REALITY SHOW COMO VALOR INFORMATIVO

de estilo documental, en los que el espectador tiene la sensación de estar viendo de manera pasiva los avatares de un gr
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Cristina Allende Casal Televisión Informativa 4ºPeriodismo y CAV

REALITY SHOW COMO VALOR INFORMATIVO

Introducción Los reality show surgieron entre finales de los años 90 y principios de los 2000 como una forma nueva de entretenimiento muy barata para las cadenas y muy atrayente para el público en general. La posibilidad de penetrar en la vida privada de otras personas, el drama personal y el morbo son algunas características que explican el éxito de este formato, que siempre ha sido considerado como una forma de entretenimiento “inferior”, es decir, sin valor, embrutecedor. Por ejemplo, el analista de medios, Tom Alderlan, establece que la telerrealidad se sustenta en avergonzar a los concursantes, en humillar para que el espectador se sienta mejor consigo mismo1. Sin embargo, otros autores2 sostienen que los reality shows en verdad tienen valor informativo y cultural, incluso el mismo valor que podría tener un documental etnográfico, por ejemplo, o uno sobre naturaleza. Se trata simplemente de otra forma de información que puede pasar desapercibida, como las películas dirigidas a niños con un subtexto dirigido a adultos. Así pues, en el presente trabajo nos disponemos a responder a la siguiente pregunta: ¿tienen realmente valor informativo los reality shows? Para ello, primero definiremos lo que se considera de manera universal “valor informativo”; seguidamente, aplicaremos esos criterios a tres programas de telerrealidad de distintas características producidos en España, aunque con formatos internacionales: Gran Hermano, 21 días y MasterChef, haciendo hincapié en las características que cumplen aunque también señalando las críticas. Tras analizar estos criterios, concluiremos finalmente si los programas de telerrealidad son, efectivamente programas con valor informativo, si por el contrario tiene un valor puramente de entretenimiento o si son una mezcla de ambos. También añadiremos una pequeña crítica al resultado.

Valor informativo: definición, limitaciones y características Alderman, Tom (13 de febrero, 2008). "Shame TV: Why Humiliation Sells on American Idol and Others". The Huffington Post. 2 COTELO, J.., "Defensa del reality show" en: Communication and Society/Comunicación y Sociedad, vol. VII, n. 2, 1994, pp.55-61. 1

Muchas veces se habla de la información, del valor informativo, de lo que es informar, estar informado, ya que son definiciones y conceptos muy traicioneros. Por ejemplo, ¿tiene realmente valor informativo un telediario? La primera respuesta sería sí, pero podríamos ir más allá y preguntarnos si un telediario en un régimen autoritario tienen realmente valor informativo. Está demostrado que en estas situaciones, los programas satíricos muchas veces tiene mayor valor de información. Así pues, ¿qué es el valor informativo? Según la teoría matemática de la información3, son datos con unas determinadas características: proceden de una fuente y contiene un mensaje codificado de una manera determinada. Es una manera muy básica de entender y explicar la información. De manera simplificada, esta teoría asume que la información es el intercambio de datos codificados de manera que el transmisor y receptor sean capaces de entenderla. Esta definición sirve para sentar las bases de nuestra investigación: si asumimos que toda la información vale lo mismo, podemos asumir también que todos los programas de televisión son informativos, desde los telediarios a los programas de cocina. Con esta base, vayamos un paso más allá y discriminemos algunos tipos de información: no toda es la misma. Según Amat y Blasco4, las características de la información de actualidad son: la importancia relativa para el receptor, la vigencia en el espacio-tiempo del receptor, la validez del emisor, el valor intangible para el receptor y el significado de la información, es decir, las reglas que debe seguir el individuo para modificar sus expectativas en función de esta nueva información. Siguiendo estas bases, pasaremos a analizar los programas de telerrealidad en vistas a estas características. Tendremos en cuenta el valor real y tangible del programa y no los posibles supuestos o potenciales. Por ejemplo, sabemos que si el programa Gran Hermano estuviese realizado con diversas eminencias en los campos de la cultura, probablemente su valor, ya no informativo sino educativo sería más alto. Sin embargo, la realidad es la que se nos presenta y barajar supuestos no hace sino retrasar y entorpecer las investigaciones.

