don carlo - Teatro Colón

baJo-barítono. Estudió canto en el Instituto Superior de Arte, luego de ...... está loco! ÉBOLI. He leído el amor en su
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DON CARLO Giuseppe Verdi

TEMPORADA 2015

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JEFE DE GOBIERNO

Mauricio Macri VICE JEFA DE GOBIERNO

María Eugenia Vidal JEFE DE GABINETE

Horacio Rodríguez Larreta MINISTRO DE CULTURA

Hernán Lombardi

DIRECTOR GENERAL Y ARTÍSTICO

Darío Lopérfido

TEATRO COLÓN DIRECTOR GENERAL Y ARTÍSTICO

Darío Lopérfido Jefe de Gabinete

Juan García Aramburu

DIRECTOR GENERAL DE PRODUCCIÓN ARTÍSTICA

Guillermo Scarabino

PRODUCCIÓN EJECUTIVA

María Videla Rivero

DIRECTORA GENERAL ESCENOTÉCNICA

María Cremonte

DIRECTORA GENERAL TÉCNICA, ADMINISTRATIVA Y LEGAL

Carolina Clavero

DIRECTORA EJECUTIVA

Mónica Freda

DIRECTOR VOCAL Y GERENTE GENERAL

Carlos Lorenzetti DIRECTORA VOCAL

Eugenia Schvartzman DIRECTOR VOCAL

Hugo Gervini

DIRECTORA DE ESTUDIOS MUSICALES

Eduviges Picone

DIRECTOR DEL PROGRAMA COLÓN CONTEMPORÁNEO

DIRECTORA DE RELACIONES INTERNACIONALES

Martín Bauer

Zulema Scarabino

DIRECTOR DEL INSTITUTO SUPERIOR DE ARTE

DIRECTOR TÉCNICO OPERATIVO

DIRECTOR DEL CORO ESTABLE

Miguel Martínez DIRECTOR DEL BALLET ESTABLE

Maximiliano Guerra DIRECTOR DE LA ORQUESTA FILARMÓNICA DE BUENOS AIRES

Enrique Arturo Diemecke DIRECTOR DEL CENTRO DE EXPERIMENTACIÓN

Miguel Galperín

Claudio Alsuyet

Juan Manuel López Castro UNIDAD DE AUDITORÍA INTERNA

DIRECTOR DEL CORO DE NIÑOS

César Bustamante

Isabel Valente UNIDAD DE CONTROL DE GESTIÓN

DIRECTORA GENERAL DE RECURSOS HUMANOS

Elisabeth Sarmiento DIRECTOR GENERAL DE PLANEAMIENTO

Cristian Mealla

Matías Cambiasso | Coordinador General de Escenario Hugo García | Jefe de Prensa Daniel Varacalli Costas | Publicaciones

Manuela Cantarelli

Don Carlo Ópera en cuatro actos (1867, rev. 1872/1884) Música de Giuseppe Verdi (1813-1901) Libreto de Joseph Méry y Camille du Locle, basado en Don Carlos, infante de España de Friedrich Schiller, traducido al italiano por Achille de Lauzière y Angelo Zanardini Producción del Teatro Colón

Director musical

Ira Levin

Director de escena

Eugenio Zanetti Diseño de escenografía y vestuario

Asistente del director de escena

Víctor González ASISTENTE DE ESCENOGRAFÍA Y VESTUARIO

Valeria Montagna Asistente de iluminación

Eugenio Zanetti

Verónica Alcoba

Escenógrafo y vestuarista asociado

Asistente de coreografía

Sebastián Sabas

Diseño de iluminación

Eli Sirlin

Diseño de proyecciones

Laura Marini Director del Coro Estable

Miguel Martínez

Abelardo Zanetti

AV | Abono Vespertino FE | Función Extraordinaria GA | Gran Abono ANT | Abono Nocturno Tradicional ANN | Abono Nocturno Nuevo SEPTIEMBRE

DOMINGO 20 17HS AV | MARTES 22 20 HS FE | MIÉRCOLES 23 20 HS GA SÁBADO 26 20 HS ANT | domingo 27 17HS FE | martes 29 20 HS ANN Duración total 3h 20m aprox. - Actos I y II 95m - Intervalo 30m - Actos III y IV 75m

Ópera | 9

Dirección de Estudios Musicales

Directora de Estudios Musicales

José Bros Gustavo López Manzitti *

Eduviges Picone



Don Carlos

Susana Frangi | Dirección Musical de Escenario Irene Amerio – Cecilia Varela | Maestros preparadores Cecilia Fracchia – Leonardo Marconi | Maestros de escenario Iván Rutkauskas | Asistencia musical de luces y proyecciones Mónica Zaionz | Traducción y adaptación para sobretitulado Andrea Mijailovsky | Asistente técnico musical de escena



Felipe II

Alexander Vinogradov Lucas Debevec Mayer *



Rodrigo, marqués de Posa

Fabián Veloz Alejandro Meerapfel *





Isabel de Valois

Maestros preparadores del repertorio lírico



Irene Amerio, Marcelo Ayub, Guillermo Brizzio, Reinaldo Censabella, Bruno D’Astoli, Cecilia Fracchia, Susana Frangi, Leonardo Marconi, Miguel Martínez, Horacio Rogner, Iván Rutkauskas, Guillermo Salgado, Elvio Suárez, Jorge Ugartamendía, Cecilia Varela



Princesa Éboli

Coordinador de Artistas y Maestros



El Gran Inquisidor

Sebastián Nicolás Asistente de Coordinación de Dirección de Estudios

Luciana Zambarbieri

Coordinación General del Escenario Coordinador General

Matías Cambiasso Coordinadores Principales

Marcelo Mora- Juan Carlos Zambarbieri Ayudante de coordinación

Rodrigo García

10 | Ópera

REPARTO





Tamar Iveri Haydée Dabusti * Béatrice Uria Monzon María Luján Mirabelli * Alexei Tanovitski Emiliano Bulacios *

Un monje



Lucas Debevec Mayer Carlos Esquivel *

Tebaldo

Rocío Giordano



Iván Maier

El Conde de Lerma

Un heraldo real

Darío Leoncini



Marisú Pavón

Voz del cielo

Orquesta Estable del Teatro Colón Coro Estable del Teatro Colón

Ópera | 11

IRA LEVIN Director de orquesta

Es reconocido por su versatilidad como director de repertorio operístico y sinfónico. También es pianista y compositor. Ha realizado más de 1.000 actuaciones en alrededor de 60 óperas. Actuó al frente de orquestas como la Staatskapelle Dresden, la Gewandhaus de Leipzig, la Orquesta Museum de Fráncfort, Sinfónica de Düsseldorf, Filarmónica de Duisburg, la Orquesta Bruckner de Linz, la Staatskapelle Badische de Karlsruhe, la Filarmónica de Bremen, la Orquesta del Conservatorio de La Haya, la Orquesta Sinfónica Nacional de Portugal en Lisboa, al Filarmónica de Buenos Aires y la del Estado de Mexico, y en la Ópera de Dublín, la Ópera de Montpellier, la Ópera de Oslo, la Opera Norrlands en Suecia, Suecia, la Ópera de Ciudad del Cabo, entre otras. Nacido en Chicago, comenzó sus estudios de piano a los nueve años y entró al programa de música de la Northwestern University. A los 17 tomó clases de piano con Jorge Bolet en la Universidad de Indiana y luego ingresó al Instituto Curtis de Filadelfia, donde estudió dirección de orquesta con Max Rudolf, música de cámara con Mischa Schneider y Felix Galimir y participó en interpretaciones de la Sinfonía “La edad de la ansiedad” de Leonard Bernstein dirigidas por el compositor. Fue asistente de Michael Gielen en 1985 en la Ópera

de Fráncfort, donde debutó con Fidelio y permaneció hasta 1988. Fue director principal de la Ópera de Bremen (1988-1996) y director principal conductor en la Deutsche Oper del Rin, luego en DüsseldorfDuisburg (1996-2002). En 2002 debutó en la Semper Opera de Dresde con Tristán e Isolda. Fue responsable del estreno alemán de Maskarade de Nielsen en la Ópera de Kassel. Entre 2001 y 2005 fue director artístico del Teatro y la Orquesta Municipal de San Pablo, Brasil. Entre 2007 y 2010 fue Director artístico y musical del Teatro Nacional en Brasilia. En 2010 y 2012 grabó con la Orquesta Sinfónica de Londres dos compactos con música de Michael Colina. En la temporada 2011 dirigió Lohengrin y un concierto con la Orquesta Estable del Teatro Colón, y en 2012 la ópera Edipo de George Enescu. En 2013 se hizo cargo de la dirección de las óperas Aleko y Francesca da Rimini, de Rachmaninov; La mujer sin sombra y Un ballo in maschera. Actualmente es Principal Director Invitado de la Orquesta Estable del Teatro Colón.

Ópera | 13

EUGENIO ZANETTI Dirección de escena Diseño de escenografía y vestuario

Artista con una destacada carrera internacional como director de arte, escenógrafo, pintor y autor. Numerosas puestas en escena y diseños de escenografía y vestuario en más de cuarenta producciones teatrales en nuestro país y el extranjero y una labor brillante en más de treinta películas atestiguan de una labor notable en colaboración con personalidades como Pier Paolo Pasolini, Roland Joffe, John MacTiernan, entre otros. Apreciado por su labor en el escenario, Zanetti es también un pintor con exitosas exposiciones en el país y el extranjero. Por más de cuarenta años, en tres continentes, ha realizado una labor única, vastamente apreciada, como lo atestiguan los numerosos premios, entre otros el Oscar de la Academia de Hollywood y dos nominaciones al mismo premio, el Premio de los Directores de Arte de Estados Unidos y el Drama Desk Award. Radicado desde la década de 1980 en Hollywood, ha trabajado en films como Flatliners, Last Action Hero y Restauración, por el que recibió el Óscar al mejor diseño de producción/dirección de arte en 1995. En 2000 volvió a estar nominado a este premio por su labor en el film Más allá de los sueños, de Vincent Ward.

Siendo muy joven participó en la filmación de Medea de Pier Paolo Pasolini. En los últimos años también intervino en las producciones históricas Zapata, el sueño del héroe de Alfonso Arrau y Encontrarás dragones de Roland Joffé. También dirigió el cortometraje Quantum Project (2000). En 2010 la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina lo distinguió con un Premio Cóndor de Plata especial en el año del Bicentenario argentino por haber expandido el conocimiento del cine argentino y de los profesionales argentinos por el exterior. Este premio lo obtuvo junto con Juan José Campanella, Luis Puenzo, Gustavo Santaolalla y Luis Bacalov. En nuestro país, ha recibido los premios Trinidad Guevara, María Guerrero, el premio Homenaje en el Festival de Mar Del Plata, el Cóndor de Plata a la Trayectoria, y varios premios Talia y Estrella de Mar. Es también ciudadano honorario de la ciudad de Córdoba, su ciudad natal a la que ha regresado. Su último trabajo como director y guionista fue Amapola (2014). The Servant fue su primera colaboración con el Teatro Colón en la temporada del Centro de Experimentación en 2011.

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MIGUEL MARTÍNEZ Director del Coro Estable

Nace en la ciudad de Quilmes y allí, en la Escuela de Bellas Artes comienza sus estudios de piano con los maestros Olga Baldovino y José Pelliza. Termina la carrera en el Conservatorio Nacional de Música de Buenos Aires bajo la guía de la profesora Haydée Loustaunau. Luego, en la ciudad de La Plata cursa la carrera de Dirección Orquestal con Mario Benzecry y estudia composición, armonía y contrapunto con Mariano Etkin, Sergio Hualpa y Virtú Maragno respectivamente. De 1994 a 2005 trabajó en el Coro Estable del Teatro Colón, primero como Asistente de Dirección y luego como Subdirector, colaborando con los maestros Vittorio Sicuri, Jorge Carciofolo, Aldo Danieli y Alberto Balzanelli. Al frente de este coro fue responsable de títulos como Los cuentos de Hoffmann, de Offenbach; Réquiem de Verdi, Te Deum de Berlioz, Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny de Weill- Brecht,

Rigoletto de Verdi, Idomeneo de Mozart, Diálogo de Carmelitas de Poulenc, Doña Francisquita de Vives. En 2002 ganó el concurso que le permitió alcanzar el Cargo Titular de Maestro Preparador de Ópera del Teatro Colón. En 2006 fue Director del Coro Estable del Teatro Argentino de La Plata. A finales de 2006 viajó a Italia para hacerse cargo y por dos temporadas, del Coro Estable del Teatro Massimo de Palermo, Sicilia, donde preparó más de 20 producciones. En 2007 participó de la gira que el Teatro Massimo realizó a Japón, presentando I Vespri Siciliani de Verdi, Cavalleria Rusticana de Mascagni y Pagliacci de Leoncavallo en el Biwako-Hall de Otsu y en el Bunkamura Theater de Tokio. En 2008 se hace cargo nuevamente del Coro del Teatro Argentino de La Plata. A partir de 2012 se hace cargo de la dirección del Coro Estable del Teatro Colón.

Ópera | 17

18 | Ópera

José Bros

Gustavo López Manzitti

Alexander Vinogradov

Lucas Debevec Mayer

Tenor

Tenor

Bajo

Bajo-barítono

Con más de 60 títulos belcantistas en su haber, ha obtenido también importantes triunfos con obras del repertorio francés (Manon, Thaïs, Werther y Romeo y Julieta) y mozartiano (Don Giovanni, El rapto en el serrallo, Così fan tutte y La flauta mágica), ampliando recientemente su repertorio con títulos como La Bohème, Simon Boccanegra, Un ballo in maschera o Don Carlo. Nacido en Barcelona, estudió en el Conservatorio de su ciudad y con Jaume Francisco Puig. Cantó sus primeros papeles en el Teatro Principal de Palma de Mallorca y tras su debut con Don Giovanni en Sabadell y en el Liceo con Anna Bolena, se le abrieron las puertas de los teatros más prestigiosos como la Scala de Milán, el Covent Garden de Londres, la Ópera de Viena, el Real de Madrid, Hamburgo, Munich, Roma, Tokio, Hong Kong, Shanghai, Los Angeles, San Francisco, Washington, entre otros. Ha recibido numerosas distinciones (“Orazio Tosi”, “Lauri Volpi”, “Federico Romero”, “Premio Corelli”, “Lira d’Argento” y “Premio Lírico Teatro Campoamor”), y es miembro de la Real Academia de Ciencias y Artes de San Fernando (Cádiz). Debutó en el Teatro Colón con Falstaff (2001).

Nació en Buenos Aires. Sus maestros de técnica vocal fueron Carlos Guichandut, Giovanni Consiglio, Peter Elkus, David Christopher, Nino Falzetti, María Rosa Farré y Horacio Amauri. Realizó la carrera de piano en el Conservatorio Nacional “Carlos Lopez Buchardo” y estudió armonía, composición y dirección orquestal con Irma Urteaga y José Martí Llorca. Entre sus presentaciones cabe mencionar el concierto “A Night of Stars” en Opera Tampa invitado por el barítono Sherrill Milnes en 2011 y designado por Plácido Domingo como revelación. Sus interpretaciones incluyen (Ópera Real de Estocolmo), Turiddu y Canio en Cavalleria rusticana y Pagliacci (Sarasota Opera, Virginia Opera, Teatro Argentino de La Plata, Windsor Symphony de Ontario y Atlantic Coast Opera Festival), Don Carlos, versión original en francés (Sarasota Opera), Don José en Carmen (Grand Théâtre de Québec), entre otros. En el Teatro Colón ha cantado Rigoletto, Carmen, I Lombardi, Doña Francisquita, Armida, Mahagonny y Maldoror, Simón Boccanegra, el estreno de Bebe Dom o La ciudad planeta de Mario Perusso, Idomeneo y Werther.

