Romi, Leo y Juli, chicas de Rosario (y de Fito)

LA NACION/Sección 4/Página 3. Sábado 15 de septiembre de 2007. Fito Páez esta listo para fundar la República Almodovaria
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Espectáculos

Sábado 15 de septiembre de 2007

LA NACION/Sección 4/Página 3

Por Claudio D. Minghetti De la Redacción de LA NACION Fito Páez esta listo para fundar la República Almodovariana de Rosario. Para hacerlo recuerda los ochenta a través de un prisma muy particular. No echa mano a la primera persona sino a tres mujeres. Uno de los temas que las une es un hombre; sin embargo, en la medida en que ese hecho termina desatando un vendaval, resulta fácil descubrir que fue una excusa. Si bien parecen diferentes, las tres son, en realidad, muy parecidas y todas juntas son el pensamiento vivo de Páez acerca del enigma femenino. No se trata ni de Pepi, ni de Luci ni de Bom, sino de otras “chicas del montón”, en este caso del “montón rosarino”, aunque ninguna de ellas sea en verdad natural de la cuna de la bandera. Romi, Leo y Juli son, en realidad, Romina Ricci, Leonora Balcarce y Julieta Cardinali, las tres musas elegidas por Páez para su segunda película, su primera comedia titulada ¿De quién es el portaligas?, que el jueves próximo estrena Primer Plano, y en la que también participan Cristina Banegas, Lito Cruz, Dario Grandinetti, Duilio Marzio y ¡hasta el negro Fontanarrosa! A decir verdad, por sus edades, ninguna de ellas tiene registro de aquellos años, ya que todas nacieron a fines de la década del 70 y eran apenas una niñas cuando Rosario vivía el que dicen fue su momento más acelerado. Fito, que nació en 1963, vivió la década del 80 a full, compartiendo con otros artistas de su generación la conocida como “movida” que ahora recupera, reconoce, inspirado en las películas con las que el manchego Pedro Almodóvar inmortalizó a la Madrid de los 70. En 1974, cuando el autor de Matador y Volver filmó el corto Dos putas o historia de amor que termina en boda, y poco después Sexo va, sexo viene, comenzó su irresistible ascenso en el mundo del cine. Tenía 25 años y todavía le quedaban por delante la que sería la primera gran obra de su carrera internacional, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, una película que en 1980 dio que hablar a medio mundo. Además, Carmen Maura, Eva Siva y Alaska tenían algo de estas tres chicas que

Romi, Leo y Juli, chicas de Rosario (y de Fito) Romina Ricci, Leonora Balcarce y Julieta Cardinali, actrices de ¿De quién es el portaligas? MARIANA ARAUJO

madre de sus dos amigas. Al conocer su historia ves que tiene sus cosas, guardaditas, pero las tiene y da sorpresas”, dice Ricci a propósito de su papel. “Creo que Fito vio en cada una de nosotras algunos detonantes que servían para los personajes, y los aprovechó… Yo por ejemplo, practicaba taekwondo cuando era chiquita –recuerda–. Cuidamos mucho el equilibrio, Fito mismo, como director, nos cuidaba mucho, y como Amigas para la aventura filmamos casi en orden cronológiLas tres se reunieron para hablar co, los personajes fueron enloqueciendo a medida que avanzaba la historia”, reconoce. Leo, la motociclista: “Es una chica un poquito acelerada ¿no?... Por lo que me decía Fito está inspirada en Fabi Cantilo, eso de hablar sin parar, y en parte con MARIANA ARAUJO eje en una anécdota de los viejos tiempos. ■ La segunda película de Páez no tiene nada que ver con la primePor suerte no le puso Fabi y le agregó lo de la moto y la bufanda a lo Isadora: la anterior, Vidas privadas,- fue un drama, esta vez, se decidió ra –recuerda Leonora Balcarce entre por una comedia adrenalínica. ■ Ninguna de las tres protagonistas es rosarina. Leo tuvo que risas–. ¿Lo más difícil?... El temita aprender a conducir una motocicleta, no obstante necesitó una de la moto, porque la velocidad me asusta un poco. Pero es una comedia doble. ■ La acción transcurre en los años 80, pero la estética y gráfica diferente, con un cuidado estético muy particular, bastante innovado“almodovariana” tiene también algo de los 60 y 70. vienen de actuar a las órdenes de cineastas tan disímiles como Eliseo Subiela (Los resultados del amor), Juan Villegas (Los suicidas) o Esteban Sapir (La antena). A diferencia de Almodóvar, nacido bajo el signo de libra, Páez es de Piscis, es un cantante de éxito (Almodóvar ya no tiene el grupo guarro de sus años mozos) y, es visible, pesa unos cuantos kilos menos.