Telerrealidad: Gran Hermano

Shannon, C. E. (2001). A mathematical theory of communication. ACM SIGMOBILE Mobile Computing and Communications Review, 5(1), 3-55 4 Amat E., Blasco R. (1996) Rev.Esp.Doc.Cient. 19, 2. 3

Es el programa de más recorrido en España con catorce años y responde al modelo de reality show de special living enviroment (lugar distinto de residencia) en el que se junta a distintas personas que antes no se conocían en un lugar determinado (en este caso en una casa, pero puede ser una isla desierta, por ejemplo, como en el caso de Supervivientes). Esta subcategoría se engloba a su vez en la categoría de reality shows de estilo documental, en los que el espectador tiene la sensación de estar viendo de manera pasiva los avatares de un grupo de personas de la misma manera que observaría un documental sobre una manada de leones. La información que aporta este tipo de programa es de dos tipos: primero, el valor real del programa y su desarrollo, quién ha sido echado de la casa, quién sigue, las alianzas, etc. Por otro lado, está el de representación de la sociedad en su conjunto, a pesar de que esto está discutido por diversos autores5. Este tipo de programas tiene un valor informativo que depende mucho del entorno social del receptor. Por ejemplo, en la importancia relativa de este programa varía según si es importante a su alrededor: para alguien cuyo principal tema de conversación sea este programa, tendrá vital importancia. Si por el contrario, su entorno desprecia este tipo de entretenimiento, la importancia será menor o nula. La vigencia y validez serán muy altas, ya que estos programas se emiten de semana en semana y por otro lado, se asume que la cadena productora no adultera este producto, así que toda la información aportada será real. Sin embargo, el valor de la información para el receptor es muy baja, y el significado de la información es muy pobre: realmente, el espectador no se ve afectado por los eventos que ve viendo de semana en semana6.

Documental: 21 días El programa 21 días se centraba en las experiencias de la presentadora, Samanta Villar, que experimentaba en carne propia durante 21 días una determinada condición o adherencia a un grupo, por ejemplo, 21 días viviendo en una comunidad gitana o 21 días a ciegas.

Bueno, G. (2002). Telebasura y democracia. Ediciones B. Blanco, V. F. S. (2003). La McTele como industria de identidades lucrativas y de consumo. Análisis de Gran Hermano y Operación Triunfo. In La pantalla de las identidades: medios de comunicación, políticas y mercados de identidad(pp. 305-336). Icaria. 5 6

Existe cierta discrepancia entre si clasificar a este programa de reality show o no7. A nuestro parecer, reúne las cualidades de reality show, pues no sigue las vivencias de un colectivo sino de una periodista en concreto, es decir, de una persona, y en el programa se intercalan videoblogs de la periodista relatando su vivencia personal: “esto es demasiado duro”, “no puedo soportarlo”, etc.8 Es decir, no se centra en la información de manera aséptica sino que la vive y le el toque personal por el que se caracterizan los programas de telerrealidad. Es decir, el equivalente a este tipo de telerrealidad en los programas informativos sería la diferencia entre presentar las noticias desde un plató o ir hasta el lugar de la noticia, grabar ahí a los presentadores y que ellos narren las dificultades que han tenido que atravesar para llegar hasta ahí. Incluso la periodista se transforma de una persona a un personaje durante las grabaciones, otra característica muy clásica de este tipo de programas. La importancia relativa de este programa depende de la temática que siguiese de semana en semana. Algunos temas tocarían muy de cerca a algunos espectadores, como el programa “21 días viviendo como musulmanes”, pues toca temas de actualidad. Por otro lado, programas como “21 días viviendo de lujo” es menos importante. Sin embargo, estos programas son los menos, y la mayoría sigue una estela que es importante para los espectadores como” 21 días de desahucios” o “21 días buscando trabajo fuera de España”. La vigencia de estas informaciones en el momento de la emisión es muy alto: no es vano, sigue temas de actualidad, como desahucios, personas dependientes, vertederos, etc. De todas formas, existen temáticas más atemporales que aún así reflejan la vida moderna, como “21 días boxeando”. La validez del emisor siempre es alta, como en todos los programas de telerrealidad: es el principal valor de los reality show, pues se entiende que se edita con veracidad y se es fiel a la verdad que se graba de manera pasiva9. El valor intangible para el receptor es relativamente alto: esta forma de entretenimiento aporta tanto diversión como cultura e información que es útil para el día a día, para entender los procesos del mundo. Por tanto, podemos decir que esta información es útil para el espectador. El significado de la información, por otro lado, es Cancelo Chamorro, B. (2010). El reporterismo de investigación en el medio televisivo: del reportero neutro, al declarado, pasando por el discreto (Análisis de Documentos TV, A la presó y 21 días) (Bachelor's thesis). 8 Veintiún días, marzo 2010, Samanta Villar, Cuatro TV. 9 Baudrillard, J., & del Solar, J. J. (2000). Pantalla total. Barcelona: Anagrama. 7