Debutó en el Bolshoi a los 21 años. Es regularmente invitado por la Staatsoper de Berlín, el Covent Garden, la opera de Dresde, Teatro Real Madrid, Ópera de París, Théâtre du Châtelet, Festival de Ravinia, entre otros. En la presente temporada cantará Banquo de Macbeth con Plácido Domingo en Valencia, Escamillo de Carmen en el Covent Garden and Opernhaus Zurich, Walter de Luisa Miller en Hamburgo, Raimondo en Lucia de Lammermoor en el Regio de Turín, Mefistofeles de Fausto en Essen y Silva de Ernani en Marsella. En concierto hará Las campanas de Rachmaninov con las filarmónicas de Israel y Nueva York. Entre sus últimos compromisos se cuentan Escamillo en La Fenice, Sparafucile y Sarastro en Turín, Silva en Montecarlo y Mefistófeles en Atlanta. Como recitalista de cámara es solicitado en Moscú, San Petersburgo, Dresde, Berlín y Jerusalén. Este es su debut en el Teatro Colón.

Estudió canto en el Instituto Superior de Arte, luego de recibirse de profesor de filosofía en la U.C.A. Estudió técnica vocal y repertorio con Víctor Srugo, Guillermo Opitz, María Kallay, Régine Crespin, Denise Dupleix y Marjana Lipovsek. Fue acreedor de las Becas Leonor Hirsch en Argentina y del ozarteum de Salzburgo en Austria. Después de ganar el Concurso Festivales Musicales en 1998, comenzó a participar en las temporadas del Teatro Colón en La flauta mágica, El elixir de amor, Las indias galantes, La condenación de Fausto, Rigoletto, Don Quijote, El rey Kandaules, Boris Godunov, Don Giovanni, Edipo y Un ballo in maschera. Son continuas sus presentaciones en festivales europeos: Annecy, Salzburgo, Bratislava, Klagenfurt, Ljubljana, Varaždin, Trieste y Roma. Formó parte desde su creación de Juventus Lyrica, donde protagonizó Don Giovanni, La flauta mágica, Los cuentos de Hoffmann, Orfeo y Euridice, entre otras. En Manaos cantó el Requiem de Verdi, Lady Macbeth de Mtsensk, Turandot, Ariadna en Naxos y El holandés errante; y en el Municipal de San Pablo, Sansón y Dalila y Ariadna en Naxos. En el Teatro Colón intervino últimamente en El barbero de Sevilla, el Requiem alemán y L´elisir d´amore.

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20 | Ópera

Fabián Veloz

Alejandro Meerapfel

Tamar Iveri

Haydée Dabusti

Barítono

Barítono

Soprano

Soprano

Nació en Ayacucho. Comenzó sus estudios musicales en la Escuela Municipal de Enseñanza Artística de su ciudad natal. En 2003 comienza sus estudios de canto lírico con Shirley Ocampos. En 2005, en La Plata, ingresa como alumno al Conservatorio Provincial Gilardo Gilardi en la carrera de Canto Lírico con Daniel Zuppa y en Repertorio con Juan Pablo Scafidi. En el año 2007 ingresó al Coro Estable del Teatro Argentino y también al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, siendo su maestra de Técnica Vocal Lucía Boero y de Repertorio Bruno D’Astoli. En 2007 participó en el estreno sudamericano de Estaba la Madre de Luis Bacalov en el Teatro Argentino de La Plata. En 2008 ganó la instancia local del concurso Competizione dell’Opera que se realizó en la ciudad de Dresde, Alemania. Fue seleccionado por el ISA para realizar un concierto en la Americas Society de Nueva York. En 2011 cantó en el Teatro Colón en Simon Boccanegra, en 2012 participó del concierto “Wagner imperdible” y en 2013 en Otello y Un ballo in maschera, en 2014 en Falstaff y esta temporada en Pagliacci.

Inicia sus estudios musicales a los cinco años en Bariloche con Rodrigo Dalziel. Allí integra el Coro de Niños bajo la dirección de Lucka K. De Jerman. En 1995 comienza a estudiar canto con Nino Falzetti y repertorio con Catalina Hadis. Su repertorio incluye opera, cámara y oratorio desde el barroco hasta la actualidad. Se ha presentado en el Konzerthaus de Viena, Victoria Hall y Grand Théâtre de Ginebra, Auditorio de Barcelona, Hebbel Theatre de Berlín, Teatro de Caen, La Villete de París, Khaai Theatre de Bruselas. Es egresado del Instituto Superior de Arte en la Carrera de Canto y Maestría donde estudió con Ana Sirulnik, Teresa Isasa, Reinaldo Censabella y Eduardo Rodríguez Arguibel. Fue ganador de los concursos de Atenas (1996) y Ancona (1998). Interpretó Valentín en Fausto en Neuchatel, Vevey y Friburgo. En el Teatro Colón ha intervenido en L´Orfeo (2001), Armida (2003), Diálogos de carmelitas (2004), La Bohéme (2006), La Traviata (2007), Manon (2010), El gran macabro, La viuda alegre (2011), Edipo (2012), Carmen (2013) y Madama Butterfly (2014).

Nació en Tbilisi. Su primer maestro fue su padre, el barítono georgiano Avtandil Javakishvili. Su debut fue en Batumi como Desdemona en Otello. Pasó a la escena internacional al ganar el segundo premio en el concurso “Voces Verdianas” de Busseto y el primer premio en la Competencia Mozart de Salzburgo, donde conoció a Ileana Cotrubas, que ha sido desde entonces su mentora. En Alemania debutó en Bonn como Isabel de Valois y en Austria, en Graz como Desdemona. Fue aclamada en las óperas de Viena, Metropolitan de Nueva York, Covent Garden, París, Salzburgo, Arena de Verona, entre otras. En 2011 debutó en la Scala como Donna Anna en Don Giovanni con Daniel Barenboim. Su repertorio incluye papeles mozartianos como Fiordiligi, Vitellia, verdianos como Isabel de Valois, Amelia, Desdemona, puccinianos como Mimì y Suor Angelica, así como Tatiana y Adriana Lecouvreur. En la temporada 2013/14 regresó a Viena para hacer Amelia en Simon Boccanegra e Isabel de Valois en Don Carlos, que también cantó en Zurich. Cantó luego Amelia de Un ballo in maschera en Bolonia. Este es su debut en el Teatro Colón.

Estudió en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Se perfeccionó en canto lírico con Teresa Serantes. Estudió repertorio lírico con Reinaldo Censabella, Dante Ranieri, Catalina Hadis, Cesar Tello y Susana Cardonnet. Se presentó en los principales teatro de Argentina y América latina. En Italia cantó en el Teatro Cassia, Embajada Argentina, Aula Magna de la Facultad de Teología, Círculo Cultural del Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia en Roma (2013), Teatro Degli Invaghiti (2014) - (2015), Italia en Napoles, Teatro Diana (2015). En España, Ciudad de León, Teatro Municipal Bergidum (2014), en Zaragoza, Teatro de los Jesuitas (2014), Auditorio Mozart en Zaragoza (2015). En 2008 fue Jurado Internacional representando a Argentina en el Concurso de Canto Doctor Luis Sigall en Viña del Mar, Chile. En 2013 fue Jurado del XXV Concurso Nacional de Canto Lírico de la Fundación Hebraica. Fue Jurado representando a Argentina en Roma, Italia en 2013, 2014 y 2015 en el Concurso Internacional para cantantes líricos y Pianistas Acompañantes “Rolando Nicolosi”. Se ha centrado en el bel canto y el repertorio veridiano. En el Teatro Colón cantó en Il trittico y Bebe Dom.

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22 | Ópera

Béatrice Uria-Monzon

María Luján Mirabelli

Alexei Tanovitski

Emiliano Bulacios

Mezzosoprano

Mezzosoprano

Bajo

Barítono

Se formó en su ciudad natal, Agen, al sudoeste de Francia. Estudió historia del arte en el Conservatorio de Burdeos y en 1984 ingresó en el Centre National d’Artistes Lyriques en Marsella. Terminó su entrenamiento en la Ópera Nacional de París y pronto debutó en las más importantes salas de Francia: Lyon, Toulouse, Aixen-Provence, Burdeos, Nancy, Marsella. En 1993 debutó como Carmen en la Bastilla con un éxito consagratorio. Cantó luego ese papel en el Teatro Colón, Miami, Regio de Turín, Arena de Verona, Festival de Orange, Ópera de Viena, Metropolitan de Nueva York, Houston Grand Opera, Munich, Liceo de Barcelona, La Fenice, Palermo. Amplió su repertorio francés con Dalila, Béatrice, Giulietta (que hizo en la Scala), Hérodiade, Charlotte, Didon. En el repertorio italiano asumió Leonora de La Favorita y Eboli de Don Carlo en Houston, Staatsoper de Berlín y Viena (versión Francesa), Amneris, Sarah en Roberto Deveureux, Santuzza y recientemente el papel de soprano en Tosca. En repertorio alemán cantó Orlovsky, Venus e intervino en óperas como Der Zwerg (El enano) de Zemkinsky y El castillo de Barbazul de Bartók (Ópera de París).

Inicia su formación musical a los cuatro años. Es graduada en Música y Canto en el Consejo Superior de Educación Católica y egresada de la carrera y la Maestría en Canto Lírico del Instituto Superior de Arte. Discípula desde 1992 de la mezzo italiana Franca Mattiucci. Fue premiada en numerosos concursos, tales como el Luciano Pavarotti, Belvedere y el Viotti di Vercelli en Italia, donde Joan Sutherland y Alfredo Kraus le otorgan el primer premio a la mejor intérprete de bel canto. Debuta en 1992 como Suzuky de Madama Butterfly, desarrollando una ininterrumpida actividad en los más importantes teatros de la Argentina. En el Teatro Colón desde 1997 interviene en las temporadas oficiales, participando en Suor Angélica, Macbeth, El caballero de la rosa, Lucía de Lammermoor, Otello, Cavallería Rusticana, El turco en Italia, Los cuentos de Hoffmann, Falstaff, Dido y Eneas, Don Carlo, La Valkiria, entre otros. Participó en 2007 de la reapertura del Teatro Solís. En el Teatro Colón cantó últimamente en La forza del destino, El barbero de Sevilla y Bebe Dom.

Su amplio repertorio incluye Ivan Jovanski (Jovanchina), Kochubei (Mazeppa), Zaccaria (Nabucco), Padre Guardián (La forza del destino), Hagen (El ocaso de los dioses) y Boris Timofeievich (Lady Macbeth de Mtsensk). Es particularmente apeciado por su Boris Godunov e Iván the Terrible (La doncella de Pskov). Comenzó en el Teatro Mariinski, donde continua presentándose, habiendo sido luego convocado a salas como el Covent Garden, Théâtre du Châtelet, Théâtre des Champs-Élysées, Teatro Real, Teatro Regio, Deutsche Oper y Ópera Estatal de Hungría. A los 29 años debutó en el Metropolitan neoyorquino con Valery Gergiev como Wotan en El anillo del nibelungo. Se ha presentado en salas como el Auditorium di Milano, Salle Pleyel, Palau de la Música, Chaikovski Concert Hall, Suntory Hall, Bunka Kaikan, Hollywood Bowl, Kennedy Center y Carnegie Hall. En Festivales se ha presentado en Aix-en-Provence, Bregenz, Diaghilev, Baden-Baden, Helsinki, Mikkeli, las Noches Blacnas y los festivals de Pascua de Moscú. Este es su debut en el Teatro Colón.

Nacido en la ciudad de La Plata, comenzó los estudios musicales a la edad de seis años bajo la guía de Néstor Ibarra (guitarra) y los continuó con el maestro Diego Rolón y el profesor Martín Wrotniac. En 1994 inició en el Conservatorio Gilardo Gilardi la carrera de canto lírico con los docentes Emilce Basaro, Rina Nigri y Juan Pablo Scafidi (repertorio). Su preparación prosiguió con los maestros Eduardo Cittanti, Marcela Domínguez Nieto, María Pía Girolla, Omar Carrión y a partir de 2006 hasta la actualidad con María Rosa Farré y Eduviges Picone (repertorio). Ha tomado clases de actuación en el taller de teatro estudio en La Plata dirigido por Gastón Marioni. Hizo su debut como solista en el Teatro Argentino en la ópera Los cuentos de Hoffmann (Lutter), a la que le siguieron El barbero de Sevilla (oficial), Il trovatore (Viejo gitano), Ainadamar (Maestro), Rigoletto (Marullo), Salomé, Fausto (Wagner) y Eugene Onieguin (Gremin). Para Juventus Lyrica cantó Il trovatore (Ferrando). En 2005 pasó a formar parte del Coro Estable del Teatro Argentino. En el Teatro Colón intervino en 2013 en Un ballo in maschera y La mujer sin sombra, en 2011 en Simon Boccanegra y en 2015 en Cavalleria rusticana.

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El largo camino de una obra maestra Por Claudio Ratier

“La entrada de los artistas”

Ninguna creación verdiana anterior conoció un proceso de revisión similar, ni necesitó de tanto tiempo para dar con su forma última. ¿Qué escuchamos, cada vez que nos encontramos con Don Carlos? En las líneas que siguen intentaremos desandar un camino, que nos llevará al punto donde todo empezó.

Don Carlos en su forma última (o anteúltima) Cuando el 10 de enero de 1884 el público del Teatro alla Scala de Milán presenció el estreno de la versión en cuatro actos y en idioma italiano de Don Carlos, fue testigo del resultado de un proceso que había iniciado su camino 17 años atrás. Esta versión, la más difundida a nivel mundial y que se ofrece esta noche, se ejecutó aquella vez con dirección de Franco Faccio y un elenco encabezado por Francesco Tamagno, junto a Alessandro Silvestri (Filippo II), Paul Lhérie (Rodrigo), Abigaille Bruschi Chiatti (Elisabetta), Giuseppina Pasqua (Eboli), Francesco Navarini (Inquisitore) y Leopoldo Cromberg (Frate). Con respecto a la versión original en cinco actos estrenada en la Opéra de París en 1867, las novedades incluyeron la eliminación del acto I -llamado “de Fontainebleau”- y del obligado ballet, entre otras modificaciones sustanciales cuya descripción excedería este espacio (1). Sí, Don Carlos había encontrado su forma definitiva. Pero como si la materia se obstinara en no reposar, a esta siguió otra versión estrenada en Módena el 29 de diciembre 1866, que acaso para satisfacer curiosidades se presentó en cinco actos. Aunque no existen documentos respaldatorios, se dice que esta última edición italiana contó con la aprobación de Verdi.

