Teoría de la Educación 2011

Esta doble segmentación configura distintos circuitos educacionales por los que transitan las diferentes clases sociales
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Cátedra

Teoría de la Educación MODULO

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Texto Nº 6

Educación segmentada y legitimación de desigualdades Carlos Borsotti

Educación Segmentada y Legitimación de Desigualdades

Carlos Bosotti

Carlos Borsotti 1

Cuadernos Fundación Dr. Eugenio Blanco. Año 1 Nº3. Diciembre 1983 .

Los diagnósticos recientes acerca de la realidad educacional de nuestro país coinciden en señalar que el acceso a los distintos niveles del sistema educativo formal, ha dejado de ser una base significativa de selección social. Si bien este diagnóstico tiene distinto grado de validez en las diferentes jurisdicciones y en el interior de cada una de ellas, hay un consenso generalizado acerca de que la selección se estaría manifestando en una serie de hechos que se producen dentro del sistema educativo formal (ingreso tardío, repetición, abandono) y en la segmentación de dicho sistema. Esta segmentación se refiere a dos aspectos que es conveniente distinguir. Por un lado, la llamada segmentación vertical, que alude a la desarticulación entre los distintos niveles educativos y que, de alguna manera, refleja la historia de la emergencia de cada nivel y de su posterior expansión cuantitativa. Debido a esta forma de segmentación se produce una concentración de repeticiones y deserciones en los primeros años de los niveles primario, medio y superior, inadecuadamente articulados con los niveles inmediatamente anteriores. Esta desarticulación también se manifiesta en la discordancia entre cultura familiar y la escolar, lo que incide principalmente en los estratos bajos. Por otro lado, la llamada segmentación horizontal, que alude al hecho de que en cada nivel educativo la población tienen acceso a servicios educacionales de calidad muy dispar en lo que hace formación y experiencia de los docentes, duración de la jornada escolar; edificios; material didáctico; aplicación efectiva de la currículum; etcétera. Esta doble segmentación configura distintos circuitos educacionales por los que transitan las diferentes clases sociales. Para ilustrar esta situación se ha propuesto la matriz expuesta en el cuadro uno resultante de dicotomizar la zona de residencia, el estrato socioeconómico de origen, y la calidad del servicio al que se accede. La matriz precedente merece algunos comentarios:

Cuadro 1 Zona urbana

Zona rural

Estrato socioeconómico

Estrato socioeconómico

Alto

Bajo

Alto

Bajo

Alto

1

2

3

4

Bajo

5

6

7

8

Calidad del Servicio Educativo

a) podrían omitirse las celdas 3 y 7 ya que es altamente improbable que los estratos socioeconómicos altos, de residencia rural envíen a sus niños a escuelas situadas en las zonas rurales y,

b) algo similar cabría indicar en las celdas 2 y 4, ya que es altamente improbable que los niños de estratos socioeconómicos bajos (cualquiera sea la zona de residencia), accedan a servicios educativos de alta calidad, c) las zonas urbanas y rurales, los estratos socioeconómicos altos y bajos, no son compartimentos separados, sino realidades de una misma sociedad y, por lo tanto se definen por sus relaciones recíprocas y,

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Abogado, Sociólogo. Profesor de la Universidad del Salvador y de la FLACSO. Consultor de la Naciones Unidas en Temas de Políticas Sociales. Ex funcionario de la CEPAL

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Educación Segmentada y Legitimación de Desigualdades