bastante bajo: aunque el espectador aprenda sobre los procesos de desahucio, por ejemplo, es no implica ningún cambio en su futuro o en su forma de pensar.

Concursos: MasterChef Existe una modalidad de reality show en la que los participantes compiten entre ellos para conseguir un premio a través de distintas pruebas. MasterChef es uno de ellos, en el que se valora la elaboración de distintos platos, se hacen eliminaciones, etc. A pesar de que existen programas con mayor recorrido y más trabajos académicos al respecto, como Operación Triunfo, queremos analizar este programa porque tiene características especiales, como que está producido por la televisión pública y que no se fomenta el drama humano como móvil del programa. Es decir, en vez de fomentarse las rencillas y el espectáculo morboso se tiende a favorecer la competición amistosa, la colaboración entre los participantes y en general el buen ambiente en el concurso. De esta manera vemos que existe otra forma de producir telerrealidad que no necesariamente lleva a una disminución de la audiencia sino a un aumento10. Aquí analizaremos las dos vertientes del programa: la menos acentuada, de vivencia personal de los concursantes y la vertiente cultural, es decir, de fomento de la comida sana, estilos de vida saludables, propiedades de las comidas, etc. Así pues, la importancia relativa para el sujeto depende como siempre de su estilo de vida y de su círculo, como ya hemos explicado: si este programa se comenta en su entorno, lo verá y tendrá importancia. Si no ocurre esto, no será tan importante para el sujeto, a pesar de la vertiente cultural. La vigencia es especialmente importante en este caso, pues el concurso está vigente en el momento de emisión, pero el aspecto de la sanidad implícito es importante en la sociedad. Por ejemplo, un estudio11 encontró que tras la edición de MasterChef en Australia, se disparó el consumo de comida saludable, cursos de nutrición, etc. La validez del emisor se asienta en el jurado, es decir, quien ofrece los juicios de valor en el programa. Son personajes relativamente desconocidos pero grandes conbocedores de la materia en cuestión, por lo que se utiliza el argumento de autoridad para hacer valer su validez, aceptada tanto por el público como por los espectadores. 10

04/07/2013 Récord de audiencia para la final de 'Masterchef' ElDiario.es

Phillipov, M. (2012). Communicating health risks via the media: What can we learn from MasterChef Australia?. The Australasian medical journal, 5(11), 593. 11

El valor intangible es donde radica la diferencia respecto a otros programas. Por su vertiente educativa y de ejemplo de comida sana, un tema que afecta a todo el mundo aunque no prepare su propia comida. Es decir, un programa que se centra en la comida y en la competición sana tiene mayor valor intangible para el espectador que otro que desarrolla dramas humanos, como cita un estudio de la Universidad de Chicago12. Por último, el significado de la información es sensiblemente mayor que en el de otro tipo de telerrealidad. Si una persona con autoridad afirma que el aceite de girasol es malo, por ejemplo, y lo hace a lo largo de las semanas que dure el concurso, una parte de los espectadores cambiará su estilo de vida y empezará a usar productos más saludables. Conclusiones y recapitulación Como hemos visto, en general la telerrealidad tiene niveles muy bajos de criterios informativos, es decir, poco valor intangible, poca significación y una importancia negativa que varía mucho en el contexto. Sin embargo, hemos comprobado que según estos criterios, los programas de telerrealidad más cercanos al drama humano tiene menor valor informativo, mientras que los centrados en otros aspectos tienen más. Podemos ver, de todas formas, que la telerrealidad tiene mayor valor cultural que informativo, que son dos conceptos distintos. Los reality shows pueden emitirse en el mismo formato sea cual sea la situación del país, mientras que los informativos cambian cada día con la actualidad.

Bogdan, R. (1990). Freak show: Presenting human oddities for amusement and profit. University of Chicago Press. 12