Para dar “la vuelta al mundo” La necesidad de reducir las grandes proporciones de la obra según su forma original se remonta a 1875, cuando Verdi entró en tratativas con el Kärntnertortheater de Viena, en vistas a una producción que no se concretó (Don Carlos recién se conoció en esa ciudad en 1933, en idioma alemán). Pero la revisión en cuatro actos de la Scala recién tuvo su punto de partida en 1882, durante una estadía de Verdi en París. Allí, su discípulo y amigo Emmanuele Muzio le transmitió a Ricordi la decisión de conversar con Nuitter (erudito y archivista de la Opéra, que participó en las traducciones al francés de Macbeth, La forza del destino y Aida) para afrontar una reducción de la obra. Si el maestro estaba de acuerdo, se haría de Don Carlos “una ópera que diera la vuelta al mundo”. Verdi aprobó la idea y cuando dejó París, lo acompañó un esquema de Nuitter que excluía al acto de Fontainebleau. Sí, el conflicto estaba en la desmesura de unas proporciones, que para garantizar el éxito mundial necesitaban ser reducidas. Y Verdi siempre tuvo conciencia de los problemas. Al comienzo de una labor que duró nueve meses, se impuso la realidad de que Don Carlos era una ópera francesa, condicionada por la prosodia y la métrica de su idioma original. El coautor del libreto, Camille Du Ópera | 25

Locle (su socio, Joseph Méry, había muerto en 1866 al poco tiempo de iniciada la colaboración), no estaba en buenos términos con Verdi por aquellos tiempos de revisión. No llegó a impedir los planes pero sí exigió rehacer él mismo su propio texto en francés, antes de que fuese traducido al italiano. Cuando el trabajo de Du Locle tocó a su fin, los versos cayeron en manos de Angelo Zanardini, quien a su vez se valió de la primera traducción italiana de Achille de Lauzières (1867) para llevar a cabo la suya. Con estos elementos, se concretó una labor de revisión gracias a la cual Don Carlos conquistó los escenarios del mundo.

Caricatura de Baril Gédéon, 1867.

Lejano antecedente Varios años previos al estreno scaligero de 1884 y meses después del estreno mundial, la primera ejecución de Don Carlos en Italia tuvo lugar en el Teatro Comunale de Bolonia el 27 de octubre de 1867, con Giorgio Stigelli (Don Carlos), Capponi (Filippo II) Teresa Stolz (Elisabetta), Antonietta Fricci (Eboli) y Antonio Cottogni (Posa), dirigidos por Angelo Mariani. Salvo el idioma, se dio como en la Opéra por exigencia del propio Verdi. Siguieron otras representaciones como la scaligera del 25 de marzo de 1868, con dirección de Alberto Mazzucato. Pero la lenta aceptación por parte del público de Italia fue determinante al momento de reformular las cosas. Como se dijo líneas atrás, la extensión planteaba un verdadero problema y aquí es necesario hacer referencia al estreno londinense (Covent Garden, 4 de junio de 1867). No solo porque fue la primera vez que Don Carlos se cantó en italiano, según la mencionada traducción de Achille de Lauzières, sino porque de acuerdo a la costumbre del Covent Garden (y de casi todos los teatros europeos) se practicaron numerosos cortes. Bajo la dirección de Sir Michele Costa la première de Londres fue un éxito y su versión se anticipó a la de 1884: a modo de ejemplo, el primer acto se eliminó completamente. El encargo para París Con los antecedentes de Les Vêpres siciliennes (Opéra, 1855) y la revisión de Macbeth (Théâtre Lyrique, 1865), Verdi recibió un nuevo encargo parisiense por parte de Perrin, director de la Opéra: un drama basado en Don Carlos, infante de España, de Friedrich Schiller. Bien conocido por el compositor, el original era bastante más complejo que aquellos del mismo autor que inspiraron I masnadieri y Luisa Miller. Pero desde esas experiencias había transcurrido bastante tiempo y era momento de aceptar el desafío. Cuando Verdi estuvo en Madrid para el estreno español de La forza del destino, sintió atracción por la figura histórica de Felipe II. Impresionado luego de una visita al Escorial, le escribió a su amigo Arrivabene: “Es severo, terrible como el feroz soberano que lo ha construido” (22 de marzo de 1863). Ese interés y esa atracción estuvieron presentes, cuando años más

26 | Ópera

Portada del libreto de Don Carlo traducido al italiano, Florencia, 1869.

El príncipe de Asturias por Alonso Sánchez Coello, 1558

tarde examinó el borrador que le presentaron los libretistas Méry y Du Locle. Faltaban dos momentos cruciales tratados en el drama original, que Verdi pidió que fuesen incluidos: los dúos del monarca con el Marqués de Posa y con el Gran Inquisidor. No diremos nada nuevo, si subrayamos que la gran figura de la ópera es el Rey. En cuanto a Don Carlos, el personaje le permitió a Verdi crear un nuevo tipo de tenor, en el cual el claro ardor de este registro vocal “está temperado por medias luces y sutilezas de emoción y de estado de ánimo, que dan lugar a una nueva veta de invención musical” (Budden, p. 11). Hasta mediados de marzo de 1866, Verdi permaneció en París para trabajar con los libretistas, aunque desde febrero ya no contaba con Méry, víctima de una grave enfermedad que terminó con su vida a los pocos meses. Cuando decidió regresar a Italia para componer la música, salvo por algunos ajustes en el último acto (el quinto) el libreto estaba casi terminado. Instalado

en Sant’Agata, en el mes de junio lo recibió con los debidos retoques finales. Escribir la música significó para Verdi un enorme esfuerzo: un persistente dolor de garganta y la guerra contra Austria, que daría por resultado la independencia y unificación de Italia, le daban un marco muy desfavorable. El hecho de trasladarse a París mientras su país sufría le provocó rechazo y si no tuvo otro remedio que viajar, fue porque el contrato con la Opéra era ineludible. Al llegar a París, Don Carlos estaba casi finalizada. Para los últimos toques y ajustes Verdi prefirió instalarse en la localidad pirenaica de Cauterets, lugar mucho más proclive para el espíritu y el trabajo que la nada motivadora ciudad capital. En su correspondencia, el compositor aseguraba que allí no podía escribir una sola nota. El primer Don Carlos Antes de la noche del estreno, se cronometró el tiempo de duración de Don Carlos a lo largo de uno de los últimos ensayos. El resultado fueron 3 horas con 47 minutos (más que La africana de Meyerbeer, de por sí extensa), sin contar los largos intervalos. Según un corresponsal de La Gazetta Musicale di Milano, Don Carlos había comenzado a las 19 y finalizó a las 0.23, lo que en París era un verdadero problema para los que vivían en las afueras: el último tren partía a las 0.35. La solución encontrada por Verdi, fue acortar su ópera unos 15 minutos. Ópera | 27

Bocetos de Eugenio Zanetti para Don Carlo. Teatro Colón. Temporada 2015

El estreno de Don Carlos tuvo lugar el 11 de marzo de 1867. Los intérpretes, más difíciles de reunir que para cualquier drama verdiano precedente, fueron LouisHenri Obin (Philippe II), Jean Morère (Don Carlos), Jean Baptiste Faure (Rodrigue), David (Le Grand Inquisiteur), Armand Castelmary (Un Moine), Marie-Constance Sass (Élisabeth de Valois) y Pauline Guéymard (Eboli). El maestro concertador fue el mismo Verdi y la dirección estuvo a cargo de François-Georges Hainl. Los maestros del coro fueron Léo Delibes y Victor Massé, el maestro de la banda interna fue Adolphe Sax (inventor de la familia de los saxofones) y la coreografía se debió a Lucien Petipa. En su primera noche Don Carlos no fue un fracaso pero tampoco tuvo la recepción que Verdi esperó. Antes de abandonar París, le encargó a la dirección del teatro que se practicaran algunos cortes en los actos II y IV, que junto con los efectuados luego de haber cronometrado la duración original, constituyen las primeras de la larga serie de modificaciones a las que fue sujeta la obra con el paso del tiempo. Sin la presencia del compositor Don Carlos conoció el éxito a partir de la segunda y tercera noche, iniciadoras de un total de 43 representaciones. No faltaron quienes (1)

acusaron a Verdi de haberse germanizado o tornado wagneriano, que era entonces lo mismo, sin advertir que lo que acababan de presenciar era su entrada a un nuevo estadio de madurez, con la obtención de frutos cuya búsqueda se remontaba a las épocas de Ernani, como él mismo señaló. Las convenciones de la Opéra condicionaron a Don Carlos, cuyo perjuicio principal radicó en la extensión del libreto original, para colmo prolongado bajo exigencia de Verdi por los dúos en que participa Felipe II. La revisión emprendida en 1882, a 15 años del estreno en París, se propuso contrarrestar las adversidades mediante la síntesis y la sustitución de ciertas partes por otras, además de eliminar el primer acto y el ballet. A pesar del resultado favorable y de que sin dicha labor Don Carlos no hubiese conquistado su éxito permanente, Budden señaló una disparidad entre estilo viejo y estilo nuevo, además de advertir una pérdida de solidez en cuanto al interés amoroso de la trama (p. 165). Estemos seguros de que la fascinación que Don Carlos terminó por despertar en un público captado por la construcción de sus personajes y por la fuerza narrativa de su música, demuestra que la perfección o la coherencia más rigurosa no son la finalidad del arte.

Recomiendo el análisis de Julian Budden incluido en el tercero de sus tomos dedicados a las óperas de Verdi: Le opere di Verdi III – EDT, Turín 1998 y reimpresiones, traducción al italiano por Alberto Conte.

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“Don Carlo” una gran trayectoria Por Pablo Bardin

Don Carlo. Producción de Nicola Benois. Teatro Colón. Temporada 1971.

Giuseppe Verdi ya había tanteado el ámbito de la Ópera de París en 1847, cuando estrenó Jérusalem, versión francesa de I Lombardi, pero fue en 1855 cuando creó una grand´opéra para ese teatro: Les Vêpres Siciliennes, que al año siguiente tuvo su adaptación italiana. Escribió en 1865 una versión en francés de su Macbeth de 1847, con algunos cambios. Y retornó a París con otra grand´opéra, en cinco actos y con ballet: Don Carlos (1867); en 1884 la redujo a cuatro actos y en traducción italiana la estrenó en el Teatro alla Scala de Milán. Como muestra del arraigo que el género operístico ya tenía en Buenos Aires después de la época de Rosas,

se vio la versión francesa aquí en junio de 1873 en el Teatro de la Ópera. Pero una vez que se conoció la italiana, ésta prevaleció. El nuevo Colón la incluyó pronto, en 1911, dirigida por Edoardo Vitale y con grandes figuras como Nazareno De Angelis, Titta Ruffo y Florencio Constantino. Sin embargo, no era entonces una ópera de especial popularidad, ni aquí ni en el mundo, debido a su extensión, su complejo carácter combinando lo histórico, lo religioso y lo amoroso, y una estructura musical muy elaborada sin momentos pegadizos como los hay en Rigoletto. Recién se repuso en 1930, dirigida por Héctor Panizza y con artistas del nivel de Ópera | 31

las cuatro horas a la que es, en su versión original, la más extensa ópera verdiana.

Ghena Dimitrova y Nicola Martinucci como Isabel de Valois y Don Carlos. Teatro Colón. Temporada 1978.

Georges Thill, Tancredi Pasero y Carlo Galeffi. Pasarían 23 años antes de las próximas representaciones y para entonces, después de la Segunda Guerra Mundial, se había producido una notable revalorización, que ha continuado hasta nuestros días. No sólo interesaban mucho más las arduas relaciones de monarquía y religión, sino que se apreciaban mejor las extraordinarias inspiraciones verdianas como la escena entre Felipe y el Gran Inquisidor. Es verdad que en los años cincuenta era la versión en cuatro actos y en italiano la que se escuchaba. La apreciación de la francesa vendría mucho después y a partir de la notable grabación de Claudio Abbado (1985); luego fue también notable la de Pappano (1996). El Colón debe todavía esa experiencia a sus abonados, pero el Teatro Argentino la presentó durante la gestión de Marcelo Lombardero. Sin embargo, también podría ofrecerse un híbrido como tercera alternativa: la versión italiana en cuatro actos, precedida por el acto de Fontainebleau pero en traducción italiana, estrenada en Módena. En cualquier versión siempre se ha cortado el largo ballet obligado por las estrictas costumbres de la Ópera de París, que haría sobrepasar 32 | Ópera

Batalla ganada La temporada del Colón de 1953 iba a ser la primera de tres con el gran bajo americano Jerome Hines, altísimo, de enorme seguridad vocal en todo su registro. Desde entonces hasta 1978 Don Carlo se dará regularmente: la batalla estaba ganada. La de 1953 tuvo el mérito de preceder en un año a la primera y muy buena versión LP, realizada en La Scala dirigida por Santini (el maestro la dirigió allí con frecuencia y espléndidos repartos: Christoff, Ghiaurov, Talvela, Gencer, Labò, Bastianini, Christa Ludwig). Dirigida en Buenos Aires por Ferruccio Calusio y con puesta tradicional de Otto Erhardt, otras dos interpretaciones merecen mención: la gran Ebe Stignani como Eboli y el tenor Carlo Bergonzi en su primera visita. La reposición de 1962 tuvo calidad: una estupenda escenografía de Nicola Benois respetando el estilo de la época (o sea, evocando a El Escorial); la dirección del notable Fernando Previtali, poderosa y clara, y un cuadro de cantantes donde descollaron la admirable seguridad y buen gusto de la soprano holandesa Gré Brouwenstijn, el Filippo de Hines y dos imponentes intérpretes del Gran Inquisidor: William Wildermann y Hans Hotter. Aún mejor fue la de 1967, con dos grandes como Elisabetta (Gwyneth Jones) y Eboli (Fiorenza Cossotto), el magnífico y noble Posa de Gabriel Bacquier, de nuevo Hines, y un sólido tenor, Charles Craig. Y la firme dirección musical de Oliviero de Fabritiis. Esta vez el régisseur fue Ernst Poettgen con decorados y vestuario de Leni Bauer-Ecsy. Si bien no se hicieron los zafarranchos estilísticos que desgraciadamente hoy son habituales en el mundo, tampoco hubo una ubicación exacta; así, se notaban efectos churriguerescos y por ende exagerados en lo que debería ser un severo estilo herreriano, y la marcación de actores y los trajes fueron con frecuencia incongruentes. Con buen criterio, el director de escena estadounidense recurrió en 1971 a los ya conocidos escenografía y vestuario de Benois (en esa época los régisseurs aceptaban elementos escénicos que estuvieran ya en poder del teatro, y por suerte todavía no existía la tendencia al de-

Don Carlo. Producción de Hugo de Ana. Teatro Colón. Temporada 1996.

corado único). Tuvimos entonces un admirable director, Gianandrea Gavazzeni, en su única temporada operística en nuestra capital. El mejor Filippo de esa época, Nicolai Ghiaurov, dominó un reparto desparejo, donde sólo Piero Cappuccilli estuvo en un nivel importante; se extrañó la ausencia por enfermedad de Shirley Verrett (que así nunca vino a Buenos Aires). Otro valioso maestro, Francesco Molinari-Pradelli, estuvo al frente de la orquesta en 1978. La fuerte presencia escénica y vocal de Nicolai Ghiuselev y Ghena Dimitrova marcaron los puntos altos de un reparto que incluyó a otros cantantes de valía: Matteo Manuguerra, Bianca Berini y Wildermann. Margarita Wallmann, como era usual en ella, tuvo gran sentido del espectáculo pero escaso dramatismo en la régie, y Hugo de Ana fue el autor de escenografía y vestuario. Citando a Alberto Bellucci, “imponentes escenarios herrerianos y austeros figurines”. Pasaron nada menos que 18 años antes de su reposición en 1996. En ese tiempo Don Carlo tuvo gran auge en Europa, con famosas puestas de Zeffirelli y Visconti, y se realizaron magníficas grabaciones dirigidas por Giulini (1987) y Solti (1988). O sea que para entonces se podía elegir entre tres espléndidas grabaciones incluyendo la de la versión original por Abbado. La crítica europea, en

particular la inglesa, ponía a Don Carlo cerca del tope verdiano: Otello y Falstaff. Si para el público la llamada “trilogía popular” seguía a la cabeza (Rigoletto, La Traviata, Il Trovatore), el melómano avezado se inclinaba por esos otros títulos de supermadurez. La dirección intensa de Miguel Ángel Veltri apoyó a Hugo De Ana en otra etapa de su carrera en la cual había asumido la triple tarea de régisseur, escenógrafo y vestuarista, como sigue haciéndolo hasta la actualidad. Ya figura importante en Europa, sus enfoques fueron más audaces y espectaculares, a veces discutibles pero sin duda interesantes. Hubo dos Filippos de lujo: Ferruccio Furlanetto y Robert Lloyd. En un reparto muy cosmopolita y positivo, se pudo apreciar a la soprano estadounidense Leona Mitchell, a la italiana Giovanna Casolla (dramática Eboli), a nuestro Luis Lima muy expresivo en el protagónico, al ruso Vassily Gerello como Posa y al húngaro Csaba Airizer como Gran Inquisidor. Las últimas representaciones fueron en 2004, con un director correcto (Milan Nachev), régie y escenografía de Roberto Oswald y trajes de Aníbal Lápiz, team que tantos memorables espectáculos dio al Colón durante décadas. Dos eslavos se enfrentaron: Askar Abdrazakov (Felipe II) y Mikhail Svetlev (Gran Inquisidor). Maria Pia Ópera | 33

Don Carlo. Producción de Roberto Oswald. Teatro Colón. Temporada 2004.

