Tecnología, aprendizaje y modos de pensar

Las tecnologías de comunicación y los “modos de pensar” ...... con sus módem incorporados y sus anchos y ágiles archivos
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Tecnología, aprendizaje y modos de pensar Un contexto para interpretar la evolución de la extensión rural

Ing. Agr. José Manuel Salas Oroño, agosto de 2011

El marco general Las actividades de extensión rural ponen en contacto a profesionales del agro con pequeños productores campesinos, colocando a ambos ante un “diálogo de saberes” que suele presentar características especiales debido a las esperables diferencias entre los “modos de pensar” , o el qué saben, qué quieren y qué sienten unos y otros. Se considera aquí que una gran parte de estas diferencias tienen origen en sus diferentes modos de aprender, generados a su vez por diferentes medios de comunicación y en diferentes contextos. Los análisis respecto a las especificidades del aprendizaje campesino (1) han sido normalmente un paso necesario en la formación de los extensionistas agrícolas, induciendo a reflexionar sobre las diferencias entre dos modos de aprender –el aprendizaje espontáneo versus el aprendizaje formal- como generadores de los diferentes modo s de pensar entre técnicos y campesinos, y más en general entre hombres de diferentes ámbitos y hasta de diferentes épocas. Los sociólogos desarrollistas explicaron en su momento estas diferencias considerando a los países que denominaron “subdesarrollados” como sociedades duales, en las que los profesionales aparecían vistos como miembros de la sociedad moderna industrial ante campesinos partícipes de sociedades tradicionales agrícolas. En este artículo se enfatiza en la interdependencia entre las técnicas comunicativas y los diferentes modos de aprender y consecuentemente de pensar. Hablar de técnicas es hablar de “qu é” hacer y “cómo” hacerlo , y de que no existe un “qué” sin un “cómo”. Al aplicar este criterio a la comunicación y el aprendizaje –dos actividades difíciles de separar-, resulta que el “qué” se enseña, o los “modos de pensar” que se promueven, dependen altamente del “cómo” o con qu e proceso comunicativo se lleva a cabo esa enseñanza. La comunicación oral es idónea para apoyar el aprendizaje experiencial en la práctica concreta, la escrita es tá muy vinculada al aprendizaje “teórico” más abstracto –como que se empieza por aprender a leer y escribir - en la educación formal escolar, y la comunicación electrónica audiovisual actual abre otra amplia variedad de aprendizajes que se tratan más adelante. A partir del conjunto de cambios técnicos y sociales que reconocemos como sociedad postindustrial y “globalización” la explicación del dialogo de saberes o culturas a partir de las sociedades duales resulta insuficiente. El surgimiento de las nuevas tecnociencias comunicativas –televisión, computación, Internet- y consecuentemente de nuevos modos de aprender –en el contexto actual- incorpora nuevos modos de pensar con lo que el diálogo de saberes se c omplejiza. Ya no habría dos modos de comunicar y aprender sino hasta cuatro : el tradicional, el moderno, el mediático televisivo y el surgido con internet. Esto afecta el diálogo intercultural que los profesionales del agro vinculamos con la extensión rural, y que necesariamente está presente también en todos los ámbitos de la educación entre adultos.

Intenciones, suposiciones y preguntas El propósito de este artículo es reunir y ordenar aportes de diversos autores respecto a la evolución de las tec nologías comunicativas, los modos de aprendizaje y los “modos de pensar” más extendidos en diferentes momentos, para facilitar su observación en conjunto haciendo más visibles las interacciones recíprocas y aplicarlo finalmente a la interpretación de la evolución de la extensión rural y sus controversias actuales en Argentina. Las técnicas y tecnologías de comunicación considerad as aquí son el habla, la lectoescritura, la televisión global en su etapa de desarrollo satelital y finalmente la computación e Internet, y para el tratamiento de la evolución en el tiempo se tomaron en cuenta las etapas o épocas que en varios enfoques sociológicos corresponden a la sociedad tradicional o agrícola, la sociedad moderna o industrial y la sociedad global o comunicaci onal.

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Se parte de suponer que en cada época determinados actores o grupos sociales, a través de los medios de comunicación preponderantes en el período, masifican de acuerdo a sus intenciones o intereses los aprendizajes que son determinantes de los “modo s de pensar” que resultan más extendidos en las diferentes épocas. Se afirma aquí que estos actores sociales son las familias y los grupos territoriales enseñando a través de la oralidad y la experiencia compartida en las sociedades agrícolas y que son los estados nacionales a través de la educación formal en sus sucesivos niveles y ámbitos –con la lectoescritura como medio de comunicación de mayor incidencia - en las sociedades industriales. En la sociedad global los actores emisores serían por una parte l os operadores directos o indirectos de la riqueza concentrada -persuadiendo, más que enseñando - mediante la televisión satelital y generando la “cultura central mediática”. Pero, conviviendo con la cultura mediática en la sociedad global surgen “subculturas excéntricas” y, entre ellas, las que son generadas por cantidades crecientes de individuos que se comunican, aprenden, enseñan y llegan a desempeñarse en casi todos los ámbitos de la vida cotidiana mediante las comunicaciones interactivas que posibilitan actualmente las computadoras e Internet. Con estas intenciones y suposiciones, las sucesivas preguntas a cuyas respuestas se pretende aportar aquí son: 1.- A partir de estos supuestos: ¿Para qu é -con qué intenciones sociales compatibles con las de los actores sociales dominantes en cada período- se enseña y se incide en el desarrollo de los modos de pensar más extendidos de cada época? 2.-En relación con esto último: ¿Qué es lo predominante en los contenidos sociales del conocimiento y las propensiones y actitudes –los “modos de pensar”- de cada época?, o ¿Qué es lo que de modo más extendido se sabe, se siente y se quiere en los sucesivos tipos de sociedad? 3.- ¿Cómo ha incidido esta evolución de los modos de aprender y de pensar en la evolución de la extensión rural en Argentina?

Las tecnologías de comunicación y los “modos de pensar” Sin pretender incursionar en definiciones, se ha entendido aquí como “modos de pensar” a aquello que en las categorías del materialismo histórico se denomina “conc iencia social”, que incluyendo ideología y actitudes forma parte de la “superestructura” de cada formación social. Los modos de pensar son, en este artículo, el conjunto más o menos coherente de ideas que respecto a la realidad social aparece de modo predo minante en los diferentes momentos históricos, y también los sentimientos, las emociones y las actitudes compatibles con esas ideas e inseparables de ellas. Se reconoce como una simplificación excesiva pretender reducir los “modos de pensar” a lo aprendido en el ámbito de lo consciente: Inevitablemente las oscuras raíces de lo consciente arraigan en lo inconsciente, tanto individual como colectivo. Este artículo no incursiona en ese terreno. Con la misma intención enunciativa, se ha n entendido aquí como técnicas, tecnologías y tecnociencias de comunicación a los procesos de compartir conocimientos – mediante intercambios de códigos comunes entre emisores y receptores- y junto a esos procesos a los recursos y medios predominantemente empleados para compartir e sas ideas y actitudes, también en cada realidad histórica. Se ha considerado también a la comunicación como el componente de mayor peso en todo aprendizaje. Aprendemos por observación, por experimentación, por reflexión, por introspección y por muchas otras vías, pero en todas está presente, y de modo creciente a través del tiempo, la comunicación. Aquí sí es imprescindible considerar junto a esta idea de comunicación su oscura raíz: La comunicación ha sido siempre –y posiblemente antes que nada - un uso intencional de la información como engaño o deformación intencional de las ideas destinada a la utilización o la manipulación del otro o de los otros para aprovecharse de ellos en beneficio propio, y como tal ha sido siempre también un medio de dominación y subordinación, de creación de riqueza y de influencia política. Aparece como difícil evitar que, conscientemente o no, intervenga l a finalidad egoísta y manipulatoria en la comunicación. Pero la comunicación consciente del engaño no está siempre destinada a los demás para aprovecharse de ellos. También es necesario que todo hombre y todo grupo social se autoengañe –más o menos conscientemente- para soportarse a sí mismo. Para Aguirre Romero ( 2) “El presente es el territorio de frustración entre las culpas del pasado y la angustia ante el futuro…”, con lo que el autoengaño (racial, histórico, ético, identitario, etc.) surge como un recurso necesario para la higiene mental. En los cuadros 3, 4 y 5 se plantean ejemplos de autoengaños evidentes e insostenibles, tales como las superioridades raciales y de clase social, las religiones, el monumentalismo histórico, el amor romántico, la “ética del trabajo”, la “estética del consumo”, etc.

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Las épocas consideradas La periodización utilizada aquí es la más utilizada y que hace referencia a sucesivos “tipos de sociedades” (tradicional, moderna, posmoderna) tan frecuentemente planteados en la sociología . En este artículo se las denomina aplicando en primer lugar la referencia al alcance espacial o geográfico –sociedades locales, nacionales, global - y luego la denominación correspondiente a la actividad predominante –agrícola, industrial, comunicacional -. Las denominaciones que surgen son: sociedades locales agrícolas ( las “tradicionales”, sean estas feudales, colonia les, artesanales o indígenas), sociedades nacionales industriales ( las “modernas”, tanto capitalistas como comunistas) y sociedad global comunicacional ( la “posmoderna” o “postindustrial”), haciendo referencia a la sociedad actual. Al interior de la sociedad global se ha distinguido por una parte una subcultura central hegemónica en la que prima la comunicación mediática televisiva, y por otra parte una variedad de subculturas denominadas excéntricas –con diferentes grados de desprendimiento y hasta enfrentamiento respecto a la cultura central - entre las que están presentes las surgidas de las comunicaciones satelitales por computadora a través de l os diversos sitios y redes de Internet. Un punto de partida: Las sociedades locales agrícolas Como se ha dicho, se ha empleado aquí esta denominación en referencia a las “sociedades tradicionales” que frecuentemente describen al feudalismo. Esto hace evidente el “eurocentrismo” incluido en su aplicación, y determina la necesidad de criticarlo: en primer lugar el feudalismo fue una formación social posiblemente solo europea –y Europa no es toda la humanidad -, y en segundo lugar no puede pretenderse como el “punto de partida” de la evolución social. Incluso en el mismo subcontinente europeo fueron anteriores al meno s las hordas paleolíticas, las comunidades primitivas agrícolas y los imperios comerciales esclavistas –como el imperio romano-, y en los ámbitos geográficos asiático, africano y americano se vivieron otras formaciones sociales. Lo que facilita la referencia a la sociedad tradicional como punto de partida es enfatizar en los cambios surgidos a partir de la emergencia de la sociedad industrial, y con esa intención es empleado en este artículo, pero incluyendo en las sociedades locales agrícolas a las sociedades indígenas y coloniales. Las sociedades locales agrícolas son aquellas anteriores a la ciencia moderna y sus aplicaciones tecnológicas, en las que predominó la vida rural y la actividad agrícola y ganadera en comunidades locales débilmente interconecta das, con la familia ampliada –reuniendo a abuelos, padres, tíos y primos - como célula base del tejido social y reuniendo roles reproductivos, educativos y productivos. A los procedimientos empleados para las diferentes actividades les corresponde la denominación de “técnicas”, en tanto su aplicación no requiere más justificación que su resultado práctico, aunque se desconozca la explicación de su validez. Como “técnica comunicativa” más extendida en el período está el habla o la oralidad –una practica que obviamente surgió sin fundamentos c ientíficos-, y los aprendizajes, con la oralidad como medio de comunicación, surgen de las observaciones directas y las diversas prácticas compartidas familiar y localmente. El surgimiento de las sociedades nacionales ind ustriales. El “industrialismo”. Las ciencias sociales surgieron en el contexto del asombro ante los cambios cualitativos ocurridos en casi todos los ámbitos de la vida social con la irrupción de la ciencia moderna y las “ tecnologías” derivadas de ellas que generaron nuevos modos de vida en los siglos XVIII y XIX, sobre las anteriores sociedades locales de base agrícola, las también llamadas “sociedades tradicionales”. Estas nuevas tecnologías, que se iniciaron con la brújula y la imprenta a finales del s iglo XV –la revolución mercantile incluyeron los transportes y la industria motorizados –la revolución industrial- en los siglos XIX y XX, solo pudieron arraigarse articulándose a nuevos modos de organización social, con los potentes surgimientos de la clase obrera y el empresariado o burguesía, y también nuevos modos de organización política que fueron desde las monarquías e imperios del mercantilismo hasta las repúblicas y bloques de naciones del industrialismo, tanto en el capitalismo como en el comun ismo. Nuevas tecnologías y nuevos modos de organización social y política estuvieron necesariamente asociados al surgimiento y la difusión de nuevas ideas o conocimientos, lo que implicó nuevos modos de conocer y de comunicar. Los nuevos conocimientos tuvieron como principal origen a la ciencia moderna y en la comunicación primó la educación formal conducida por los estados nacionales , con la palabra impresa y el libro como soporte más jerarquizado. Con menor jerarquía y confiabilidad se incorporaron más adelante y sucesivamente la radio, el cine y, casi sobre el final la televisión . Las denominaciones más extendidas que se aplicaron a estas sociedades fueron las de “sociedades modernas”, “sociedades industriales” o “industrialismo”. Los dos modos de organización económica y

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política de estas sociedades –capitalismo y comunismo- coincidieron en considerarse la etapa de culminación o “llegada” en el desarrollo social. La aplicación de la expresión “sociedad moderna” en la visión sociológica –tal como ocurre con la denominación de “edad contemporánea” en la historiografía - es causa de una dificultad terminológica en el momento en que es necesario incorporar al análisis los cambios del fin del siglo XX. ¿Qué puede veni r después de lo moderno? ¿En qué “edad” se vive después de la contemporánea? La emergencia de la sociedad global, comunicacional, inmaterial : El auge neoliberal y la subcultura “central mediática” Hacia fines del siglo XX la más reciente revolución tecnológica parte de la microelectrónica y llega a la cibernética, y al articularse esta con las comunicaciones satelitales da lugar al salto cualitativo que se vive hoy en las ciencias, la s tecnociencias y la vida cotidiana. Si bien a nivel científico estos avances provienen de mediados del sigl o XX, sus aplicaciones tecnocientíficas estuvieron casi hasta fin de siglo restringidas a la “carrera armamentística” y a la “carrera espacial” en el ámbito militar de las potencias dominantes. Esto ocurrió hasta el fin de la guerra fría, marcado simbólicamente por la “caída” del muro de Berlín en 1989. La “guerra del espacio” o de misiles de largo alcance surgida de la articulación de las “carreras” armamentística y espacial con la incorporación de la informática y la comunicación satelital , resultó determinante de la supremacía norteamericana y con ella del fin de la guerra fría, planteando la pretensión de la unificación del mundo alrededor de la potencia triunfante. El impacto sobre la organización política mundial fue tan potente que generó los primer os nombres que se aplicaron a la sociedad naciente: sociedad global y globalización. Los cambios científicos y tecnológicos liberados desde entonces al uso civil alcanzaron de modo casi instantáneo a la estructura social y a la organización política. Alg unos ejemplos son los siguientes: 1) La informatización robotizó de modo creciente a la industria reduciendo drásticamente su dependencia del trabajo humano directo, con lo que se redujo la capacidad ofensiva y defensiva de la clase obrera –porque las huelgas tienen menor peso a medida que el trabajo está más mecanizado y computarizado -y concentró el poder en el empresariado. 2) La informática combinada con la comunicación satelital concentró también el poder económico al interior del empresariado, al posibilitar y hacer más competitivas las muy grandes escalas de operación, tanto en la producción agrícola como en la industria, el comercio y todos los otros servicios. El costo por tonelada de soja producida en un agronegocio de 10.000 ha es mucho menor –por el uso de grandes maquinarias computarizadas y por las ventajas al comprar insumos en gran escala - que el costo de producir esa tonelada en una chacra de 100 ha, y un proceso similar ocurre entre las pequeñas y grandes industrias. Las absorciones y megafusiones de empresas determinaron el dominio de los mercados por una cantidad cada vez más reducida de grandes conglomerados volátiles de empresas de capital financiero transnacional –éste de naturaleza inmaterial-, desplazando a menores empresas de capital fijo –estabilizadas en instalaciones, maquinarias e insumos de naturaleza material-, en muchos casos locales y nacionales. 3) La aplicación de la informática a la ingeniería genética hizo posible la recombinación de caracteres entre seres vivos de especies y hasta reinos diferentes, dando sustento a una nueva genética que abrió horizontes hasta entonces impensables en ámbitos como la medicina y la agricultura. En el campo, los cultivos transgénicos combinados con la nueva mecanización computarizada y con comunicación satelital, determinó la creciente expansión de una “agricultura sin agricultores”, multiplicando al mismo tiempo las escalas de producción con un efecto concentrador hasta entonces difícil de suponer. 4) Las comunicaciones satelitales aplicadas a la tele visión, a la computación y a la telefonía celular las transformaron en los más potentes instrumentos de comunicación global, que fueron primero masivos y unidireccionales en el caso de la televisión satelital, y más tarde personalizados e interactivos con el uso de web 2.0 en computadoras personales y variedad de teléfonos celulares conectados por Internet. Esto dio lugar al surgimiento de nuevos y variados servicios comunicacionales –notoriamente inmateriales- para empresas, hogares e individuos, tan numerosos y dinámicos que llegaron a ocupar las primeras posiciones en el ranking de facturación empresarial.

