La fibromialgia es un síndrome de dolor crónico musculoesquelético difuso generalizado y acompañado de otros síntomas como la depresión, ansiedad, fatiga, rigidez y alteraciones del sueño. Es una patología que impacta en muchos aspectos de la vida diaria del paciente, se presenta con más frecuencia en mujeres en edad reproductiva y es una patología que afecta al 4% de la población mundial. Las causas y mecanismos de enfermedad de la fibromialgia están en estudio, se ha observado su relación con trastornos del sistema nervioso central y periférico que amplifican la transmisión del dolor; se ha asociado su inicio y agravación con trastornos del sueño, contracciones musculares dolorosas y fatiga crónica; y últimamente se ha relacionado también con la sensibilidad al gluten no celíaca y con alteraciones del estrés oxidativo celular que causa déficit en los mecanismos para metabolizar el oxígeno y producir energía, esas situaciones en su conjunto se relacionan con una inflamación crónica persistente. Dados los mecanismos de enfermedad que pueden intervenir en la fibromialgia, frecuentemente se encuentran en estos pacientes condiciones asociadas a dolor crónico, tales como síndrome de intestino irritable, cefalea tensional, síndrome miofascial, cistitis intersticial, entre otros. Son frecuentes también los trastornos de sueño, que pueden actuar como disparadores del dolor y permiten que el cuadro se perpetúe; se describe también que la fibromialgia se asocia en un 70% a alteraciones psicológicas o psiquiátricas que incrementan la sensación de desesperación, adicionalmente, los pacientes con Fibromialgia son más propensos a padecer enfermedad celíaca o intolerancia al gluten no celíaca y en un gran número de casos existen hallazgos de otras enfermedades autoinmunes como artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico y espondilitis anquilosante.

Tratamiento: Medidas Farmacológicas: Hay varias categorías de medicamentos utilizados para el tratamiento de la Fibromialgia y se deciden según los síntomas predominantes y los asociados. Se destacan los analgésicos, ansiolíticos, relajantes musculares, antidepresivos tricíclicos, inhibidores duales de la receptación de serotonina y noradrenalina, inductores del sueño no benzodiacepínicos, modificadores del metabolismo de la dopamina, etc. Es importante tratar tempranamente cualquier origen de dolor que puedan favorecer el inicio o perpetuación de la condición de hiperreactividad dolorosa de la fibromialgia, pero es necesario racionalizar la toma de fármacos y tener en cuenta los efectos adversos que pueden potenciar algunos síntomas asociados como las alteraciones de la concentración, la sensación de inestabilidad o mareo, la fatiga y la alteración de la memoria Medidas no farmacológicas: Los pacientes con fibromialgia en muchas ocasiones tienen debilidad muscular debido a la inactividad producida por el mismo dolor, en ellos resulta muy beneficioso un programa personalizado de actividad física regular, con el cual se estimulan los músculos y se incrementa así la actividad y el número de mitocondrias que son los componentes de las células encargados de suministrar la energía al cuerpo.

Además del manejo convencional con medidas farmacológicas y el plan de actividad física regular, teniendo en cuenta la fisiopatología de la Fibromialgia, se interviene desde la medicina integrativa con las siguientes opciones: •

Reprogramación nutricional: actúa modulando la inflamación crónica persistente, fortalece una microbiota funcional y favorece la síntesis intestinal de triptófano, precursor de la serotonina que está implicada en la disminución del dolor, la percepción del placer y regulación del sueño.

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Medicamentos multicomponentes en sueroterapia: modulan el dolor local y generalizado, activan los mecanismo de oxigenación celular y muscular, suministran aminoácidos que se encuentran en déficit, reponen los sustratos minerales requeridos para un adecuado funcionamiento neuroinmune y muscular.

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Activadores de la función mitocondrial: favorecen el metabolismo del oxígeno disminuyendo la producción de radicales libres y activan la microcirculación en general, lo cual mejora la oxigenación muscular.

Es importante mencionar, que aunque no es una enfermedad hereditaria, si una persona tiene un familiar de primer grado con Fibromialgia, tiene un riesgo 8,5 veces mayor que la población general de padecerla, lo cual parece relacionado con el estilo de vida aprendido en familia, esta situación resalta la necesidad de incluir unos hábitos de vida saludable para evitar la aparición de enfermedades de agrupación familiar.

Autor: Dra. Claudia Muñoz - Medicina Familiar y Medicina Integrativa. Global Pediátrica. Cali - Teléfono: 5248525