Piscitelli hizo una notable Elisabetta y Luis Gaeta un Posa de límpida línea. Horizontes Han pasado once años y en consecuencia la elección de Don Carlo es muy razonable. Quizá la próxima vez que se programe será la ocasión de escucharla en francés y en cinco actos. Y quién sabe, su ballet podría darse dentro de la temporada de danza para completar nuestro conocimiento. Conviene dedicar algunos párrafos finales a las dificultades de la obra, y para ello vale considerar al híbrido que traduce al italiano el acto de Fontainebleau, ya que si se lo incluye se comprende mucho mejor la trama. Admitamos dos supuestos: a) que el drama de Schiller, adaptado por los libretistas François Joseph Méry y Camille du Locle (original francés) y Achille de Lauzières (traducción italiana), tiene fuerte impacto dramático y riqueza de situaciones y psicologías, pero a costa de cambiar considerablemente la realidad histórica; b) que cualquier cambio de época en la puesta en escena refuerza esta confusión, pero hasta ahora no se hicieron aquí en el caso de Don Carlo.

Obras de fantasía como La mujer sin sombra admiten bastante flexibilidad, pero las históricas no. Y debe quedar claro que en este caso se trata de la historia según Schiller, no como realmente fueron los personajes. Las edades están trastocadas: el verdadero Felipe II era bastante más joven que como se lo representa y Don Carlo tenía excentricidades de conducta muy marcadas, pero fue cierto que Eboli fue amante del Rey. También sería más verosímil que el Gran Inquisidor sea septuagenario en vez de nonagenario, y si en este caso se innovara no sería grave. En esta ópera hay política y los sentimientos de los personajes son afectados por esa política. Y está imbricada con la severidad del catolicismo español en esa época, donde la Inquisición estaba firmemente establecida. Es el dilema del Rey: ¿debe inclinarse ante ella? Por último, en una obra de tan amplias proporciones y fuertes contrastes, con no menos de seis personajes principales y de elevado costo, hay que contar con una integración férrea entre la calidad del elenco, la solidez de los cuerpos estables y una puesta de fuertes requerimientos. Son las exigencias de esta obra maestra riesgosa y necesaria.

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Argumento Época Reinado de Felipe II, década de 1560 Lugar España

Bocetos de Eugenio Zanetti para Don Carlo. Teatro Colón. Temporada 2015

Acto I Escena 1 monasterio de San Jerónimo de Yuste en España

Escena 2 Un jardín cerca de Yuste.

La princesa de Éboli canta una canción sobre un rey moro y una belleza con velo que resulta ser su esposa. Isabel entra. Posa entrega una carta de Francia (y secretamente una nota de Don Carlos). A petición suya, Isabel se muestra de acuerdo en ver al Infante a solas. Éboli deduce que ella, Éboli, es la persona a la que Don Carlos ama. Cuando están a solas, Don Carlos le dice a Isabel que se siente infeliz, y le pide a ella que ruegue a Felipe para que lo envíe a Flandes. Ella se muestra conforme y hace que Carlos renueve su declaración de amor para finalmente rechazarla. Don Carlos sale gritando que debe estar maldito. Entra el rey y se enfada porque la reina está sola. Ordena a su dama de compañía, la condesa de Aremberg, que vuelva a Francia, lo que impulsa a Isabel a cantar una triste canción de despedida. El rey se acerca a Posa, cuyo carácter lo ha impresionado favorablemente. Posa ruega al rey que deje de oprimir al pueblo de Flandes. El rey considera la petición poco realista y advierte a Posa que el Gran Inquisidor lo vigila.

Acto II

Don Carlos ha recibido una nota sugiriendo una cita en los jardines, que él cree que procede de Isabel, pero que en realidad es de Éboli, a quien él, confundido, declara su amor. La disfrazada Éboli se da cuenta de que él cree que ella es la reina, y Carlos queda horrorizado de que ella sepa ahora su secreto. Cuando entra Posa, ella amenaza con decir al rey que Isabel y Carlos son amantes. Carlos impide a Posa apuñalarla, y ella sale con un furor vengativo. Posa le pide a Carlos que confíe en él cualquier documento políticamente comprometido que pueda tener y, cuando Carlos se muestra conforme, reafirman su amistad.

Escena 1 En el jardín de la reina en Madrid.

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Los monjes rezan por el alma del emperador Carlos V. Su nieto Don Carlos entra, angustiado porque la mujer a la que ama está casada con su padre. Un monje que se parece al anterior emperador le ofrece consuelo de paz a través de Dios. El amigo de Carlos, Rodrigo, marqués de Posa, acaba de llegar de las oprimidas tierras de Flandes y le pide ayuda al Infante para ayudar a este sufriente pueblo. Carlos le revela su amor por su madrastra. Posa le anima a abandonar España y marchar a Flandes. Los dos hombres juran una amistad eterna. El rey Felipe y su nueva esposa, con sus ayudantes, entran a homenajear la tumba de Carlos V, mientras Carlos lamenta su amor perdido.

Escena 2 Enfrente de la catedral de Valladolid

Se hacen preparativos para un auto de fe, consistente en un desfile público y quema de herejes. Mientras que el pueblo lo celebra, los monjes arrastran a los condenados a la pila de leña. Le sigue la procesión real, y el rey se dirige al pueblo, pero Don Carlos trae a seis diputados flamencos, quienes le piden al rey la libertad de su país. La gente y la corte muestran su simpatía, pero el rey, apoyado por los monjes, ordena el arresto de los diputados. Carlos saca su espada contra el rey. El rey pide ayuda, pero los guardias no atacan a Carlos. Posa se mete en medio y persuade a Carlos para que entregue su espada. El rey entonces nombra a Posa duque, se prende fuego a la pila de leña y, conforme empiezan a arder las llamas, una voz celestial se puede oír prometiendo la paz para las almas condenadas.

Acto III

A solas, el rey, absorto, lamenta que Isabel nunca lo haya amado, que su cargo signifique que él tenga que estar eternamente vigilante, y que él sólo dormirá tranquilo cuando esté en su tumba en El Escorial. Anuncian al Gran Inquisidor, ciego, de noventa años. El rey pregunta si la Iglesia objetará matar a su propio hijo, y el Inquisidor replica que el rey estará en buena compañía: Dios sacrificó a su propio hijo. A su vez, el Inquisidor exige que el rey mate a Posa. El rey rechaza matar a su amigo, a quien aprecia, pero el Inquisidor le recuerda que la Inquisición puede abatir a cualquier rey. El rey admite que carece de poder para salvar a su amigo y le ruega al Gran Inquisidor que olvide toda la discusión. Éste se marcha. Isabel entra, alarmada ante la aparente sustracción de su cofre de joyas, pero el rey lo presenta y señala el retrato de Don Carlos que contiene, y la acusa de adulterio. Ella protesta que es inocente, y, cuando el rey la amenaza, ella se desmaya. Él pide ayuda. Aparecen Éboli y Posa. El rey se da cuenta de que ha juzgado mal a su esposa. Posa resuelve salvar a Carlos, aunque ello signifique su propia muerte. Éboli siente remordimientos por traicionar a Isabel; esta última, recuperándose, expresa su desesperación. Las dos mujeres se quedan solas. Éboli confiesa no sólo que ella robó el cofre porque ella ama a Carlos y este la ha rechazado, sino que, aún peor, ella ha sido la amante del rey. Isabel le dice que debe irse al exilio o entrar en un convento, y sale. Éboli, a solas, maldice el fatal orgullo que su belleza le ha causado, elige el convento antes que el exilio, y decide intentar salvar a Carlos de la Inquisición.

Escena 1 En el estudio del rey Felipe en Madrid

Ópera | 37

DON CARLO ÓPERA EN CUATRO ACTOS Música de Giuseppe Verdi Libreto de Joseph Mery y Camille Du Locle basado en el drama Don Carlos, infante de España de Friedrich Schiller Versión italiana de Achille de Lauzieres y Angelo Zanardini.

Personajes Bocetos de Eugenio Zanetti para Don Carlo. Teatro Colón. Temporada 2015 Bajo Escena 2 Una prisión

Acto IV El monasterio de Yuste.

Don Carlos ha sido apresado. Posa llega para decirle que será salvado, pero que él mismo tendrá que morir, incriminado por los documentos políticamente sensibles que Carlos le ha confiado. Un guardia dispara a Posa en el pecho. Al morir, Posa le dice a Carlos que Isabel lo encontrará en Yuste al día siguiente, y le dice que está feliz de morir si su amigo puede salvar Flandes y gobernar sobre una España más feliz. Después de su muerte, entra Felipe, ofreciendo la libertad a su hijo. Carlos lo rechaza por haber matado a Posa. Ante esto, el rey expresa a gritos su dolor. Suenan las campanas, e Isabel, Éboli y el Gran Inquisidor llegan, mientras el pueblo exige la liberación de Carlos y amenaza al rey. En la confusión, Éboli se escapa con Carlos. El pueblo es suficientemente valiente para amenazar al rey, pero quedan aterrorizados por el Gran Inquisidor, y al instante obedecen su enojada orden de calmarse y hacer una reverencia al rey. Isabel se arrodilla ante la tumba de Carlos V. Se compromete a ayudar a Carlos a cumplir su destino en Flandes, pero ella misma sólo desea la muerte. Carlos aparece y se despiden, prometiendo encontrarse de nuevo en el Cielo. Felipe y el Gran Inquisidor entran: el rey declara que habrá un doble sacrificio, y el Inquisidor confirma que cumplirá con su deber. Carlos, llamando a Dios, saca su espada para defenderse de los guardias del Inquisidor, cuando de repente el Monje emerge de la tumba de Carlos V. Agarra a Carlos por el hombro, y en alto proclama que la turbulencia del mundo persistirá incluso en la Iglesia; no podemos descansar sino en el Cielo. Felipe y el Inquisidor reconocen la voz del Monje como la del padre del rey, el anterior emperador Carlos V. Todo el mundo grita horrorizado, y el Monje arrastra a Carlos a la fuerza a la tumba y sella la salida.

TENOR BARÍTONO BAJO SOPRANO MEZZOSOPRANO SOPRANO TENOR

FELIPE II Rey de España DON CARLOS Infante de España RODRIGO Marqués de Posa GRAN INQUISIDOR Inquisidor General ISABEL DE VALOIS Princesa de Francia PRINCESA DE ÉBOLI Noble Española TEBALDO Paje de Isabel CONDE DE LERMA Embajador del Rey de España

La acción se desarrolla en el Palacio de Fontainebleau, Francia, en 1568, en el Primer Acto y algunos meses más tarde en el Monasterio de Yuste, y en Madrid actos III y IV.

MÓNICA ZAIONZ | TRADUCCIÓN

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ACTO I CUADRO I Claustro del Monasterio de San Yuste. Se ve en el fondo una capilla con el sepulcro del Emperador Carlos V. Es de madrugada, los monjes están rezando frente a la capilla. Un fraile solitario se halla arrodillado ante la tumba.

RODRIGO

RODRIGO

¡Oh, príncipe, mi señor!

¡Es tu madre! ¡Justo cielo!

DON CARLOS

Es el cielo el que te envía en mi dolor. RODRIGO

Monjes

Carlos, el supremo Emperador, no es más que ceniza muda. Su alma tan altiva ahora tiembla a los pies del celeste Hacedor. UN FRAILE

Quería reinar sobre el mundo, olvidando a Aquél que en el cielo indica el camino a los astros. ¡Su orgullo fue inmenso, su error, profundo! ¡Sólo Dios es grande, y si Él lo quiere hace temblar la tierra y el cielo! Padre, que sonríes misericordioso a tus fieles, ¿querrás, piadoso, conceder al pecador… que la paz y el perdón desciendan del cielo? ¡Sólo Dios es grande, solo Él es grande! Va amaneciendo lentamente. Los monjes empiezan a retirarse. Entra Don Carlos, pálido y agitado.

nuevo cielo para mí! ¡Ah, ahora me ha separado para siempre de ese corazón, un padre... un rey! ¡El triste albor de mi vida no me promete un día feliz! Hechicera, me has robado el corazón, esperanzas, sueños y amor. ¡Ay de mí, la he perdido! UN FRAILE

¡El dolor de la tierra nos sigue aun en el claustro la guerra del corazón sólo se calmará en el cielo! DON CARLOS

¡Su voz! ¡Mi corazón tiembla! ¡Qué terror! Me pareció ver al emperador... escondiendo bajo el manto, la corona y su armadura de oro. ¡Se dice que aún se aparece en el claustro! ¡Oh terror! ¡Oh terror!

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RODRIGO (Entrando)

¡Es él! ¡Aquí! ¡El infante!

¡Qué palidez! ¡Bajas tu mirada! ¡Triste de mí! ¿Tú mismo, mi Rodrigo, te alejas de mí?

¡Amado príncipe! RODRIGO DON CARLOS

¡Ángel de consuelo! RODRIGO

¡Ha sonado la hora, el pueblo flamenco te reclama! ¡Debes socorrerlo, y convertirte en su salvador! ¡Pero qué veo! ¡Qué palidez, qué pena! ¡Sobre tus ojos se ve brillar un rayo de dolor! ¡Callas! ¡suspiras! ¡Tu corazón está triste! ¡Carlos mío, comparte conmigo tu llanto y tu dolor! DON CARLOS

¡Mi salvador, mi hermano, mi fiel, deja que llore sobre tu pecho!

DON CARLOS

¡La he perdido! ¡Oh poderes celestiales! ¡Hay otro! ¡Y es mi padre! ¡Otro! ¡Y es el rey! Él, a quien adoro, me ha arrebatado a mi prometida. ¡Ah, qué bello fue el día sin mañana, en el que lleno de esperanzas era posible errar por las sombras solos, juntos, en el dulce suelo de Francia en la foresta de Fontainebleau. ¡Yo la vi y su sonrisa abrió un

DON CARLOS

¡No, Rodrigo aún te ama! Te lo puedo jurar. ¿Sufres? ¿Sufres? ¡El universo desaparece para mí! DON CARLOS

¡Oh mi Rodrigo! RODRIGO

¡Mi príncipe! ¿Este secreto lo conoce el rey? DON CARLOS

¡No! RODRIGO

Entonces, procura que te permita partir hacia Flandes. Acalla tu corazón, harás una obra digna de ti y entre los oprimidos aprenderás a convertirte en un rey!