Datos atos

El exterior, una película de Sergio Críscolo

La intimidad de los inmigrantes argentinos El documental se estrena hoy en el Malba Después de vivir seis años en España, el periodista Sergio Críscolo decide volver a Buenos Aires. Antes de subir al avión que lo repatriará, captura diversos momentos de la vida cotidiana de otros siete argentinos con los que se ha cruzado durante su paso por Barcelona. El exterior, el documental que se verá desde hoy, en el Malba (Figueroa Alcorta 3415, los sábados a las 18.30 y los domingos a las 19, en 35 mm, con entradas a 12 pesos), une varias conversaciones con todos ellos, en las que exponen sus angustias, las ilusiones con las que partieron alguna vez y las que fueron perdiendo en

Imágenes de la vida afuera el camino, impresiones sobre qué es ser un inmigrante, cuál puede ser la interpretación que cada uno le da al lugar donde se nace, al lugar donde se crece y cuáles son los sentimientos, la mayor parte de las veces contradictorios, que se plantean cuando se piensa en el futuro. Desfilan, así, Hernán, periodista que se enamoró de una francesa, algo que complica su vuelta; Susana, que a los 40 años se fue escapando de su marido, en busca de un mejor futuro; el sexagenario Eduardo y su sobrino, que comparten igual destino, tras sobrevivir a la represión durante la dictadura; Ana,

que viajó hasta allí con su novio para hacer un doctorado: ella, dispuesta a regresar, pero él, no; Agustín, que reparte volantes y estudia saxo en el conservatorio. Para la tarea se propuso caminar por las calles de Barcelona, cámara en mano, como alguien que se está despidiendo de un paisaje, además de mostrar a los protagonistas de cada historia en sus hogares, con sus familias, trabajando, simplemente viviendo su vida en una geografía finalmente ajena, durante los tres meses previos a su propio regreso. Instalado en Barcelona en 1999, Críscolo estudió cine y editó el libro Correo basura, una compilación de mails célebres que circulan por la Red, antes de regresar, en 2005. Un año después terminó El exterior, el documental que ganó el premio Fondo de Cultura BA, en la competencia oficial de Derechos Humanos del Bafici, y actualmente produce para Canal á el programa Arte cifrado. Con un lenguaje periodístico pero a la vez cinematográfico, Críscolo logra exponer diferentes situaciones frente a un mismo tema y lo consigue por la diversidad de los entrevistados, por el clima de intimidad que alcanza en algunos de los encuentros y el recorte de cada una de esas exposiciones, un todo que, no obstante sus casi dos horas, resiste el peso del tiempo, incluso de algunas ideas que se repiten, con sorprendente tensión, gracias también a un montaje (de Alejandro Almirón) que juega con una y otra historia en forma permanente.

Claudio D. Minghetti

con LA NACION acerca de su amistad, de cómo fue su relación profesional con el cineasta y qué esperan transmitir a un público poco acostumbrado a que las comedias locales rompan con los esquemas y las transgresiones políticamente correctas. Esta vez, más allá de que las chicas sólo quieren divertirse, hay de todo un poco, siempre al límite. Romi, la maternal-marcial: “Es supuestamente la más segura, la que viene a poner un poco de orden: tiene dos hijas y también es un poco

ra, y eso está bueno… ¿Lo mejor? Trabajar al límite: cuanto más se va al extremo, mejor funciona” Juli, la rubia tonta: “Creo que todas hablan el mismo código, y como las une la amistad, se entienden a pesar de sus diferencias, incluso sociales… Mi personaje es la más niña en cuanto a actitud de las tres, está acostumbrada a que le den todo y eso la hace bastante caprichosa y sin límites… El combo entre el capricho, el no-límites y lo químico genera en ella un descontrol importante –dice Julieta Cardinali–. Cuando se manda una con Leo, no le queda otra que pedir ayuda a Romi, a la que ve como más segura… El gran mensaje de la película es la gran amistad que perdura a pesar de los desmadres y del tiempo. Nunca había estado en Rosario, es mi primera vez. La pasamos bomba. Tanto que estamos pensando en El portaligas 2… (risas a coro). Fito se jugó a una comedia diferente, en la que todo se va al extremo del delirio, tenía muy en claro lo que quería contar y me parece que lo hizo bien. Es un músico enorme, un director, un artista”, concluye. Y en esto, las chicas, las amigas, las musas, vuelven a estar de acuerdo. Más que nunca.