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Las expresiones “globalización” y “sociedad global” surgieron de interpretar al mundo actual casi como una sola nación, conducida por la potencia tri unfante de la guerra fría. Este “una sola nación” no se concretizó con la caducidad de las fronteras geográficas formales entre países, pero sí con la desaparición o la reducción al mínimo de las limitaciones legales para los intercambios comerciales, financieros y de información. Esto se combinó con la reducción extrema de las capacidades reales de los estados para gobernar a sus naciones, a través de la aceptación acrítica de las políticas surgidas del “pensamiento único” neoliberal en la década de 1990: apertura económica y financiera, privatizaciones de obras y servicios públicos, ajuste de gastos estatales y desregulaciones. En coherencia con la visión neoliberal, la reducción del estado dejó progresivamente la organización económica de las naciones –y las de todos los ámbitos relacionados a lo económico - bajo los condicionamientos de la oferta y la demanda de los mercados, ya oligopolizados y globalizados. Todos estos cambios tuvieron impacto acumulativo sobre las ideologías y actitudes que surgieron con la sociedad global, enunciados inicialmente bajo el rótulo de “pensamiento único” con que hizo su presentación la visión neoliberal. El “pensamiento único” se fundamentó en la reiterada referencia al “fin de las ideologías” y al “fin de la historia” y en la suposición de que, desmoronado el comunismo habría quedado como única opción sobreviviente el capitalismo global, neoliberal . Esto muestra cómo en la visión predominante la globalización neoliberal fue vista también como etapa de culminación o “llega da” de la humanidad, tal como en su momento el capitalismo y el comunismo. El vehículo hegemónico de las comunicaciones masivas –y de los aprendizajes- durante el auge neoliberal fue la televisión satelital. Anthony Giddens ( 3) plantea que “La globalizaci ón no es solo la apertura económica. Es un cambio estructural que está trastocando todo, desde la soberanía del estado hasta la familia y las relaciones entre géneros.” Y respecto al pensamiento único agrega: “ El neoliberalismo es (solo) una moda (dentro d e la globalización) y implica una política que está muerta porque, si bien demostró que es capaz de generar crecimiento económico, no da respuesta a la inseguridad, a la desigualdad ni a la destrucción de lazos sociales.” Como se ha dicho antes, en este a nálisis de las sucesivas ideologías y actitudes predominantes se parte de las tecnologías comunicativas como componente significativo de los aprendizajes y, con ellos, de cada surgimiento ideológico, para luego intentar mostrar esos cambios en los princip ales campos de los pensamientos y los sentimientos actuales. El impacto de la revolución tecnológica que vivimos sobre estos ámbitos es tan reconocible que generó la segunda oleada de denominaciones que se aplicaron a la nueva sociedad: Sociedad del conoci miento, sociedad informacional y sociedad comunicacional.

Tanto la información como la comunicación son de naturaleza inmaterial –no tienen peso ni ocupan espacio y este carácter de inmaterialidad también lo posee el capital financiero que domina hoy la actividad económica e incluso -se plantea más adelante-, la inmaterialización podría alcanzar a relaciones sociales tan significativas como la amistad y el amor. Esto lleva a muchos a agregar la denominación de “sociedad inmaterial” a la ya denominada “ sociedad global comunicacional”, distinguiéndola así de las sociedades agrícola e industrial, cuyas actividades dominantes son notoriamente “materiales”. La crisis del auge neoliberal en la globalización Si bien desde el comienzo de la globalización se re conoció la agudización de los problemas sociales, políticos y ambientales generada por las políticas neoliberales difundidas al mundo desde la potencia central, los atentados de septiembre de 2001 (las torres gemelas) y la desmesurada reacción del gobierno norteamericano con las invasiones a Afganistán e Irak, amenazas multidireccionales y más recientemente intervención militar en Libia - dieron definitivamente por tierra con las utopías del fin de la historia y de las ideologías. La historia continuaba, y precisamente con ideologías enfrentadas en guerra. Algunos años después, en 2008, l a elevada rentabilidad impulsada por el salto tecnológico computacional y comunicacional en las grandes inversiones, generó –como décadas atrás el incremento del precio del petróleo- un incontrolable excedente de capital a nivel global. Los principales bancos se vieron ante la presión de colocar o prestar rápidamente grandes cantidades de dinero, y no precisamente hacia la producción que, como en el caso de la sojera en Argentina, no solo no necesita más capital sino que le urge colocar financieramente sus ganancias. La opción más generalizada del momento fue, en EEUU, los préstamos para el consumo, en una primera etapa en construcciones de viviendas con garantía hipotecaria. El hecho de que la garantía fuera la misma propiedad y no el deudor indujo a dar préstamos a quienes no podían devolverlos. El aumento inducido de la demanda determinó la sobrevaluación de los inmuebles y de su valor como garantías hipotecarias. Esta fue una de las primeras “burbujas” financieras, así

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denominadas porque hicieron crecer desproporcionadamente algo que carecía de estabilidad, como una burbuja o una pompa de jabón. Cuando de modo generalizado los tomadores de préstamos no pudieron pagar la burbuja estalló y una sucesión de grandes bancos –encabezados por la banca Lehman - fueron cayendo en cadena, generando una crisis económica mundial solo comparables al quiebre económico de Wall Street de 1929. El proceso sigue extendiéndose en la actualidad -2011- en Estados Unidos y en países de Europa con niveles de endeudamiento oficial que los colocan ante el “default” o fin de su capacidad de pago. El endeudamiento privado, o de las familias, estimulado por el consumismo y las “facilidades” ofrecidas por las compras con tarjetas de crédito, también superó las capacidades de pago de familias y empresas. Ante esto cedió necesariamente el consumo, la producción para consumo interno debió retraerse y el agudo crecimiento del desempleo llegó al nivel determinante de las movilizaciones sociales y las represiones actuales en esos países. La ilusión de la paz mundial y el eterno crecimiento económico pregonadas por el neoliberalismo se desvaneció. La discusión respecto a la inconveniencia e inviabilidad de la aplicación del neoliberalismo a nivel global se masificó desde entonces facilitada por las comunicaciones alternativas surgidas primero con el uso de Internet y más adelante, a partir del 2003, con la interactividad propia de la web 2.0 y el surgimiento de las “redes sociales” informáticas. Esto lleva a que hoy coexistan y compitan en la sociedad globalizada difer entes subculturas, en función de la tecnología comunicativa predominante: la subcultura central mediática (televisiva) que fue dominante durante el auge neoliberal, y las subculturas excéntricas, entre las cuales están las de redes, que se expanden en la actualidad y se describen más adelante, pero que en muchos casos está n vinculadas con la crisis del neoliberalismo .

Tipos de sociedades y técnic as de comunicación “Ahora la niñez es de fulgor eléctrico. La mía fue de pájaro sobre caballo suelto.” José Pedroni. La trilladora. En el cuadro 1 se vinculan los sucesivos tipos de sociedades –y subculturas- a que se está haciendo referencia con los medios de comunicación predominantes en cada una, con referencia a características y limitaciones propias de cada medio. La expresión “comunicación” -surgida del latín “comunis facere” o “hacer en común” - representa el proceso de intercambio de códigos comunes entre emisores y receptores, claramente presente tanto en la conversación oral y la experiencia compartida, como en los procesos de “enseñanza aprendizaje” propios de la escolaridad formal. En las aplicaciones de la prensa escrita, en la radio y muy especialmente la televisión, que son notoriamente unidireccionales –del emisor al receptor, prácticamente sin posibilidad de respuesta - al no haber un “hacer en común”, se desnaturalizaría la idea original y genuina de comunicación. Pese a esto, el uso común se ha referido siempre a est os como los “medios de comunicación de masas”. Autores críticos, en especial referencia a seres humanos cuasi hipnotizados frente a sus televisores, han llegado a denominarlos “medios de incomunicación de masas.”

Cuadro 1: Sociedades, subculturas y medios de comunicación

Limitaciones

Medio de Comunicación

Tipo de Sociedad

SOCIEDADES LOCALES AGRÍCOLAS Feudales, coloniales, indígenas -Voz, oralidad: Conversación, explicación, relato, canción, recitación, dramatización (teatro), conferencia, arenga, clase, proclama, sermón. -Demostración práctica. -Escritura manual con analfabetismo mayoritario. -Alcance limitado a lo local o “cara a cara”. Lento. Generador de aislamientos locales.

SOCIEDADES NACIONALES INDUSTRIALES Capitalistas y comunistas

SOCIEDAD GLOBAL COMUNICACIONAL

Subcultura central mediática

Subculturas excéntricas de redes - Escritura impresa: libros. - Televisión color, de aire, cable y -Internet: Computadora con · Ciencia: Tratados. satelital. comunicación satelital: · Tecnología: Instructivos. ·Unidireccional: Persuasión cuasi Cibernético interactivo, · Educación: Manuales. hipnótica. internet, web.2.: ·Información: Diarios. -Fluido continuo: Imposibilidad ·Redes sociales. (Fb, Twt, ·Literatura: Novela, poesía. de detener o retornar para Msn, Foros, Wiki, Blogs). ·Política: Manifiesto, ensayo. reflexionar o responder. -TIC’s. - Cine, radio y TV incipiente. ·Emisoras de muy alto costo. .Bases de datos. -Capitalismo: Dispersión social ·Alta concentración económica de .Teléfonos celulares, Iphone, de los medios. los medios. .Alta dispersión social de los -Comunismo: Concentración medios. política de los medios. -Alcance amplio, pero lento y -Alcance global, sin costo o de -Alcance global, sin costo o costoso (impresión y costo bajo, velocidad instantánea. de bajo costo, velocidad distribución de libros). Controlable por los dueños de instantánea. Difícilmente Controlable por los estados. medios. controlable.

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En las “sociedades locales agrícolas” En el medio y la actividad rural y en el ámbito de los grupos familiares y territoriales locales con comunicación oral y “cara a cara” se aprende escuchando, explicando, reflexionando, observando y practicando, pero el alcance de la palabra se restringe a lo local, difundiéndose muy lentamente a otros ámbitos. No tiene costo, pero “lo que se puede decir” es controlable por la familia y el grupo local, y muchas veces y con severidad desproporcionada, por la s iglesias y los terratenientes. En las “sociedades nacionales industriales” En el medio y las actividades urbanas, se aprende predominantemente en los sucesivos niveles de la educación formal primaria, secundaria, universitaria - y también en la educación informal como la extensión rural, en los grupos de trabajo especializados y en la calle con comunicación principalmente escrita , mecanizada, impresa, con los libros en la escuela, los diarios en la calle y los folletos instructivos en la educación informal . Con menor jerarquía y confiabilidad se incorporan en la maduración avanzada de estas sociedades la radio, el cine y hasta las modalidades nacientes de la televisión (emisoras nacionales, en blanco y negro, con sólo uno o dos canales y horario limitado). El alcance nacional de la educación formal –con apoyo de la lectoescritura- y en menor medida de los nuevos medios , hacen posible desarrollar conocimientos y actitudes no alcanzables a través de la conversación, la observación y la práctica local. Los procesos de impresión y distr ibución de comunicaciones escritas implican tiempos y costos considerables, y son controlables o censurables por los Estados nacionales. En lo que hace a la relación entre sociedades y medios de comunicación, no se mencionan aquí grandes diferencias entre las sociedades capitalistas y comunistas, que vivieron dentro, y solo dentro, del industrialismo. Una excepción significativa es la concentración de los medios, más alta en el comunismo que en el capitalismo. En la “sociedad global comunicacional” e inmaterial, durante el auge neoliberal y al interior de la subcultura “central o mediática” Los aprendizajes y la gestación de los modos de pensar ocurren principalmente en el hogar y en los tiempos libres, y con comunicación predominantemente televisiva satel ital por encima de la educación formal y de la comunicación oral y escrita, ambas severamente desvalorizadas. Televisivamente los mensajes se difunden a nivel planetario, incorporando imagen en movimiento, sonido, “efectos especiales”, edición y transmisión inmediata a la palabra hablada o escrita, con lo que se logra acceso a un nuevo ámbito de aprendizaje de modos de pensar que permite alcanzar a la generación de conocimientos y actitudes a los que no llegaban ni los libros, ni los diarios, ni la observación y la conversación cara a cara. La velocidad de las comunicaciones televisivas es instantánea a nivel planetario, con opciones de mayor o menor costo, y están bajo el control total de los dueños de los canales y multimedios o quienes los financian a través de la propaganda comercial , y por su alto costo son participantes del capital financiero concentrado. En la misma “sociedad global comunicacional”, en la crisis del neoliberalismo y al interior de las subculturas “excéntricas o de redes” Se aprende y se desarrollan los modos de pensar también predominantemente en el hogar y en los tiempos libres, pero en la comunicación predomina el uso de Internet. La velocidad de las comunicaciones por Internet es instantánea a nivel planetario, también hay opcion es de costo más bajo o más alto, pero las más significativas diferencias con la televisión -que es unidireccional, de la emisora a la teleaudiencia - pasan, desde la aparición de la web 2.0, por su carácter multidireccional e interactivo y también por la casi infinitud de “sitios” a los que se accede por Internet, en comparación con las más nutridas grillas de canales televisivos. A través de Internet se hace posible desarrollar conocimientos y actitudes a las que los medios anteriores no podían –ni posiblemente querían- alcanzar. Una tercera diferencia es su carácter de casi incontrolable. A los estados y a las empresas les resulta difícil e ineficiente, tanto técnica como legalmente, aplicar censura o poner límites a las comunicaciones cibernéticas, con lo que por hoy resultan, en la práctica, incontrolables. Obviamente en la sociedad global hay otras subculturas excéntricas –que no responden al modelo consumista, televisivo- que no “están en las redes” . A estas no se hace referencia en este artículo.