RODRIGO

¡Vierte tu tormento en mi corazón que tu alma no quede cerrada para mí! ¡Habla!

DON CARLOS

DON CARLOS

RODRIGO

¿Lo quieres? ¡Entérate de mi desventura, qué horrendo rayo atravesó mi corazón! ¡Amo... de un amor culpable… a Isabel!

¡Escucha! Ya se abren las puertas del convento Felipe y la reina vendrán aquí.

Te seguiré, hermano. Se oye una campana.

DON CARLOS

¡Oh, Rodrigo mío! RODRIGO

¡Alteza! DON CARLOS

¿Eres tú a quién abrazo?

DON CARLOS

¡Isabel!

Libreto | 41

RODRIGO

RODRIGO

¡Fortalece a tu espíritu junto a mí... en el cielo, tu estrella aún brilla serena! ¡Pide al cielo la virtud de los fuertes!

¡Coraje!

DON CARLOS Y RODRIGO

Dios, que has querido infundir en nuestras almas amor y esperanza... enciende en nuestros corazones, deseos de libertad. ¡Juramos vivir juntos y morir juntos! ¡Tu bondad nos puede unir en la tierra y en el cielo! RODRIGO

Ya vienen.

que las estrellas del cielo aún no han despuntado, ¿cantar alguna canción?

DON CARLOS

¡Él la hizo suya! ¡La he perdido! ¡Gran Dios!

DAMAS

Queremos complacerte. Oh, princesa. Oiremos atentas.

RODRIGO

¡Acércate a mí, tu corazón se fortalecerá! AMBOS

¡Viviremos juntos y moriremos juntos! El último aliento será un grito: ¡Libertad!

ÉBOLI

Tráiganme la mandolina, y cantemos juntas cantemos la canción sarracena, esa del velo, propicia para el amor. ¡Cantemos! DAMAS

DON CARLOS

¡Cantemos!

¡Oh terror! ¡Solo de verla tiemblo!

ÉBOLI

CUADRO II Un jardín junto a la verja del Monasterio de Yuste. Las damas de la corte están sentadas alrededor de una fuente. Un paje está finando una mandolina. Es una calurosa tarde de verano. CORO DE DAMAS

TEBALDO Y DAMAS

¡Bajo los inmensos abetos que dan sombra y quietud... y cobijan el sagrado albergue… descansemos con esta brisa... del ardiente calor que el cielo nos envía como un dardo.

¡Es bello oír entre las plantas el murmullo de la amorosa fuente... expresando gota a gota, su dolor! Y, si el sol es más ardiente, las horas se hacen menos lentas... bajo las sombras y entre las flores.

TEBALDO

El suelo se cubre con miles de flores se oye el susurro de los pinos y bajo la sombra, hasta el ruiseñor parece volar más alegre. 42 | Libreto

En el jardín de la bella mansión sarracena bajo el aroma y las brisas del laurel y de las flores, una bella bailarina envuelta en velos parecía contemplar una estrella en el cielo. Mohammed, rey moro, se dirige al jardín y le dice: “Te adoro, oh, gentil beldad.” Ven, el rey te invita a reinar, la reina ya no es atractiva para mí.

ÉBOLI Y TEBALDO

¡Tejan los velos, hermosas doncellas mientras el astro mayor esté en el cielo que a la luz de las estrellas, los velos son más gratos para el amor. DAMAS

¡La reina! ÉBOLI Una extraña pena pesa sobre su corazón. ISABEL

Aquí se oía una alegre canción. Aparte

(¡Ay de mí, se desvanecieron los días en que mi corazón era feliz!) Entra Rodrigo.

ÉBOLI Y TEBALDO

TEBALDO

¡Tejan los velos, hermosas doncellas mientras el astro mayor esté en el cielo que a la luz de las estrellas, los velos son más gratos para el amor.

El marqués de Posa, grande de España.

ÉBOLI

Le da la carta, y junto con ella, disimuladamente, le da otro papel y le dice en voz baja.

ÉBOLI

Solo la reina de España puede penetrar estos muros sagrados. ¿Quieren, mis compañeras, ya

el hermoso cabello, la pequeña mano, el pie. ¡Por favor, levanta el velo que te oculta de mí sin el velo, debes ser como el cielo. Si quisieras darme tu corazón como regalo tendrías mi trono, pues soy soberano. ¿Lo quieres? ¡Inclínate, te complaceré! “¡Alá! ¡La reina!, exclamó Mohammed!”

“Pero apenas veo, - el cielo no está claro aún -

RODRIGO A Isabel

¡Señora! La augusta madre me confió en París una carta para su majestad.

(Léala, en nombre de la gracia eterna.) Libreto | 43

He aquí el sello real, las flores de lis de oro.

RODRIGO

EBOLI A Rodrigo.

ISABEL

Acepto, pero no para mí.

ÉBOLI

RODRIGO

¿Quién más digno que Ud. puede ver sus deseos satisfechos?

Se habla de un gran torneo, y en él participará el rey.

ISABEL

(¡Ah, no me atrevo a abrirlo si lo hago traiciono al rey. ¡Ah! ¿Por qué tiemblo?) Esta alma es pura aún, Dios lee en mi corazón. Lee el papel.

(“Por el recuerdo que nos une, y en nombre de un pasado querido... Te ruego que confíes en el portador. Carlos.”) EBOLI

Los franceses son tan corteses… por su elegancia y gracia. ¿Y es verdad que las francesas son tan bellas... que en las fiestas reales solo encuentran rivales en el cielo? En los bailes de corte para nuestros trajes ¿son elegantes la seda y el oro? RODRIGO

Todo está bien cuando se tienen su gracia y su belleza. ISABEL A Rodrigo

Estoy agradecida. Puede pedir un deseo a la reina. 44 | Libreto

ÉBOLI

(¿Se atreverá? ¡Si pudiera abrirme su corazón!)

ISABEL

ISABEL

(¡Oh terror!)

Estoy dispuesta a volver a ver a mi hijo.

Entra Carlos, los demás se retiran discretamente. RODRIGO

Carlos, nuestro único amor, vive dolorido en nuestra tierra y nadie sabe cuánto dolor ha marchitado la flor de su corazón. Está en Ud. la esperanza de quien gime, deje que recobre la paz y el vigor. Concédale que la vuelva a ver. Si puede volver, se salvará. ÉBOLI Aparte

CARLOS

¡Cielos! ¡Ni una sola palabra para el infeliz que parte al exilio! ¡Ah! ¿Por qué ya no oigo hablar a la piedad en su corazón? ¡Ay de mí! Esta alma está oprimida, tengo hielo en el corazón. ¡Insensato!, lloré, supliqué en mi delirio ¡y fue dirigirme a un helado mármol de sepulcro!

(¡Apenas me sostengo!)

¿Qué cuentan de la tierra francesa, tan gentil, tan amable?

ISABEL Aparte

y su dolor desaparecerá, concédale que la vuelva a ver. Si vuelve, Carlos estará salvado. ¡Si vuelve, Carlos estará salvado!

CARLOS

Vengo a suplicar la gracia de mi reina, ella, que ocupa el primer lugar en el corazón del rey es la única que podrá obtener esta gracia para mí. Este aire es fatal para mí, me oprime... me tortura, como el pensamiento de una desgracia. ¡Partir! ¡Me es necesario! Que el rey me envíe a Flandes.

¿Por qué acusar a mi corazón de indiferencia? Debió comprender mi noble silencio. El deber brilló en mi mirada, y guiada por ese rayo me moveré. ¡Pongo mi esperanza en Dios, en la inocencia! CARLOS

Bien perdido, mi único tesoro, ¡ah, tú, esplendor de mi vida! Al menos todavía te puedo oír. ¡Al oír tus palabras, mi alma ve cómo se abre el cielo!

(Un día que estaba junto a su madre, vi a Carlos temblar... ¿acaso sentirá amor por mí?)

ISABEL

ISABEL

¡Hijo mío!

ISABEL

CARLOS

(¡Mi aflicción se agrava! ¡Volverlo a ver es morir!

¡Ese nombre no, sino el de aquella vez! ¡Infeliz! ¡No resisto más! ¡Piedad! ¡Tanto sufrimiento, piedad! ¡El cielo avaro sólo me concedió un día y luego me lo arrebató!

Dios clemente, aplaca en el olvido el dolor de tan bello corazón. Oh, Carlos, adiós. ¡Viviendo en esta tierra, junto a ti creería estar en el cielo!

ÉBOLI

(¿Por qué me lo oculta?) RODRIGO (A Isabel.)

¡Ah, Carlos encontró siempre cerrado el corazón de su padre, el rey, sin embargo, no sé quién sería más digno de amor, de verdad, no lo sé! Una sola, una sola palabra de amor

ISABEL

Príncipe, si Felipe quiere oír mi súplica y poner a Flandes en sus manos, bien puede partir, bien podría partir, mañana.

CARLOS

¡Oh prodigio! Mi corazón se serena,se consuela, el recuerdo del dolor se desvanece, el cielo se apiadó de tanto dolor. Isabel, a tus pies, quiero morir de amor. Cae, desmayado. ISABEL

¡Justo cielo, la vida huye de sus ojos que lloran! Libreto | 45

CARLOS

¡Ah! ¡Estoy maldito!

¿Qué voz desciende del cielo para hablarme de amor? ¡Isabel! ¡Tú, bella adorada, junto a mí, como un día te vi! ¡Ah! ¡El cielo se iluminó, la selva ha vuelto a florecer!

Se va corriendo.

regresa al suelo natal, ¡mi corazón te seguirá! Recibe una última muestra de mi gratitud, oculta ese indigno ultraje del que yo misma me avergüenzo. No hables de mi llanto, de mi cruel dolor, regresa al suelo natal, mi corazón te seguirá.

ISABEL

RODRIGO, DAMAS Y CABALLEROS

¡Dios veló por nosotros! ¡Señor! ¡Señor!

Espíritu gentil y piadoso calma tu dolor… ISABEL

¿Qué quiere decir, para los otros?

ISABEL

TEBALDO Entrando.

¡Oh cielo, se muere!

¡El rey!

Regresa al suelo nativo con los votos de mi corazón.

RODRIGO

CARLOS Volviendo lentamente en sí.

Entra Felipe II acompañado por Grandes de España y nobles, entre los cuales se halla Rodrigo y la Princesa de Éboli.

La reina se levanta y la princesa de Éboli y todas las damas salen con ella, Rodrigo se dispone a salir pero Felipe II le hace señal de que se quede.

FELIPE II

FELIPE

¿Por qué la reina está sola? ¿Ni siquiera has mantenido a una dama junto a ti? ¿No te consta mi voluntad real? ¿Qué dama de honor debía estar contigo?

¡Quédate! ¿Por qué aún no has pedido ser traído ante mí? Sé recompensar a quienes me defienden. Y sé que has servido fielmente a mi corona.

¡Te lo ruego, bondad celeste! Fortalece ese noble corazón que tanto penó. Ay de mí, el dolor lo mata. ¡Entre mis brazos veré morir de angustia, de amor, a aquél que el cielo me había destinado!

ISABEL

Cumple con tu obra, corre a matar a tu padre y entonces, manchado con su sangre podrás llevar a tu madre al altar. Anda... ve, ¡y mata a tu padre! CARLOS

¡Dios poderoso! CARLOS

… mi dulce amor eres tú! ¡Bella dorada, bella adorada, eres tú, eres tú! ¿Por qué quieres sacarme de mi tumba... del sueño del sepulcro, cielo despiadado?

¡Oh, Carlos! ¡Oh, Carlos! CARLOS

Que la tierra se abra bajo mis pies y sobre mi cabeza se desplome un rayo. ¡Te amo, te amo, te amo Isabel! ¡El mundo ha desaparecido para mí!

46 | Libreto

FELIPE

Lo sé bien, pero... ¿qué puedo hacer por ti?

¡Nada! ¡No, nada para mí!, pero para los otros... FELIPE

¡Se lo diré, señor, si no le molesta! FELIPE

¡Habla!

Entra la condesa de Arenberg.

Condesa, regresará a Francia, al nuevo día.

RODRIGO CORO

¡Ah! ¡Ofende a la reina! ISABEL

¡Allá, donde en España, haga falta una espada, una mano vengadora, un guardián del honor, no tardará en brillar la mía, bañada en sangre!

RODRIGO

¡Oh mi tesoro, eres tú... ISABEL

RODRIGO

La condesa inclina la cabeza y va a retirarse, pero Isabel la detiene afectuosamente. Entran otras damas. ISABEL Consolando a la condesa,

No llores, compañera, no llores, no, aplaca tu dolor. Te expulsan de España, pero no de mi corazón. El alba de mi vida fue feliz contigo,

¿Y qué podía esperar yo del favor del rey? Señor, estoy satisfecho: la ley es mi escudo. FELIPE

Amo los espíritus altivos. Perdono la audacia, no siempre. Has dejado el oficio de la guerra, un hombre como tú, soldado de alta estirpe, ¿puede estar inactivo?

RODRIGO

Oh, señor, vengo desde Flandes, ese país que un día fue tan hermoso. ¡Hoy, privado de toda luz, inspira horror, parece una tumba silenciosa! Los huérfanos sin casa, van llorando por las calles, el hierro y el fuego destruyen todo... ¡Ya no hay piedad! Por las riberas enrojecidas parece correr sangre... ¡los gritos de las madres resuenan por los hijos que mueren! ¡Ah, bendito sea Dios, que me deja narrar esta cruel agonía... para que el rey la conozca. FELIPE

¡Sólo con la sangre pude lograr la paz del mundo! Libreto | 47

Mi espada aplastó el orgullo de los revoltosos que ilusionan a la gente con sueños mentirosos! En esta mano, la muerte tiene un fecundo porvenir.

FELIPE

FELIPE

FELIPE

FELIPE

RODRIGO

¡Bajo el cielo no hay nada que valga el bien que me ha quitado! ¡Te confío el destino de ellos! ¡Investiga sus corazones, a los que un loco amor arrastra! ¡Siempre estarás autorizado para ver a la reina! ¡Tú, que solo eres un hombre, entre el enjambre humano pongo mi corazón en tus manos leales!

¡Ojalá que algún día la paz pueda volver a mí!

¿Qué? ¿Acaso piensa cosechar para la eternidad, sembrando la muerte?

¡Oh, extraño soñador! Cambiarías tu pensamiento si conocieras el corazón del hombre como lo conoce Felipe! ¡Ahora, basta! El rey no ha oído nada. ¡No temas! ¡Pero ten cuidado con el gran Inquisidor!

¡Dirige tu mirada a España! El artesano en la ciudad y la plebe en los campos, de nada se lamentan, fieles a Dios y al rey. ¡Ofrezco la misma paz a mis dominios de Flandes!

¿Qué? ¡Señor! RODRIGO

RODRIGO

¡Una aurora inesperada aparece en el cielo! ¡Se abrió ese corazón, ese corazón que nadie pudo conocer!

¡Señor!

RODRIGO

FELIPE

¿Sigues ante mi real presencia y no has pedido nada al rey? ¡Quiero tenerte a mi lado!

RODRIGO

¡Oh, sueño divino! ¡Oh, gloriosa esperanza! FELIPE

¡Cuídate del gran Inquisidor! ¡Cuídate! ¡Cuidado!

