Por el mal manejo y la sequía se está muriendo el Eufrates

15 jul. 2009 - Tranquilidad, el Aguila ha alunizado”. El sonido tarda sólo ... dulo Aguila y da ese “pequeño paso para e
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CIENCIA / SALUD

Miércoles 15 de julio de 2009

I

REGIMEN FLUVIAL Y EL DESTINO DE UN RIO BIBLICO

VICEVERSA

Una aventura que hizo historia

Por el mal manejo y la sequía se está muriendo el Eufrates CAMPBELL ROBERTSON THE NEW YORK TIMES

Las causas del desecamiento La sequía está ampliamente extendida sobre Iraq. El área sembrada con algodón y cebada en el norte del país está por debajo del 95% de lo habitual, y las plantaciones de dátiles y de cítricos del Este están resecas.

NORA

BÄR

Un 20 de julio de hace exactamente 40 años Roberto Maidana congelaba a millones de oyentes por Radio Rivadavia: “¡El hombre llegó a la Luna!” NYT

Bashia Mohammed, de 60 años, junta sal en las afueras de Diwaniya, Iraq. Es su única fuente de sustento Los últimos dos años las lluvias han estado por debajo de lo normal y han dejado los reservorios secos. Las sequías no son infrecuentes en Iraq, aunque las autoridades dicen que se han vuelto aún más frecuentes en los últimos años. Pero ésa no es la única causa del desecamiento del Eufrates. Existen por lo menos seis represas sobre el Eufrates en Turquía y Siria, según las autoridades iraquíes, pero en ausencia de tratados o acuerdos, el gobierno iraquí sólo puede rogar a sus vecinos que permitan el paso del agua. Recientemente, el ministro de Aguas anunció que Turquía duplicó el flujo de agua hacia el Eufrates y así salvó la temporada del algodón de algunas áreas. Aunque Turquía acordó mantener ese flujo o incluso aumentarlo, no hay ningún compromiso que obligue a ese país a cumplir con ello.

ue la década de Mary Quant y la minifalda. De los movimientos feministas y la Guerra de Vietnam. De la invasión de Bahía Cochinos y la construcción del muro de Berlín. De películas que se convertirían en clásicos, Psicosis, De Rusia con amor, Goldfinger, 2001: Odisea en el espacio y Sólo se vive dos veces. Del asesinato de John Kennedy. De Nixon y el Che Guevara. De los Beatles, Malcolm X y Ray Charles. De los Rolling Stones y Oswald, Bob Dylan y Janis Joplin, Sophia Loren y Mastroianni, Mao y Frank Sinatra, Jimi Hendrix y Marilyn Monroe, John Lennon y Cohn-Bendit, Brigitte Bardot y Neil Armstrong, Juri Gagarin, Martin Luther King y Andy Warhol, el mayo francés, la revolución china y Mao Tse Tung, Cuba y Fidel Castro. De la Guerra Fría y los primeros vuelos tripulados al espacio. Del rock and roll y el twist. De los veranos en la vereda y los televisores en blanco y negro. Cuando terminaba esa década de fuegos artificiales, emociones e increíble fermento cultural, en la que no existían ni la computadora personal ni la Internet ni los teléfonos celulares ni los “plasmas”, un 20 de julio de hace exactamente 40 años Roberto Maidana congelaba a millones de oyentes a través de la precaria conexión de la radio: “¡El hombre ha pisado la Luna! ¡El hombre llegó a la Luna!”, repetía a través de la estática, mientras la voz de un astronauta de la misión Apolo XI, que 109 horas antes había partido de la Tierra en un cohete Saturno V, formulaba con controlado entusiasmo la fórmula que haría historia: “Houston, aquí Base Tranquilidad, el Aguila ha alunizado”. El sonido tarda sólo 1,3 segundos en recorrer los 384.400 kilómetros que nos separan de nuestro satélite natural, y en la Tierra millones de personas continúan con el aliento suspendido hasta que Neil Armstrong baja por la escalerilla del módulo Aguila y da ese “pequeño paso para el hombre” y ese “gigantesco paso para la humanidad”. Como decía Carl Sagan (que durante el primer alunizaje luchaba contra un cáncer de garganta en una cama de hospital), probablemente dentro de 500 años, cuando la humanidad haya emigrado hacia otros mundos y otros horizontes, ese siglo XX fantástico y convulsionado sea recordado especialmente por esa aventura que por primera vez llevó a los seres humanos a otro lugar del sistema solar. Como la llegada de Colón a América, la llegada del hombre a la Luna es un hito que trasciende las nacionalidades. Aunque hoy no nos demos cuenta y nuestras preocupaciones estén puestas en la gripe, los precios o el cambio de gabinete...

F

Por lo menos seis represas que reducen su flujo ponen en riesgo toda la región JUBAISH, Irak.– A través de los pantanos, de pie sobre la tierra en la que anteriormente flotaban juncos, los recolectores de juncos gritan a los visitantes de un bote que pasa cerca. “Maaku mai!”, advierten, levantando sus hoces oxidadas. “No hay agua.” El Eufrates se está secando. Ahogado por las políticas acuíferas de los vecinos de Irak, Turquía y Siria, por una sequía de dos años y por años de mal uso por parte de Irak y sus campesinos, el río es significativamente más pequeño de lo que era hace tan sólo unos pocos años. Algunos oficiales se preocupan porque pronto puede llegar a ser la mitad de lo que es ahora. La desaparición del Eufrates –un río que ha sido tan crucial para el nacimiento de la civilización que el Apocalipsis profetizó que su desecamiento sería un signo del fin de los tiempos– ha diezmado los sembradíos que se encuentran a lo largo de sus orillas, ha empobrecido a los pescadores y ha reducido los pueblos ribereños a medida que los granjeros han partido hacia las ciudades en busca de trabajo. Son los pobres quienes más están sufriendo, aunque todos los estratos de la sociedad están sintiendo los efectos: jeques, diplomáticos e incluso miembros del Parlamento que regresan a sus haciendas después de semanas en Bagdad. A lo largo del río, los campos de arroz y algodón se han convertido en tierra cocida. Los canales se han transformado en cursos de agua poco profundos, y los botes pesqueros descansan en tierra seca. Las bombas que deben alimentar las plantas de tratamiento de agua cuelgan sin punto fijo sobre charcos marrones.

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AP

Mohammed camina por su tierra agrietada, al sur de Bagdad

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