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Acumulaciones, sustituciones y transiciones Hay que tener en cuenta que los sucesivos modos de comunicar –con su impacto en las características y los contenidos del conocimiento- son predominantemente acumulativos pero también parcialmente sustitutivos. La e scuela, los libros y los diarios característicos de las sociedades nacionales industriales no hacen que se deje de totalmente de observar, hablar y experimentar con la familia y el grupo local tal como en las sociedades locales agrícolas, pero sí hacen que se disminuya la jerarquía y la confiabilidad atribuida a esos medios, y con ellas disminuya también su empleo. Con esto – por simple falta de ejercitación- se van reduciendo las habilidades sociales de observación, de experimentación informal y también de memorización. La televisión y la computadora propias de la sociedad comunicacional no hacen que se deje totalmente de leer y escribir y que se prescinda de la educación formal, pero sí que se de svaloricen la eficiencia y confiabilidad de lo escolar, lo hablado, lo leído y lo escrito respecto a lo emitido por la televisión o lo encontrado en Internet . También por falta de ejercicio, esto hace que se debiliten las habilidades de oralidad, lectura, escritura, memorización y hasta la responsabilidad y la constancia normalmente requeridas en los ámbitos educativos, hecho s que se evalúan hoy como problemáticos en todos los niveles de la educación formal. Con estos y otros significativos fundamentos Ivonne Bordelois ( 4) habla hoy de “la palabra amenazada” cons iderando que el desplazamiento arrasador de la palabra por parte del vértigo de las comunicaciones audiovisuales actuales reduce progresivamente el uso de la palabra restringiendo sus aplicaciones como instrumento para las distinciones conceptuales, como vehículo de los testimonios históricos insustituibles contenidos en el origen y evolución de las palabras –la etimología-, y la potencialidad del uso artístico de la palabra en la poesía, uno de los grandes medios de producción cultural. La palabra es más –sostiene-, mucho más que un medio de comunicación, y cita a José Martí cuando afirma: “La lengua no es el caballo del pensamiento, sino su jinete”. Los sucesivos modos y medios de comunicación no son, entonces, ni totalmente acumulativos ni totalmente sustitutivos. Ocurre que los modos y medios emergentes de cada per íodo toman carácter de predominantes en uso y confiabilidad, desplazando y desvalorizando la habilidad para emplear a los modos de comunicación anteriores y hasta impulsando hacia la obsolescen cia a los conocimientos y actitudes transmitidos por e llos. Cuando aquí se hace referencia a diferentes dimensiones en cada “tipo de sociedad”, es necesario tener en cuenta que lo que se ha intentado es describir es a cada sociedad en su momento de consol idación y expansión y no en sus comienzos ni en su declinación, que corresponderían a momentos de transición como el actual, en el que se comparten rasgos de la sociedad industrial y la sociedad global. La actualidad mostraría así y en cada uno de nosotros – acumulativamente- no solo la presencia de los cuatro “modos de pensar” aquí analizados –desde reminiscencias del pensamiento tradicional, hasta los pensamientos del industrialismo y la discusión interna de la globalización-, correspondientes a sucesivas sociedades y subculturas consolidadas, sino también vestigios de los incontables “modos de pensar” correspondientes a todos los estados transicionales .

Origen y caracterización del conocimiento en las distintas sociedades y subculturas Es útil a esta altura utilizar la reciente diferenciación entre los conceptos técnica, tecnología y tecnociencia , siguiendo a J. Núñez Jover (5). Las sociedades locales agrícolas fundaron el origen de sus conocimientos en las experiencias de la vida y el trabajo propias y de sus ancestros, que originaron las técnicas -productivas, curativas, educativas, y hasta comunicativas, como el lenguaje-, validadas solo por la utilidad de su uso y sin preguntarse en sus fundamentos científicos Las sociedades nacionales industria les fundaron sus conocimientos en la ciencia pura –que con apoyo del método exploró el universo en busca de la verdad- y a partir de ella la ciencia aplicada o tecnología –que desarrolla las aplicaciones prácticas de los avances de la ciencia pura. La tec nología o ciencia aplicada de la enseñanza y el aprendizaje fue la pedagogía, que fue siguiendo las controversias en el avance de ciencias puras como la psicología y la sociología. En la etapa consolidada y de expansión de estas sociedades tanto la ciencia como la tecnología fueron desarrolladas principalmente por organismos estatales como universidades e institutos de investigación, y sus productos –con la excepción de las aplicaciones bélicas - fueron predominantemente de acceso libre, y aún se promovió desde los estados su aplicación mediante actividades educativas.

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En la sociedad global y en el ámbito de subcultura central el origen de los conocimientos de mayor impacto se concentra en la tecnociencia, que es aquella llevada a cabo por grandes empresas privadas en función de sus propios intereses comerciales, en el marco del estricto secreto industrial y el patentamiento de sus invenciones para el uso exclusivo de cada empresa. Se trata de una ciencia que no tiene ya el puro interés del conocimiento sino el de servir de apoyo al desarrollo de tecnologías destinadas al mercado. Es particularmente visible la predominancia de la tecnociencia empresarial en los nuevos y más estratégicos consumos: la televisión (Sony, Samsung, Direct -Tv, LG), la computación (Microsoft y Mac Intosh en hardware, y Google, Twitter, Facebook, y otras en software y servidores) la telefonía celular (Nokia), las comunicaciones satelitales, y la genética molecular (Monsanto) en sus aplicaciones agrícolas y medicinales, etc. La resistencia a la subcultura central y al estilo neoliberal de globalización está abriendo actualmente lugar a una modalidad de investigación todavía escasamente formalizada, y que en este artículo se ha denominado investigación alternativa por su oposición de intereses con la tecnociencia de las empresas transnacionales y que está siendo llevada a cabo por organizaciones de la sociedad civil articulada con los organismos estatales en reconstrucción e incluso particulares a través de redes sociales. El cuadro 2 pretende aportar algunas dimensiones en la caracterización del conocimiento, influenciadas por los modos de generación y comunicación de conocimientos predominantes de cada período, presentando casos respecto a cómo evolucionan las actividades que generan los conocimientos, su naturaleza, los actores sociales que los legitiman, y otras características como sus criterios de veracidad, tiempos de obsolescencia y soportes. Cuadro 2: El conocimiento en los sucesivos períodos sociales: Caracterización SOCIEDADES LOCALES AGRÍCOLAS Feudales, artesanales, coloniales, indígenas

SOCIEDADES NACIONALES INDUSTRIALES Capitalistas y comunistas

Subultura central mediática

Subulturas excéntricas de redes

NATURALEZA DEL CONOCIMIENTO

Conocimiento totalizador, emocional, concreto, colectivo, experiencial, protagónico.(1)

Conocimiento analítico especializado, racional, abstracto, teórico, crítico, dependiente.

Conocimiento sincrético, originado en persuación casi hipnótica, irracional, acrítico, dependiente.

Conocimiento virtual, crítico o sincrético, protagónico o dependiente.

ACTIVIDADES GENERADORAS Y ACTIVIDADES TRASMISORAS DEL CONOCIMIENTO. EL APRENDIZAJE

-La Técnica: Experiencias de vida y trabajo. · Vida rural: Observación y reflexión grupal sobre la naturaleza y la sociedad. · Prácticas grupales productivas, defensivas, curativas, sociales, etc. .Educación paterna y materna. · Exploración, aventura, juego. · Rituales y de culto. . Celebraciones locales. .”Revelación divina”.

SOPORTE

-Memoria de ancianos. -Plástica (Arq/ Escultura) -Poemas épicos. Juglares. -Escritura manual.

-Libros, bibliotecas, archivos impresos.

-Archivos y bases de datos en soportes informáticos diversos.

ACTORES SOCIALES LEGITIMADORES DEL CONOCIMIENTO

-Padres, abuelos, ancianos. -Patriciado terrateniente. -Clero.

-Capitalismo: Élite ilustrada, maestros, científicos, artistas, empresarios exitosos, extensionistas agrícolas. -Comunismo: Clase obrera, interpretada por líderes en la lucha de clases y conductores del partido.

-Concentrados por poder económico y dominio de medios televisivos o partícipes de su control por vía propagandística. -En canales TV y multimedios: periodistas, publicistas, animadores y farándula de más alto rating.

CRITERIO DE VERDAD

-Revelación divina o eclesiástica. -Demostración práctica. -Perduración.

-Racionalidad. -Fundamento científico.

-Interpretación más extendida o dominante en los medios masivos.

-Casi inexistente: La antigüedad y la perduración validan los conocimientos.

-Periódica, conflictiva: Con batallas científicas (Kuhn), políticas y comerciales.

-Muy rápida a casi inmediata obsolescencia y desecho. Sociedad líquida. (Bauman).

OBSOLESCENCIA DEL CONOCIMIENTO

-La Ciencia: Investigación científica pura (ciencia) y aplicada (tecnología) por parte de estados nacionales. -Educación formal escolar. -Periodismo escrito y radial nacional. -Militancia política y gremial. -Arte: Literatura, cine. -Vida urbana. (Calle, oficina, fábrica, bar, cancha, etc.) -Extensión rural educativa estatal.

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SOCIEDAD GLOBAL COMUNICACIONAL

-La Tecnociencia, en grandes empresas privadas. -Persuación ideológica (social, política, comercial) abierta o encubierta, por vía televisiva global, presente en: · Propaganda comercial. · Propaganda política. · Periodismo televisivo. · Cine de TV. . Entretenimientos. . “Reality shows”. · Documentales. -Extensión rural propagandística.

-La Tecnociencia: desde Microsoft hasta Google y otras, (versus soft libres como Linux, etc.) -Actividad: Lo último compartido en la web2, dentro de la propia red social, foro, blog, etc. ·Desde: .Investigación alternativa.. .Educación a distancia. .Foros. Blogs. Wiki. ·Hasta: Chat, Fb, Tw, etc., como correo o pasatiempo trivial. -Archivos y bases de datos en soportes informáticos diversos. -Desde: Ciencia, arte y periodismo alternativos. Dispersos: Individuos y movimientos sociales alternativos en redes sociales. -Líderes del ciberespacio: Google. -Hasta: Espacios alcanzados por avance de multimedios. -Desde: Múltiples criterios, pluralidad. -Hasta: Capacidad de generar satisfacción inmediata. -Muy rápida a casi inmediata obsolescencia y desecho. Sociedad líquida (Bauman).

Como se ha planteado antes, en la sociedad global coexi sten con la cultura central mediática las subculturas “excéntricas o de redes”. El procedimiento aplicado para su tratamiento en este artículo ha consistido en identificar algunos de los “polos” alrededor de los cuales aparecen usos de la red aproximadamen te similares. En primera instancia se ha empezado por identificar dos “polos”: El primer polo, identificado en los cuadros siguientes con el “Desde” (desde tales ideas y tales actitudes), corresponde a las subculturas que aquí se denominan “de resistencia” a la cultura mediática, al neoliberalismo y al consumismo con sus implicancias en las diferentes dimensiones de la vida social. En este polo aparecen las visiones “críticas” de las ciencias sociales, desde la historia pluriétnica hasta los recientes aná lisis sociológicos diferentes del “marketing”, que no están en la televisión. Con esto basta para separarlas de la cultura mediática. Se puede acceder a ellas en nichos académicos, entre las telarañas de las bibliotecas, y más fácil y ágilmente a través de Internet compartiendo los espacios interactivos de los “nuevos movimientos sociales” . Las reacciones y las resistencias al neoliberalismo y a la cultura mediática provienen de diversas vertientes, con lo que se plantean a si mismas objetivos que pueden ser en extremo distintos y hasta opuestos. Muestra Enrique Leff (6) como el “pensamiento único”, la cultura central o lo que él llama el “fundamentalismo de mercado” da lugar a reacciones que generan, al menos, tres identidades culturales diferenciables: 

La de los que niegan al pensamiento único en defensa de todos los ámbitos de la diversidad, la multiculturalidad, y la responsabilidad social hacia “los otros”, lo que incluye la valorización de la sostenibilidad ambiental y social. Son los nuevos movimientos sociales.



La de los que negando también el pensamiento único neoliberal no alcanzan a desarrollar proyectos de reconstrucción cultural para la sostenibilidad, y su resistencia se manifiesta como “una voluntad desesperada e irracional de muerte y destr ucción”, en una confrontación a todo o nada entre fundamentalismos, tal como nos son presentadas hoy las confrontaciones entre el “fundamentalismo islámico” y el “fundamentalismo de mercado” propio de la sociedad mediática central.



La de las “identidades híbridas” propias de los pueblos sometidos, en procesos de aculturación.

Un segundo polo, identificado con el “Hasta” (hasta tales actividades, ideas y actitudes) en los cuadros, corresponde a las subculturas que aquí se han considerado “de conformidad o indiferencia”, que agruparían a los que acuden a Internet por “la comunicación en sí”, como correo individual o grupal, como teléfono grupal, como comercio, como entretenimiento, como adicción, como búsqueda de amigos o amores, o como fantasías que pueden llegar hasta la de vivir “otra vida en la red”. El “ciberespacio” no está habitado solo por estos polos de subculturas excéntricas. En los últimos años su mayor parte ha sido invadida por la que hemos llamado la “cultura central mediática”, representada por la propaganda y el comercio virtual que ven en la web “la avenida comercial más larga del mundo”, el mercado virtual de bienes y también de nuevos servicios a los que Internet abrió espacio. Surgió así el “Marketing.2”, en referencia al uso comercial del ámbito interactivo de la web.2. Estas nuevas propagandas comerciales –que ya, en cantidad, superan a las televisivas- son en muchos casos interactivas en el sentido que normalmente dan lugar a que el receptor entable diálogo con el publicista, efectuand o sus consultas y hasta dando sus opiniones y experiencias. Los nuevos servicios comerciales virtuales –de toda índole- son también ejemplos vívidos del proceso de “inmaterialización” de la nueva sociedad y la nueva economía.

Comunicación, actores, objetivos sociales e ideologías políticas y económicas En el cuadro 3 se intenta la caracterización de estas dimensiones en las diferentes sociedades. Se pretende demostrar la coherencia entre los objetivos de las comunicaciones y su origen en los intereses de los emisores correspondientes a cada caso.

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Cuadro 3: La comunicación: Participantes, objetivos, ideología política y conflicto dominante SOCIEDADES SOCIEDAD GLOBAL COMUNICACIONAL NACIONALES INDUSTRIALES Subculturas excéntricas Capitalistas y Subcultura central mediática de redes comunistas -Terratenientes, iglesia. -Estados nacionales vía -Grupos económicos -Diversos, protagónicos, EMISORES -Familia. gobernantes, maestros, concentrados. interactivos. (De quiénes) -Grupo local o territorial. científicos, periodistas, - Propaganda comercial y -Individuos desde mililíderes, jefes, policías. política. tantes hasta acríticos. -Familias. Grupo local -Alumnos, operarios, -Consumidores: Masivos -Diversos , protagónicos, RECEPTORES territorial ciudadanos. pero aislados, pasivos, interactivos. (Hacia quiénes) -Protagónicos, sociales, -Sociales, activos. persuadidos. -Individuos militantes o activos. -Disciplinados. -Autocontrolados por miedo. acríticos. Empresas -Para producir en la industria, el agro y los -Desde: Resistencia, Para -Para vivir: Adaptación al servicios. -Para estimular el generar “nichos y líneas medio social y ambiental. -Para que todo cambie, consumismo. (Bienes, de fuga”, para evadir la -Para que todo quede hacia el capitalismo o servicios, ideas). disciplina y el control y como está. hacia el comunismo. -Para imponer “pensamiento dar lugar a la libertad -Para mantener posiciones -Para disciplinar a la único” neoliberal, con individual y/o la sociales jerárquicas y de sociedad y formar al acriticidad y descompromiso. resistencia (Deleuze)(8), poder. ciudadano, mediante -Para controlar mediante el como defensa de la -Para subordinar al OBJETIVOS DEL escuela, fábrica, cárcel, miedo: a la inseguridad, al diversidad y la campesinado. (Religión y EMISOR ejército, hospital. desempleo, a la exclusión. sostenibilidad social y tradición como “Sociedad disciplinaria” “Sociedad de control”. ambiental. Militancia legitimación del dominio) (Para qué) (Foucault) (8). (Deleuze).(8) virtual. -Para difundir -Difundir autoengaños -Hasta: Indiferencia. Para autoengaños populares como: -Difundir autoengaños como: solo comunicarse, o estar como: Mito de salvación .La “razón de estado”. .Consumir es cumplir con la conectado con todos y eterna. .Racionalismo: La razón sociedad. todo, o “otra vida en la -Para difundir como única verdad en la .El pasado no influye. red” (“Second life”). autoengaños en élites: coherencia discursiva. .A las amenazas ambientales -Compartir autoengaños Mitos fundacionales de .Preeminencia de lo y sociales futuras bastará con como: Comunicarse es razas y genealogías cuantificable atenderlas con los futuros crear, vivir, viajar, amar, superiores, amor (Positivismo). avances científicos recién cambiar el mundo. romántico, honor .Endiosamiento del cuando se presenten. -Nueva propaganda caballeresco. mercado (capitalismo) o comercial del estado (comunismo). -Progresismo Utopías como Conservadorismo. /desarrollismo, tanto en inexistencias posibles. capitalismo como -Neoliberalismo Nuevos movimientos comunismo. Consumismo/ sociales. (Sociedades retenidas por (Sociedades impulsadas destruccionismo. - Desde: Resistencia, el pasado.) hacia el futuro). (Sociedades clavadas en el IDEOLOGÍA sostenibilidad, -Racionalismo. presente). POLÍTICA recuperación ambiental, -Dogmatismos míticos y -Eficientismo. -Pensamiento único: DOMINANTE economía social, paz religiones locales. -Economicismo. .Sobrevaloración de lo mundial, diversidad, etc. -Individualismo. económico. Hasta: Indiferencia. -Utopías: Solo post -Utopías capitalista y ·Hedonismo. Absoluto apoliticismo y mortem, como salvación o comunista: -Nihilismo. Sin utopías desinterés por lo social, condenación eterna. Endiosamiento del cultural y ambiental. mercado o del estado. -Familias campesinas vs -Capitalismo / Terratenientes. Comunismo. -Iglesia vs herejes o -Economicismo vs. CONTROVERSIAS -Occidente / Oriente. -Sin controversias: infieles. Derechos humanos: CENTRALES -Norte / Sur. Pensamiento único. -Fundamentalismo Sociales, ambientales, -Centro / Periferia. católico vs. F. indígenas, de género, etc. islámico.(Cruzadas) SOCIEDADES LOCALES AGRÍCOLAS Artesanales, feudales, indígenas

Debe tenerse en cuenta lo ya afirmado en cuanto a que las comunicaciones encierran por lo menos dos finalidades. Una de ellas, reconocida y pública, es la de “poner en común” o compartir determinados conocimientos, supuestamente útiles para todos. La otra finalidad, oculta y privada, es la de “manipular” al receptor (engañarlo) para adecuarlo a los objetivos del que emite el mensaje. Los objetivos aparecen definidos por el emisor –más claramente en el caso de que este se encuentre concentrado, como en los casos del clero, el estado o del capital transnacional-, y la proporción de finalidad informativa o manipulatoria dependerá de cada caso, como se ejemplifica más adelante. Para Karl Manheim (5) “La ideología es el pensamiento, total o parcial, del adversario” (o dominador).

