Aires liberadores

21 oct. 2012 - co en el centro de Ámsterdam y es el parque más famoso del país con. 47 hectáreas y estilo inglés. Origi-
5MB Größe 5 Downloads 58 Ansichten
4 | TURISMO

| Domingo 21 De octubre De 2012

Aires liberadores

Alma de valija

Las Tuileries, un museo a cielo abierto

—Vondelpark, Amsterdam holanda. Los tiempos del flower power todavía se perciben en este espacio muy popular en las décadas del 60 y 70, donde muchas cosas están permitidas

Horacio de Dios

U

n chico se apoya en un desnudo rotundo de bronce mientras su padre le saca una foto de recuerdo. La criatura, de paso, le acaricia un pezón que de tanto mimo peatonal quedó brillante. Una escena habitual en el Jardin des Tuileries, que está sembrado de estatuas desnudas cada cual más bella en una antología al paso de las veinte obras de Aristide Maillol (1861-1944) que ordenó colocar André Malraux, ministro de Cultura de Charles de Gaulle para hacer juego con grandes piezas de siglos anteriores. A pasos de la estación del metro con su propio nombre, protegido por rejas sobre la rue Rivoli, en medio del Carrousel que es el corazón del jardín, multiplicó su atracción con la terrasse du Musée des Arts Décoratifs, la versión del Louvre del Arte Decorativo que reabrió en 2008 después de poner todas sus galerías a nuevo. Con entrada por Rivoli y salida al exterior, ahora funciona Le Saut du Loup, bar y restaurante con toldos elegantes que es independiente del horario del museo porque funciona desde el desayuno hasta las 2. Es un lugar de última moda (branché en francés) que no todos repiten, porque es uno de los infinitos secretos que los conocedores suelen esconder. Como por ejemplo, para disfrutar lo mismo y pagar menos, el visitante puede improvisar un picnic entre los árboles. Fue el escenario de famosos restaurantes en el pasado y de vendedores ambulantes que ahora toman formas estables con cadenas de panaderías rústicas y de fantasía con los sándwiches gourmets de Paul, comida rápida a la francesa. Nada se pierde, todo se transforma desde que la reina Catalina de Medicis lo creara en 1564, siguiendo el estilo de su Florencia natal, para aliviar la tristeza por la muerte de su marido. Al principio, el jardín más

grande de la época era para su uso exclusivo y después se abrió al común de los mortales. Luego, reyes, revolucionarios, emperadores y presidentes podían disentir en todo menos en el cuidado de las Tuileries, que alguna vez había sido la materia prima del barro para hacer los azulejos. Enrique IV, el bien amado que tuvo 64 amantes, hizo plantar moreras para alentar la industria de la seda y un gran estanque que frecuentaba en sus paseos.

A la francesa Louis XIV, el Rey Sol, lo hizo remodelar a la francesa con su arquitecto André Le Nôtre, nieto de Pierre Nôtre que había sido uno de los jardineros de Catalina, lo mismo que su padre. La continuidad de los parques diría Julio Cortázar. Si bien el Rey Sol se fue a Versalles en las Tullerías mantuvo las comunes simetrías de orden y distancias. Luego en 1760 se habilitaron baños públicos, de los que todavía carecemos en las plazas de Buenos Aires. En la Revolución Francesa le encargaron un megaproyecto de cambios al pintor Jacques-Louis David

que, aunque no se realizó, mantuvo el cuidado y permitió que Napoleón lo usara en las grandes paradas militares y para su Arco de Triunfo. Además decidió la nueva rue Rivoli paralela a los jardines. Después de la caída del emperador se construyeron dos edificios mellizos, el Jeau de Paume y la Orangerie para un invernadero de naranjas. Al terminar la primera guerra, Claude Monet donó su colección de nenúfares y se transformó la Orangerie en un museo que recientemente fue totalmente remodelado para recibir luz natural. Y a su frente, como si lo contado no fuera suficiente, está el bronce de Auguste Rodin El Beso, y a los costados, otras obras: Meditación, Eva, Sombras. Flaneur es un verbo que usan los franceses para caminar sin rumbo fijo, y Baudelaire, Sarmiento e Yves Montand lo hicieron suyo. Igual que nosotros que al irnos podemos ver la figura reclinada de Henri Moore y dejar, como asignatura pendiente, mas árboles, plantas y esculturas al ritmo del arte de vivir en el que París es un manantial inagotable.ß

