26
|
SEGURIDAD
| Jueves 16 de enero de 2014
estafas | investigación judicial
Un botín de más de 2400 obras de arte y de tres propiedades usurpadas
Acusan a un agente inmobiliario y a una abogada de apoderarse de una casa, dos departamentos y de toda la obra de la plástica Nelia Licenziato; entre el material secuestrado había un Quinquela Martín Gabriel Di Nicola LA NACIoN
Las más de 2400 obras de arte de Nelia Licenziato estaban ocultas en un galpón detrás de un falsa pared. El ambiente estaba acondicionado para evitar que la humedad y las altas temperaturas dañaran las pinturas de la artista, fallecida en marzo de 2007. Según denunciaron sus primos, una organización criminal se había apropiado de manera fraudulenta de su trabajo y de sus tres propiedades. El hallazgo se produjo ayer en un galpón en Colón al 100, en Temperley, en Lomas de Zamora. El lugar donde estaba oculta la obra artística de Licenziato está situado a tan sólo 20 metros de una mansión en la que vive el presunto cabecilla de la organización de estafadores, que se habría quedado con los cuadros y con los tres inmuebles de la artista. Así lo informó a la nacion el abogado Pedro Cruz Henestrosa, que representa en la causa judicial a los primos Élida y Eduardo Licenziato, primos y herederos de la artista. “Hay dos personas procesadas por la Justicia por estafas reiteradas. Se trata del reconocido operador inmobiliario de Lomas de Zamora Eduardo Salvadores y una abogada”, afirmó Cruz Henestrosa. l a nacion intentó hablar con Salvadores, pero una persona que trabaja en su lujoso chalet informó que “el señor no se encuentra en la casa”. Ayer, las obras de Licenziato fueron recuperadas por detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora, al mando del comisario mayor Marcelo Chevriau, que colaboran con el fiscal a cargo de la causa, Carlos Baccini. También se halló una aguafuerte El abrazo, de Benito Quinquela Martín. “Estamos ante una organización dedicada a usurpar propiedades a través de un sofisticado mecanismo de adulteración de documentación”, explicó Cruz Henestrosa, que no sólo representa a los herederos de Licenziato, sino también a otras personas que habrían sido víctimas de la misma banda de estafadores. Los detectives, al mando del comisario Chevriau, llegaron al depósito donde estaban las obras después de que un vecino le avisara al abogado de los familiares de Licenziato que hubo un movimiento de pinturas desde la mansión donde vive el presunto cabecilla de la organización y el galpón, informaron a la nacion fuentes con acceso al expediente. En mayo pasado, la nacion ya había publicado información sobre esta banda de “usurpadores vip”. En su momento se explicó que los estafadores ocupaban las viviendas sin importarles que el propietario tuviera o no herederos. Así, luego de irrumpir en las viviendas, falsificaban no sólo documentos de identidad, sino también testamentos, sucesiones, escrituras y poderes. Licenziato falleció en marzo de 2007, a los 70 años, enferma de diabetes. No estaba casada. Tampoco tenía hijos. Era propietaria de una casa en Adrogué, en el partido de Almirante Brown, donde también
Los primos de la artista, junto a parte de las obras recuperadas en un galpón de Temperley tenía su taller y todas sus obras de arte y dos departamentos en la ciudad de Buenos Aires. “Se trata de un larga lucha de más de seis años. Después de tres meses del fallecimiento de mi prima nos enteramos de que sus inmuebles y su obra de más de 50 años de trabajo habían sido apropiados”, sostuvo a la nacion Élida Licenziato.
Coleccionista y pintora
“Cesión de derechos” Según explicó Cruz Henestrosa, después del fallecimiento de la artista se presentó una prima segunda de Licenziato con un supuesto testamento a favor de ella, que después le firmó una “cesión de derechos” al presunto líder de la banda de estafadores. Pero como el juicio de sucesión se trabó porque los primos de Licenziato sostenían que la firma de la artista que figuraba en el testamento era falsa, la organización criminal se presentó ante la Justicia y solicitó que se homologue un extraño acuerdo que habría subscripto Licenziato. Según argumentaron los ahora procesados, Licenziato les había cedido sus tres propiedades, al no poder pagar un supuesto préstamo que le habrían efectuado por la suma de US$ 100.000. Según Cruz Henestrosa, ese acuerdo también es apócrifo. En la ciudad de Buenos Aires, el fiscal federal Federico Delgado investigó a una banda, integrada también por un abogado, que se apoderaba de los departamentos y de otras propiedades de personas que fallecían y no tenían familiares directos. Esta organización debe enfrentar un juicio.ß
Nelia liceNziato Ocupación: artista plástica Origen: argentina Nació en 1936. Estudió en las escuelas de Bellas Artes, Prilidiano Pueyrredón y De la Cárcova. Fue pintora, escultora, grabadora y ceramista. Hay obras suyas en museos de Mar del Plata, La Plata y Corrientes. Su enorme colección tendría un total de 1800 obras, hoy conservadas entre el galpón de Temperley allanado ayer y su casa de Adrogué. Era diabética y durante los últimos años de su vida tuvo muchos problemas de salud. No era particularmente conocida entre los grandes coleccionistas de arte argentino. Sus principales amistades las cultivó entre sus colegas artistas
santiago filipuzzi