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En las sociedades locales agrícolas Cuando los participantes son las familias y los grupos territoriales, y las comunicaciones ocurren a través de la oralidad y la práctica grupal, estas aparecen unidas a objetivos sociales tan básicos como simplemente para vivir, facilitando la adaptación al medio ambiental y social. En los casos en que las comunicaciones provengan de estamentos dominantes como los terratenientes o la iglesia, es comprensible que el objetivo sea para que “las cosas queden como están”. Las restricciones materiales de la oralidad como forma de comunicación contribuyen a generar aislamientos comunicacionales locales y estos a reforzar el estancamiento tecnológico y cultural local y la perduración de autoengaños como el mito de la salvación eterna o la superioridad racial de las razas o castas dominantes. Los hombres son formados y vistos –y se verían a sí mismos- como habitantes de la naturaleza y custodios del orden social. La ideología política será entonces el conservadorismo fundamentado en religiones dogmáticas legitimadoras de la subordinación campesina, y ante un presente sin futuro la única utopía viable para los subordinados sería el autoengaño de la salvación eterna , vista como el premio para los mansos. Una controversia social surge de la sobreexplotación de los campesinos sometidos a servidumbre por parte de los terratenientes. Otras son las acciones punitorias promovidas por la iglesia católica contra los “infieles” , como las cruzadas, la “reconquista” española, la inquisición y hast a la conquista evangelizadora de América, en todos los casos legitimadoras de la apropiación territorial y la reducción a servidumbre de las poblaciones vencidas. En las sociedades nacionales industriales Tanto en sociedades capitalistas como comunistas, los emisores centrales de las comunicaciones son los estados nacionales –y a través de ellos los bloques de naciones capitalistas o comunistas de que participan-, a través del control de la educación formal en sus sucesivos niveles, apoyada en la lecto -escritura, con agentes centrales en maestros y alumnos. El control efectuado por el estado –desde la formación de maestros hasta la aprobación de programas, material didáctico y bibliografía - pretende capacitar “recursos humanos” para producir, en el nuevo marco del desarrollo urbano e industrial, y también para disciplinar a los hombres como ciudadanos para su desempeño eficiente en la vida pública urbana y los diversos roles en la producción y los servicios. Pero también pretende formar ciudadanos para que todo cambie. Aquí intervienen los componentes que tienen de similar y de diferente los dos modelos en lucha en las sociedades industriales: el capitalismo y el comunismo. El cambio pretendido en las sociedades capitalistas fue el avance de una eficiente industrialización conducida por el empresariado en respuesta a las necesidades de la población, manifestadas en las demandas del mercado. El cambio pretendido en las sociedades comunistas fue también el avance de una eficiente industrialización, pero cond ucida por la clase obrera a través del estado, en respuesta a las necesidades de la población relevadas y priorizadas por los organismos estatales de planificación. Las ideologías políticas fueron en ambos casos “progresistas”, surgidas de utopías terrenales y posibles, proyectadas hacia el futuro, como el capitalismo con su ideal de libertad (económica) o el comunismo con su ideal de justicia (también económica). Un componente común es entonces el “economicismo” o la visión, explicitada o encubierta, de la prioridad indiscutible de lo económico por sobre todas las otras dimensiones de la vida social. Los hombres son en estas sociedades formados y vistos -y se verían a sí mismos- como dominadores de la naturaleza, como ciudadanos nacionales, como recurso p roductivo y como constructores del cambio social. Además de capitalismo / comunismo, la controversia cultural fue norte (industrializado) contra sur (todavía agrícola y minero) y centro (colonizador) contra periferia (tercer mundo colonizado). En la sociedad global comunicacional, durante el auge neoliberal, al interior de la subcultura central mediática Los que aparecen tomando más directamente las decisiones respecto a qu é comunicar a través de canales televisivos globales y multimedios son los propietarios de dichos medios y/o quienes los sostienen mediante la propaganda comercial. Las emisoras televisivas son de alto costo, con lo que sus dueños o contratantes participan de los grupos del “capital financiero concentrado” caracterizador de la globaliz ación. Respondiendo a los intereses comerciales de esos capitales concentrados , las comunicaciones televisivas son los instrumentos del “marketing” que actúan sobre la teleaudiencia con el propósito de formar a los hombres para

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consumir estimulando y orientando las compras de los bienes y servicios que el mismo capital concentrado ofrece , mediante las formas cada vez más persuasivas de la propaganda comercial. Producir –algo que hoy pueden hacer cada vez en mayor proporción las máquinas computarizadas - ha perdido importancia frente al “consumir”, que surge como el nuevo motor del dinamismo económico. El marketing es, en los hechos, la nueva sociología que fundamenta la nueva educación mediática madurada en la globalización. Pero la propaganda comercial tiene efectos que van más allá de l inducir a comprar. Como comprar debe ser sentido como el acto de máxima felicidad, aquellos a quienes la propaganda muestra comprando o induciendo a comprar deben mostrarse como íntegra y acabadamente felices. La propaganda delinea así modelos humanos que para ser ejemplos de felicidad deben ser necesariamente de piel blanca, jóvenes, lindos, delgados, ricos, exitosos, heterosexuales, sociables y alegres. Esto genera un problema psicológico de autoestima en los naturalmente más melancólicos o introvertidos, o los más o menos gordos, o los no tan lindos, o los que ya dejaron de ser jóvenes, o los escasos de dinero. Si la propaganda comercial los convence, se ven obligados a fingir, tanto en su ánimo como en su físico –llegando hasta la cirugía- y su indumentaria, ostentando costosamente las marcas prestigiadas, y hasta estampándose una eterna sonrisa. Los que son negros o llevan los rasgos de los pueblos originarios , esos sí que no tienen solución. Otro objetivo de la comunicación en la cultura mediática, ya en el ámbito de generar y sostener la nueva ideología política dominante, es imponer el pensamiento único generando el profundo convencimiento de que no es posible ningún modo de organización económica y social diferent e del neoliberalismo. También está presente el propósito de controlar mediante el miedo –a la inseguridad, al desempleo y a la exclusión -, en lo que Gilles Deleuze ( 8) denominó “sociedad de control” –o de autocontrol- por diferencia con la “sociedad disciplinaria” del período industrial. El instrumento central para el autocontrol es la generalización, por vía mediática, del miedo, tanto a la inseguridad generada por el supuesto auge e impunidad de la violencia delictiv a y el terrorismo, como a la pérdida de empleo y a la exclusión. Eugenio Zaffaroni (9) enfatiza en que actualmente ocurre una “tremenda construcción mediática paranoica” de una imagen desproporcionada y excesiva de una criminalidad –tanto común como terrorista- creciente y continuamente acechante, y sostiene que esta idea es propulsada desde el poder económico dominante –principalmente desde Estados Unidos- y totalmente distinta de los datos que surgen de los estudios científicos locales sobre criminalidad. Se instala la idea de un mundo amenazado por el delito común y el terrorismo, y se plantea como única solución el desarrollo de un estado policial –de “mano dura” y “gatillo fácil”- capaz de dar las respuestas vengativas de encerrar, castigar, reprimir y ajusticiar. El propósito de fondo sería la destrucción del estado de derecho a través de la “planetarización de la doctrina de la seguridad nacional” no ya con el argumento de detener el avance del comunismo –tal como se lanzó en sus orígenes en la década del 70- sino para mantener a distancia a los “peligrosos” excluidos, que en Argentina y América Latina son principalmente los adolescentes casi niños desocupados y carenciados, en Estados Unidos los latinos y los negros, y en Europa los árabes. Se trata de generalizar el miedo como medio de cohesión social y de legitimación del desarrollo de grandes aparatos represivos contra aquellos jóvenes impulsados a la marginalidad por las políticas económicas neoliberales y también, en los lugares donde esto resulte visible, contra los inmigrantes que expulsa el desempleo de sus países y regiones de origen. Actuando mediante la televisión a nivel mundial, Estados Unidos induce a encarnar el terrorismo global en una identidad religiosa y racial: el Islam, los árabes. Para este autor, lo que se está haciendo es avanzar hacia nuevas masacres, ya se trate de matanzas masivas en bombardeos genocidas o matanzas “por goteo” con la “mano dura” y el “gatillo fácil” policial. Durante el siglo XX estima que se asesinó así a casi cien millones de personas, e l 2 % de la población mundial. (La estimación excluye a los muertos en las guerras.) Para la propaganda comercial, para la imposición del pensamiento único, y también para que la población se autocontrole a través de los miedos y apoye la represión indiscriminada, -todo en coherencia con los objetivos del capital concentrado respecto a la población -, la nueva televisión aparece como de especificidad y eficacia ampliamente superior a la conversación, la práctica cotidiana, la escuela o el libro. La subcultura mediática ve y forma a los hombres como ajenos a la naturaleza, como consumidores /destructores, con ideologías y actitudes programadas para maximizar el consumo, y como prerrequisito de esa centralidad consumista impone subliminarmente al neoliberalismo como único pensamiento posible y al miedo como sentimiento

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generalizado. El consumismo, “clava en el presente” a estas sociedades que no miran al pasado ni al futuro y piensan que ha llegado el “fin de la historia” y genera el nuevo nihilismo –de no creer en nada- de la ausencia de utopías. El pensamiento único no deja lugar a controversias. Al interior de la sociedad global comunicacional, en las subculturas excéntricas o de redes La multiplicidad y heterogeneidad de los “emisores -receptores” característica de las comunicaciones por internet – particularmente a través de la web .2 - llevan a que en muchos casos se deje de lado o se reduzca la prioridad de los objetivos planteados por los anteriores modelos sociales –tales como conservar, o producir, o cons umir-, pero sin permitir relevar objetivos en común para la diversidad de “internautas”. Por ser tan recientes o estar en surgimiento, estas subculturas no estarían suficientemente perspectivizadas o historicizadas, y entre sus objetivos aparece una amplia variedad de opciones alternativas. Un grupo de opciones actuales (“ Desde” ... en los cuadros) tendrían como propósito la resistencia al pensamiento único y la creación de propuestas alternativas a la globalización neoliberal. Gilles Deleuze (8) plantea la creación de ámbitos de fuga del control ejercido por la sociedad mediática , para la recuperación del desarrollo de individualidades y subjetividades, y a partir de ellas la construcción compartida de focos intelectuales de resistencia a la globalizació n neoliberal. En contra de la fuerza homogeneizadora de la subcultura central mediática, la resistencia de los nuevos movimientos sociales defiende todos los ámbitos de la diversidad: biológica, ambiental, racial, cultural, política, religiosa, sexual, etc. En contra de la sobrevaloración de lo económico de la cultura central, los nuevos movimientos sociales ponen como punto de partida de sus objetivos la defensa de los derechos humanos en sentido amplio: sexuales, de género, de los pueblos originarios, ambientales, etc. Enrique Leff (6) también hace notar el desplazamiento de las controversias como consecuencia de la globalización. Durante el industrialismo, los dos polos en oposición fueron capitalismo versus comunismo, occidente versus oriente, norte versus sur, centro versus periferia. En la actual etapa de la globalización, plantea el enfrentamiento entre la sobrevaloración del consumo en la visión del mundo o el “fundamentalismo de mercado” , contra la irrenunciable prioridad de los derechos humanos tradicionales y los nuevos derechos emergentes. En el polo vinculado a la conformidad e indiferencia (“Hasta”, en los cuadros) el propósito del uso de las redes va desde la comunicación en sí misma, -llegando a niveles adictivos- compartiendo mensajes, juegos e imágenes entre amigos reales o virtuales- hasta los ámbitos de internet alcanzados por la cultura central, particularmente en el I commerce. Internet es vista como “la avenida comercial más larga del mundo”. ¿En qué proporción la propaganda comerci al se está mudando hoy desde la televisión hacia Internet? En el momento de recibir o enviar un e-mail, o de intercambiar mensajes e imágenes en Facebook, o de leer o escribir comentarios en Twitter, podemos ver como se rediseñan las columnas laterales que nos invitan a comprar o vender, con la posibilidad de ingresar a esos sitios para consultar , negociar, y hasta concertar las operaciones comerciales. Al mismo tiempo vemos como la propaganda televisiva disminuye y se concentra en determinados segmentos del mercado.

Ideas y actitudes sociales más extendidas En el cuadro 4 se reúnen los aportes recogidos de diversos autores respecto a las ideas sociales más claramente preponderantes en los diferentes períodos sociales. Las ideas referidas a la “visión d e la sociología” y a la “visión de la historia” estarían limitadas al ámbito académico, en tanto que las restantes visiones corresponderían al “modo de pensar políticamente correcto” o más respetado y extendido en cada momento en la mayor parte de la pobla ción, y aún en cada subcultura.