En el corazón de París, el paseo data de 1564

Foto: Corbis

María Fernanda Lago PARA LA NACION

En la capital de los canales, las casas flotantes y las bicicletas, Vondelpark es donde se concentra la naturaleza de la ciudad. Cada día, este parque invita tanto a los holandeses como a sus visitantes a hacer deporte, disfrutar del arte y, como descanso urbano, a relajarse sobre el pasto para mirar el cielo a cualquier hora, porque no tiene horario de cierre. Es el mayor respiro de aire fresco en el centro de Ámsterdam y es el parque más famoso del país con 47 hectáreas y estilo inglés. Originalmente se llamó Nieuwe Park, pero cuando en 1867 se colocó una estatua del poeta holandés Joost van den Vondel, la gente comenzó a llamarlo Vondelpark y así quedó rebautizado. Declarado monumento nacional en 1996 por su valor cultural e histórico, está escoltado por la plaza central (Leidseplein) y tres importantes edificios a una corta distancia: los museos Nacional (Rijksmuseum), de Arte Moderno (Stedelijk) y el mayor centro de arte dedicado a Van Gogh. A su vez alberga interesantes lugares para visitar, como el edificio renacentista donde había funcionado, hasta comienzos de este año, el Museo del Cine, que mudó sus exhi-

biciones a una nueva casa en Ljpromenade 1. También, el teatro a cielo abierto donde cada noche de verano se ofrecen espectáculos gratuitos. Su máxima popularidad llegó en las décadas del 60 y 70, cuando los hippies lo convirtieron en su punto de reunión y en el símbolo del todo se puede y casi todo se permite. A pesar de los años, el espíritu liberador de la época flower power todavía se percibe en el ambiente. Desde 2008 y en sintonía con la fama permisiva de la ciudad, una ley propuso despenalizar el sexo libre cuando el sol baja y lejos de las zonas de juego para niños, lo que causó un gran debate. Finalmente hoy su práctica es aceptada, pero restringida al jardín de las rosas o lo que se conoce como la zona de cruising. Alejados de este sector y para la hora de comer son imperdibles: el edificio modernista de pisos circulares ‘t Blauwe Theehuis, donde un café cuesta 2 euros; Vértigo, un bar que tiene unas recomendables medialunas rellenas a 5 euros, y Groot Melkhuis, donde se puede pedir la deliciosa ciabatta fresca con nueces, queso brie y miel. Un sitio curioso y de interés arquitectónico para no dejar de ver es Zevenlandenhuizen, las casas de los siete países. En la calle Roemer Visscherstraat, estas cons-

trucciones de 1894 –obra del holandés Tjeerd Kuipers– se alinean una junto a otra y simbolizan las arquitecturas de Francia, Alemania, Rusia, Italia, Inglaterra, España y los Países Bajos. Cada una lleva una placa que identifica el país que representa, por lo que facilita distinguirlas. De nuevo hacia la parte sur, para agregar ejercicio al recorrido hay un puesto donde se alquilan patines. Es una buena opción para perderse por los senderos e ir en busca de tres maravillas: la legendaria estatua de Joost van den Vondel realizada por Louis Royer en 1867; Mama Baranka, una escultura que el artista nacido en Curaçao Nelson Carrilho realizó como símbolo de la lucha contra el racismo, y por último, una de las atracciones para los amantes del cubismo, el trabajo realizado en hormigón blanco que Pablo Picasso donó a Ámsterdam en 1965 conocido como The Fish, un pez con boca de embudo, aletas como alas y garras de ave. Vondelpark convocó siempre a las multitudes, pero en especial el 30 de abril de cada año es el escenario de la celebración más importante que cambia de color el paisaje para teñirlo todo de naranja. El día de la reina es una fiesta nacional en cada rincón de este reino, para conmemorar el nacimiento de la reina Juliana, madre de la actual reina Beatriz I. Por supuesto, el parque no queda afuera de los festejos y los mercados que se organizan allí son los más visitados.ß

◗ Datos útiLes Recomendado ◗ Un gran plan es tirar una lona junto a la escultura de Picasso (The Fish), disfrutar de un picnic de lujo y escuchar las expresiones de la gente que se encuentra con esta obra. También, beber algo en ‘t Blauwe Theehuis, cuya construcción es increíble y el ambiente acompaña.

Cómo llegar ◗ Con la línea 1 del tranvía, hasta cualquiera de las paradas de Overtoom, y con las líneas 2, 3, 5 o 12, hasta van Baerlestraat. También se llega en autobús urbano; líneas 353 (hasta Overtoom) o 145, 170, 172 y N72, hasta Valeriusplein.

¡UPGRADE GRATIS

en los Estados Unidos!

• Reserve un auto compacto y reciba uno estándar o reserve un intermedio y reciba uno grande. • Válido para alquileres de 2 días mín. y 30 días máx. en las localidades participantes en los EE.UU. • Promoción válida hasta el 15 de diciembre del 2012 en reservas con pago en destino. • Asegúrese de incluir el código de cupón AU1488LAC. Para reservar visite es.alamo.com, escríbanos a [email protected] o llame al (11) 5199-0101 ó al 0-800-999-3100 ó contacte a su agente de viajes preferido. Upgrade gratis está sujeto a disponibilidad. Fechas de restricción pueden aplicar. Oferta sujeta a cambio sin previo aviso. es.alamo.com