El rey da su mano a rodrigo para que la bese y luego se aleja. Cae rápidamente el telón

RODRIGO RODRIGO

¡Horrenda paz! ¡La paz de los sepulcros! ¡Oh rey! ¡Que la historia jamás pueda decir: “¡Fue como Nerón!” ¿Ésta es la paz que ofrece al mundo? ¡Un don así despierta terror y profundo horror! ¡El sacerdote es un verdugo cada soldado un bandido! El pueblo gime y se extingue callando, y en su imperio desierto, inmenso, horrendo, ¡se oye a todos maldecir a Felipe! ¡Sí, maldecir! Renueve el orbe entero, como un Dios redentor. ¡Levántese con un vuelo sublime, por encima de cualquier otro. ¡Sobre cualquier otro rey! ¡Por usted sea feliz el mundo! ¡Déle la libertad! 48 | Libreto

¡Señor! ¡No! ¡Quiero seguir siendo el que soy! FELIPE

¡Eres demasiado altivo! Tu mirada se ha atrevido a penetrar en mi trono. Aprende a conocer la angustia y dolor de mi cabeza... sobre la que pesa la corona! ¡Mira ahora mi corte! ¡La ambición la circunda, soy un padre desgraciado... y un esposo más triste todavía! RODRIGO

ACTO II CUADRO I Jardines de la reina. Es una noche de luna. CARLOS Leyendo una nota.

“A medianoche, en el jardín de la reina… bajo los laureles de la fuente cercana.” Es medianoche, me parece oír el murmullo de la fuente cercana... ¡Ebrio de amor, ebrio de dicha el corazón! ¡Isabel! ¡Mi amor, mi bien, mi tesoro, ven a mí!

Señor, ¿qué dice?

Aparece la princesa de Éboli pero por la oscuridad Carlos la toma por Isabel.

FELIPE

¡Eres tú, eres tú, bella adorada, que apareces entre las flores! ¡Eres tú, mi alma feliz se olvida de su dolor! ¡Oh, razón de mi alegría, al menos podré hablarte!

La reina… una sospecha me perturba, ¡y mi hijo! RODRIGO

¡Tiene el alma pura y noble!

¡Oh tú, razón de mi tormento, eres tú, mi amor, eres tú, mi bien! ÉBOLI

(Tanto amor es un gozo supremo. ¡Soy amada, amada!) CARLOS

¡Olvidemos el universo! ¡Oh, querida, solo te quiero a ti! ¡Ya no tengo pasado, no pienso en el porvenir! ¡Te amo... te amo! ÉBOLI

¡Que el amor pueda unir tu corazón al mío para siempre!

Libreto | 49

CARLOS

ÉBOLI

ÉBOLI

¡Olvidemos el universo, la vida y el mismo cielo!

¡Ah, Carlos!

El íntimo del rey. No lo ignoro. Pero soy una enemiga formidable, poderosa... ¡conozco tu poder pero aún no conoces el mío!

CARLOS ÉBOLI

¡Ah, felicidad suprema! CARLOS

¡Te amo...te amo! Dándose cuenta de su error. (¡Cielos! ¡No es la reina!)

¡Tu corazón, en verdad es celestial... pero el mío debe permanecer cerrado al placer! Nosotros, juntos, hemos forjado un sueño extraño, en esta noche tan bella, entre el perfume de las flores.

ÉBOLI

ÉBOLI

¡Ay de mí! ¿Cuál es el pensamiento que te dejó pálido e inmóvil… y que ha helado tus labios? ¿Qué espectro se interpuso entre nosotros? ¿No crees en mi corazón, que sólo late por ti? ¿Acaso ignoras la terrible trampa que está bajo tus pies? ¡El fulgor del cielo ahora podrá caer sobre tu cabeza!

¡Un sueño! ¡Oh cielos! ¡Esas palabras ardientes creías dirigirlas a otra, iluso! ¡Qué deslumbramiento! ¡Qué misterio! ¡Amas a la reina!

CARLOS

¡No creas que ahora no veo cada vez más densas las nubes. ¡Sobre mi cabeza veo pronto a precipitarse el fulgor del cielo!

CARLOS

¡Piedad! RODRIGO Entrando.

¿Qué dice? ¡Delira, no es verdad, está loco! ÉBOLI

ÉBOLI

He leído el amor en su corazón, ahora lo sé todo. Está perdido.

Oí de tu padre, del propio Posa, hablar de ti en tono siniestro.

RODRIGO

CARLOS ÉBOLI

¡Lo sé todo! ÉBOLI

¡Puedo salvarte! Te amo.

RODRIGO

CARLOS

¿Qué quieres decir? ¡Desgraciada! ¡Tiembla!, yo soy...

¡Qué misterio me ha revelado!

50 | Libreto

RODRIGO RODRIGO

Morirás aquí mismo.

¿Qué quieres decir? CARLOS ÉBOLI

¡Rodrigo!

¡Nada! En vano huyes de mi furor, su destino está en mis manos.

RODRIGO

¡Esos labios malditos aún no destilaron el veneno!

RODRIGO

Debes hablar y revelarnos qué pensamiento te ha traído aquí.

CARLOS

ÉBOLI

ÉBOLI

Soy una tigresa herida, herida en el corazón. Y la ofensa invita a la venganza.

¿Por qué tardas en matarme?

¡Rodrigo, frena tu corazón!

RODRIGO

¡No! RODRIGO

El furor del cielo caerá sobre ti. Es el protector de los inocentes.

ÉBOLI

ÉBOLI

RODRIGO

En vano intentas escapar de mi furia. Su destino está en mis manos.

¡No! No, me queda una esperanza, el Señor me inspirará.

¡No demores más!

CARLOS

¿Qué quieres decir? ¡Rodrigo!

enmascarar su corazón de celeste virtud, libar el placer y vaciar entera la copa del amor! ¡Ah, por mi fe! ¡Fue muy atrevida!

¡Qué estúpido fui! ¡Oh destino despiadado! ¡He manchado el nombre de una madre! Sólo Dios podrá indagar si este corazón no es culpable.

ÉBOLI

Tiembla por ti, hijo falso, mi venganza se acerca. ¡Tiembla por ti, dentro de poco el suelo se abrirá bajo tus pies! RODRIGO

ÉBOLI

¡Y yo, que temblaba ante su presencia! ¡Ella quería, esta nueva santa...

Debes callar, respeta el dolor, o el Dios severo te castigará.

Libreto | 51

CARLOS

CARLOS

¡Ella sabe todo! ¡Tremendo dolor!

No, eres la única esperanza de mi corazón; este corazón que tanto te amó, no sé cerrarlo a ti. ¡En ti repose toda mi confianza sí, te doy estos documentos!

La princesa de Éboli se va furiosa. RODRIGO

¡Carlos! Si acaso conservas documentos importantes, alguna nota, un secreto, debes confiármelos.

ábrete ahora! ¡Santuario venerado, entréganos a nuestro rey! Se abren las puertas y sale el rey del templo.

Fueron infieles a Dios, infieles al rey. Los flamencos me son rebeldes. ¡Guardias, guardias, que se alejen de mí!

FELIPE

Carlos, puedes confiar en mí...

Al poner la corona sobre mi cabeza he jurado al cielo que me la entrega dar muerte a los enemigos con el fuego y el acero.

CARLOS

CARLOS

CORO

¿A ti? ¿Al íntimo del rey?

Me abandono a ti...

¡Gloria a Felipe! ¡Gloria al cielo!

RODRIGO

FELIPE

MONJES

¡Ah, son infieles! ¡No tienen fe en Dios! PUEBLO Y DEMÁS ASISTENTES

RODRIGO

¿Sospechas de mí? ¿De mí? ¿sospechas de mí?

ISABEL

CUADRO II Una amplia plaza frente a la iglesia de Nuestra Señora de Atocha en Madrid. CORO

¡El día del regocijo ha despuntado! ¡Honor al más grande de los reyes! ¡El pueblo deposita su confianza en él, el mundo está postrado a sus pies! Nuestro amor lo acompaña a todas partes y este amor jamás, jamás se apagará. Su nombre, es el orgullo de España y debe vivir por toda la eternidad. Entra un grupo de monjes que conduce a los herejes a la hoguera.

Despuntó el día, el día del terror el tremendo día, el día fatal. ¡Morirán... morirán... morirán! ¡El rigor es justo, el rigor del Inmortal es justo! Pero la voz suprema del perdón 52 | Libreto

¡Que el rey extienda sobre ellos su mano soberana! ¡Que los flamencos encuentren piedad en su aflicción!

sucederá a la del anatema si el pecador se arrepiente en su hora extrema.

(¡Carlos aquí! ¡Oh cielos!)

TEBALDO, CORO

RODRIGO

¡En su martirio, a punto de morir, en su último suspiro, piedad señor!

(¡Qué pensamiento lo impulsa hacia aquí!)

FELIPE

FELIPE

Fueron infieles a Dios, infieles al rey.

¿Quiénes son estos que se postran ante mí?

MONJES

CARLOS

Aparece la comitiva real, con Isabel y Rodrigo, que se dirige hacia la escalinata.

Son mensajeros de Brabante y de Flandes que tu hijo conduce ante el rey.

¡Honor al rey... honor al rey... honor al rey!

LOS SEIS DIPUTADOS

HERALDO

¡Que se abra la puerta del templo! ¡Oh, mansión del Señor, ábrete ahora! ¡Santuario venerado, entréganos a nuestro rey! CORO

¡Que se abra la puerta del templo! ¡Oh, mansión del Señor,

Señor... Señor… La última hora aún no sonó para los flamencos en su dolor. Todo un pueblo te implora, haz que no deba gemir siempre. Si tu corazón es piadoso y ha implorado en el templo la clemencia y la paz, ten piedad de nosotros, ten piedad y salva nuestra tierra, salva nuestra tierra, oh rey, que recibiste tu poder de Dios.

¡No vean en ellos más que a unos rebeldes, merecen todo el rigor del rey! CARLOS

¡Señor! Ya es hora de que yo viva. ¡Estoy cansado de llevar una oscura existencia en esta tierra! ¡Si Dios quiere que un día tu corona venga a ceñir mi frente, prepara para España un rey digno de ella! Entrégame Brabante y Flandes. FELIPE

¡Insensato! ¡Te atreves a pedir tanto! ¡Quieres que yo mismo te entregue Libreto | 53

el acero, con el que un día matarías al rey!

RODRIGO

CARLOS

CARLOS

¡Ah! Dios lee en nuestros corazones. Él debe juzgar.

¡Oh cielos! ¿Tú? ¡Rodrigo!

ISABEL

CORO

Aparte. (¡Tiemblo!)

¡Él! ¡Posa!

¡Dame la espada!

ACTO III CUADRO I Estudio del rey en Madrid, está amaneciendo.

RODRIGO

FELIPE

Marqués, eres Duque. Vamos, ahora a la fiesta.

(¡Se ha perdido!) CORO CARLOS

¡Aquí lo juro ante el cielo! ¡Pueblo flamenco, sólo yo seré tu salvador!

¡El día del regocijo ha despuntado! ¡Honor al más grande de los reyes! ¡El pueblo deposita su confianza en él... el mundo está postrado a sus pies!

LOS DEMÁS (Salvo FELIPE)

¡El acero! ¡Ante el rey! El infante está fuera de sí.

MONJES

FELIPE

VOZ CELESTIAL

¡Guardias! ¡Desármenlo! Señores, sostenes de mi trono, que sea desarmado. ¿Pero qué? ¿nadie?

Vuelen hacia el cielo, vuelen pobres almas... ¡apresúrense a gozar la paz del Señor!

CARLOS

CORO

Ahora bien, ¿quién de ustedes se atreverá? ¿Quién huirá de este acero?

¡Gloria al cielo!

FELIPE

¡Que sea desarmado!

Despuntó el día del terror.

Cae el telón

FELIPE

FELIPE

¡Ella jamás me amó! Ese corazón está cerrado para mí. ¡No siente amor por mí! Nuevamente me parece verla contemplar tristemente mis cabellos blancos el día que llegó de Francia. ¡No, no siente amor por mí! ¡No me ama!

¡Sí, lo hice llamar, padre mío! Estoy dudando. Carlos colma mi corazón de una amarga tristeza... el infante me es rebelde, se armó contra su padre. INQUISIDOR

¿Qué medio eliges para castigarlo?

Saliendo de su ensimismamiento.

¿Dónde estoy? ¡Esos candelabros están a punto de apagarse! La aurora ilumina mi balcón, ¡ya amanece! ¡Veo cómo pasan mis días, lentamente! El sueño, oh Dios, se desvaneció de mis ojos dolientes. Dormiré solo, en mi manto real cuando mi jornada esté llegando al ocaso. Dormiré solo, bajo la negra bóveda allá, en mi sepulcro del Escorial. ¡Si la corona real me diese el poder de leer en los corazones, que solo Dios puede ver! Si duerme el príncipe, vela el traidor... ¡la corona pierde el rey y el esposo el honor! Dormiré solo, bajo la negra bóveda... allá, en mi sepulcro del Escorial.

FELIPE

Entra el Gran Inquisidor, un anciano de noventa años, ciego, conducido por dos frailes dominicos y acompañado por el Conde de Lerma.

FELIPE

LERMA

INQUISIDOR

¡El gran Inquisidor!

Dios sacrificó al suyo para salvarnos.

El más severo. INQUISIDOR

Quiero conocerlo. FELIPE

Que huya, o si no que el hacha... INQUISIDOR

¿Y bien? FELIPE

¿Si envío a mi hijo a la muerte, tu mano me absolverá? INQUISIDOR

La paz de un imperio bien vale la vida de un rebelde.

Yo, cristiano, ¿puedo inmolar a mi hijo ante el mundo?

INQUISIDOR

¿Estoy ante el rey? 54 | Libreto

Libreto | 55

FELIPE

FELIPE

Pero, ¿podrías aconsejar una ley tan severa?

Para soportar los días dolorosos que vivimos, en vano he buscado lo que necesito en mi corte. ¡Un hombre! Un corazón leal. ¡Lo he encontrado!

INQUISIDOR

Habrá valor en todas partes, si lo hubo en el Calvario.

INQUISIDOR FELIPE

¿Podrán callar en mí la naturaleza y el amor?

¿Por qué un hombre? ¿Por qué tienes entonces el nombre de rey si hay alguien que te iguala, señor?

FELIPE Saca la caja de su mesa.

Da la vuelta e indica a sus acompañantes que se lo lleven.

FELIPE

¡Eso que buscas, aquí lo tienes! ISABEL

¡Cielos!

Haz el favor de abrirlo. Isabel hace un gesto de negarse.

FELIPE

¡Y bien, lo abriré yo!

Padre mío, que la paz vuelva a albergarse entre nosotros.

Inspecciona su contenido.

FELIPE

INQUISIDOR

ISABEL

¡Basta, fraile!

¿La paz?

(¡Ah! ¡Me siento morir!)

INQUISIDOR

FELIPE

FELIPE

¡Las ideas del rebelde han penetrado en ti! ¡Quieres romper con tu débil mano el santo yugo que se extiende sobre el orbe romano! Vuelve a tu deber. La Iglesia, al hombre que espera, al que se arrepiente, puede ofrecerle el perdón. Te pido al señor de Posa.

Debes olvidar lo que ha pasado.

¡El retrato de Carlos! ¿No encuentras palabras? ¡El retrato de Carlos!

INQUISIDOR

Todo deberá callar para exaltar la fe.

la sombra de Samuel? ¡Hasta ahora he dado dos reyes a tu poderoso reino! ¡Quieres destruir la obra de tanto tiempo, demente! ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué quiere el rey de mí?

