Russell Bedford

ganaban el Súper Tazón y el Francés. Alain Prost era campeón de la Fórmula. Uno. ... un hospital después de 8 cirugías f
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Felicidades

Russell Bedford

Cd. de México

Ciudad de México, 1° de marzo de 1993

Hoy celebro con todos ustedes un aniversario más de la constitución de Russell Bedford en México... Esta carta la he titulado,

“Mi primer día como empresario”

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i hoy fuera el día 1° de marzo de 1993, estaría sentado frente a un modesto escritorio en una oficina con superficie total de 40 metros cuadrados en Avenida División del Norte. El staff éramos sólo tres personas, compuestos por una asistente, que en aquella época se les llamaba secretarias, y un estudiante de contador, que más que eso, era como mil usos.

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ara ubicarnos en un contexto de lo que se hablaba en aquel año, el Presidente de México, Carlos Salinas de Gortari aprobaba el TLC que entraría en vigor en 1994, mientras en USA iniciaba su mandato Bill Clinton; moría Cantinflas y el Atlante era campeón de la liga Mexicana de Futbol; los Vaqueros de Dallas ganaban el Súper Tazón y el Francés Alain Prost era campeón de la Fórmula Uno. Las películas más taquilleras eran Parque Jurásico y Philadelfia, esta última por abordar con profundidad el tema del SIDA. Nelson Mandela era nombrado Premio

Nobel de la Paz y TV Azteca iniciaba transmisiones como parte de Grupo Salinas; nacía la primera versión del videojuego FIFA y el Peso Mexicano perdía tres ceros, pero lo más importante -al menos para mí-, es que iniciaba operaciones lo que empezó siendo Russell Bedford y en un principio se llamó Despacho Jiménez Lizardi, S.C.

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ecordando lo que cruzaba por mi cabeza aquel día y después de haber renunciado a un excelente empleo en la empresa Bayer, con el cobijo que te da una multinacional como esa, en donde normalmente te cuidan y protegen muy bien pero que por otro lado no tienes muchas

oportunidades de desarrollar todo tu potencial y tienes la sensación de que si sales de ahí, no eres nadie. Mis pensamientos, ideas y sensaciones de ese primer día como capitán de una pequeña embarcación, fueron muchos: miedo llegando hasta terror, una nueva responsabilidad diferente al tener ahora empleados y que sus familias dependerían económicamente de la Firma; demostrar a mis padres que sí podía con esa decisión, tener esa sensación de pedalear una bicicleta por primera vez y no caer; entender y aplicar los conocimientos adquiridos durante 13 años para llevar adelante un negocio, todo lo anterior hasta llegar a cuestionarme: “Dios mío… que estoy haciendo aquí?”

de mis padres, hermanos, familia y amigos, en lugar de hacerme un hombre inútil, me formaron como alguien que podía aprender y superar cuanto obstáculo se presentara en mi vida. Nacido en una familia de clase media baja, viví hasta los 35 años por el rumbo del aeropuerto; estudié en escuelas públicas hasta llegar a la FCA de la UNAM en Ciudad Universitaria y sólo para presumirles un poco, me fue otorgada Mención Honorífica y mi tesis fue reconocida como la segunda mejor de esa generación.

decisiones, de agregar y desarrollar talento a la organización, de tener finanzas sanas, de ganarnos la confianza de nuestros clientes y principalmente, ser parte del desarrollo profesional de muchos colegas.

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fortunadamente, lo vivido hasta ese momento surgió como un gran motor que impulsó el desarrollo de la Firma. Esas vivencias y lecciones que desde mi infancia, hasta lo que en ese momento fui como persona, profesionista y parte importante de un núcleo familiar y social, nunca se limitaron a la educación impartida en las diferentes escuelas que asistí. Las experiencias de vida, comenzando por superar las secuelas que dejaron en mi cuerpo una enfermedad denominada poliomielitis -afortunadamente hoy erradicada en casi todo el mundo-, y que contando todos los días que estuve internado en un hospital después de 8 cirugías fácilmente sumarían dos años, y si agregamos los días de convalecencia y rehabilitación, ya he perdido la cuenta, y fue sin duda una prueba muy dura de superar. Sin embargo, hoy puedo decir que el aprendizaje que me dejó una experiencia de esa naturaleza, fue enorme y hasta podría afirmar que no sería quien hoy soy, sin entender y aprovechar todo lo que aprendí.

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omo podrán percibir, debemos tomar lo positivo, útil, bueno e interesante de todas las etapas de nuestra vida, de nuestra familia y de nuestro círculo social. Siempre lo podremos aprovechar en nuestra vida profesional y personal.

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urante estos 24 años de existencia de lo que hoy es Russell Bedford Mexico, S.C. (RBM), he vivido y aprendido de éxitos y fracasos, de toda la gente que ha pasado por aquí: de los Socios y Socias, de nuestros clientes, de nuestros competidores, del mercado, de las generaciones, del crecimiento etc.; en resumen, nunca in duda, todo esto que pasó, terminamos de aprender. Hoy RBM conjugado con el apoyo y amor es el resultado de la suma de buenas

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...hoy puedo decir que el aprendizaje que me dejó una experiencia de esa naturaleza, fue enorme y hasta podría afirmar que no sería quien hoy soy, sin entender y aprovechar todo lo que aprendí

oy mi más sincero agradecimiento a mis Socias y Socios por acompañarme en esta gran aventura; a todos los colaboradores de RBM por creer en este proyecto y hacer de RBM el medio para su desarrollo profesional, difícilmente encontrarán otro lugar mejor, a pesar de nuestras deficiencias, que siempre convertimos en áreas de oportunidad.

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o que hemos creado en solo 24 años, equivale a lo que otras Firmas han hecho en 50 o 60 años. Mucha gente me pregunta: ¿Hasta dónde podemos llegar? Y la respuesta no la tengo; lo único que les puedo decir es que si seguimos unidos, trabajando en equipo, desarrollando talento y por supuesto tomando buenas decisiones, ¡El limite no existe!

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stoy seguro que una de las mejores decisiones en la vida de RBM fue integrarnos como miembros de Russell Bedford International y desarrollar una Red Nacional que hoy cuenta con 16 oficinas en el país. Gracias a todos mis Socios de cada una de ellas, por creer en este proyecto.

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egresando a aquel 1° de marzo de 1993, no podría haber imaginado todo lo que pasaría a lo largo de 24 años; sin embargo, siempre debemos tener esa sensación de que las cosas se pudieron haber hecho mejor... porque nunca hay que sentirnos totalmente satisfechos.

Hoy quiero decir, ¡Gracias a todos los que han hecho de Russell Bedford una de las mejores Firmas del país! Con mi eterno agradecimiento Jorge Jiménez Lizardi Socio Director de la oficina Cd. de México

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2015