Aprobar una materia, también un desafío para la

Liturgia. Libro del Levítico. (19,1-2.17-18); primera car- ta del apóstol San Pablo a los Corintios (3,16-23); el. Evang
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CULTURA

Domingo 20 de febrero de 2011

LOS CHICOS Y LA ESCUELA s ALUMNOS FLOJOS Y PADRES PREOCUPADOS

Aprobar una materia, también un desafío para la economía familiar Entre maestros particulares y apoyo psicológico, implica entre $ 1000 y 2000 mensuales ALEJANDRA REY LA NACION Todo empieza a desmoronarse después de las vacaciones de invierno y para el mes de septiembre el futuro de los chicos con problemas para aprobar las materias comienza a tornarse peligrosamente oscuro. Y para sus padres dramáticamente caro. Porque a aquellas penitencias iniciales (las de marzo), que contemplaban el embargo de los juegos electrónicos y la prohibición de ingresar a las redes sociales, se les suman a mitad de año las consultas a los psicólogos, las clases con maestras particulares, los psicodiagnósticos, las tutorías, hasta un examen cerebral por imágenes (para detectar la probable causa de las distracciones) y demás herramientas con que cuentan las escuelas para decir a los padres: “Y... bien, lo que se dice bien, no le va al chico. Y si sigue con esa dispersión podría repetir...”. Y la contrapartida de esa frase es poner una maestra particular (desde 30 pesos la hora hasta 80 pesos dos veces por semana), realizar un psicodiagnóstico (desde los 300 hasta los 700 pesos, más 200 o 300 la entrevista con los padres) o directamente un psicólogo, que arranca cómodo en los 150 pesos la sesión. Es decir, piense en unos 1000 a 2000 pesos per cápita por mes para los pequeños díscolos, además de la cuota escolar, el transporte, los campamentos y la sana diversión en el club los fines de semana. Y ahí sí, comienza la búsqueda y el achique de otros gastos –siempre para los padres, nunca para los infantes–, las culpas paternas repartidas, la renovación de las penitencias –a veces impracticables– y un enorme estrés de adultos que se transmite a los chicos. Andrea Vadagnel es maestra de quinto y sexto grado en una escuela primaria de la zona norte del Gran Buenos Aires y, en sus tiempos libres, da clases en un profesorado y es maestra particular. “Es verdad que los chicos del primario tienen muchas dificultades para pasar de grado”, afirma. “Yo veo esto a diario y el problema es que las escuelas no asumen que los chicos estén ocho horas o más en el colegio,

después tengan tarea e igual no aprueben. Es normal que los nenes lleguen extenuados a mitad de año.” Pero, aclara: “Nosotros exigimos porque el mundo exige. Cuando un chico es analfabeto, ya no es sólo enseñarle a leer o escribir, sino alcanzar un nivel de información más amplio, entonces la escuela empieza a considerar lo evolutivo, esto es, qué puede y qué no puede hacer como institución y se descuidan otras cosas, como el tiempo personalizado del chico”. Y cuenta el caso de su hija, de cinco años, que en jardín de infantes no pudo engancharse con la lectoescritura y terminó angustiada, distraída y bloqueada. Y ahí nomás, como si fueran los bomberos, salieron a buscar contención en profesionales. “Los chicos se evaden –añade– porque las escuelas les exigen cada vez más y se pierde la personalización. Y, el alumno siente, en un grupo de 30, que está a la deriva y se evade. Ahí es cuando el colegio propone una tutora, que no siempre es bueno

para el alumno, porque puede sentirse disminuido.” Esa tutora cuesta desde 80 pesos por día, en que asiste y se instala al lado del alumno para organizarlo, hasta 200.

En grupo, más barato Paula es la madre de tres chicos, dos de los cuales se “cuelgan” en clase. “Lo primero que me pidieron fue un psicodiagnóstico para cada uno, que me salió 1000 entre los dos: les dio normal, pero tuve que ponerles psicopedagoga, que me cobra 700 por mes por los dos, pero porque somos conocidas. También me habían pedido un paneo cerebral, pero me negué: me parecía demasiado dinero, porque el chiquito, que todavía no empezó la primaria, va a la fonoaudióloga y me sale 200 por mes”, cuenta esta madre que trabaja diez horas por día. Ella cuenta que sabe de algunas madres que hacen pool y mandan a sus hijos, en grupos de tres o cuatro, a las mismas maestras particulares y logran que les cobren 20 o 30 pesos por hora, porque también quieren

EN EL MUSEO DE CIENCIAS NATURALES

que hagan deportes (el club también hay que pagarlo) y que se diviertan fuera de la escuela. La terapeuta familiar sistémica Norma D’Atoli explica que hay mucha consulta “y muchos malos diagnósticos, como los de ADD [niños hiperquinéticos], a los que es más cómodo medicarlos que tratarlos por parte de padres y maestros”. Y agrega: “La doble jornada no es para todos los chicos. Se creó por una necesidad de trabajo de los padres, pero no siempre contiene, y el alumno sufre mucho. Por eso hay que saber elegir bien la institución a la que se va a confiar la educación de nuestros hijos. Yo siempre digo que cuando se opta por un colegio, se firma la mitad de un cheque en blanco...”. D’Atoli finaliza: “Las maestras, que ahora trabajan en dos o tres colegios por día, no quieren problemas y tienden a derivar a los chicos a los psicólogos o psicopedagogos, sin darse cuenta de que pueden formarles una fobia escolar difícil de subsanar”.