FELIPE

¡Está bien! INQUISIDOR

¿No quiere el rey interrogarme sobre otra cosa? FELIPE

No. INQUISIDOR

Entonces, seré yo quien hable, señor. En tierra hispana, jamás dominó la herejía pero hay quien quiere derribar el edificio divino. Es el amigo del rey, su fiel compañero, el demonio tentador que lo empuja a la ruina. La traición de Carlos, que tanto te irritó en comparación con esto parece un juego fútil. Y yo, el Inquisidor, yo, que muchas veces levanté mi poderosa mano sobre las viles hordas de culpables, por los grandes de la tierra, olvidando mi fe dejo ir tranquilos, a un gran rebelde y al rey. 56 | Libreto

FELIPE

INQUISIDOR

¡Quizás! Sale.

ISABEL

¡Sí! FELIPE

FELIPE

¡Entonces, el trono siempre deberá inclinarse ante el altar!

¿Entre tus joyas?

Entra precipitadamente Isabel, quien se arroja a los pies del rey.

ISABEL

ISABEL

FELIPE

¡Justicia, justicia, señor! ¡Justicia, justicia! Tengo fe en la lealtad del rey. En tu corte soy tratada cruelmente. y ultrajada por enemigos oscuros y desconocidos. El cofre, donde guardaba, señor, todo un tesoro, las joyas y otros objetos aún más queridos para mí. ¡Me lo han robado! ¡Justicia... justicia! La reclamo de su majestad.

¡Qué! ¿Te atreves a confesármelo?

¡Sí!

¡No, jamás! INQUISIDOR

Oh rey, si no estuviese hoy, contigo, en el palacio real lo juro ante Dios, que mañana estarías ante el gran Inquisidor... en el tribunal supremo. FELIPE

¡Fraile, sufrí demasiado por tus crueles palabras! INQUISIDOR

¿Por qué entonces evocar

ISABEL

¡Sí, me atrevo, sí! ¡Sabes bien que un día mi mano fue prometida a tu hijo! Ahora te pertenezco, sumisa a Dios, ¡pero soy inmaculada como un lirio! ¡Y ahora se sospecha del honor de Isabel! Se duda de mí, ¡y quien me ultraja es el rey!

Libreto | 57

FELIPE

FELIPE

ISABEL

ÉBOLI

¡Hablas con demasiada audacia! Me crees débil y pareces desafiarme mi debilidad puede convertirse en furor. ¡Tiembla entonces por ti y por mí!

No. ¡No manchó la fe jurada... su orgullo me lo dice!

¿Tú?

¡Ah! No veré más, ¡ah, no veré más a la reina! Oh, don fatal, oh, don cruel, que el cielo me concedió en su furor! Tú, que nos haces tan vanas, tan altivas, te maldigo, te maldigo oh, mi belleza. ¡Solo puedo derramar llanto ya no tengo esperanzas, tendré que sufrir! ¡Mi delito es tan horrible que jamás podré purgarlo! ¡Te maldigo, oh mi belleza! ¡Oh mi reina, has sido víctima, por el loco error de mi corazón! ¡Ahora, sola en un claustro tendré que ocultar al mundo mi dolor! ¡Ay de mí! ¡Ay de mí! ¡Oh, mi reina! ¡Ahora, sola en un claustro tendré que ocultar al mundo mi dolor! ¡Oh cielo! ¿Y Carlos? Mañana debe morir. ¡Gran Dios! ¡Lo veré ir a la muerte! ¡Ah!, me queda un día, la esperanza me sonríe. ¡Bendito sea el cielo! ¡Lo salvaré!

ÉBOLI ÉBOLI

(¡He cometido un delito infernal!) ISABEL

¿Cuál es mi culpa? FELIPE

¡Perjura! Si tanta infamia ya colmó la medida, si me traicionaste, lo juro, ¡lo juro ante el cielo, que derramaré sangre! ISABEL

RODRIGO

(¡Ahora ha llegado el momento de actuar... un horrendo relámpago brilló en el cielo!) (¡Que un hombre muera por España, le dejaré un feliz porvenir!) ÉBOLI

(¡Ah, traicioné ese noble corazón! ¡Oh, dolor!)

Siento piedad por ti.

¡Ah! ¡La piedad de una esposa adúltera! Isabel se desmaya ante el insulto.

¡Socorran a la reina! Entran la princesa de Éboli y Rodrigo. ÉBOLI

ÉBOLI

Sí, el amor, el furor y el odio que sentía por ti, los crueles celos que me despedazaban el corazón... me pusieron en tu contra! ¡Yo amaba a Carlos! ¡Y Carlos me despreció! ISABEL

ISABEL FELIPE

¡Sí! ¡Soy yo quien te acusó! ISABEL ¿Tú?

¿Qué ha sucedido? ¡Oh cielos! En el llanto, en el dolor, todos, oh, madre, me abandonaron. ¡En este suelo soy una extranjera! ¡Ya no tengo más esperanzas sobre la tierra!

¿Lo amabas? ¡Levántate! ÉBOLI

¡No! ¡no! ¡Piedad! ¡Tengo otra culpa! ISABEL

¿Otra?

(¡Cielos! ¡Qué hice! ¡Ay de mí!) RODRIGO

¡Señor! La mitad de la tierra está bajo sus órdenes. ¿Serás entonces el único a quien no puedes controlar en tan vasto imperio?

ÉBOLI

ÉBOLI

(¡Oh, remordimiento fatal!) ¡Piedad! ¡Piedad, perdón, por la culpable que se arrepiente!

¡Piedad! ¡piedad! ¡El rey, no me maldigas! ¡Sí! ¡Fui seducida! ¡perdida! ¡El error que te imputaba... yo misma lo había cometido!

ISABEL

¿A mis pies? ¿Tú? ¿Qué culpa? FELIPE

(¡Ah! ¡maldita seas, sospecha fatal, obra de un demonio de un demonio infernal!) ÉBOLI

(¡La he perdido, la he perdido! ¡Oh, remordimiento fatal!)

58 | Libreto

ÉBOLI

¡Ah! ¡El remordimiento me mata! Mi corazón está torturado. Ángel del cielo, reina augusta y piadosa, ¡debes saber a cuál demonio el infierno te dio en prenda! Ese cofre, yo soy quien te lo robó.

ISABEL

¡Devúelveme la cruz! ¡Debes abandonar la corte al nuevo día! ¡Puedes elegir entre el exilio y el convento!

Libreto | 59

CUADRO II Un calabozo subterráneo donde se halla Carlos. RODRIGO Entrando.

Soy yo, Carlos mío.

en el cielo... ¡Él, que premia a sus fieles! Veo lágrimas en tus ojos, ¿por qué lloras así? No, anímate, anímate... el último aliento es feliz para quien morirá por ti.

CARLOS

FELIPE

¡Cielos! ¡la muerte! ¿Para quién?

¡Oh, presagio fatal!

CARLOS

CARLOS

¿Por qué hablas de muerte?

¡Dios Todopoderoso!

RODRIGO

RODRIGO Agonizando.

CARLOS RODRIGO

¡Para mí! ¡La venganza del rey no podía tardar!

CARLOS

¡Oh, Rodrigo! Te estoy agradecido por venir a la prisión de Carlos. RODRIGO

¡Carlos mío! CARLOS

¡Lo sabes bien! ¡He perdido las fuerzas! El amor de Isabel me tortura y me mata. ¡No, ya no tengo valor para los que viven! Pero tú, todavía puedes salvarlos para que dejen de estar oprimidos. RODRIGO

FELIPE

¿Quién me devolverá ese hombre? ¿Quién? Se oye un tumulto afuera y voces de alarma.

Escucha, el tiempo apremia. ¡He dirigido el tremendo rayo sobre mí! Hoy ya no eres el rival del rey. ¡El feroz agitador de Flandes soy yo! CARLOS

¿Y quién podrá creerlo? RODRIGO

¡Las pruebas son claras! Tus documentos hallados en mi poder son claros testimonios de la rebelión. Y sin duda, mi cabeza ya tiene precio.

¡Ah! ¡Quiero que sepas cuán grande es mi afecto! Debes salir de este horrible sepulcro. ¡Estoy feliz por poderte abrazar otra vez! ¡Te he salvado!

Dos hombres vestidos de negro, uno con el traje de Inquisidor y el otro armado con un arma de fuego entran en la estancia contigua.

Oh, Carlos, escucha... tu madre te espera en San Yuste, mañana, ella lo sabe todo. ¡Ah! La tierra se desvanece. ¡Carlos mío, dame la mano! ¡Moriré, pero feliz, porque así he podido conservar un salvador para España! ¡Ah! ¡No te olvides de mí! ¡No te olvides de mí! Tú debías reinar, y yo, morir por ti ¡ah! ¡Ah! ¡No te olvides de mí! ¡Ah!... me faltan las fuerzas, dame la mano. ¡Ah! Salva a Flandes... ¡Carlos, adiós!

NOBLES

¡Cielos! ¡Tocan la alarma! Aumenta el tumulto exterior. PUEBLO Desde afuera.

¡Quien intente detenernos morirá! ¡ataquemos! ¡Ataquemos! ¡ataquemos! ¡Ya nadie nos detendrá! Temblar deberá e inclinar la cabeza ante el pueblo. LERMA

El pueblo está enfurecido. Quieren al infante. FELIPE

¡Que se abran las puertas! LERMA Y NOBLES

Quiero revelar todo al rey.

Muere Rodrigo y carlos se echa desesperadamente sobre él. Entra el rey acompañado de varios nobles.

CARLOS

RODRIGO

FELIPE

FELIPE

¿Qué dices?

No, conserva tu vida para Flandes. Consérvala para la gran obra, la debes llevar a cabo. Harás renacer un nuevo siglo de oro. Tú debías reinar, y yo, morir por ti.

Carlos mío, te devuelvo la espada.

¡Obedezcan! ¡Lo ordeno!

CARLOS

ÉBOLI Entra disfrazada y se dirige a Carlos.

RODRIGO

Ahora debemos decirnos adiós. ¡Oh, Carlos mío! Para mí ha llegado el último día, no nos volveremos a ver. Que Dios nos vuelva a reunir 60 | Libreto

¡Ya no tienes hijo! ¡Mis reinos estarán de su parte!

CARLOS

El Inquisidor hace una señal y el otro dispara, hiriendo a Rodrigo, luego salen.

¡Detente! Tu mano está manchada de sangre. ¡Horror! ¡Nos unía una fe fraternal! ¡Él me amaba! ¡Sacrificó su vida por mí!

¡Cielos!

¡Ve, huye!

Libreto | 61

FELIPE Al pueblo.

PUEBLO Arrodillándose.

¿Qué quieren?

¡Señor, piedad de nosotros! ¡piedad!

PUEBLO

¡Al infante!

FELIPE

¡Dios Todopoderoso, gloria a Ti! FELIPE

¡Aquí está!

PUEBLO

Entra el Gran Inquisidor.

¡Sacrilegio infame!

¡Y viva el rey! ¡Viva el rey! ¡Piedad!

PUEBLO

Cae el telón

¡El gran Inquisidor!

¡Póstrense ante el rey al que Dios protege! ¡Póstrense! ¡A tierra! ¡A tierra!

ACTO IV Claustro en el Monasterio de Yuste.

Tú, que conociste la vanidad del mundo y en el sepulcro gozas del descanso profundo. Si aún se llora en el cielo, llora por mi dolor y lleva mi llanto al trono del Señor. ¡Carlos vendrá aquí! ¡Sí! Que se marche y me olvide. A Posa he jurado velar por su vida. Que siga su destino, le trazará la gloria. ¡Para mí, el viaje terrenal ha llegado a su fin! ¡Francia, suelo noble, que tanto 62 | Libreto

Entra Carlos y trata de distinguir a Isabel a la luz de la luna.

días de desventura. ¡Iré feliz a él, sí, muerto o vencedor tendré elogios o llantos de tu corazón agradecido! ISABEL

CARLOS

¡Es ella! ISABEL

Una palabra, una sola, pido protección al cielo para el peregrino que parte... y luego solo pido que viva y me olvide.

¡Sí, esto es el heroísmo, y su llama sagrada! ¡El amor digno de nosotros es el que inflama a los fuertes! ¡Hace del hombre un dios! ¡Ve, no tardes más! ¡Sube al calvario y salva a un pueblo que está muriendo! CARLOS

INQUISIDOR

ISABEL

¡Adiós, adiós, años juveniles! Cediendo ante el cruel dolor, mi corazón tiene un solo deseo... ¡La paz del sepulcro!

quise en mis años juveniles! ¡Fontainebleau! Mi pensamiento vuela hacia ti. Dios escuchó allá mi juramento de amor eterno y esa eternidad solo duró un día. Entre ustedes, bellos jardines de esta tierra ibérica si alguna vez Carlos debiera detenerse en la noche... que la tierra, los arroyos, las fuentes, los bosques, las flores canten, con sus armonías, nuestro amor. ¡Adiós, bellos sueños dorados, ilusión perdida! ¡El nudo se rompió, la luz, la luz se apagó!

CARLOS

Sí, con tu voz esa gente me llama.

Sí, quiero ser fuerte, pero cuando el amor es herido antes de morir, mata.

ISABEL

ISABEL

CARLOS

No, piense en Rodrigo. ¡No se sacrificó por ideas locas!

y si he de morir por ella, mi muerte será hermosa!

CARLOS

ISABEL

¡Quiero que en la tierra flamenca se eleve para él un sublime, excelso sepulcro como jamás tan noble y bello lo haya tenido un rey!

¡Ve, no tardes más!

ISABEL

¡Las flores del paraíso sonreirán para él! CARLOS

¡Un bello sueño me sonreía! Desapareció, y en mi ansiedad surge una hoguera que envía sus llamas al cielo. Un río teñido de sangre, los campos convertidos en tumbas... un pueblo que muere y me tiende la mano suplicante, como a un redentor, en sus

¡Salva al pueblo!

CARLOS

¡Pero antes de este día, ningún poder humano habría separado tu mano de la mía! ¡Pero en este gran día, el honor, en mí, ha vencido al amor una empresa como ésta, renueva la mente y el corazón! ¿No ves, Isabel? ¡Te estrecho contra mi pecho y mi virtud no vacila, ni faltaré a ella! Ahora que todo terminó y retiro mi mano de la tuya, ¿lloras? ISABEL

¡Sí, lloro, pero te admiro! El llanto es del alma, Libreto | 63

y lo puedes ver... ¡Es el llanto que derraman las mujeres por los héroes! Pero nos veremos en lo alto, en un mundo mejor ya suena para nosotros la hora del eterno porvenir y allá encontraremos, en el seno del Señor, el anhelado bien... ¡el anhelado bien que siempre huye en la tierra! CARLOS/ISABEL

Pero nos veremos en lo alto, en un mundo mejor... ya suena para nosotros la hora del eterno porvenir y allá encontraremos, en el seno del Señor, el anhelado bien ¡el anhelado bien que siempre huye en la tierra!

Al Inquisidor.

¿Pero, Ud.? INQUISIDOR

El Santo Oficio hará el suyo. ISABEL

¡Cielos!

¡Dios me vengará! ¡El tribunal de sangre despedazará con su mano!

FRAILE

Olvidemos todos los nombres de los amores profanos.

El dolor de la tierra, aún nos sigue en el claustro la guerra del corazón, solo se calmará en el cielo.

CARLOS

INQUISIDOR

¡Adiós, hijo mío! LOS DOS

¡Eterno adiós! ¡Adiós para siempre! Entra el rey seguido por el Gran Inquisidor y oficiales de la Inquisición. FELIPE Sujetando a la reina.

