“Creo que éste es el momento para comprar” “El negocio ...

26 jul. 2009 - la compra a Banco Provincia del 46,32% de Buenos. Aires Design, donde invirtió $ 17.600.000 para quedar c
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NEGOCIOS

Domingo 26 de julio de 2009

E NTREVISTAS

CON

E NRIQUE B LAKSLEY ,

PRESIDENTE DE

H OPE F UNDS ,

I

Y CON

R ICARDO B ELLO , CEO

DE

F IDUCIA

La Argentina de las oportunidades Dos empresarios cuentan cuáles son los nichos que pueden generar una ganancia, hablan sobre los sectores que no perderán su poder adquisitivo y relatan cuáles son los desafíos de los hombres que piensan en grandes emprendimientos

FOTOS DE FERNANDO MASSOBRIO

Enrique Blaksley: “El mundo está para ser comprado y la Argentina ofrece grandes oportunidades”

Ricardo Bello tiene previsto desarrollar oficinas para pymes, con gran diseño, pero bajos costos

“Creo que éste es el momento para comprar”

“El negocio inmobiliario pasará por la clase media”

El asesor financiero opinó que la economía actual invita a invertir en negocios, porque en tres años más se valorizarán los activos

Dice que los desarrolladores deberán generar condiciones para el financiamiento; hay oportunidades si se hace la reserva desde el pozo

CARLOS MANZONI

FLORENCIA DONOVAN

LA NACION Enrique Blaksley es el presidente de Hope Funds, una empresa dedicada al asesoramiento financiero personal, y está convencido de que hoy la economía invita a comprar, porque la crisis pasará y dentro de dos o tres años los activos se valorizarán. Fiel a esta idea, compró casi la mitad del shopping Buenos Aires Design, comenzó la construcción de un barrio privado en Luján y ya empezó a dar los primeros pasos con un proyecto inmobiliario que desarrollará en el interior de la provincia de Buenos Aires. “Yo creo que hoy el mundo está para ser comprado y que la Argentina ofrece grandes oportunidades. Más adelante, llegará el momento de vender y ahí lo aprovecharé”, afirmó el ejecutivo, de 44 años. Hope Funds, que fue creada por Blaksley en 1989 y hoy administra unos 200 millones de pesos, comenzó en el negocio de la compra y venta de campos y luego buscó refugio en el sector inmobiliario. Ahora, ingresó en el área del consumo masivo con

Pienso que el impacto de la crisis internacional tomó al país muy bien parado, y, si se pilotea bien, en los próximos años puede tener una gran oportunidad la compra a Banco Provincia del 46,32% de Buenos Aires Design, donde invirtió $ 17.600.000 para quedar como único socio del grupo IRSA. –¿Cómo ve el clima de negocios en el país? –De cara a armarse para dentro de dos o tres años, lo veo bien. Yo creo que es el momento de compra de negocios. Hoy miramos una foto negativa de algunos sectores, pero yo creo que éstos son los momentos en los que conviene entrar en un negocio. Por modalidad de inversión, yo jamás entro en un negocio cuando está en la cresta de la ola. Entro cuando las cosas no están bien y aprovecho cuando mejoran. –¿Por qué confía en que mejorará? –Porque creo en la capacidad para salir de las crisis que tiene el país. Pienso que el impacto de la crisis internacional tomó al país muy bien armado y, si se pilotea bien, en los próximos tres años puede tener una gran oportunidad. Porque el mundo se arregla siempre. Yo creo que hoy el mundo está para ser comprado y la Argentina ofrece grandes oportunidades. –¿Por qué compró Buenos Aires Design? –Porque creo en el potencial del sector de consumo masivo. Buenos Aires Design es como un animal al que siempre quise cazar. Es un producto muy extraño, está en el corazón de la ciudad, en una de las zonas más lindas. No me animaría a decir que es un producto que no esté impuesto, pero la verdad es que hay otros shoppings con mucha más fuerza y yo noté como una falta de energía. –¿Qué ideas tiene para darle más energía? –Recién comenzamos a reunirnos para ver las condiciones de la concesión, pero es posible que ya en 2010 podamos ver un nuevo Buenos Aires Design. Tenemos muchas ideas, pero aún falta conversar con gente del gobierno porteño para ver qué nos autoriza a hacer. Lo que vamos a hacer es tratar de vestirlo, levantarlo, mejorarlo y, si es posible, invertir. –¿Cómo ve el mercado inmobiliario? –Es llamativo que no se hayan caído los precios, a pesar de que todo indica que deberían haber caído. Eso puede explicarse porque el costo de la construc-