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Cuadro 4. Contenidos del conocimiento: Ideas y actitudes sociales más extendidas SOCIEDADES LOCALES AGRÍCOLAS Feudales, artesanales, coloniales, indígenas

VISIÓN DE LA SOCIOLOGÍA

VISIÓN DE LA HISTORIA

VISIÓN DEL PODER

VISIÓN DEL VALOR ECONÓMICO

VISIÓN DEL AMOR Y LA FAMILIA

VISIÓN DE LA NATURALEZA

VISIÓN DEL ARTE Y LA ESTÉTICA

VISIÓN DE LA PROPIEDAD

VISIÓN DE LA ÉTICA

VISIÓN DE LA IDENTIDAD

SOCIEDADES NACIONALES INDUSTRIALES Capitalistas y comunistas

SOCIEDAD GLOBAL COMUNICACIONAL Subcultura mediática o central

Subculturas de redes o periféricas -Desde: Posmodernos como: Foucault, Deleuze, Bauman Bourdieu, y sus análisis de las sociedades disciplinaria, de control, líquida, de nichos y fugas. -Hasta: Autoayuda

-Desde positivista hasta interpretativa y - Tradicionalismo preestructuralista: de Darwin -Marketing: Conocer y sociológico. Religiones a Marx. manejar a los hombres legitimadoras de la -Controversia científica y en tanto consumidores. subordinación social. política capitalismo / comunismo. -Mítica: referente al origen - Historia oficial escolar: -Antihistórica: El -Desde: Crítica y pluriétnica. del mundo. Monumental heroica. pasado no interesa -Anticuaria: recuerdos Legitimadora del orden porque no afecta el -Hasta: Antihistórica. afectivos del grupo. social dominante. presente. -Propiedad de capital. -Desde: Capacidad de saber -Participación en -Capacidad de construir (Capitalismo) todo y de poder cambiar el estamentos dominantes reflejos de consumo e -Posición en el estado. mundo a través de la red. (nobleza, corte, clero). imponer ideas. (Comunismo) -Hasta: Sin visión del poder -Valor de cambio: Precio -Desde: Economía ecológica. -Valor de uso: Capacidad -Valor de signo: de mercado. -Hasta: Valor virtual o de satisfacer necesidades: Capacidad de vender, (Capitalismo) capacidad de generar vitales, sociales, culturales, generando adhesión, -Trabajo incorporado o sensaciones de satisfacción rituales, etc. identidad y cumplimiento de planes. inmediata. -En élites: Valor de signo. satisfacción inmediata. (Comunismo.) -Carente de cariño. -Emancipación de la -Desde: ¿? -Amor líquido, Sometimiento laboral y mujer: Construcción de -Hasta: Amor y sexo virtual, descartable: sexual de las mujeres y los proyectos durables. vía chateo y otras. “Otra vida Satisfacción inmediata. hijos en las familias. Sobre Reconocimiento y en la red”. “Second life”. Consumir y desechar. el final surge el “amor cuidado recíproco. Se Comercio sexual en la red. ( INo comparten bienes. romántico”. comparten bienes. commerce.) -Base de sustento material -Provisión de materias -Provisión de materias -Desde: valoración de la de las poblaciones locales. primas para industria primas para el capital diversidad biológica, y -Soporte de la vida local e intercambios global. militancia pro ambiental espiritual de los pueblos. nacionales. Hombre -Inerte, inagotable. virtual. -Hombre como parte de la como dominador de la -Recurso turístico real -Hasta: Recurso para turismo naturaleza. naturaleza. y virtual. virtual, documentales, etc. - “Estados mistéricos de -Estetización de lo -Desde: Cultura popular -Arte digital: Composiciones lo cotidiano”: Lo impactante y laica y festiva. plásticas, musicales, etc., creativo, lo intelectual, lo espectacular, con elaboradas por medios sensual, lo sublime, lo montaje por sobre -Hasta: Arte erudito digitales y compartidas a través libre, lo expresivo, lo lenguaje y momento restringido a lo sagrado. de redes sociales. identitario. sobre argumento. -Literatura. Cine. -Clips y cine para TV. -Inmaterial: Títulos -De la tierra: Familiar, no -Dilución de la propiedad y el -Del capital fijo financieros, de comerciable. precio en creaciones artísticas industrial: Societaria, circulación casi . Valor de signo: Da o quita e intelectuales compartidas de comerciable. De instantánea. Más que la acceso a la libertad y la rápida obsolescencia. (Wiki, circulación lenta. propiedad interesa la ciudadanía. Fb, twt, blogs, etc.) disposición de bienes. -“Ética familiar”: -“Ética del trabajo”: Los -“Estética del -Desde: “Ética de la Cumplimiento de roles ricos lo son por su consumo”: Los ricos se diversidad”. Pluralidad. según sexo y edad. laboriosidad y previsión, hacen bellos al .Derechos humanos. y los pobres por su consumir bien, y los -“Ética religiosa”: desidia, imprevisión y pobres hacen su fealdad -Hasta: Estética del consumo. Cumplimento de rituales. degradación personal. al consumir mal. -Soy la posición –status-Desde: Soy mis aportes a la -Soy lo que compro, lo -Soy mi familia y mi que he alcanzado con mi militancia virtual que tengo, lo que pueblo. capacidad, mi previsión y -Hasta: Soy mi imagen en la muestro. mi trabajo. red.

En las sociedades locales agrícolas Las ideas del valor, el poder, la propiedad y la naturaleza aparecen especialmente interconectadas. En el caso de las sociedades feudales y coloniales la propiedad más estratégica es la que se ejerce sobre la natura leza -la tierra-, y da a la nobleza terrateniente o a los conquistadores y sus descendientes valores de signo que reservan para ellos la libertad, la ciudadanía y la posición dominante en las relaciones sociales, que no son cosas comerciables que se puedan comprar y vender. Al mismo tiempo es la carencia de propiedad de la tierra lo que condena a plebeyos e indígenas a la servidumbre y los priva de ciudadanía y voz en el manejo de la cosa pública. Para las mayorías subordinadas, plebeyos

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e indígenas, los bienes que provee la tierra tienen el valor de uso correspondiente a su capacidad de satisfacer necesidades vitales. También las ideas predominantes en los campos de la sociología y la historia están espec ialmente relacionadas al vincularse a lo mítico, tanto en las religiones legitimadoras del despotismo antecesoras de la sociología, com o en la historia “mítica” y “anticuaria” (10) grupal que adereza a la dominación con componentes sagrados, sentimentales o afectivos, todos destinados a fortalecer la cohesi ón social en pequeños grupos enfrentados a la extinción. Respecto a la visión del amor, se ha partido aquí de la terminante afirmación de María Elena Walsh: “La ternura es un invento moderno”. Esto aparece como coherente con el áspero contexto de las tradicionales familias campesinas, ampliadas y serviles, en las que la cantidad de tareas asignadas a las mujeres no dejaría tiempo ni motivación para otras vivencias. En el caso del segmento minoritario de familias de estamentos dominantes las referencias hi stóricas y literarias muestran como la elección de pareja no correspond ió normalmente a los cónyugues sino a los jefes de familia, respondiendo esta elección más a motivos económicos –y hasta políticos- que a las preferencias amorosas de la pareja. En los siglos apenas anteriores al industrialismo surgió en las élites un particular autoengaño –de fuerte raíz literaria- denominado “amor romántico”, idealizador de las variadas modalidades del “amor imposible”, imposible por las diferencias sociales, por circunstancias fortuitas o por la enfermedad y la muerte. El amor romántico fue un intento de explicación respecto a la imposibilidad del amor con los valores de la época. Una de las primeras novelas españolas –Don Quijote- puso en evidencia la locura contenida en el “honor caballeresco”. Tal vez no hubo otra de similar jerarquía que haya hecho algo así con el amor romántico. La identidad y la ética aparecen muy relacionadas. Si lo identitario es “soy mi familia” lo ético será “cumplo mi rol en la familia”, sea como anciano consejero, como padre dominante o como mujeres e hijos subordinados. En las sociedades nacionales industriales Las ideas respecto al valor, el poder, la propiedad y la naturaleza vuelven a interconectarse en una nueva racionalidad, ahora marcada por el economicismo. El medio de producción central ya no es la tierra, sino el capital productivo – centralmente el capital fijo industrial-, y tanto este como las mercancías que genera son comerciables, se pueden comprar y vender, tienen precio, tienen valor de cambio. La propiedad deja de ser sagrada y familiar para transformarse en comercial y societaria, con forma de sociedades comerciales en el capitalismo y de sociedades estatales en el comunismo. El poder –la principal forma de poder, de la que depende el poder en los otros ámbitos - es la capacidad de tomar decisiones respecto a la aplicación de ese capital productivo, sea por vía de la apropiación privada en las sociedades capitalistas o por jerarquía alcanzada en el aparato estatal en socie dades comunistas. En ambos regímenes la naturaleza es vista como recurso económico de las naciones para la provisión de alimentos para su población y materia prima para su industria. Son las primeras manifestaciones de la ciencia moderna –el racionalismo y el positivismo- las que generan el surgimiento de las ciencias sociales y sus controversias, que van desde la fundamentación del capitalismo en la “espontánea competitividad” y la “selección natural con supervivencia de los más aptos” planteada por Charles Darwin hasta el fundamento del comunismo en las “luchas de clases” motorizadoras de la historia analizadas por Karl Marx. Por tratarse en ambos casos de propuestas de cambio social –respecto al “antiguo régimen” en el capitalismo, y respecto al capitalismo y el imperialismo en el comunismo - necesitan ambos regímenes de poblaciones motivadas hacia esos cambios, y un instrumento de esa motivación es la “historia oficial” impartida en las escuelas, que denuncia un pasado de atraso o injusticia y muestra u n presente encaminado hacia un futuro mejor. Esto se combina con la visión “monumentalista” (10) o heroica de la historia del país –idealizando la revolución francesa en Europa, la lucha por la independencia y las guerras civiles América Latina - destinada a instalar el “orgullo nacional” conveniente para los pueblos en expansión. El naturalismo competitivo con supervivencia de más apto combinado con la historiografía del orgullo nacional demostraron su naturaleza inhumana y su peligrosidad cuando fueron fundamento de ideologías centradas en el convencimiento de la existencia de razas superiores e inferiores y de acciones de exterminio como el genocidio judío practicado por los nazis alemanes, y tantos otros genocidios anteriores y posteriores.

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En el último medio siglo del industrialismo, coincidente con los primeros atisbos de la “revolución mediática”, a la “historia oficial” escolar se sum ó la “historia mediática” difundida a través del cine comercial norteamericano “monumentalizando” la historia del blo que capitalista y su líder. Proliferaron entonces las películas sobre perversos asiáticos –primero japoneses, años después vietnamitas- siempre derrotados por heroicos norteamericanos, en sorprendentes fantasías deformadoras de la historia real. Nuestro anciano poeta Atahualpa Yupanqui (se le notó lo anciano al emplear la vieja expresión cinemá en lugar del posterior apócope cine) respondió entonces cantando: “¿Quién ha ganado la guerra en los bosques de Vietnam? ¡El guerrillero en su tierra, y el yanqui en el cinemá!” (La “historia mediática” se prolonga actualmente en la subcultura central de la sociedad global , con la particularidad de que los héroes o superhéroes de los actuales thriller televisivos ya no de strozan asiáticos sino árabes. No parece menos legitimadora del genocidio que la historia “monumentalista” ). Así como “nace” la ciencia moderna en los siglos XVI y XVII también se percibe entonces como “renacen” también el arte y la estética –en la plástica, la música, la literatura - que estuvo en las sociedades locales agrícolas reducidas a lo festivo en los grupos subordinados y a los sucesivos autoengaños como la religión, el amor romántico o el honor caballeresco en las élites. Con el renacimiento primero y con el industrialismo después las diversas formas del arte –la literatura, la plástica, la música - saltan a encarnar creaciones intelectuales que buscan investigar y explicitar los “estados misteriosos de lo cotidiano” (11), tanto en la naturaleza como en la sociedad, abriendo ámbitos de creación, de placer, de controversia, de libertad y de construcción de identidades. El arte pasa de haber sido un propalador de autoengaños sociales a lanzarse a la búsqueda de “lo esencial” o las verdades profundas contenidas en la naturaleza que nos rodea o en la vida cotidiana. Las sociedades industriales son el ámbito del lento proceso de la emancipación femenina, y con ella de la evolución hacia una participación crecientemente igualitaria de la mujer en las decisiones familiares –en familias ya urbanas, nucleares y de hombres y mujeres “libres asalariados”- que incluyen desde el ámbito económico hasta el afectivo. En este último, la elección de la pareja ya correspondió exclusivamente a los cónyuges, y las motivaciones más reconocidas para la elección fueron aquellas que dieran la mayor seguridad posible a la continuidad de proyecto s familiares de largo plazo: la ternura o el cariño (“un invento moderno”), el reconocimiento y cuidado recíproco y el deseo sexual. Identidad y ética también apar ecen íntimamente asociadas. La identidad aparece expresada en: “soy aquello a lo que he conseguido llegar por mi esfuerzo, previsión, capacidad y laboriosidad” –aún cuando sea esto más fantasía que realidad-, y es coherente con la “ética del trabajo” (12) que plantearía: “Hay que esforzarse y sacrificarse para triunfar en la vida. Los pobres están donde están por no esforzarse y no sacrificarse”, y convergen en legitimar al sistema social basado en la explotación de los asalariados. Vale la pena hacer notar una implicancia de esta ética en las conductas empresariales del período. Una ética del trabajo implica para los empresarios, directivos y ejecutivos una valorización positiva del esfuerzo, el ahorro y la inversión: hay que obtener la máxima ganancia y re invertirla, y esto implica cierto nivel de rechazo al lujo y a la ostentación. En la sociedad global comunicacional, inmaterial, al interior de la subcultura central o mediática Todas las ideas surgen impregnadas ya no puramente por el economicismo, sino además por el consumismo / destruccionismo, (consumir es destruir, salvo en los casos en que el consumo sea de bienes virtuales) con lo que el valor está dado por la capacidad de hacer consumir, de vender –en el ámbito comercial, que lo invade casi todo - y el poder resulta definido por la capacidad de persuadir constru yendo en los demás los reflejos de consumo y las propensiones o actitudes más acordes a los propósitos del capital concentrado. La nueva sociología –la real, aquello en lo que trabaja la ma yor parte de los sociólogos - es el “marketing”, la tecnociencia de relevar y manejar las conductas de consumo de la sociedad, tanto de bienes y servicios como de adhesiones ideológicas. Como lo hombres aparecen considerados principalmente en tanto consum idores –de bienes, informaciones y servicios, todos para la satisfacción inmediata y de obsolescencia también casi inmediata - y su conducta como consumidores se supone generada por la persuasión propagandística más reciente y efectiva, se piensa y siente q ue la historia

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simplemente no interesa o más bien que no tiene incidencia en el presente: Es como si todos fuéramos –cada díarecién nacidos. Un cambio de percepción similar al sufrido por la historia ocurre con la psiquiatría: en al ámbito del industrialismo predominaron los tratamientos psicoanalíticos, que buscaban la s raíces de los problemas en las historias personales de los pacientes. Hoy predominan los diagnósticos y tratamientos bioquímicos que orienten hacia la formulación farmacológica que se considere correspondiente a cada caso. En la nueva economía, las propiedades más estratégicas se “inmaterializan”, trasladándose a títulos financieros o acciones volátiles de rápida hasta casi inmediata circulación, con aplicaciones que pueden abarcar desd e la producción y distribución o venta de servicios virtuales en el ámbito global hasta la participación, por ejemplo, en agronegocios sojeros en Argentina. Más que la propiedad interesa la capacidad de disponer de los bienes productivos , tal como se da en el caso del arrendamiento de tierras y la contratación de labores en el caso de los agronegocios mencionados. Con la naturaleza se toma contacto principalmente a través de la pantalla del televisor, y estará presente en ella en tanto genere espectáculos impactantes, como relatos de tiburones y terremotos. También, pero de modo secundario, la naturaleza es presentada por los mismos medios con optimismo como soporte inerte para la producción eficiente de materias primas agrícolas o mineras –commodities- para el capital y el comercio global. El eventual –o más bien sistemático- deterioro que pueda surgir de su uso excesivo, simplemente no forma parte de los conocimientos de la cultura televisiva. Trigo y Kaimowitz ( 13) en referencia a la sostenibilidad afi rman: “El nexo entre el nivel de desarrollo actual y la capacidad de satisfacer las necesidades de las generaciones futuras coincide con la magnitud y composición de los recursos que deja cada generación para las generaciones siguientes. Esos recursos incl uyen recursos naturales renovables y no renovables, capital físico , servicios ambientales, capital humano y conocimiento, tradiciones e instituciones.” Debe rescatarse de aquí la inclusión de la significación de los hombres –aun cuando los desnaturalice denominándolos “capital humano”- con sus conocimientos, actitudes y tradiciones, como pilotos del necesario aporte al uso sostenible de la naturaleza. Ante esto cabe preguntarse: ¿Cuál es el estado de los conocimientos, actitudes y tradiciones que respecto al uso de la naturaleza predomina entre los jóvenes de la actual cultura hiperconsumista estimulada a través de la televisión comercial? Décadas atrás, sobre el fin del industrialismo y ante la percepción de los daños graves que el crecimiento económico causaba sobre la naturaleza, se intentó concientizar a la población con el planteo: “¿Qué tierra les estamos dejando a nuestros hijos?”. Hoy esto seguramente sigue teniendo vigencia, pero ante el imperio de la cultura consumista –y necesariamente destruccion ista- se abre la necesidad de invertir los términos de la pregunta, planteándonos: “¿Qué hijos le estamos dejando a nuestra tierra? ” Las ideas respecto al amor y la familia no escapan a la modalidad central consumista de “satisfacción inmediata” y de “consumir y desechar”. En “ Amor líquido” (14) Zygmunt Bauman muestra como las ideas de amor y familia del anterior período industrial, en tanto proyecto s de largo plazo, resultan poco compatibles con las nuevas modalidades de consumir y desechar y deben asumir un perfil adecuado a ellas. Este perfil se logra a través de la rápida rotación de la pareja, que puede asumir las formas de “parejas abiertas”, o de “familias monoparentales” –de un solo miembro- o simplemente de uniones informales sin proyecto en común, de corta duración y que no comparten bienes – posiblemente influidas también por el hecho de que tantos bienes han pasado a ser de tan corta duración -. El arte que predomina es el mediático televisivo y su pretensión ya no es de ningún modo la búsqueda de “lo esencial” o la naturaleza más profunda de la vida cotidiana , sino el entretenimiento. Hannah Arendt ( 15) señala: “Si el arte corre peligro, no es por la amenaza de una cultura de masas, sino por la actitud de la sociedad de masas (global mediática) que suplió el arte por el entretenimiento como consecuencia de un afán desmedido por consumir.” El arte mediático televisivo es pura y exclusivamente entretenimiento o disipación del tiempo libre, del problemático tiempo libre que podría hacer lugar a la peligrosa reflexión. Pero la disipación de los tiempos libres es también un bien económico en el mercado virtual, y las emisoras televisivas compiten por él, porque junto con los “entretenimientos” va pegada la propaganda comercial, y esta se cobra de acuer do al “rating” de cada canal y programa. Lo que más vende es aquello que proporciona satisfacción inmediata a públicos que buscan prioritariamente la evasión de la rutina cotidiana. Esto ha sido descripto como la “estetización (hacer estético, o considerar como bello) de lo impactante y espectacular” (11), siendo notable tanto en el nuevo cine para la televisión global –tal como el modelo de cine “thriller” o de hiperacción, con profusión de saltos de imagen, escena, luz, sonido y efectos especiales - como en el estruendo

