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15 nov. 2016 - Salta a la vista que odian a muerte al fiel profeta. Aunque la reina Jezabel ya ha ejecutado a muchos sie
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15 de noviembre de 2016 N° 76 - Año 02 BIENVENIDA: Salude a cada niño personalmente, con mucho entusiasmo COMUNICARNOS CON PAPITO DIOS: Motive a los niños a repetir su oración. DINAMICA: lleve a la clase dos velas, pegadas a un plato o soporte para evitar que los niños se quemen con la esperma caliente. Seleccione a los niños en dos grupos, hágalo mixto para que enfatice la importancia de relacionarnos bien con todos. Nombre a un capitán y coloque una silla o algo que sirva como meta para ir y regresar. Los niños con la vela encendida, deben salir uno a la vez, con cuidado para evitar q la vela se les apague, si eso sucede debe regresar al punto de salida para encenderla, en cuanto el que salió regrese debe ponerse al final de la fila entregando primero la vela al niño que esta de primero en la fila, el grupo que termine primero gana. OFRENDA: ¡Momento de honrar a Dios! UNIDAD: CELEBREMOS AL ESPIRITU SANTO

Bendiciones amados consierv@s. El fuego en la palabra está asociado a muchas cosas, entre ellas a purificación, juicio, y a la señal del bau smo en el Espíritu Santo. En la enseñanza de esta semana tomaremos como referencia a uno de los personajes bíblicos que se caracterizó por hacer descender fuego del cielo, mostrando de forma categórica el poder purificador de Dios. Permita que ese fuego de Dios depure y traiga a la familia a través del Espíritu un lenguaje transformador y de acción en la vida de los consen dos del Señor. Ps. Uber Sanchez Coordinador de Educación Cris ana. Correo: [email protected]

Tema: Elías un profeta de fuego Base Bíblica: 1 Reyes 18 (lea bien la historia y cuéntela con sus propias palabras, permita que viva a través de ud) Texto: 1 Reyes 18.38 Obje vo: Mostrar a la luz de la palabra el poder de Dios en la vida de quienes le sirven. Materiales: Los niños deben llevar un cuaderno pequeño de 50 hojas. Introducción: Durante la mayor parte de su vida, Elías había observado con impotencia cómo se pasaba por alto y se pisoteaba lo que debía ser lo más importante para el pueblo: la adoración al Dios verdadero. Desde hacía mucho empo, numerosos israelitas se habían apartado de servir a Jehová para dar culto a los dioses falsos de las naciones vecinas. Pero en los días del profeta Elías, esta an gua disputa entre la religión verdadera y la falsa llegó a un punto extremo. 1. El rey Acab había ofendido gravemente a Jehová. Se había casado con Jezabel, la hija del rey de Sidón. Ella estaba decidida a erradicar la adoración a Jehová y a difundir el culto a Baal por todo Israel. Acab se dejó influir enseguida por su esposa y edificó un templo y un altar a Baal. De hecho, dio un terrible ejemplo al pueblo postrándose ante ese dios pagano (1 Rey. 16:30‐33). ¿Por qué era tan horrible el culto a Baal? En primer lugar, porque había desviado a la nación de servir al Dios verdadero. Y además, se trataba de una religión depravada y cruel, en la que hombres y mujeres se dedicaban a la pros tución ritual, se prac caban orgías sexuales, y hasta se sacrificaban niños. Por eso, Jehová había enviado a Elías ante Acab para anunciarle una sequía que duraría hasta que el profeta mismo decretara su fin (1 Rey. 17:1). Pasaron algunos años antes de que Elías volviera a presentarse ante el rey, y cuando lo hizo, fue para decirle que reuniera al pueblo y a los sacerdotes de Baal en el monte Carmelo. 2. ELÍAS, el profeta de Dios, contempla a la mul tud subir con dificultad las faldas del monte Carmelo. Incluso a la débil luz del amanecer, resulta evidente que el pueblo está sumido en la pobreza. Los tres años y medio de sequía han dejado su huella. Entre la gente se abren paso con orgullo los 450 sacerdotes de Baal. Salta a la vista

que odian a muerte al fiel profeta. Aunque la reina Jezabel ya ha ejecutado a muchos siervos de Dios, Elías aún se opone con firmeza al culto a Baal. Pero ¿cuánto más resis rá? Esos profetas falsos quizá piensen que un solo hombre jamás podrá con todos ellos (1 Rey. 18:4, 19, 20). También llega en su carruaje el rey Acab, quien tampoco le ene ninguna simpa a a Elías. ¿Por qué es probable que Elías sienta algo de miedo? b) ¿Qué preguntas responderemos? A este solitario profeta le espera el día más extraordinario de su vida. Ante sus ojos se producirá uno de los enfrentamientos entre el bien y el mal más impactantes de la historia. ¿Cómo debe sen rse a medida que se acerca ese momento? La Biblia explica que Elías era un “hombre de sen mientos semejantes a los nuestros”, así que no sería raro que tuviera algo de miedo (lea San ago 5:17). Lo que está claro es que, frente a un pueblo infiel, un rey apóstata y unos sacerdotes sedientos de sangre, Elías debe sen rse terriblemente solo (1 Rey. 18:22). 3. Cuando Elías comenzó a orar, es posible que muchos se preguntaran si Jehová resultaría ser un dios tan falso y decepcionante como Baal. Pero, al concluir la oración, toda duda se disipa, pues el relato dice que “el fuego de Jehová vino cayendo, y se puso a comer la ofrenda quemada y los pedazos de leña y las piedras y el polvo, y lamió el agua que estaba en la zanja” (1 Rey. 18:38)

Conclusión: Elías restaura el altar de Dios que había sido abandonado, da a Dios la honra que el merece y la respuesta de Dios vino del cielo con un fuego que quemo lo que le fue ofrecido al verdadero Dios. Así como en los días de Elías, hoy el fuego del Espíritu Santo está presente en los altares de cada hogar y familia que le sirve a Dios.