SEGUIRA EL DIALOGO

Paritarias: sin acuerdo en la ciudad

Los chicos disfrutaron en el museo de la nueva colección de LA NACION

HERNAN ZENTENO

Armar un dinosaurio ya es un imán irresistible para los chicos Se presentó una colección de LA NACION para que puedan aprender y jugar Los ojos de Franco se abrían y miraban fijo a Graciela Tejada, la guía del Museo Argentino de Ciencias Naturales que explicaba qué comía y cuánto medía uno de los tantos dinosaurios cuyos esqueletos se exhiben en reproducciones de asombroso realismo en la sala paleontológica. “Uno de ellos, el Argentinosaurio, medía 45 metros, lo que vendría a ser media cuadra, ¿se imaginan, chicos?”, Franco, que estaba parado justo abajo del esqueleto del dinosaurio, asentía con la cabeza, mientras decía: “Estos seguro que eran carnívoros”. Ocurrió durante la presentación en el museo de la colección Dinosaurio, de LA NACION, que estuvo a cargo de la conductora María Eugenia Molinari, quien acompañó a los chicos junto con guías especializadas en una visita por la sala de los dinosaurios. Luego de una caminata por el lugar y de descubrir, por ejemplo, que no todos ellos

eran gigantes: el Marasuchus medía menos de 12 centímetros, los chicos pudieron tocar un hueso real para ver la contextura y, para finalizar, se reunieron en una mesa de trabajo en la que armaron la cabeza de una Tiranosaurio Rex, con las piezas de la colección de LA NACION. Dinosaurio, que salió a la venta el viernes pasado, comprende 71 volúmenes, en los que se describe cómo eran y cómo vivían las criaturas que habitaron la Tierra hace millones de años. Cada entrega, además, incluye una pieza para armar una réplica del Tiranosaurio Rex con esqueleto y piel, de 1,20 metro de alto. El precio del primer número de la colección es de 19,90 pesos, mientras que los restantes serán de 39,90 pesos. Cientos de chicos recorrieron los pasillos del museo y escucharon atentos cada una de las características de los dinosaurios. Las visitas se

repitieron desde las 16 hasta las 18. “Estaba programada una por hora, pero tuvimos que dividirnos en dos turnos por la cantidad de chicos”, contó la guía, y agregó: “Hoy colapsó todo, sólo hay esta cantidad de gente en vacaciones de invierno”. Padres y chicos se concentraron en la mesa donde se armaba la réplica del Tiranosaurio Rex. “Alex ama a los dinosaurios, pero más le gusta el tema de poder armarlos, no sé cómo lo voy a sacar de acá”, dijo su madre. “A mí no me gustan, me encantan”, dijo Franco, mientras le ponía la piel verde a una parte del esqueleto. “Los dinosaurios son algo que a los chicos les fascina; saben más que los grandes. Es lindo verles las caras”, contó María Eugenia Molinari, conductora del programa de televisión Zoobichos, y agregó: “Lo mejor es que la actividad une a los chicos con los padres”.

Luego de varias reuniones, los gremios docentes porteños rechazaron ayer la oferta de aumento salarial del 20 por ciento que realizó el gobierno de la ciudad y contrarrestaron con un pedido del 30 por ciento, por lo que la reunión de paritarias pasó a un cuarto intermedio y volverá a tratarse mañana, a las 10. Según un comunicado de La Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-Ctera Capital), “la propuesta del gobierno porteño aún está lejos del 30% de aumento, que es la cifra que permitiría que no se deteriore el salario docente durante 2011”. El secretario general de UTE, Eduardo López, ratificó que “de persistir esta propuesta el plenario de delegados de la semana próxima no tendrá otro remedio que poner a consideración el no inicio de las clases”. Además, insistió en la necesidad de incluir en el temario la finalización de obras de infraestructura escolar, al advertir que el comienzo de clases está en peligro al margen de las medidas de fuerza. Por su parte, el secretario general de la Asociación Docente Ademys, Carlos Oroz, afirmó: “Ante este panorama y de no haber una propuesta superadora en la próxima reunión, que se llevará a cabo el lunes, Ademys planteará en asamblea abierta de afiliados y no afiliados un plan de lucha que incluiría el no comienzo de clases”. Y señaló que la propuesta del gobierno porteño es “insatisfactoria”.

Culto católico Santoral. San Eleuterio, obispo de Tournal, en Bélgica. Murió en el año 310. Liturgia. Libro del Levítico (19,1-2.17-18); primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios (3,16-23); el Evangelio según San Mateo (5,38-48):

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