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ensordecedor predominante en la música popular más reciente –rock metálico, reggae ton, marcha, cuarteto, cumbia villera-. Lo bello pasa en la cultura mediática por generar, con cualquier recurso, torrentes de adrenalina. En todos los casos es posible visualizar el “predominio del montaje sobre el lenguaje” y “del momento sobre el argumento” comparando el brillo de las escenas con la opacidad y repetición de los relatos en el cine para televisión, o la riqueza tecnológica instrumental con l a carencia de significación en las letras de canciones y el predominio de los ritmos y percusiones sobre las melodías. En su evolución reciente el arte “mediático” se ha montado en soportes tan portátiles que pueden acompañar –y de hecho en una cantidad creciente de casos acompaña n- a los hombres casi en todo momento. Los nuevos teléfonos celulares multifuncionales con sus móde m incorporados y sus anchos y ágiles archivos musicales hacen que, no solo nos sea posible desplazarnos con una computadora de bol sillo conectada a Internet para consultarla y operarla en cualquier momento, sino además con auriculares para llegar a estar de continuo –durante el trabajo y el paseo, en la calle y en el hogar, solo o en pareja o en grupo - aturdidos por el estruendo de la música-adrenalina. Bordelois ( 4) avanza sobre esto: “… porque se opone al lenguaje, la cultura contemporánea destruye el silencio , que es la condición primera y fundamental de la palabra genuina…” y más adelante agrega: “… la des trucción de la intimidad y la vida interior, ante todo la del adolescente, es una condición sine qua non para su adiestramiento posterior como títere del mercado y cliente fiel de la farándula.” Ética e identidad toman nuevos perfiles, que superan a los del industrialismo solo en frivolidad o trivialidad. Para Bauman ( 12) la anterior “ética del trabajo” , con su raíz en las religiones protestantes, –suponer que los ricos lo eran por su esfuerzo, disciplina y virtud, y los pobres por su propia vagancia, imprevisión y degradación- es sustituida por la nueva “estética del consumo”, asentada en la inexplicable convicción de que la pobreza y la exclusión surgen de la falta de cultura de consumo por parte de los excluidos. De la identidad industrialista de sentir “soy el nivel social al que llegué por mi esfuerzo y mis capacidades” se pasa a la aún menos racional, netamente consumista, de sentir “soy la belleza y la verdad contenidas en la imagen de lo que compro, lo que consumo –o destruyo-, lo que tengo, lo que muestro”, en tanto que los excluidos “son la fealdad y la aberración de lo que no compran, de lo que no muestran, de lo que no tienen, de lo que no consumen o destruyen .” Durante el anterior industrialismo, la ostentación de la riqueza –casi inexistente comparada con la actua l- fue considerada una “debilidad de nuevos ricos”. En la sociedad global actual la ostentación , en coherencia con la “estética del consumo”, es considerada un rasgo ético e identitario positivo, y su ejercicio masivo por parte de los autoconsiderados exitosos ha incrustado en los paisajes actuales los consumos “exclusivos” –o hechos para excluir- de los autos de alta gama o las camionetas 4x4, los “shoppings” y los “countries” cuyos moradores se s ienten así incluidos entre los “ricos y famosos”. Tal como han sido descriptas aquí, gran parte de las ideas sociales atribuidas a la “subcultura central mediática” de la actual “sociedad global comunicacional” pueden aparecer como excesivamente superficiales, acríticas, abiertamente irracionales, casi infrahumanas y producto de la exageración . ¿Cómo puede aceptarse que mayoritariamente se perciba y valore a los hombres principalmente como consumidores, o que el poder sea la capacidad de encauzar el consumo, o que se desconozca o niegue la incidencia del pasado his tórico, o que la sociología se reduzca al marketing? ¿No parece absurdo que el amor más actual sea presentado como una relación desechable, o que el arte actual tenga por principal finalidad generar un nivel de estruendo –sonoro, visual, argumental - tal que no deje espacio, tiempo o entorno para la reflexión personal? ¿No resulta demasiado provocativo pretender que la ética predominante est é fundamentada en la “estética del consumo”, o que se sient an las identidades personales y grupales como centralmente vinculadas a la jerarquía de las marcas comerciales de lo que se compra y exhibe? ¿No parece, en definitiva, absurdo que se perciba predominantemente a la naturaleza como algo exterior a los hombres, inerte e inagotable, cuando está ante nuestra vista su acelerado deterioro con su duro impacto sobre la humanidad ? ¿No parecen estas ideas más propias de un jardín de infantes que de una sociedad adulta? La aparente carencia de lógica y la imagen de exageración de las descripciones ideológicas planteadas y cues tionadas tienen una explicación principalmente relacionada con la tecnología comunicativa –o más bien informativa, o persuasiva- caracterizadora de la “subcultura central mediática”: la televisi va. Es necesario comparar las técnicas comunicativas caracterizadoras de cada sociedad en cuanto a los espacios y los tiempos que dejan para la reflexión crítica. La oralidad, la conversación en el contexto de la observación y la experimentación, puede detenerse –y de hecho se detiene- en cualquier momento para discu tir un argumento o para proponer algo diferente. La lectura avanza al ritmo de la comprensión del lector, que también puede detenerla en cualquier momento –y la detiene- para volver

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atrás, revisar la coherencia argumental e incluso desarrollar posiciones p ropias, y hasta escribirlas, y es lo que también ocurre en el aprendizaje formal escolar, en el que s e puede preguntar y cuestionar. Ante la televisión no es así. El relato visual y auditivo televisivo avanza con su propio ritmo, y no permite detenerlo para reflexionar o cuestionar –no deja tiempo-, ni volver atrás para entender, ni mucho menos para elaborar ni menos aún expresar una posición personal diferente. El que se detuvo perdió el hilo del relato, tal vez para siempre. Es tómalo o déjalo. Y como es un relato normalmente elaborado por eficientes especialistas en la tecnociencia de la persuasión, es más fuerte la tendencia a tomarlo que a dejarlo. De esa manera sí se hace posible que la sociedad haga propias muchas ideas acríticas, irracionales y de apariencia infantil o hasta infrahumana. Bordelois ( 4) sostiene: “… la televisión, lejos de ser una caja boba es una caja tremendamente astuta que ha podido inculcarnos la ideología y la religión del consumo con demoledora eficiencia.” Esto refuerza la vinculación propuesta inicialmente entre modos de comunicación y modos de pensar. Al interior de la sociedad global, comunicacional, inmaterial, en las subculturas excéntricas “de resistencia” Es en estas subculturas donde encuentran su principal habitáculo las visiones críticas de las ciencias sociales, aun cuando la mayor parte de estas no se hayan generado en las redes. La web 2.0 comienza siendo un vehículo para agilizar la sociabilidad entre amigos y familiares, pero es rápidamente descubierta como form a de compartir ideas con conocidos y desconocidos y luego para actuar en colaboración en pos de un objetivo común, y hasta en formas de autoorganización ciudadana. Se refuerzan y se multiplican así l os “nuevos movimientos sociales” –menos estructurados y jerarquizados que las ONG y las fundaciones- y pronto predomina en ellos l a concientización y la lucha a favor de los derechos humanos, y en función de ellos a favor de la diversidad cultural y la protección ambiental. Estas posiciones no encuentran casi sitio en los multimedios comerciales, pero desde las redes sociales de Internet están logrando hoy niveles de difusión, discusión, participación y hasta movilización social tales que aspiran a competir en paridad de fuerzas con la comunicación mediático tele visiva. Las noticias mundiales más recientes y significativas son las enormes movilizaciones populares que, por distintas motivaciones, están haciendo estallido en los confines más diversos del planeta, llegando hasta a hacer caer gobiernos que parecían invulnerables. Los pueblos árabes han salido a la calle a reclamar democracia y protestar contra dictadores que llevaban décadas de despotismo. Los “indignados” de la Puerta del Sol rechazan las políticas neoliberales generadoras de desocupación en Españ a, con masivo apoyo de la población. Los estudiantes –y los que quieren ser estudiantes- chilenos han movilizado pacíficamente a cientos de miles de ciudadanos en defensa de la gratuidad de la enseñanza universitaria, que continúa –desde su dictadura militar- siendo de costos inalcanzables para la mayoría. ¿Qué es lo que tienen en común los que luchan por la democracia en los pueblos árabes con los que enfrentan la desocupación en Europa y los que reclaman por la educación en Chile? Todos están haciendo intenso uso de las redes sociales. Son miles o hasta millones de personas antes aisladas, que se han conocido a través de redes como Twitter y Facebook, que han compartido sus problemas, han elaborado mediante estos agilísimos multidiálogos las estrategias de lucha y luego articulan su movilización en las calles. Los gobiernos atacados, desde medio oriente a Europa y Chile, están reaccionando pretendiendo la prohibición o el control mediante censura en las redes sociales. Pero todavía no lo consiguen. Esta percepción lleva a los participantes de esta subcultura a considerar a l poder como “la capacidad de cambiar todo a través de la red”, y genera la muy reciente “militancia cibernética o virtual” cuyo alcance desconocemos, con una “ética de la diversidad” negadora de la sobrevaloración de la dimensión económica y también de nunciante de los daños sociales, psicológicos y ambientales del consumismo / destruccionismo. Podría pensarse que la militancia virtual en los nuevos movimiento sociales podría llevar a in cluir en los militantes elementos de identidad y pertenencia tales como “soy mis aportes a la red y los aportes del movimiento social del que participo”, y a también a actualizar individual y grupalmente su ética en función de la dinámica de los nuevos movimientos. Un capítulo aparte merece la nueva educación a distancia posibilitada por la web 2.0. Ya la enseñanza de grado y posgrado ha transpuesto los límites de los grandes, burocráticos y costosos organismos de educación formal como las universidades y es considerable y creciente la cantidad y calidad de la oferta y demanda educativa por vía de Internet. Esto abre nuevos ámbitos de libertad y accesibilidad a la educación, tanto por dar lugar a diversidad de propuestas y posiciones políticas como por el hecho de que se abre a sectores de la población cuyas disponibilidades restringidas de dinero y de horarios de trabajo llegan a imposibilitar su acceso a distintos niveles educativos.

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Al interior de la sociedad global, comunicacional, inmaterial, en las subculturas excéntricas “de conformidad o indiferencia” En general y respecto a las ideas sociales, es esperable que las ideas sociales en las subculturas de redes “de conformidad y/o de indiferencia” (los Hasta… en los cuadros) no difieran sustancialmente de las ideas de la subcultura central mediática . Pero en dimensiones como el amor y la identidad es posible suponer especificidades. El amor sería tan “líquido” y descartable como en la subcultura mediática, pero por Internet, o sea… ¡Inmaterial! Al hablar del amor y sexo inmaterial por Internet se incluye al galanteo, la seducción y tal vez hasta sucedáneos de la cópula en forma virtual, sin relaciones “cara a cara” o más bien “cuerpo a cuerpo”, tal como se puede aplicar empleando el correo electrónico, el chateo por Messenger, las voces e imágenes de Skype, los videos subidos a Youtube y algunos de los usos de Facebook y “Second life”. A todo esto deben sumarse el comercio pago –“pay per view”- de las variantes de servicios sexuales de l E-commerce. Con respecto a la identidad, cabe pensar en la posibilidad de que en elevados niveles de adicción a determinadas formas de la intercomunicación cibernética “de indiferencia” como “second life”, el internauta llegue a pensar que él es realmente “su imagen en la red”, el “avatar”, o el disfraz que ha diseñado tanto físicamente (con sexo, edad, raza, rasgos) como socialmente (clase social, actividad, ingresos, conductas) para interconectarse en la red. Pero esto podría estar tan limitado como limitada es cualqui er psicosis en cualquier sociedad. De existir de modo significativo estas nuevas identidades, parece muy aventurado hacer suposiciones respecto a su ética. ¿Cuál puede ser la ética de un “avatar”? La ética más extendida en esta subcultura es seguramente la “estética del consumo” ya descripta para la subcultura mediática. Parece haber algunos rasgos en común entre las subculturas excéntricas que aquí se han denominado “indiferentes o conformistas” y las “de resistencia”, vinculadas con las nuevas visiones y el nuevo perfil de propiedad y de la privacidad. Sorprende advertir que, en la sociedad informacional y comunicacional de hoy, al interior de las subculturas de redes, aparezca como que se esté diluyendo la propiedad privada de algo supuestamente tan estr atégico como las informaciones y comunicaciones. Son crecientes las creaciones intelectuales que se están quedando cada vez más sin dueño y sin precio. Comenzaron –antes de la web 2.0- con formas sencillas e inocentes de “hackeo” al alcance de todos, como aquello de “bajar” música y películas. Las productoras y distribuidoras debieron bajar los brazos: no podían tecnológicamente evitar el “pirateo”, y finalmente muchas abrieron el acceso a las películas, la música, los diarios y a veces hasta a los libros. Son los riesgos de trabajar con la inmaterialidad: lo que es inmaterial puede terminar siendo inapropiable, como el aire. (A pesar de que este sea material). A partir de la web 2.0 la dilución de la propiedad privada de las creaciones intelectuales se pro fundiza. En los foros y blogs primero, y más adelante en ámbitos tales como “wiki” –la enciclopedia, por lejos, más consultada de la historia -, llega a desaparecer el autor. No hay autor, lo hecho es hecho entre muchos sin saber quien hizo cada parte, por lo que no hay dueño y por supuesto no hay precio. Sucede como si la propiedad de componentes altamente estratégicos de la sociedad actual estuviera pasando de privada a pública, en un proceso reconocido y aceptado con llamativa indiferencia. También están los cambios en la privacidad. Millones –cientos de millones- de personas descargan hora a hora en Facebook su intimidad cotidiana en imágenes y palabras, conscientes o no de que esas imágenes y palabras pasan a ser de disponibilidad casi pública y de pro piedad de esa empresa, que las procesa y emplea para generar las más anchas y hondas bases de datos para el marketing . Recientemente, el escándalo “wikileaks” con la divulgación de supuestos secretos de estado –sospechosamente seleccionados - del gobierno norteamericano, no se consideró tan grave. Pareciera que junto con la propiedad se estuviera diluyendo la valoración de algunas formas de privacidad, y todo esto mansamente. Es aventurado hacer suposiciones sobre estas cosas, porque estarían demasiado cerca y no lo suficientemente perspectivizadas.

