Espectáculos

Miércoles 16 de mayo de 2007

LA NACION/Sección 4/Página 3

Televisión

Sábados modulares

Miguel Angel Rodríguez y Javier Lombardo, en una escena de El capo, la nueva tira nocturna de Telefé TELEFE

Un mafioso de buen corazón Muy bueno

✩✩✩✩ El capo (Mafioso contra su voluntad). Telenovela. Elenco: Miguel Angel Rodríguez, Hugo Arana, Roberto Carnaghi, Claudia Lapacó, Gianella Neyra, Luisana Lopilato, Silvia Kutika, Javier Lombardo, Maxi Ghione, Ludovico Di Santo, Mariano Torre, Darío Lopilato, Carlos Potaluppi, Mike Amingorena, María Fernanda Callejón, Silvina Luna, Mariana Prommel, Laura Cimer y Pablo Sultani. Autores: Adriana Lorenzon y Marcelo Camaño. Escenografía: Stella Dorsi y Silvana Giustozzi. Ambientación: Belén García, Roberto Ambrosini y Manuel Paz. Vestuario: Marcela Zanardi, Lucía Rosauer y Néstor García. Producción ejecutiva: Martín Mackintosh. Dirección de exteriores: Grendel Reasquín y Diego Sánchez. Producción general: Mariano Berterreix/Telefé Contenidos. Dirección: Carlos Luna. De lunes a jueves, a las 22, por Telefé.

Otra historia de mafiosos, pero más relajada: he allí el gran secreto. Mucho dependerá de si en su devenir El capo se inclina por transitar sólo los estereotipos de tan trajinado género o se consolida capitalizándolos a su favor, contando verosímiles historias entrecruzadas de sus pintorescos personajes. Si lo logra habrá hecho un aporte valioso a la telenovela nocturna en tira. De lo contrario será otro título entre tantos a olvidar, más cerca o más lejos de sus referentes más emblemáticos en el cine

(la saga de El padrino) y en la TV (las seis temporadas de Los Soprano). Algo muy potente que se vislumbró en el primer capítulo y que instala a El capo varios escalones arriba de sus predecesores locales en la materia –Hombres de honor (Canal 13, 2005) y, mucho más atrás, El precio del poder (Canal 9, 1992)– es su, por el momento, contenida potencialidad humorística. No por casualidad los actores que representan a los tres capomafia de la nueva telenovela –un contundente y preciso Hugo Arana; el más que versátil Roberto Carnaghi, desdoblado en uno de los mandamases del juego clandestino y en un hermano mellizo, el rabino Aaron, que insta a la concordia, y Miguel Angel Rodríguez, un simpático y manso vendedor de alfombras al que le imponen ser el nuevo jefe de esos negocios sucios– han tenido sus mayores éxitos televisivos por el lado de la comicidad. Eso permite desde el vamos instalar al público en una expectativa afortunadamente alejada de los climas ominosos que, por distintas circunstancias, plantearon Resistiré (Telefé, 2003) y Montecristo (Telefé, 2006). Al igual que en aquellos envíos, detrás de El capo están las manos diestras y sensibles de Adriana Lorenzón y Marcelo Camaño. Don Chicho Mastrogiuseppe (Arana) debe dar un paso al costado porque la Justicia lo requiere y nomina para reemplazarlo al frente

de su oscuro imperio al hijo de su querido y finado socio, Mustaffá Yariff. Su decisión acrecienta el odio y el deseo de venganza del temible Moisés Svarsky (Carnaghi), quien aspiraba a sucederlo. Pero Omar Yariff (Rodríguez, con un nombre y apellido que aluden risueñamente por su parecido al célebre protagonista de Doctor Zhivago) deberá improvisar, mal que le pese, en las nuevas tareas que le tocará desempeñar, algo que no le será para nada fácil. También resulta muy rico y con variadas posibilidades de desarrollo el hecho de que los referentes adultos puntos de este teleteatro per■ Muy buen tenezcan a tres fuertes arranque, colectividades –árabe, aunque quedó judía e italiana– muy por debajo de enraizadas con la consShowMatch trucción de la actual identidad argentina. (27,5 pts.) Actitudes, modos, vestuarios y decoraciones ayudan a contrastar las diferencias y a darle un sostén de mayor espesor a la línea argumental de cada día, forzosamente obligada a recorrer el repertorio folletinesco que el género demanda para sostener el interés de la audiencia. Otro desafío que tendrán que sortear quienes hacen El capo es justificar y darle sustento dramático en la historia a la inclusión de

25,3

Variedades EN LA LEGISLATURA

SIN TRANSMISION

Otra distinción para Montecristo

Radio Nacional, de paro

■ Hoy, a las 13.30, en el Salón Dorado de la Legislatura porteña, el diputado Pablo Failde distinguirá a Adriana Lorenzón, Marcelo Camaño, Bernarda Llorente y Claudio Villarruel, guionistas y productores de Montecristo, como personalidades destacadas de la ciudad de Buenos Aires en materia de derechos humanos.

Con Drew Seeley DISNEY

High School de Fierro La comedia, de Pol-ka a River En el cable, en el quiosco, en DVD y en River. High School Musical parece estar en todas partes por estos días y la sensación se vuelve certeza cuando se anuncia que el fenómeno del Disney Channel llegará a la ficción “100% argentina” de Canal 13, Son de Fierro. Pasado mañana, en el capítulo de la tira de Pol-ka los personajes que interpretan Felipe Colombo, Camila Bordonaba y Manuela Pal –Lucho, Karina y Luli, respectivamente– irán al show de High School Musical en el estadio de River, donde se cruzarán con Drew Seeley, el actor y cantante que interpreta en la gira las canciones de Troy, el personaje central del telefilm.

