A los 69 años, murió Pérez Celis

instancias de Romero Brest, exhibió la producción del pintor húngaro-francés Víctor Vassarely, Pé- rez Celis, de tan sól
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Cultura

Página 20/LA NACION

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Domingo 3 de agosto de 2008

MULTIFACETICO / Su estética abstracta recorrió todos los soportes plásticos

A los 69 años, murió Pérez Celis Fue un prolífico artista, con proyección internacional y vocación popular Luego de intensos tratamientos para aplacar la leucemia, falleció ayer por la tarde, a los 69 años, el artista plástico argentino Pérez Celis, cuya obra fue reconocida en el mundo entero. Estaba internado desde la noche anterior en el Sanatorio Otamendi, de la ciudad de Buenos Aires y, según afirmaron sus familiares, será velado hoy, desde las 9.30, en el salón principal del Club Boca Juniors, del que era fanático. Con una producción estimada en cerca de 5000 obras, fue un multifacético creador de proyección internacional y uno de los artistas argentinos que más expusieron en el exterior. Su pintura estuvo enrolada en el lenguaje de la abstracción, con utilización de símbolos geométricos, y se caracterizó por fuertes contrastes de luces y sombras, el tratamiento gestual de la materia y una importancia decisiva dada al color. Exploró casi todos los soportes plásticos, incluida la pintura mural, desvelado por un afán ambicioso: que su arte pudiese llegar a la mayor cantidad de personas. Así, recontextualizó en su pintura a personajes y símbolos vinculados con la argentinidad, como Jorge Luis Borges, Astor Piazzolla, el tango, el obelisco, el fútbol, la cruz y hasta la Misa Criolla. Aquella premisa de popularidad, que asomaba ya en su primera exposición individual, a los 17 años, en la desaparecida galería La Fantasma, atravesó el grueso de su producción: pinturas, murales, esculturas y serigrafías. Había nacido el 15 de enero de 1939 en San Telmo y se crió en Liniers. Se identificó, de todos modos, con el barrio de La Boca, donde instaló su taller y al que se sentía muy cercano afectivamente. Allí volvía cada vez que retornaba del extranjero, donde en distintas épocas se afincó en Europa y Estados Unidos. Proveniente de una familia de bajos recursos, a los 9 años comenzó sus estudios de dibujo por correspondencia, y a los 15 años, mientras trabajaba como canillita, ingresó en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. Más tarde se desempeñó como mandadero de almacén y hasta como aprendiz de carpintero. Era un amante de la buena cocina y le gustaba preparar sus platos cuando recibía a sus amigos. Una de sus primeras audacias fue convertir su nombre de pila, Celis, en parte de un apellido compuesto que utilizó más allá del ámbito artístico. Bajo la tutela de los maestros Leopoldo Presas, Santiago Cogorno, Libero Badii y Juan Batlle Planas, desarrolló un gusto por la abstracción, impronta que se acentuó bajo la guía de su maestra, Delia Sifone, discípula de Pettoruti. Disciplinado y riguroso en su trabajo, siempre consideró que “el arte es 99% de transpiración y 1% de inspiración”. Cuando el Museo Nacional de Bellas Artes, a instancias de Romero Brest, exhibió la producción

El frío sumó ayer más público a la feria GUSTAVO SEIGUER

Éxito de público en la feria infantil Los libros convocaron a las familias Por Nathalie Kantt De la Redacción de LA NACION Para Pérez Celis, el arte era “99% de transpiración y 1% de inspiración” ARCHIVO

del pintor húngaro-francés Víctor Vassarely, Pérez Celis, de tan sólo 18 años, adoptó formalmente la abstracción como estética rectora del arte.

Creador en movimiento Guido Di Tella se interesó entonces en su producción. Le compró sus primeras obras y le ofreció trabajo como dibujante en su agencia de publicidad, Agens. Casado en primeras nupcias con Sara Fernández, se instaló en Montevideo, donde nació su primer hijo, Enrique. Allí integró el Grupo de los 8, junto con destacados colegas rioplatenses, herederos de la tradición constructivista, como Pareja, Espósito, Pavlovsky y Páez Vilaró, entre otros. Como integrante del Movimiento del Hombre Nuevo, creado por el crítico y poeta Rafael Squirru, participó en 1960 de la Primera Exposición Internacional de Arte Moderno en el entonces recién inaugurado Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, mientras su obra se exhibía en el exterior. De regreso a Buenos Aires en 1961, instaló su taller en Bartolomé Mitre y Talcahuano, que luego trasladó sucesivamente a El Viejo Almacén, La Boca y Barracas. Tanto Di Tella como las empresas Aerolíneas Argentinas y el Banco Nación le encargaron obras murales para los barrios de Flores, Morón y la provincia de Formosa, mientras que la empresa Dandolo y Primi estampó sus diseños en sus alfombras. Su segunda hija, María

José Gabín, autora de la biografía Pérez Celis, mi padre, editada por Galerna, nació cuando el pintor tenía 23 años. En Estados Unidos adoptó el acrílico como materia y fue invitado a exponer en la OEA. Durante los recesos estivales solía recorrer la geografía pampeana para salir al encuentro de los secretos de la cultura indígena. Tras enviudar a los 36 años, en 1977 se casó con Iris Margarita Laconich y se instaló en Caracas, donde su pintura cambió drásticamente al inclinarse por composiciones de marcada impronta arquitectónica y disposición vertical. Radicado en los años 80 en Nueva York, fraguó su alianza con la pintura gestual, de gran dinamismo, mientras exploró volúmenes escultóricos. Más tarde se mudó a Miami, etapa en la que emergieron ciertas formas figurativas hasta entonces inéditas en sus composiciones. Tras el fallecimiento de su segunda esposa, regresó otra vez al país, se instaló en Retiro y exhibió muestras retrospectivas en el Centro Cultural Recoleta (1985) y en el Senado (1989), y el Palais de Glace le organizó una muestra homenaje en 2001. Ciudadano ilustre de Buenos Aires, Pérez Celis realizó murales para la Galería Sanyo de Tokio, para las universidades de Morón y de Belgrano, y para el estadio de Boca Juniors, entre otras instituciones.