Los modos de pensar y la realidad. ¿Qué es al fin “la realidad?” El hecho de relacionar los medios empleados en las comunicaciones con los modos de pensar más extendidos en cada momento no implica pretender qu e las comunicaciones sean el único origen de los modos de pensar y, con ellos, los únicos constructores de “la realidad”, pero sí que tienen ubicación significativa y estratégica en el conjunto de las interacciones sistémicas que los determinan. Una articu lación posible de algunos de los argumentos que fundamentan esta prioridad es la siguiente:

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1.- El reconocimiento del carácter provisorio de los resultados científicos tiene consecuencias: Los “hechos” –la realidad- son estudiados por los científicos con los métodos, los medios, las ideas y los intereses de cada grupo social en cada momento, generando resultados, “interpretaci ones” o ideas –y necesariamente sentimientos- acerca de esos hechos. En ese mismo momento o algo después científicos de otro grupo social, a partir de otras ideas y con otros intereses, con otros métodos y otros instrumentos, generan otro nuevo resultado u otra nueva “interpretación”, distinta, de esos mismos hechos, que eventualmente sustituye a la anterior . Una consecuencia de esto la planteó en su tiempo Friedrich Nietzsche ( 16) al afirmar: “No hay hechos, hay interpretaciones”. O, dicho de un modo menos tajante, no sabemos cómo son los hechos –la realidad-, y sí sabemos que hay distintas interpretaciones o versiones de ella. 2.- La realidad pasa a ser, ante esto, la interpretación o el modo de pensar más extendido, aquel que es compartido por mayor cantidad de gente en un determinado momento histórico. La realidad pasa a ser el modo de pensar predominante. Hannah Arendt (15) lo plantea así: “La apariencia –lo que ven y oyen otros además de nosotros - es la realidad.” 3.- El poder es la capacidad de “hacer cosas”, y “hacer cosas” es modificar la realidad. Para Foucault ( 8) “el poder está en la capacidad de imponer interpretaciones” , ya que estas son, en cada momento y lugar, las cosas o la realidad que es también el “modo de pensar” más extendido. A su vez, la interpretación –o la versión de la realidad - más extendida será aquella que es más y mejor comunicada, aquella que llegue a más gente, y de un modo más jerarquizado y confiable. En cualquier momento y lugar, pero con más clara vigencia en el marco de la revolución comunicativa actual, quienes manejan en mayor proporción los medios de comunicación manejan el poder de imponer i nterpretaciones, y de este modo manejan la “imagen de la realidad” o más bien “la realidad misma”. Esto aparece considerado por Pierre Bourdieu ( 17) que afirma: “...para cambiar el mundo debemos cambiar las representaciones que tenemos sobre el mundo”, pero admite que “...esto solo es factible si existe una fuerza social que sustente el proyecto”. Décadas antes del entonces imprevisible avance de las tecnologías comunicativas, Berger y Luckman ( 18) planteaban: “La realidad tiene el significado subjetivo d e una visión coherente del mundo. En la sociología cabe tomar esta realidad como dada sin investigar mayormente en sus fundamentos, tarea que concierne a la filosofía. La realidad por excelencia es la realidad de la vida cotidiana.”

Agricultura, investigación agrícola y extensión rural en el contexto de los sucesivos modos de pensar La motivación original de este artículo, tal como se hizo referencia en su comienzo, fue facilitar la comparación de los modos de aprender y de pensar entre los técnicos exte nsionistas y los campesinos incluidos en las actividades de extensión rural. Esto llevó a vincular los modos de pensar surgidos bajo la influencia de las sucesivas formas de comunicación predominantes en diferentes momentos y a buscar a través de ellas explicaciones a esos sucesivos modos de pensar. Es el momento de volver a la intención inicial e ir aún más allá: proponer aportes a la explicación de la evolución de la extensión rural. Explicar los diferentes momentos de la extensión rural como intervenció n para el desarrollo rural en Argentina en cuanto al qué y cómo se comunica, y también a quiénes se destina y para qué se efectúa la intervención, requiere ubicarla respecto a “de qué tipo de agricultura” y “de qué tipo de investigación” se trata, en cuanto estas serían las determinantes de los contenidos técnicos, tecnológicos o tecnocientíficos que difunde el “tipo de extensión” correspondiente a cada período. Carlos Alemany (19) periodizó en el año 2003 las actividades de extensión del INTA explicando el cambio del paradigma “educativo” original aplicado por los gobiernos civiles al “transferencista” de las dictaduras militares, de allí a la “diferenciación de audiencias” como modalidad de resistir a la privatización durante el auge neoliberal de comien zos de la globalización, hasta llegar a la situación actual de “intervención en la complejidad”. Los ejes interpretativos de Alemany se han aplicado en este artículo poniendo a prueba su compatibilidad con las dimensiones aquí utilizadas. El cuadro 5 relaciona los “tipos de agriculturas” más recientes con sus modalidades de investigación y de extensión rural. Se observará que entre las “sociedades nacionales industriales” y la “sociedad global”, se ha intercalado el tratamiento de las “sociedades en crisis y transición”, porque así lo ha requerido el tratamiento de la evolución de la realidad en el ámbito agrícola, en coherencia con la periodización propuesta por Alemany.

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Se ha encontrado necesario aquí incluir, entre las “sociedades nacionales industriale s” y la “sociedad global” los perfiles que asumen la agricultura, la investigación y la extensión durante el prolongado y traumático período de “crisis y transición” que media entre ambas. Cuadro 5: Investigación agrícola y extensión rural en las diferen tes agriculturas

TIPO DE AGRICULTURA

TIPO DE INVESTIGACIÓN AGRÍCOLA

TIPO DE EXTENSIÓN RURAL

SOCIEDADES LOCALES AGRÍCOLAS

SOCIEDADES NACIONALES INDUSTRIALES

Tradicional: Aprovechamiento y manejo de la “fuerza” de los equilibrios agroecológicos. (Reciclado natural de nutrientes, control biológico de plagas, enfermedades y malezas).

Moderna: Aprovechamiento de la fuerza motriz y la energía contenida en combustibles y agroquímicos. Resistencia a la “penetración del capitalismo en el agro”. Alto peso de productores familiares capìtalizados.

Técnica: Experimentación campesina, en grupos familiares y territoriales.

Científica y tecnológica: efectuada por organismos especializados de estados nacionales. INTA y universidades.

Sin intervención externa. Tradiciones familiares y territoriales. Escasa intercomunicación territorial. Migraciones.

Educación informal, técnológica y social, a familias rurales, a través de organismos estatales.

CRISIS Y TRANSICIÓN Moderna: Con conflictos políticos finalizados con la dictadura y la “penetración del capitalismo en el agro”, coincidente con la llamada “Revolución verde”. Desarrollo de productores empresariales de capital fijo. Agriculturización. Científica, tecnológica y tecnocientífica: efectuada por organismos públicos y privados de países centrales: Ej.: INTA y universidades, articulados con empresas extranjeras. Privada: Propaganda y venta de insumos importados. Pública: Desde las propuestas de concientización política hacia los campesinos, hasta Transferencismo productivista hacia empresarios.

SOCIEDAD GLOBAL COMUNICACIONAL Subcultura central Subculturas de mediática resistencia Financiera: Alternativas o Aprovechamiento de Sostenibles. la “potencia” Recuperación surgida de ambiental y social tecnociencias como mediante la la ingeniería protección de la genética, la diversidad información biológica, satelital, el ambiental y social. marketing y otras Desde “tecnologías generadas y apropiadas” hasta aplicadas desde el agroecología y capital financiero. Desarrollo Rural Ej.: Sojización. Territorial.

Tecnociencia: (I+D) Investigación concentrada en grandes empresas transnacionales de capital privado, productoras de insumos. (Monsanto y otras).

Investigación alternativa: compartida entre organizaciones estatales (INTA, universidades), nuevos movimientos sociales (ONGs, fundaciones, etc.) y particulares en redes sociales.

Marketing de insumos y productos. Desde la propaganda comercial hasta diversos grados de articulación ente empresas tecnocientíficas y productores en red de la agricultura financiera.

-Programas diferenciados por tipo de productor. -Desarrollo rural territorial. -Protección ambiental y de la diversidad ecológica y social. -Mercados alternativos.

En las sociedades locales a grícolas La agricultura llamada “tradicional”, la anterior a la mecanización motorizada -al tractor- es aquella que utiliza la “fuerza” o más bien la energía potencial contenida en los ecosistemas naturales o parcialmente modificados con cultivos y ganadería diversificados y en rotación. La denominada “fuerza” que en este caso se aprovecha es la que está presente en el reciclado natural o inducido de los nutrientes del suelo, que son tomados por los cultivos pero devueltos al suelo en la descomposición de los abundantes rastrojos o restos vegetales, el estiércol, los abonos orgánicos y la acción de microorganismos que los retoman de estos materiales y también del aire. La fuerza ecosistémica está presente también en el control natural de enfermedades y plag as a través la diversificación, las rotaciones y el libre desenvolvimiento de los enemigos naturales de las mismas. La investigación agrícola es informal o no metódica. Las técnicas sin necesaria fundamentación en la ciencia m oderna surgen de la milenaria acumulación de experiencias campesinas a nivel de familias y grupos territoriales . La extensión rural también espontánea e informal, está presente en la transmisión intergeneracional de esas técnicas y también en las esporádicas incorporaciones culturales surgidas de intercomunicaciones entre territorios remotos – como sería el caso del acceso medieval europeo a los avances de la antigua agricultura china - y también migraciones como las de los campesinos europeos que trajeron sus conocimiento agrícolas a la s llanuras norteamericanas y argentinas en el siglo XIX.

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En las sociedades nacionales industriales . El industrialismo o “desarrollismo” argentino y la “extensión educativa”. La agricultura llamada “moderna” surge con la motorización de la mecanización –con la imagen emblemática del tractor que sustituye a los caballos - y aprovecha la fuerza (o energía potencial) de las reservas naturales a través del uso de minerales como el petróleo que provee los combustibles y agroquímicos como los fertilizantes y lo s biocidas. Si bien en la industria, que es la actividad central en estas sociedades, la organización empresarial o el capitalismo se instalaron desde el comienzo por el hecho de que la instalación de fábricas requiere considerable capital, en el sector agropecuario no ocurrió lo mismo. En el marco del modelo “farmer” norteamericano y del modelo “chacarero” argentino fueron las familias campesinas que antes emplearon la tracción animal las que se tractoriza ron utilizando combustibles y, más adelante y pro gresivamente, agroquímicos y semillas mejoradas, pero manteniendo el predominio del trabajo y la racionalidad familiar. La resistencia a lo que entonces se denominó “la penetración del capitalismo en el agro” duró casi tanto como el industrialismo y tuvo clara influencia en el perfil caracterizador de la mecanización agraria, con la difusión de maquinarias de mediano tamaño adecuadas a las “farm” y las chacras . La investigación que origina a esta agricultura no es técnica sino tecnológica gestada como ciencia aplicada proveniente de la metódica ciencia pura moderna, llevada a cabo en principalmente en organismos estatales nacionales. En EEUU fueron las facultades de agronomía las que llevaron a cabo la investigación agrícola. En Argentina en 1956 el gobiern o nacional formó el INTA, que si bien se apoyó considerablemente en la investigación agrícola estatal norteamericana, experimentó loca lmente con ella y desarrolló además investigaciones propias orientadas principalmente al apoyo de los dinámicos productore s familiares del período, los chacareros, con adecuación a los diferentes ambientes en la s Estaciones Experimentales Regionales Agropecuarias (EERA) de cada región productiva. La extensión rural con que el INTA se instaló en el país tomó también por punto de partida el modelo basado en la sociología rural norteamericana, y su idea central fue “modernizar las sociedades tradicionales” rurales mediante un modelo de educación pública orientada al campo. En cada región del país una EERA llev ó a cabo la investigación, y varias Agencias de Extensión Rural (AER) trasladaron sus resultados al campo mediante una acción educativa conjunta sobre todos los miembros de las familias campesinas: El ingeniero agrónomo jefe de la agencia trabaj ó sobre los padres en temas técnicos y organizativos, la asesora de hogar rural con las madres en cuestiones vinculadas a la educación y la salud, y los asesores de juventudes promov ieron la sociabilidad y el interés por lo tecnológico con los hijos, pensando en ellos como aquellos qu e pronto tomarían bajo su responsabilidad la conducción de la s fincas. Con las limitaciones determinadas por el hecho de que en las décadas de los 50 y 60 todavía una parte de la población campesina –especialmente los padres o abuelos más viejos que todavía mandaban en las fincas- era analfabeta, el soporte de comunicación más jerarquizado en la extensión del período fue la escritura, que al aplicarse a la tecnología tomó la forma de instructivos, con abundante uso de follet os y revistas institucionales. De esta época provienen los análisis antes mencionados sobre “como aprenden los campesinos” (1), y en consonancia con ellos el uso de los folletos se combinó con las “demostraciones” y “días de campo”, normalmente en fincas de campesinos líderes, en las que se procuraba la participación de “lo colectivo” y “lo experiencial” como modo s de aprendizaje campesino. En el marco de la ideología “desarrollista” dominante, la extensión del INTA combinó el objetivo de “para que todo cambie” con el “para producir” pla nteándose “mejorar la calidad de vida de las familias de campo” mediante cambio s tecnológicos que mejorando los rendimientos mejoraran los ingresos familiares. El apoyo a la modernización y estabilidad de las familias fue objetivo explícito de las asesoras de hogar rural, y se pregonó abiertamente la “ética del trabajo” condenando el ocio y los vicios como generadores de la pobreza y el atraso. En la crisis del industrialismo y la transición hacia la globalización. El antiimperialismo y las luchas desarr olladas bajo la consigna “liberación o dependencia” se extendieron, como se dijo, a todos los ámbitos de la vida social, desde el vecinal y gremial hasta el estudiantil y político, con acciones que incluyeron desde el partidismo político formal a las lucha s obreras y campesinas, y hasta la guerrilla urbana y rural. Desde el extremo opuesto en la guerra fría, los intereses económicos impulsaron la acción represiva de las fuerzas armadas a través de reiterados golpes militares que depusieron violentamente a g obierno civiles, llegando a su culminación con la dictadura militar de l período 1976/83, que combinó la apertura económica con la represión ileg al. La agricultura de este período estuvo impulsada por la apertura económica que favoreció la importación de tecnología materializada en “insumos de alto rédito” generados por la creciente tecnociencia norteamericana –maquinarias,