Una mujer apasionada por el arte argentino Nelia Licenziato fue pintora y docente; su prima la recuerda como una mujer reservada Pintora, grabadora, dibujante, ceramista y, sobre todo, una mujer apasionada por el arte argentino. Así era Nelia Licenziato, la coleccionista que conservaba obras valuadas en más de un millón de dólares en un galpón de Temperley. Solitaria y reservada, los familiares no supieron hasta mucho tiempo después que había fallecido en marzo de 2007. Tampoco estaban al tanto del tamaño de su colección, descubierta ayer tras el allanamiento policial en el que fuera su taller. “Nelia fue feliz con la vida que llevó, que básicamente era pintar y cuidar su colección”, señaló a la nacion Élida, prima de Licenziato y asistente en el taller. Elida ayudaba en el inventario, trataba de mantener algún orden en el galpón y acompañaba a Nelia a inauguraciones y a muestras de colegas. “Era diabética, y por eso necesitaba que la acompañara –recordó la prima–. Pero prefería estar sola. Lo que más le gustaba era pasarse horas y horas en el taller.” Viajaba mucho, pero a su regreso contaba poco y nada de lo que había hecho. En oberá daba clases de grabado. En museos de Mar del Plata, La Plata y Corrientes hay
obras suyas, y en distintas ocasiones fue a verlas. Sin embargo, sus principales comentarios nunca se los dedicó a las situaciones surgidas de los viajes. “Una vez le pregunté por qué no vendía más cuadros de la colección y me explicó que, muchas veces, la venta presuponía fijar un valor muy bajo para los artistas poco renombrados. Y como no quería malvender, se las quedaba. Debe ser por eso que su colección es tan grande”, apuntó la prima. El crítico de arte César Magrini le dedicó un libro, Licenziato, en el que explica los motivos de su obra. Ella había estudiado en las principales escuelas de arte local (Prilidiano Pueyrredón, Bellas Artes y De la Cárcova), y había viajado por Estados Unidos y Europa para completar su formación. “Tenía más contacto con artistas que con coleccionistas. Le interesaba proteger lo que habían hecho otros colegas, su objetivo no era el lucro. Era muy especial”, contó Elida. Ahora, a los enigmas de su vida se suma el misterio de su muerte. “Un familiar lejano nos ocultó su fallecimiento y la familia nos enteramos de mucho después”, dijo Élida. Quizá cuando ella y sus hermanos Eduardo y Nélida completen la investigación sobre la muerte de Nelia, se podrán conocer los detalles de una vida que brilló y se extinguió por amor al arte.ß
El robo de arte tiene un mercado propio Antecedentes. Son varios los casos de pinturas sustraídas El robo de obras de arte tiene varios antecedentes en nuestro país, desde la increíble sustracción de 16 cuadros tomados de las salas del Museo Nacional de Bellas Artes, en la Navidad de 1980. En ese caso sólo se recuperaron, 23 años después. algunas obras de Cézanne, Renoir y Gauguin, de la escuela impresionista y posimpresionista francesa, que intentaban ser comercializadas en París. Más activa fue la investigación por el robo de 84 obras de consagrados artistas argentinos sufrida por el nutricionista omar Mantovani en noviembre de 2009, en su museo privado en Pilar. Seis meses después fueron recuperadas 77 de las pinturas valuadas en 4.000.000 de dólares, entre las que se encontraban 31 trabajos de Antonio Berni, además de cuadros de Raúl Soldi, Lino Spilimbergo y Carlos Alonso, entre otros. obras de Berni ya habían pasado al mercado negro del arte tras un golpe delictivo en 2008, cuando se aprovechó el traslado de 17 trabajos desde un depósito en Carapachay. El camión contratado por el hijo del artista fue interceptado por delincuentes apenas inició el trayecto. También importantes artistas sufrieron el robo de sus colecciones personales, como fue el caso del prestigioso plástico cordobés Carlos Alonso, cuya propiedad en la localidad de Unquillo fue invadida por cinco delincuentes que lo golpearon y se llevaron nueve obras, entre las que se encontraban trabajos de Berni y de Spilimbergo. Ese robo dio la impresión de haberse realizado por encargo, ya que los atacantes eligieron los cuadros tras consultar una lista que llevaban. En mayo de 2012, la división Interpol de la Policía Federal recuperó diecinueve obras, entre las que se encontraban producciones de Benito Quinquela Martín, Marta Minujín, Raúl Soldi y Raquel Forner, que habían sido robados en una casa del barrio porteño de Villa del Parque. Cada uno de esos originales está valuado entre 15.000 y 300.000 dólares y fueron detectados en un depósito de las galerías Zurbarán. La posterior investigación judicial demostró que el empresario dueño del lugar había comprado las obras en buena fe, incluso varias se habían distribuido en diferentes casas de subastas. Esos cuadros formaron parte de un lote de 37 robados de una colección privada. Dos más fueron recuperados cuando estaban por ser rematados en las galerías Arroyo y Buenos Aires, mientras que otros ocho fueron interceptados en la vía pública, en Esmeralda al 700, cuando eran ofrecidos en algunos de los muchos negocios de arte que se ubican en esa calle. Además de las pinturas, el robo de antigüedades sumó casos importantes en la Argentina. Desde el reloj que perteneció al general Manuel Belgrano, que en 2007 estaba en una vitrina en el Museo Histórico Nacional, a la banda y el bastón presidencial de Arturo Frondizi, expuesto en 2009 el museo de la Casa Rosada, figuran como elementos buscados por Interpol. ß