■ Anteayer, los trabajadores de Radio Nacional iniciaron un paro activo que se mantendrá hasta hoy a las 13, cuando volverán a reunirse para decidir el camino a seguir. Al tiempo que se suspendieron las transmisiones, los trabajadores decidieron difundir el conflicto salarial a la comunidad, cortando la calle Maipú y solicitando la solidaridad de organizaciones políticas y sociales.

figuras más frescas que aquí representan a los hijos de los jefes mencionados (y no sólo como mero recurso marketinero para atraer público más joven). Allí aportan las medias hermanas Sofía –una muy desenvuelta y atractiva Gianella Neyra, que entrará pronto en amoríos con Yariff, quien tiene un matrimonio infeliz con Zulima (sugerente Silvia Kutika)– y Ornella (Luisana Lopilato, aún delineando su personaje). Ella, a su vez, fluctuará entre Elías (Mariano Torres) y Yamil (Ludovico Di Santo), ambos también del clan Yariff, donde brilla, especialmente, la “gran madre” Janah (Claudia Lapacó). Asimismo, ponen lo suyo los hijos del mafioso Svarsky: Adrián (Maxi Ghione, que enfatiza su papel de malo) y Pablo (un casi balbuceante Darío Lopilato). La cantidad de personajes es tal que se hace imposible nombrarlos a todos en tan corto espacio, pero nadie desentona. Comedia dramática fuerte, vertiginosa, con escenas cortas y de gran impacto visual (una matanza que sueña Yariff; un auto que explota y que casi mata a él y a Sofía), El capo logró neutralizar con solidez y claridad narrativa el síndrome de confusión y datos incompletos que suelen perturbar las emisiones inaugurales de teleteatros con tantos personajes. Se agradece, además, la puntualidad observada en el horario.

Pablo Sirvén

Pese a encontrarse en términos de rating a una distancia sideral de los días más rendidores, la ecléctica programación de la TV abierta de las mañanas de los sábados es quizá la mejor muestra del modelo para armar en que se ha convertido nuestra pantalla chica. Con mayor espíritu madrugador que en otros Por Marcelo tiempos y una variedad de Stiletano propuestas que no deja de despertar curiosidad, el sábado televisivo es también desde hace poco escenario de una nueva tendencia: allí van a parar telenovelas rápidamente caídas en desgracia, víctimas tempranas de la pelea cotidiana por el rating. En este nuevo marco, al menos queda garantizada una continuidad que en otras circunstancias se tornaría imposible. Pero, del mismo modo, ¿quién garantiza a los seguidores de estos ciclos, cuyo rating aún magro los cuenta por miles, que historias como las de Bellísima (Telefé) y Tierra de pasiones (Canal 13) proseguirán tal como fueron concebidas originalmente? Esta práctica se remonta a los tiempos de El clon, y los memoriosos –ahora que la exitosa producción brasileña se repuso por el cable en Cosmopolitan TV– no olvidan la reacción de muchísimos fans, afectados por lo que sintieron como una mutilación intolerable cuando Canal 13 programó minicapítulos semanales y un bonus track de una hora los fines de semana. Por más diestros que fueran los encargados de aligerar la trama o rearmarla a través de un nuevo montaje no es lo mismo ver los episodios enteros –al fin y al cabo, tal como la historia fue concebida– que un compacto al estilo de Fútbol de primera. Pero así es el veredicto inapelable del rating. Quedan reducidas tanto Bellísima como Tierra de pasiones, lo que es igual a decir que progresivamente la indiferencia y el desinterés ante una historia mutilada crecerán a tal punto que sacarlas definitivamente de la programación será un trámite inadvertido. Y un destino parecido parece enfrentar Uga Uga, originalísima realización brasileña que por culpa del maltrato al que la sometió Canal 9 no pudo hacer pie entre nosotros y ahora ocupa sin pena ni gloria un rincón en la primera tarde del sábado. La realización mexicana Peregrina completa el cuadro en el caso de Canal 9: desde hace algún tiempo se instaló cada sábado, a las 11. Así las cosas, el comienzo del fin de semana es en términos televisivos un espacio ahora propicio para melodramas y culebrones venidos a menos, a imagen y semejanza de lo que ocurre en otros horarios: la publicidad, por ejemplo, fue históricamente dueña de los domingos por la noche, y algo parecido ocurre también el domingo, pero a la tarde, con los autos. Pero más allá de la creciente presencia de la telenovela, el denominador común de cada mañana de sábado ante el televisor es el eclecticismo. Canal 7 propone en esa franja un combo de programas educativos (12 [ntes], Caminos de tiza, Foro 21, Encuentro del saber), y abundan los dibujos animados dedicados a los más pequeños, aunque en este caso también se destaca alguna aparición inesperada, como el regreso de Los Pitufos, por Telefé. Pero lo que más sorprende es la presencia de uno de los programas más longevos del siempre cambiante Canal 7: Km a km, con sus viajes y aventuras por las rutas de nuestro país, acaba de cumplir cinco años de emisiones consecutivas. Una marca digna de celebrar, para un programa paradójicamente instalado en el segmento horario más expuesto a los vaivenes de toda nuestra televisión abierta. [email protected]