Loreley Gaffoglio

breves Se reinician las clases Levantaron el paro en Salta SALTA.– Los maestros salteños agrupados en la Asamblea Provincial Docente decidieron levantar el paro que mantenían desde hacía cinco días, ante la oferta gubernamental de llevar a $ 220 el pago por incentivo docente, fijar en $ 680 el salario básico y aumentar $ 40 adicionales a los maestros de grado. Mañana regresarán a las aulas, aunque la decisión de levantar el paro se adoptó tras una ajustada votación.

Desde el miércoles Muestra de Edgardo Vigo El miércoles próximo, a las 19, se inaugurará la muestra “Maquinaciones”, que reúne trabajos que Edgardo Antonio Vigo realizó entre 1953 y 1962, que lo definen uno de los primeros neodadaístas, y que se exponen por primera vez. La exposición se podrá visitar hasta el 12 de septiembre en el Centro Cultural de España (Florida 943).

Para aquellos padres que ayer querían pasar un sábado tranquilo y silencioso, el lugar indicado no era el Centro de Exposiciones de la ciudad. Colmado de familias que aprovecharon el tiempo frío y nublado, y de madres con hijos y amigos, la 19a. Feria del Libro Infantil y Juvenil fue ayer invadida por una gran cantidad de curiosos que no solamente miraron ofertas, sino que también compraron libros. Y el número de visitantes en este segundo fin de semana de feria superó ampliamente al del primero, según coincidieron en los stands consultados por LA NACION. “Hay más gente que el año pasado y más que el fin de semana pasado. Miran y compran. Y se nota que algunas madres se controlan, pero hay de todo. También creo que este año hubo más difusión”, dijo a LA NACION la encargada de Editorial Sudamericana, Claudia Cuneo. Y añadió: “Históricamente, esta feria recibe mucho público durante la semana porque las madres que no trabajan aprovechan para traer a sus hijos”. Dentro del predio de 16.500 m2, el frío no se sintió. Camperas y bolsas en mano, las madres miraban libros, se interesaban por las ofertas e intentaban evitar que los niños se perdieran en el tumulto, mientras que ellos, ansiosos, se dispersaban por el lugar en busca de actividades. “¡Vení para acá a ver si te perdés vos también!”, le gritó Natalia Ocampo a su hijo, Jerónimo, de 4 años, que corría por todos lados. Habían llegado a la feria hacía tres horas y comprado seis libros por 130 pesos. A pocos metros, una larga fila de madres e hijos esperaba para ir a los baños, mientras que en las cajas del stand del Grupo Santillana, más de 20 padres aguardaban

para abonar sus compras. “Subió mucho la cantidad de gente en relación con el primer fin de semana. Durante la semana, también hay muchos visitantes porque la feria está abierta por nueve horas. En la primera semana, vinieron muchos colegios. Ahora más familias”, contó Federico, el encargado. En el espacio de Aique Larousse, el aluvión de curiosos les impidió mantener el orden. “La cantidad de gente que mira y toca los libros superó nuestras expectativas, así que el orden se mantiene poco y no podemos asesorar como queremos”, dijo la encargada, María José García Fernández.

Aumentos y ofertas Si bien los precios aumentaron hasta un 20% con respecto al año pasado, en la feria hay varias ofertas y descuentos. Es el caso de Colihue, con ofertas de tres libros clásicos por $ 24, cuatro por $ 25 y ocho por $ 48. “Los precios aumentaron un 20%, pero hay descuentos y muchas ofertas”, contó la encargada, Julia Astrauskas. Lo que lejos está de un precio de oferta es el café con leche del bar de la feria, que cuesta $ 8. La estadía en el estacionamiento cuesta $ 10, aunque encontrar un lugar es muy difícil (ayer estaba totalmente colapsado) y los visitantes se veían obligados –por la ubicación del predio, en Alcorta y Pueyrredón– a dejar el auto en lugares cuidados por “trapitos”. Según comentó un vigilante a LA NACION, varios aparecen con vidrios rotos e intentos de robo cuando cae la tarde. El Centro de Exposiciones tiene un estacionamiento propio para quienes trabajan en la feria, que es controlado por la ciudad y con capacidad para 300 autos, pero sólo dejan ingresar a 70. Además de los libros, la feria propone actividades para niños, como los talleres de Faber Castell, para dibujar con lápices ecológicos, o los espectáculos teatrales.

PARA VISITAR HOY ■ La Feria del Libro Infantil y Juvenil, en Figueroa Alcorta y Pueyrredón, puede visitarse hoy de 14 a 20. Estará abierta hasta el viernes próximo, de 11 a 20. ■ La entrada cuesta $ 10 y los menores de 12 años entran gratis. ■ El predio tiene ocho salas y tres plazas de espectáculos.

■ Entre las actividades previstas hoy, La Galera Encantada ofrecerá teatro a las 14.30 y a las 17. ■ Habrá narraciones de cuentos (desde las 14, toda la tarde) y clases de tango para chicos (a las 15 y a las 18). También, talleres de fabricación de títeres, de libros artesanales, de monstruos y de electricidad.