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semillas “mejoradas”, agroquímicos - y facilitada por el aumento de los precios de la producción exportable determinada por la reducción de retenciones a las exportaciones . El estímulo económico emergente llevó a que estancieros latifundistas invirtieran en maquinarias e instalaciones evolucionando hasta transformarse en empresarios de capital fijo, con tierra y máquinas propias y con orientación hacia los productos de exportación. Estos nuevos empresarios fueron considerados como los “actores dinámicos” del período, superando en aporte a la producción total a los familiares capitalizados o chacareros. Fue así como llegó a su fin la denominada “resistencia a la penetración capitalista en el agro”. La e xpansión empresarial estuvo acompañada por la agriculturización o expansión de la agricultura sobre la ganadería, acorde a los objetivos empresariales de obtener las mayores ganancias inmedi atas. La investigación agrícola. Los cambios durante el auge neoliberal de la globalización se extendieron a la investigación agrícola, tanto en el INTA como en otros organismos estatales. Como la tecnología agrícola pasó a importarse a través de los nuevos insumos, en la mayoría de los casos se interpretó que lo mejor que podían hacer las instituciones de investigación y los investigadores locales era incorporarse a la investigación de los países centrales mediante articulaciones como convenios, becas, pa santías y posgraduaciones, tanto en organismos estatales como en empresas tecnocientificas privadas, en todos los casos extranjeros . Nuestros organismos estatales proveyeron así de mano de obra o “mente de obra” gratuita a la investigación extranjera , enganchándose como “furgón de cola” de la misma . Esto no fue mal aceptado por muchos investigadores en tanto les implicó los beneficios del prestigio, los títulos jerarquizados, el apoyo económico y las vinculaciones personales que esas relaciones y graduacion es generaban. La “investigación agrícola” local en el período se redujo, en la mayoría de los casos, a la experimentación de los equipos e insumos importados en las condiciones ambientales locales. La extensión rural. De la extensión “emancipatoria” a la “transferencista”: La agudización de la guerra fría (capitalismo / comunismo) en las últimas etapas del industralismo (décadas de 1970 y 80) se manifestó en todos los ámbitos de la vida social. Desde las posiciones contrarias al capitalismo surgió una visi ón del desarrollo rural que puso énfasis en la liberación de campesinos y trabajadores rurales oprimidos por terratenientes y agroindustrias y dio lugar a la crítica del modelo de extensión educativa, planteando como alternativa, a partir del modelo alfab etizador de Paulo Freire, la problematización y la concientización no sólo técnica sino también social y política, y la movilización como estrategias de intervención de intención emancipatoria para el desarrollo rural. Estos procesos, que tuvieron especial arraigo en nuestro noreste con la formación de las dinámicas “ligas agrarias” del Chaco, Formosa y Norte de Santa Fe, que fueron perseguidas y desarticuladas con la llegada de la dictadura militar de 1976. Acorde a los objetivos de la dictadura y un mod elo de pensamiento que colocaba lo económico por encima de lo social, la extensión del INTA en el período se destinó predominantemente a los considerados “productores económicamente viables”, que eran los nuevos empresarios, y sus contenidos se dedicaron a lo estrictamente tecnológico. En particular, la extensión del INTA fue orientada por imposición de su dirección militarizada a lo que se denominó la promoción del correcto uso de “los paquetes tecnológicos”, que suponía una forma de articulación entre la extensión estatal y la propaganda comercial privada. La incorporación de las nuevas maquinarias, agroquímicos y semillas importadas fue promovid a con intención comercial y por vías propagandísticas –con masivo uso de la comunicación televisiva- por las empresas privadas extranjeras productoras o importadoras de esos insumos. Al INTA le correspondió difundir entre los empresarios agroexportadores los “paquetes tecnológicos” referidos a las más eficientes formas de articular localmente las nuevas máquinas con las nuevas semillas y los nuevos agroquímicos. Carlos Alemany (19) lo describe así: “En pocos años, la extensión del INTA tuvo cambios significativos. Se modificaron sus objetivos estr atégicos, cambió la audiencia privilegiada, se abandonó gradualmente el trabajo con el “hogar rural” y con “juventudes”, y se priorizaron las metodologías masales (agregamos “televisivas”) para la difusión de los paquetes tecnológicos. Al focalizar la tarea en la transferencia de los paquetes tecnológicos el nuevo proyecto institucional alejó al INTA de la anterior visión integral de la problemática rural, y la redujo a los aspectos tecnológicos de la producción, concentrando su accionar en exclusividad en la promoción de la adopción de tecnologías duras para el incremento d e la producción.” El hecho de “focalizar la tarea en la transferencia” dio el nombre de “transferencista” a esta modalidad de extensión. El modelo de extensión “transferencista” fue progresivamente abandonado por el INTA entre 1984 y 1990 en una evolución de actitudes que pueden considerarse como de “resistencia al modelo neoliberal”, pero el “transferencismo” comercial sigue siendo ejecutado en la actualidad por las empresas privadas productoras e importadoras de maquinarias e insumos.

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En la sociedad global comunicacional, durante el auge neoliberal, en la subcultura central mediática. La integración a la sociedad global con consecuencias en la extensión rural se relacionó con la caída del muro de Berlín y el ya mencionado intento de unificación del mundo detrás de la potencia triunfante, los EEUU. Los cambios inducidos por la adopción acrítica de las políticas económicas neoliberales se vincularon con cambios tecnológicos como la transgénesis y su impulso al proceso de sojización. Las políticas económicas neoliberales y globalizadoras de la década del 90 a las que se hace referencia incluyeron, además de la apertura económica y financiera, las desregulaciones, el ajuste de gastos estatales y las privatizaciones de empresas públicas. La agricultura financiera: La sojización. La apertura económica y financiera de la década del 90, unida a las tecnologías asociadas de transgénesis , uso de glifosato y siembra directa, colocaron a la soja argentina en el nivel de las más altas rentabilidades mundiales y atrajeron hacia ella flujos de capital tan intensos que en el año 2010 llegaron a sembrarse con soja 21 millones de ha, de las casi 3 5 que se cultivan en el país entre agrícolas y forrajeras. La rentabilidad en la producción con las nuevas técnicas es mayor a medida que se aumenta, casi sin límites, la superficie en explotación llegando a decenas de miles de hectáreas. En las áreas aptas del país casi no había fincas de ese tamaño, y a los flujos de capital no les convenía inmovilizar enormes cantidades de dinero comprando tierras y máquinas por lo cual, mediante gerenciadoras locales , se tomaron tierras en alquiler o arrendamiento y se hicieron las labores mediante contratistas formando los denominados “pooles”, agronegocios y fideicomisos, siempre sobre muy grandes extensiones, frecuentemente superiores a las 10.000 ha. Est a fue una de las figuras predominantes con las que se configuró en el país la agricultura que llamamos “financiera”. La “agricultura financiera” (21), portadora sincrética de todos los co mponentes ideológicos de la cultura central mediática, logró duplicar en menos de diez años la producción argentina de granos –con el liderazgo absoluto de la soja- y fue así un componente más del crecimiento económico de los últimos años. La televisión mo stró “el despertar del agro argentino” convenciendo a los televidentes de las bondades del modelo, al punto que llegado el llamado “conflicto con el campo” del año 2008 los televidentes no dudaron en apoyar a “los sufridos hombres de campo” supuestamente representados por la “Mesa de Enlace Agropecuaria” . La televisión no mostró el deterioro ambiental de los desmontes y las pulverizaciones con agroquímicos, ni el daño social generado por la migración de centenares de miles de trabajadores y pequeños product ores desocupados a la periferia de las grandes ciudades. La expansión de los agronegocios dio el más reciente impulso acelerador a la expansión del desempleo en el campo. Se estima que para el caso de cultivos de soja transgénica con siembra directa en gr an escala sólo es necesario un trabajador cada 500 ha, y esto solo durante dos a tres meses por año. El hecho de generarse una “agricultura sin agricultores” y casi una “agricultura sin trabajadores” cambió profundamente el perfil socioeconómico del medio rural. Las respuestas a la fuerte reducción de trabajo productivo en el campo fueron tanto la migración a las periferias de las ciudades como el surgimiento de lo que se denominó la “nueva ruralidad”. Esta se basó en el surgimiento de nuevas opciones para la persistencia en el campo, tales como el creciente “trabajo rural no agropecuario” –en el sector público local, en la migración diaria al trabajo urbano, en los nuevos ámbitos del turismo rural , etc.-, y la articulación de esto con la agricultura de auto consumo y la proliferación de la aplicación de los diversos programas sociales de protección a niños, madres y ancianos. Tanto el “pluriempleo” como el “multiingreso” son componentes que caracterizan esta “nueva ruralidad” compuesta por aquellos antes empleados masivamente en el trabajo productivo agrícola. La investigación agrícola: Se completa en este período la consolidación de l predominio de la tecnociencia en la investigación agrícola, desarrollada ahora casi exclusivamente al interior de empresas privadas transnacionales de la biotecnología, los agroquímicos , la maquinaria computarizada y el marketing, y con fines exclusivamente comerciales . Crisis en la extensión rural: Los agronegocios no demandan más asistencia técnica que la que obtienen de su s asesores privados, reforzados estos por la muy especial atención que les brindan empresas transnacionales tecnocientíficas como Monsanto y otras empresas articuladas o no con ella. Ante esto, desde el fundamentalismo neoliberal de los gobiernos de la déc ada del 90, llegó a considerarse que la extensión rural del INTA había dejado de ser necesaria, y se intentó su privatización. La visión y los intereses de los pequeños y medianos productores, que en tal caso quedarían sin apoyo técnico, y también de los profesionales del INTA, que quedarían sin trabajo, dieron lugar a la resistencia conjunta a la privatización que, por interpretarse como una “subcultura de resistencia”, se desarrolla más adelante.

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En la sociedad global comunicacional, con las subculturas excéntricas “de resistencia”. Desde la “diferenciación de audiencias” hasta el modelo de “Desarrollo Rural Territorial”. La agricultura alternativa: Principalmente desde organismos de la “sociedad civil” -organizaciones ecologistas, de pequeños productores, de pueblos originarios y de derechos humanos-, con casi nula presencia pública en la televisión y comunicada principalmente a través de Internet y sus redes sociales, se discutieron los problemas generados por la agricultura financiera y se propusier on alternativas que, oponiéndose a la aguda homogeneización de los monocultivos en gran escala, defendieron todos los ámbitos de la diversidad: productiva, biológica, social, étnica, cultural y política. El enfrentamiento al “pensamiento único” de la agric ultura financiera no pudo darse en el ámbito de la comunicación televisiva, y perdió así mucho terreno. Pero en el crecimiento del uso de Internet y particularmente, desde la interactividad de la web 2.0, la resistencia a la agricultura financiera está encontrando un ámbito desde donde comunicarse, crecer y hasta organizarse. El “tipo de agricultura” que se propone como alternativa a los monocultivos de gran escala ha pasado por diferentes momentos. Uno de los primeros fue y es el desarrollo de “tecnologías apropiadas” diseñadas a la medida de los diferentes tipos de productores y considerando especialmente a los pequeños y medianos , en un claro apoyo a la persistencia de la diversidad social en el campo. Otro de los modelos es la agroecología y la agricultura orgánica, centradas en la diversidad biológica y la protección ambiental. Es cierto que estas agriculturas alternativas opuestas a la agricultura financiera son todavía muy minoritarias en sus niveles de producción respecto a esta última, pero también es cierto que –teniendo como principal vía de comunicación a las redes de internet - están en considerable crecimiento, tanto en volumen y área como en su ingreso en los mercados portando la imagen de “alimentos sanos, producidos sin daño ambiental y mediante comercio justo”. La investigación alternativa: El tipo de investigación que sostiene a esta agricultura es necesariamente diferente de la tecnociencia de las grandes empresas, y diferente también del modelo de investigación del industrialismo, que estuvo orientada exclusivamente por los gobiernos nacionales. Se trata de un modelo de “investigación alternativa” que combina las iniciativas de la sociedad civil, canalizadas a través de nuevos movimientos sociales, con la reorientación de los aparatos estatales desmontados durante el auge neoliberal mediante privatizaciones y ajustes , y ahora en proceso de reconstrucción. La construcción de la nueva agroecología trata de aplicar todos los avances de la ciencia y hasta de la tecnociencia a la recuperación social y ambiental, sin que sea el interés financiero sino los derechos humanos lo que orienta la investigación. Una importante fuente de la investigación agroecológica pasa por la recuperación de los conocimientos incluidos en las técnicas agrícolas tradicionales. Altieri ( 20) plantea: “Entendiendo los rasgos de la agricultura tradicional, tales como la habilidad de evitar riesgos, las taxonomías biológicas folklóricas, y las eficiencias de producción de mezclas de cultivos, es posible obtener información importante para desarrollar estrategias agrícolas más apropiadas, más sensibles a las complejidades de los procesos agroecológicos y socioeconómicos y así diseñar tecnologías que satisfagan las necesidades específicas de grupos campesinos y agroecosistemas locales.” La extensión rural alternativa . Desde la “diferenciación de audiencias” hasta el “desarrollo rural territorial.” La extensión rural propia de las subculturas “excéntricas de resistencia”, se diferenció sustancialmente del transferencismo mediático. En el caso de INTA el gobierno neoliberal de la década del 90 intentó, como se di jo poco antes, su privatización, y quienes se opusieron a la misma fueron tanto los extensionistas de INTA como los representantes de pequeños y medianos productores en l os consejos asesores de la institución, creados desde el retorno a la democracia. La contrapropuesta a la aparentemente indetenible privatización fue la “diferenciación de audiencias”, que Alemany describe así: “Se concibió al Estado como problema, y se p ostuló su retiro de campos de actividad en los que había desempeñado un papel central. (…) La política económica fue en gran medida determinada por el comportamiento de la economía y la política internacional (la globalización)… fue casi totalmente depend iente de los movimientos externos de capitales. (…) Todo parecía indicar que el ajuste estructural de la economía y la retirada del Estado en realidad hacían prescindible la extensión del INTA. (…) La respuesta institucional –expresada en su práctica concr eta- fue la de la de impulsar una estrategia defensiva orientada a mantener y “resistir” por los espacios institucionales ocupados en otros momentos históricos.” “Las claves de las respuestas defensivas se expresaron en:

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a- La definición de “audiencias” dife renciadas que requerían estrategias de intervención específicas. b- La incorporación de la gestión de programas y proyectos de intervención como nueva función estratégica. c- La priorización del trabajo de extensión con las Pymes agropecuarias, el minifundio y l a pobreza rural.” Así fue como surgieron los programas “Cambio Rural”, destinado a productores familiares capitalizados y Pymes, la “unidad de Minifundio” y la participación en el “Programa Social Agropecuario” para los minifundistas, y “Prohuerta” para las familias suburbanas y rurales con carencia alimentaria . Todos estos programas son considerados aquí como partícipes de la resistencia al auge neoliberal de la globalización, en tanto resistieron a la privatización del aparato estatal y ejercieron una c lara defensa de la diversidad, en el ámbito de la heterogeneidad de los productores agropecuarios. Llegadas las mencionadas crisis del auge neoliberal en la globalización, a partir del año 2003, el nuevo gobierno – junto a los nuevos gobiernos latinoameric anos- se dedicaron a reconstruir el aparato estatal , reorientándolo. La amenaza privatizadora desaparec ió y se hizo posible visualizar las potencialidades y amenazas d el “cambio de época” con mayor perspectiva. La modalidad de extensión a aplicar por el IN TA entró en un profundo debate del que surge, hasta ahora, como propuesta más extendida de extensión alternativa el Desarrollo Rural Territorial (DRT) (22). Mediante este se pretende amortiguar los efectos de la globalización mediante la liberación de cap acidades endógenas aptas para enfrentar los problemas del crecimiento, la sostenibilidad, la competitividad y la generación de empleo estable y con futuro. Por diferencia con las propuestas de desarrollo rural del industrialismo, el DRT pretende lograr estos objetivos mediante la articulación, a nivel de cada territorio, de todos los agentes intervinientes, tanto rurales como urbanos, agrícolas, industriales y de servicios, públicos y privados. Una de sus claves aparece en su propuesta de avance simultáneo en las transformaciones productivas –las alternativas sobre el qué, cómo y cuanto producir -, y el desarrollo institucional, o las formas organizativas y legales de articulación entre los diversos agentes involucrados. Se ha pretendido aquí interpretar a l as sucesivas modalidades de extensión rural en el marco más general de los modos de pensar de cada tipo de sociedad y subcultura . Lo que se refiere al esperado avance de las agriculturas alternativas, y aún más a su apoyo en “subculturas excéntricas de res istencia” comunicadas en el todavía reciente desarrollo interactivo de las redes sociales de Internet, puede ser visto más como una utopía que como una perspectiva real ista. Pero lo que sí es real –en el marco de lo que se consideró “realidad” en este artí culo- son los términos en que ocurre la actual confrontación de modos de pensar – marketing y consumismo versus derechos humanos - y el ámbito comunicativo –mediático versus excéntrico- en el que ocurre. No sabemos quién se apropiará en el futuro má s próximo de las redes sociales. Por el momento son el principal ámbito en el que pueden comunicarse, crecer y hasta impulsar grandes movilizaciones las diversas subculturas “excéntricas de resistencia” con las ideas de defensa de los derechos humanos. Pero tamb ién crece en las redes la participación de la cultura “central mediática”, la del consumismo y la “financierización” del mundo.

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