Sublime gracia Por Nancy McKeeth

Cuando escribo en mi laptop, es muy fácil escribir mal ciertas palabras-- dejando afuera una letra, metiendo una de más o invirtiendo dos letras. La palabra palabra es un buen ejemplo. Casi siempre empiezo escribiendo palbra. ¡Qué bueno que la computadora subraya las palabras mal escritas. Al menos, lo hace cuando la palabra mal escrita no forma otra palabra. Hace poco, por ejemplo, empecé a copiar la letra del famoso himno Sublime Gracia. Levanté la vista del libro a la pantalla y vi que por error había escrito una “s” extra al final de la palabra gracia. No estaba subrayado como un error pero de toda manera las palabras saltaban de la página. Sublime gracias. La Biblia nos da algunos buenos ejemplos en cuanto al “dar gracias”. En Efesios 1:16 Pablo dice que él dio gracias sin cesar. Nunca podemos dar gracias demasiadas veces. En vez de tomar por sentado las buenas cosas que nuestra pareja hace día tras día, dígale gracias “sin cesar.” Efesios 5:4 nos anima a cambiar el pecado por acciones de gracias. Claro que está hablando de dar gracias a Dios, pero al principio sirve bien en la familia. En vez de quejas o peleas, tratemos a la familia con acciones de gracias. En una manera semejante, 1 Tesalonicenses 5:18 nos anima a dar gracias en todo, primeramente a Dios, pero qué bello cuando buscamos algo por lo cual dar gracias a nuestra familia, con quien vivimos. ¡Como me anima cuando alguien nota mi esfuerzo, y me dice “gracias”! Es un regalo “sublime” que podemos dar a cualquier persona, que no cuesta nada pero que trae mucha satisfacción. Pensándolo bien, por lo menos esta vez, mis dedos no han cometido un error al escribir: expresando gratitud es una manera sublime de vivir en gracia con los demás. Seamos fieles agradeciendo a nuestros hijos y enseñándoles a ser agradecidos,

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