ción en dólares no cayó respecto del año pasado y porque hay sectores, como Barrio Norte, que nunca caen demasiado. Yo hoy no me meto mucho en los inmuebles en Capital Federal, porque cayó mucho la velocidad de venta y, por lo tanto, la renta. –¿Cómo está el negocio del agro? –Habrá mejores épocas para el campo, porque los precios internacionales van a mejorar y el Gobierno va a llegar a un buen acuerdo con el sector. Yo salí un poco de ese negocio en 2005, porque se estabilizaron los precios de los campos, y me volqué para el sector inmobiliario tradicional, en lo que era clubes de campo y barrios privados. Ahora irrumpimos en Luján con el barrio La Asunción. Inscribimos el fideicomiso y vamos a iniciar obras en agosto. Es una inversión de US$ 12 millones, entre obra y valor de la tierra, que deja una tasa de retorno del 30%, ya que dentro de cuatro años podrá venderse en 20 millones. –¿Qué otros proyectos tiene? –Tengo algunas ideas en el interior de la provincia de Buenos Aires, donde se está viendo el regreso de muchos profesionales que estudiaron en las grandes capitales. Lo bueno de esa persona es que consumió un producto más capitalino y ahora vuelve con la pretensión de consumir algo parecido. Entonces, yo estoy pensando en unidades de barrios privados con los amenities que se ven en San Isidro o en Pilar, pero armados en ciudades importantes del interior. Ya empezamos con uno en Pergamino, y planeamos seguir en Trenque Lauquen, Tandil y Coronel Suárez. Se trata de un proyecto de unas 72 hectáreas, con unos tres millones de dólares de inversión, con un plazo de concreción de 24 meses. Los precios rondan los 60 dólares el metro cuadrado. –¿Piensa hacer negocios fuera del país? –Hay tres lugares que analizo en estos momentos: China, Perú y Panamá. En China estoy mirando el sector inmobiliario y en los otros dos casos analizo un abanico más amplio de negocios para ver dónde me conviene entrar. –¿No considera Miami, donde cayeron mucho los precios de los inmuebles? –Es cierto que cayeron los precios allí, pero hacer una inversión ahí tiene un nivel de dificultad más alto que en otros países. Además, definir hasta dónde pueden caer los precios ahí es difícil, hay cargas impositivas y toda una operatoria muy compleja. Todo eso hace que en un principio la oportunidad parezca fantástica, pero después resulta diferente y la tasa de retorno no es tan buena. –¿Qué otros sectores ve atractivos? –Todo lo que es merchandising deportivo, en lo que estoy entrando. Es un nicho al que no lo afecta la crisis y donde las remeras de los clubes se venden cada día más. La verdad es que ahí veo una gran actividad, estoy con unos socios importantes del medio y voy a ver cómo sigue. Otro sector que me parece muy interesante es energía, porque es una deuda del país y como toda deuda se tiene que reparar, así que ahí se va a abrir una oportunidad. Pero es un negocio muy complejo y de largo plazo, y tengo que ver si estoy en condiciones de entrar.

ENRIQUE BLAKSLEY PRESIDENTE DE HOPE FUNDS

Estado civil: está casado y tiene seis hijos. Edad: 44 años. Origen: nació en la Argentina. Creo la empresa de asesoramiento financiero personal Hope Funds en 1989 y comenzó con la compra y venta de campos. Luego, con la caída de los precios en 2005, buscó refugio en el sector inmobiliario. Ahora ingresó en el área del consumo masivo, con la compra del 46,32% de Buenos Aires Design.

LA NACION Ricardo Bello comenzó asesorando a inversores en proyectos inmobiliarios. Después de hacer un primer ensayo con un fondo hipotecario en 2001, en 2002 se animó y armó su propia empresa: Fiducia Capital. Desde entonces, desarrolló varios barrios “temáticos”, como Santa María de los Lobos (relacionado con el Polo), Estancia Villa María (con el golf) y Santa María de los Andes, en Mendoza (con los viñedos), con inversiones por más de US$ 50 millones. Ahora, anticipa, apuesta a crecer en el mercado inmobiliario, en particular, en los segmentos medios, que es “donde están las oportunidades”, y además a conquistar el mercado brasileño, poco explorado por los inversores locales. –¿Es un año complicado para el real estate? –Sí, creo que va a ser un año difícil. Hay dos coyunturas, la externa y la interna, y me parece que las dos están complicadas. Si bien no hay una caída muy fuerte en los precios, hay una caída enorme en la demanda. En todos los segmentos hay muchísima