Carlos Bosotti

d) esas zonas y estratos, así como la diversidad de calidad en el servicio educativo forman parte (coexisten) y un mismo sistema socio-político en el que se asignan los recursos educacionales (financieros, humanos, técnicos, etcétera.). Puede sostenerse, en consecuencia, que los niños pertenecientes a las familias de distintos estratos socioeconómicos tienen entre sí, distintas probabilidades de trayectoria educacional, en circuitos educativos diferentes: cuánto tiempo durará su pasaje por el sistema educativo formal, cuál es la credencial o título máximo al que se puede aspirar, de que calidad será la educación que han de recibir. Como se desprende de lo anterior, quienes participan en los distintos circuitos educacionales no son sólo los niños, sino también sus padres y los agentes educacionales (docentes, supervisores, etcétera.). Aquí interesa poner de relieve que entre partícipes y alrededor del hecho educativo se desarrollan una serie de relaciones: padres-docentes; docentes-alumnos; padres-alumnos; etcétera. Cada una de esas relaciones está condicionada por las características de quienes ocupan las distintas posiciones (edad, educación, tiempo disponible, etc.), así como también por las características propias de la relación (enseñanza gratuita o paga, quién enseña-quien aprende, padre de quien aprende, etcétera.). La relación entre una madre con educación primaria incompleta que manda su hijo una escuela oficial gratuita y la maestra de ese niño, es totalmente diferente de aquélla que se producen una madre con educación universitaria completa que manda a su hijo una escuela paga la maestra desde niño. La participación en esas relaciones, con las características señaladas, tiene un efecto educativo (y se ubica en el campo de la llamada educación incidental). Cada uno de los partícipes aprende a desempeñarse en la situación correspondiente: cuáles son sus derechos y cuáles sus obligaciones, cuáles son los comportamientos que se considera "adecuado" o "inadecuado", cuáles son los grados de asimetría que se dan en la relación y la confirmación, a través de esta, de la propia situación como inferior, igual o superior en las distintas dimensiones de la vida social. Cada estrato socioeconómico dispone de distintos grados de visibilidad social y, por lo tanto, está en condiciones de percibir y acceder a distintas alternativas. La clase alta conoce cuál es el circuito educativo en el que participa, tiene noción, aunque a veces sea caricaturesca, de los otros circuitos. Por su parte, los estratos bajos saben cómo es el circuito en el que participan, pero sólo tienen una idea borrosa de los otros circuitos coexisten. En la vida de todos los días, la participación en uno u otro circuito se considera "natural": se está en el circuito que "corresponde" estar. Los que participan en los mejores circuitos consideran que tienen derecho a estar en ellos y están dispuestos a defender ese derecho y a ceder, en el mejor de los casos, sólo aquello que consideran redundante: los que participan en los circuitos deteriorados, o formulan demandas muy puntuales que no modifica sustancialmente la calidad del servicio que reciben, o demandan más de lo mismo. El sistema educativo formal aparece así como un mecanismo legitimado de selección social. La institución escolar selecciona la población en base a sistemas y criterios de evaluación que ella misma establece y aplica. Una de las características de este mecanismo seleccionador consiste en su carácter masivo ya que, de una carta otra manera, abarca a toda la población. En este sentido, ningún otro mecanismo de selección social puede parangonarse con el sistema educativo. Lo que interesa destacar es que la coexistencia de circuitos diferenciados de educación, la configuración del sistema educativo como mecanismo legitimado y masivo de selección social, la participación "natural" de las diferentes clases sociales en los circuitos educacionales que le "corresponde", son fuentes de reproducción no sólo de las desigualdades de la educación, sino también de las relaciones de clase. Cabe agregar que la institucionalización de los circuitos

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diferenciados, así como la legitimación de cualquier mecanismo social en los que actúa y a los que se acepta diariamente, confieren a la estructura resultante una inercia cuyas tendencias no son fáciles de revertir. La existencia de circuitos diferenciados para la prestación del servicio y la participación "natural" de las diferentes clases sociales, en aquello que les corresponde lejos de ser fenómenos exclusivos y propios de la educación formal se manifiestan, aunque quizá con distinto alcance y legitimidad, en la provisión de otros bienes y servicios para la población, tales como la salud, la vivienda, transporte, vestuario, la alimentación, etcétera. Es importante poner de relieve que la configuración de los circuitos diferenciados resultan de una pugna social que se produce fuera de los servicios respectivos y que dicha pugna sólo raramente se manifiesta como conflicto abierto entre los sectores sociales que accedan a uno y otro servicio. De tal manera, las acciones que se promueven desde dentro de los servicios pueden constituirse paliativos cuyos alcances serán diversos, si no están precedidos de la decisión política de incidir en las reglas que rigen la asignación de los recursos.

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