¡Sí, para siempre! ¡Quiero un doble sacrificio!

en tu casa

CARLOS

En ese día, en que para nosotros no habrá más mañana.

ISABEL

Teatro Colón

¡Guardias!

ISABEL

¡Adiós, madre!

Disfrutá del

INQUISIDOR

Don Carlos se acerca a la tumba de Carlos V cuya verja se abre y aparece el farile del acto I, pero ahora descubre sus ropas, es el Emperador Carlos V en persona vestido con sus atributos reales y corona.

LOS DOS

64 | Libreto

¡Cumpliré con mi deber!

¡Es la voz de Carlos! OFICIALES DE LA INQUISICIÓN

¡Es Carlos Quinto! FELIPE

Aterrorizado. ¡Mi padre! ISABEL

¡Oh cielos! La aparición se lleva a Carlos hacia el interior del claustro. Cae el telón

Viví los grandes espectáculos del Teatro todos los sábados en el Canal de la Ciudad y en La Once Diez.

Orquesta Estable del Teatro Colón Freddy Varela Montero

Amarilis Rutkauskas Carlos Ferreiro Habra*

Concertino Adjunto

Violas

Concertino

Oleg Pishenin Primeros Violines

Natalia Shishmonina Solista Serdar Geldymuradov Suplente Solista

Angel Randazzo Suplente Solista Carlos Sanguino Suplente Solista Amilcar Carfi Raúl di Renzo Martha Cosattini David Bellisomi Sergio Polizzi Martín Centeno Lucrecia Herrero Daniela Sigaud Verónica Novara Myrian Gandarillas David Coudenhove Demetrio Grigoriev* Segundos Violines

Fernando Morelli Solista Sebastián Zoppi Solista Adjunto Nicolás Giordano Suplente Solista Olga Pinchuk* Suplente Solista Diego Tejedor Katharina Deissler* Roxana Valle Gabriela Olcese Alfredo Hess Luis Sava Alejandro Beraldi Valentina González Anabella Fernández

66 | Ópera

Gabriel Falconi Solista interino Adrián Felizia Solista Adjunto Pablo Hopenhayn* Suplente Solista Laura Hackstein* Suplente Solista Rubén Jurado Cecilia Russo Jorge Sandrini Alejandro Varady Cristina Tonelli Pablo Fusco Paula Recondo* Gonzalo Quecuty* Violonchelos

Andrés Mouroux Solista Stanimir Todorov Solista Adjunto Jorge Bergero Suplente Solista interino Esdras Campos* Suplente Solista Néstor Tedesco Leandro Kyrkiris Daniel Tavella Mario Kyrkiris Nicolás Rossi Hugo Tagliavini Cecilia Carnuccio Federico Wernicke* María Teresita Di Marco* Contrabajos

Elián Ortíz Cárdenas Solista Mariano Slaby Suplente Solista interino Carlos Vega Ciro Buono Adrián Valansi Ricardo Cánepa

Felipe Devincenzi* Matías Cadoni* Santiago Bechelli*

Darío Galián* Margarete Mengel* Dante Yenque*

Flautas

Trompetas

Jorge de la Vega Solista Fabio Mazzitelli Solista interino María Cecilia Muñóz

Osvaldo Lacunza Solista Werner Mengel Solista Adjunto Oscar López Calatayud

Solista Adjunta interina

Trompeta Píccola

Músico Copista Corrector

Martín Auza Flautín Laura Falcone

Agustina Guidolín Cristian Martinelli

Claudio Ramos Federico Taboada

Oboes

Trombones

Rubén Albornóz Solista Gerardo Bondi Solista Adjunto Marcelo Baus Corno inglés Raquel Dottori Alejandro Lago

Henry Bay Solista Abel Larrosa Solista Adjunto Enrique Schneebeli Trombón Bajo Ingrid Bay Adrián Nalli

Clarinetes

Tuba

Carlos Céspedes Solista Daniel Kovacich Solista Adjunto Carlos Fernández Clarinete Bajo Marcelo Ruíz Schulze Guillermo Astudillo

Pedro Pulzován Timbales

Alexandre Alventosa* Solista

Secretario Operativo

Banda de escena

Federico Bondar* Coordinador

Ricardo Nelson García Ayudante de Coordinación

Gabriel Roson*

Luthier

Carlos González Vientos Gervasio Barreiro Cuerdas Archivo Musical

Horacio Lagrassa (Jefatura) Antonio Battipaglia (2da. Jefatura) Técnico afinador

Ricardo Quintieri

Clarinetes

Pamela Gallardo* Patricia Maya* Marcedes Bornett* Cornos

Enrique Faure*, Francisco Fornillo*, Constanza Dougall* Ñawin Rodríguez* Trompetas

Leandro Melluso* Pablo Barrientos* Daniel Reposi* Carlos Luriaud* Trombones

Abel Larrosa Enrique Schneebeli Walter Larrosa* * Contratados

Percusión Fagotes

Néstor Astutti

Oscar Bazán Solista Ezequiel Fainguersch

Gerardo Cavanna

Solista Adjunto

Alfredo Ciani Contrafagot Diego Armengol Abner da Silva* Cornos

Domingo Zullo Solista Rodolfo Roson Solista interino Marcos Molo Gustavo Berri

Placas, Tambor y Accesorios Tambor, Suplente de Platillos y Accesorios

Florencia Barrientos Tambor, Bombo y Accesorios

Gustavo Alfieri* Placas, Suplente de Tambor y Accesorios

Martín Mendoza* Arpas

Silvia Guillermina Sneider Solista Sarah Solomon Stern Solista Adjunta

Ópera | 67

Coro Estable del Teatro Colón Mtro. Miguel Fabián Martínez | Director Mtro. Ulises Maino | Asistente de Dirección Alejandro Díaz | Coordinación Coro Estable Jeanette Denisse Reta * | Ayudante de Coordinación

Sopranos Primeras

Gabriela Anapios Susana Benítez Constanza Castillo Altamirano María Corbacho María Coronel Bugnon * Alicia Dagnino Corina Díaz María Dolores Díaz Carmen Fabiano Silvia Gatti Rocío González Elisabeth Guerrero Izumi Ishigaki * Julia Manzitti Mariana Mederos Carmen Nieddu Tamara Pepe Laura Polverini Kathryn Power Alicia del Valle Tenores Primeros

Nazaret Aufe Ferrari Diego A. Bento Juan Eduardo Borja Eduardo Bosio Luis Fuentes Bustos * Ruperto Martínez Marcelo Monzani Ricardo Ochoa Gastón Oliveira * Marcos Padilla Darío Paggi * Walter Perreta Fermín Prieto

68 | Ópera

Reinaldo Alcides Samaniego Néstor Sosa Sopranos Segundas

Claudia Arce María Angélica Caruso Gabriela Ceaglio Marta Del Giorgio Vera Golob Roxana Horton Carina Höxter Selene Lara Iervasi Graciela Murtagh Natalia Nocetti * Araceli Edit Quijano Analía Sánchez * Tenores Segundos

Teófilo Adam Garbis Adiamanian Rodolfo Cano Ariel Casalis Felipe Castillo Diego Domínguez * Carlos Duarte Fernando Ferrigno Marcelo Gómez * Juan González Cueto Daniel González Martínez * Hugo Jaurena Ramiro Pérez * Carlos Sampedro Hernán Sánchez Arteaga Juan Summa Cristian Taleb * Manuel Terrizano

Mezzosopranos

Mariela Barzola Laura Benítez Sabrina Contestabile Cecilia Díaz Jacinta Lanusse Monserrat Maldonado De Matto Vanesa Mautner Daniela Prado * Lidice Robinson Livia Tarsitano Ana Ruanova Cintia Velázquez Graciana Yza

Contraltos

Nora Balanda Sylvia Barrios Verónica Cano Myriam Casanova Virginia Correa Dupuy Cecilia Jakubowicz Gabriela Kreig * Ana Larreategui Patricia Neme Tamara Odón Silvia Sacchi Celina Torres Bajos

Barítonos

Sebastián Angulegui Luis Asmat Ramírez * Jorge Balagna Norberto Crespi * Mariano G. Crosio Carlos Flores Leandro Gauna Enrique Gibert Esteban Hildebrand Alberto Ingolotti Loaiza Isler * Marcelo Lombardero Cristian Maldonado Javier Martínez * Jorge Rabuffetti Leandro Matías Sosa Juan Trupia y Rodríguez Gabriel Vacas

Walter Aon * Juan Barrile Walter Bartaburu * Felipe Begovil Cudina * Enrique Borlenghi Cristian De Marco Horacio Ferrere Leonardo Fontana Max Hochmuth * Roman D.Modzelwski Jorge Moncagatti Sergio Núñez * Augusto Nicolás Nureña * Federico Rodríguez Salcedo * Julio Palacios Christian Peregrino Claudio Rotela Gustavo Vita Edgardo Zecca * Contratados

Actores - Figurantes que intervienen en la ópera “Don Carlo”* Lorenzo Abascal Andrés Araya Claudio Armesto Alberto Basualdo Obispo Leonardo Bianco Obispo Carlos Bige Obispo Fabio Camino Andrés De Chazal Osmar Di Stefano Obispo Darío Galán Emanuel González Andrea Grassi Bailarina Antonio Luppi Bailarín Martin Malgarejo Nicolas Manservigi Laura Marini Coreógrafa

Irene Martens Bailarina Andrés Martínez Alejandro Méndez Silvina Méndez Halconera Ana Merten Princesa De D´ Arenberg Valeria Montagna Bailarina Alfredo Montesano Marina Olmi Bailarina Fernando Pardo José Alberto Portillo Juan Carlos Rodríguez Luciano Rosini Rubén Santti Martín Segura Bailarín Mario Suárez

Actores-Figurantes ESTABLES

Emilce Aliscioni Osmar Di` Stefano Enrique Leyes

Oscar Omar Ortiz | Coordinador Jimena Mangione* | Asist. de Coordinación * Contratados

Ópera | 69

Staff Escenotécnico

CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN

MARÍA CREMONTE | DIRECTORA ESCENOTÉCNICA antonio Gallelli | coordinador general

Presidente Honoraria

Teresa Aguirre Lanari de Bulgheroni

COMITÉ EJECUTIVO

Jefe TÉcnico Escenario

Efectos Escénicos

Pintura y Artesanía Teatral

Alberto Azzinari

Ricardo Giménez

Claudia Vega

CoordinaciÓn de Vestuario

Escenografía

Prevención riesgos escénicos

Blanca Ocampo

Enrique Dartiguepeyrou

Alberto Luna

ProduccIÓn EscenotÉcnica

Escultura

Redes y comunicación escénica

Verónica Cámara

Claudia Valerga

Cristian Escobar

ProduccIÓn Ejecutiva

Herrería teatral

Sastrería teatral

Jorge Negri

José Di Pietrantonio

Stella Maris López

Asistencia de ProduccIÓn

Infraestructura escénica

Tapicería

Omar Duca

Arq. Adriana Giugno

Alfredo Arias

Audio

Luminotecnia

Utilería

Federico Guastella

Rubén Conde

Carlos Suárez

DocumentaciÓn

Maquinaria escénica

Video

Arnaldo Colombaroli

Alberto Azzinari

Karina Barresi

Electricidad escÉnica

Peluquería y Caracterización

Zapatería

Ricardo Azzaritti

María Eugenia Palafox

Blanca Villalba

Presidente

María Taquini de Blaquier VicePresidente Primero

Guillermo Ambrogi VicePresidente segunda

Nelly Arrieta de Blaquier secretario

Jorge di Lello tesorero

Gerardo R. Lo Prete Prosecretaria

Lily De Benedetti Protesorero

Gonzalo Bruno Quijano VocaLes

Víctor Cañardo Salvador Carbó Rodolfo A. Ceretti Alejandro Cordero Antonio Estrany y Gendre Alicia Farias Teresa Grüneisen de Maronese Eric Guillermo Le Comte María Inés Llach de Lo Prete Alejandro Massot Sergio Meller Marcelo E. Podestá Liliana Santarelli de Roux

Mecenas de Platino Pan american energy LLc (sucursaL argentina) neLLy arrieta de BLaquier aLejandro cordero anónimo Mecenas de Plata LiLy de Benedetti Banco gaLicia teresa aguirre Lanari de BuLgheroni anónimo adherentes Benefactores itaú teresa grüneisen de maronese maría isaBeL sirito marceLo e. Podestá adherentes Protectores marta choPitea de carBó PaoLo rocca saLvador carBó martín gaing susana mitjans de cLosa rafaeL gaLanternik juan josé Luis Piana jean dominique ZigLiara Lía victoria cañas carLos e. Zeni y LiLa B. rodrigueZ dieZ de Zeni noemí LamuragLia anónimo adherentes Patrocinadores sergio e. meLLer LiLiana y juLián roux aLejandro y maría josé massot

en memoria de susana cresPo diario La nueva Provincia susana romero aLBerto y maría victoria anchorena feLisa rocha de quesada aLuar aLuminio argentino saic maría martha rivero haedo de BLaquier feLiPe acevedo maría isaBeL y jorge Winograd ricardo de aguirre hita anónimos adherentes contriBuyentes irma c. de aBerastury e inés aBerastury maría de teZanos Pinto de eijo germán y mónica de eLiZaLde maita Barrenechea sergio Pedro Brodsky Luisa atucha gracieLa BaLL ana maría Baudrix ana maría Berti susana Braun de santiLLán maría angéLica cáceres scLauZero víctor cañardo rodoLfo y carmen carranZa carmen y ramón jueguen jacqueLine Larivière LiLiana LeWis de martíneZ castro irma Piano de aLonso

mario ricci rodoLfo a. roBaLLos León chaita héctor Luis freyre roBerto maLkassian heBe chiesa arturo garcía rosa y janina kook Leda BohcaLi de karagoZian aLejandro L. de eLiZaLde y cristina fernandes jahrmann ana maría a. de PisciteLLi siLvina y santiago deL seL siLvina y gustavo gLasserman héctor mario fiori y sra. carLos fontán BaLestra y sra. gerardo r. Lo Prete y sra. anna moschini irma m. musLera syLvia oLguín c. m. Pasquetti josé Luis PuriceLLi & asoc. aBogados roBerto Pons y roxana rodrígueZ ZuBrin de Pons teresa tronconi anónimos agradeciMientos cassagne & asociados ford argentina s.a. funes de rioja & asociados



DISPOSICIONES GENERALES • El Teatro Colón se reserva el derecho de cambiar las fechas de las funciones, programas o elencos por razones de fuerza mayor, en cuyo caso informará oportunamente sobre la reprogramación realizada. Las entradas no tienen cambio ni devolución. • Se solicita al público apagar por favor los teléfonos celulares o cualquier equipo con alarma o radiollamada antes del comienzo de la función. • No está permitido el uso de cámaras fotográficas y filmadoras en la sala. • Una vez comenzada la función el público no podrá entrar a la sala, salvo en los momentos de pausa o intervalo y con la guía del personal del Teatro. Foto de tapa: Máximo Parpagnoli. Foto de Eugenio Zanetti: Marilina Calós Foto de José Bros: Javier del Real Fotos de los bocetos de Don Carlo: Arnaldo Colombaroli

ACOMPAÑAN AL TEATRO COLÓN EN SU TEMPORADA 2015

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EL TEATRO AGRADECE A

LA DIFUSIÓN

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SPONSORS DE LA TEMPORADA DE BALLET

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POR SU APOYO A LA TEMPORADA DE ÓPERA

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