“Creo que los lugares triple A, donde hubo en algún punto un exceso de oferta, pueden sufrir más la crisis actual. Tal podría ser, por ejemplo, el caso de Puerto Madero” cautela, y hay una retracción de los jugadores de afuera, que están participando menos, por ejemplo, en Puerto Madero. –¿Los afecta más lo externo o lo interno? –Tenemos proyectos superpremium, como Mendoza, en donde el target no está tan afectado, porque el que consume un producto como ése es porque le gusta y no como inversión. Acabamos, por ejemplo, de venderle en Mendoza a un empresario brasileño muy grande. –Bueno, Brasil está muy bien... –Estamos haciendo una apuesta muy fuerte a Brasil, que es el mercado natural, por un tema de cercanía. Pero todavía nadie ha logrado ese puente para que los brasileños vengan a consumir productos argentinos. Bariloche ha logrado generar un tráfico fuerte de turismo, pero no de inversiones. –¿Por qué cree que el brasileño nunca vino? –Nunca se dieron las condiciones. Somos un país complejo y ellos también. El segmento alto ha invertido mucho en Miami y en los Estados Unidos en general. Tienen otra visión e invierten mucho en su país. Pero más que nada porque nunca se crearon las condiciones de previsibilidad, ni tampoco hubo un trabajo profundo de los desarrolladores para atraerlos. –Se concentraron más bien en europeos y norteamericanos... –Exacto. El brasileño es un mercado más difícil. Pero la crisis afectó a los mercados más fáciles, como el norteamericano y el europeo, y al mismo tiempo ahora estamos viendo una explosión de la economía brasileña, que tiene un gran potencial. –Dijo que cayó la demanda, pero no los precios. ¿Espera una baja de precios? –La Argentina tiene apalancamiento casi nulo; las operaciones inmobiliarias con crédito son menos del 10 por ciento. Además, es un mercado en el que el propietario defiende precio, porque no quiere salir por menos de lo que compró; y venimos de buenos años, con lo cual no tiene necesidad inmediata. Ahora, si se prolonga el parate, y a eso lo combinamos con una situación de crisis, los precios van caer. –¿Qué segmentos serán los más afectados?

–Veo al segmento alto más complicado. Porque en el medio, la demanda es muy escasa, pero los valores son a costo de reposición. Por US$ 1000 o US$ 1200 se construye una vivienda clase media a estrenar, no se puede bajar mucho más de eso. Creo que los lugares triple A, donde hubo en algún punto un exceso de oferta, pueden sufrir más, como Puerto Madero... –Ustedes tienen un proyecto para construir un paseo comercial en Puerto Madero. ¿Van a seguir adelante con esto? –Sí. Es un proyecto que como tiene un plazo de construcción de entre 18 meses y dos años, en el momento en que esté terminado vamos a haber atravesado la crisis. Más allá de las cuestiones políticas, creo que el mercado argentino es medianamente sano, tiene una demanda insatisfecha, por lo menos en los sectores medios; ahí se podrían generar productos a escala. –Por lo que dice, entonces, como desarrollador lo ideal sería apuntar a los sectores medios... –Sí, ciento por ciento. –Cosa que ustedes no están haciendo... –Cosa que estamos empezando a estudiar. Hay que apuntar a los sectores ultrapremium, que no se ven afectados por la crisis, o a los medios. Acá está la gran oportunidad en la medida en que sepamos crear las condiciones para generar financiamiento. –¿Por la crisis, tuvieron problemas para fondear sus proyectos? –Tenemos una cultura bastante artesanal, y hemos tenido mucha suerte con nuestros socios. Trabajamos mucho con la idea de asociar al inversor, y eso nos dio una muy buena red de inversores individuales. –La figura del fideicomiso, que se usa mucho en este mercado, se puso en duda en los últimos meses a partir del caso Bonesi, que no cumplió con sus pagos. ¿Perciben desconfianza de la gente hacia este instrumento? –Sí. Un poco el miedo es porque a veces se confunde el fideicomiso de administración, como el que se usa en el mercado inmobiliario, con el financiero. Nosotros tratamos de usar el fideicomiso como una garantía de seguridad, no como vehículo para captar fondos. Creo que es un vehículo más, que tiene bastantes ventajas, pero que tiene desventajas y hay que adaptarlo; no cualquier fideicomiso para cualquier proyecto. –¿Está afectando esto las inversiones en pozo, dado que muchas son con fideicomisos? –La venta en pozo hoy tiene chances muy distintas que hace dos años, más que por el vehículo, sea fideicomiso u otro, porque la gente es mucho más cauta. Porque el inversor local conoce, ha visto muchas crisis. Sabe que se producen oportunidades, pero también se producen muchas veces proyectos fallidos. Entonces hoy hay que tener un proyecto más sólido y mostrar que uno tiene la capacidad para hacer la inversión y no está 100% anclado en la preventa. –¿Bajaron los precios en los proyectos inmobiliarios que se venden en el pozo? –No puedo decir que bajaron, pero sí hay oportunidades en ese tipo de productos. Hoy si se compra en el pozo, se puede encontrar una diferencia de precio mucho más grande que hace un año y medio o dos.

RICARDO BELLO PRESIDENTE DE FIDUCIA CAPITAL GROUP

Profesión: Abogado y escribano Edad: 38 años Origen: Argentino Fiducia es una compañía dedicada a la inversión y desarrollo de emprendimientos inmobiliarios, conceptualmente innovadores, tanto desde la arquitectura como del diseño. Entre otros, su portafolio incluye el Hotel Moreno, Santa María de Lobos, Santa María de los Andes y Estancia Villa María.

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