la Educación 2014 reconoce y aplaude su labor. Este galardón, que acaba de cerrar su 8a edición con 258 proyectos educativos de 21 provincias del país, es organizado por Fundación la nacion, Banco Galicia y Fundación oSDE y cuenta con el apoyo de LAN Argentina, Cimientos, Telefé, Enseñá por Argentina y Proyecto Educar 2050. Bajo el lema “Docentes que enseñan, alumnos que aprenden y comunidad que acompaña”, el premio tiene como objetivo destacar las iniciativas de instituciones educativas que contribuyan a la mejora del proceso de enseñanzaaprendizaje de alumnos que se encuentran en situación de vulnerabilidad socio-económica.
Cada proyecto ganador recibirá un estímulo económico de $ 50.000 para el fortalecimiento del proyecto, difusión periodística y publicitaria en medios de comunicación, un video documental de su iniciativa, una capacitación especial y una tutoría y acompañamiento de su proyecto. Este año los tres ganadores fueron: “Con nuestra comunidad y por ella, crecemos integralmente”, de la escuela San Roque González de Santa Cruz, en Concordia (Entre Ríos); “Mi vida, la gran obra de arte”, del Centro de Educación Básica de Jóvenes y de Adultos (Cebja) N° 3-066 de San Rafael (Mendoza), y “Rueda de negocios, empresas simuladas”, del Centro de Educación Media (CEM) N° 104 en Bariloche (Río Negro). El primer proyecto es impulsado por la Fundación Manos Abiertas. Además de ofrecer una jornada completa con una formación teórica y práctica, cuenta con un centro de jóvenes abierto a la comunidad donde se desarrollan numerosos talleres de oficios para promover la inserción laboral dentro del barrio. La segunda iniciativa tiene como objetivo reducir el nivel de violencia que existía entre
los alumnos mediante la educación artística. Para ello, los docentes trabajan enfocados en la alfabetización emocional, mejorando los vínculos y la comunicación. El tercer proyecto se propone simular microemprendimientos que generen conocimientos de las asignaturas de la modalidad contable y que estén relacionados con las problemáticas de la realidad de los alumnos. Recibieron menciones especiales cuatro proyectos: Instituto Juan Mantovani de Burzaco (Buenos Aires), Escuela de Educación Secundaria orientada Particular Incorporada (Eesopi) N°8215 de Sanford (Santa Fe), Instituto Provincial de Educación Media (IPEM) N°285 en Ciénaga de Allende (Córdoba) y Escuela Secundaria La Salle en La Matanza (Buenos Aires). En esta edición, el jurado estuvo compuesto por Gustavo Iaies (CEPP), Patricio Bernabé (la nacion), Domingo Tavarone (maestro y profesor), Manuel Álvarez Trongé (Proyecto Educar 2050) y Magdalena Estrugamou (Fundación Cimientos). Más información: www.fundacionlanacion. org.ar/premio ß